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Diane Rodríguez, presidenta de la Asociación Silueta X, Ecuador.

Ecuador, con unión de hecho pero lejos del matrimonio igualitario

Ratificar las uniones de hecho para las parejas del mismo sexo podría ser, por ahora, el máximo avance del presidente Rafael Correa en cuanto al reconocimiento de estas parejas. El matrimonio igualitario no está entre sus planes.

Hace unos meses circuló un video de una alocución pública en donde Rafael Correa, presidente de Ecuador, señalaba que no se puede imponer la “ideología de género”.

Esas ideas, señala Correa, dicen que el sexo biológico no determina si una persona es hombre o mujer, sino que cada quien está en libertad de decidir.

También afirmó que “esa ideología destruye la familia tradicional, la base de la sociedad. Qué bueno que una mujer guarde sus rasgos femeninos y qué bueno que un hombre guarde los masculinos”.

En otra alocución, Correa dijo que no estaba de acuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo porque el artículo 67 de la Constitución de Ecuador establece que solamente puede tener lugar entre un hombre y una mujer.

Y agregó que los menores deben ser adoptados por familias tradicionales conformadas por mamá y papá.

Como alternativa, mientras activistas LGBT de Ecuador encuentran otros caminos para conseguir que las parejas del mismo sexo interesadas en casarse puedan hacerlo, existe la unión de hecho. Esta también es una posibilidad para aquellas que no quieran optar por el matrimonio pero buscan un reconocimiento legal de su vínculo.

El artículo 68 de la Constitución de Ecuador dice: “La unión estable y monogámica entre dos personas libres de vínculo matrimonial que formen un hogar de hecho, por el lapso y bajo las condiciones y circunstancias que señale la ley, generará los mismos derechos y obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio. La adopción corresponderá sólo a parejas de distinto sexo”.

Esto significa que pueden optar por esta figura tanto parejas del mismo como de distinto sexo. Sin embargo, en la práctica, las del mismo sexo tenían problemas para registrar su unión de hecho.

Por este motivo, en 2010 una pareja presentó una querella legal contra la oficina de Registro Civil. En julio de 2012, la Sala Penal de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha le dio la razón y le solicitó a esta dependencia registrar su unión. Sin embargo, y a pesar de este precedente, no se estaba cumpliendo con otras parejas.

Por su parte, en 2012, una juez formalizó la unión de hecho de otra pareja del mismo sexo y le solicitó al Registro inscribir la unión en el estado civil de las cédulas de ciudadanía de ellas. Los funcionarios de esta entidad se negaron a hacerlo, lo que llevó a que la pareja iniciara un proceso judicial contra el Registro, mediante una acción de protección.

En junio de 2014, una juez de la Unidad Judicial Penal Sur de Guayaquil le ordenó al Registro la inscripción de la unión de hecho en las cédulas de la pareja, en un plazo de 72 horas.

La disposición no solamente fue ignorada sino apelada por el Registro y la Procuraduría General. Dos meses después, la Sala Especializada de lo Civil de la Corte Provincial de Guayas, declaró que no había lugar para esa acción de protección. En últimas, señaló, no había discriminación.

Para discutir, entre otros temas, lo difícil que les resultaba a las parejas del mismo sexo registrar sus uniones de hecho, el 13 de diciembre de 2013 líderes LGBT se reunieron con el presidente Rafael Correa. Allí Isaías Álvarez, director del Observatorio LGBTI, expuso que al no constar este vínculo en el documento de identidad, les dificultaba muchos trámites.

Ante las presiones de activistas y colectivos LGBT, el 23 de Agosto de 2014, el presidente Correa anunció el reconocimiento de las uniones de hecho como un estado civil en Ecuador.

Mediante la resolución 174 derogó una de 2010 que prohibía el ingreso de la unión de hecho como estado civil en las cédulas de ciudadanía e identidad. En otras palabras, le ordenó al Registro Civil cumplir con lo estipulado en la Constitución.

El 15 de septiembre, fecha en la que entró en vigencia la resolución, varias parejas registraron su unión, entre ellas la conformada por Diane Rodríguez, presidenta de la Asociación Silueta X y su novio Nicolás Guamanquispe, quienes se identifican como trans.

Para algunos activistas, es importante que el presidente Correa haya “destrabado” las uniones de hecho para las parejas del mismo sexo. Sin embargo, también señalan que puede tratarse de una estrategia para mostrarse como “incluyente”, sin necesidad de comprometerse con el matrimonio igualitario.

En varias alocuciones Correa ha dicho que los activistas LGBT deberían agradecerle que él sea el primer presidente de Ecuador que se ha reunido con ellos, en vez de andar exigiendo “todo o nada”.

Sin embargo, mientras exista matrimonio para las personas heterosexuales, también debe existir esta alternativa para las homosexuales. De lo contrario, se estaría hablando de un vínculo para una población y de uno diferente para otra. Se estaría marcando una diferencia que en la práctica significa discriminación.

La activista Pamela Troya manifestó públicamente que la lucha por el matrimonio civil es por dignidad e igualdad ante la ley. Y todo apunta a que este tema no avanzará mientras el presidente no lo quiera. Así lo demostró el hecho de que solamente hasta que Correa lo solicitó, fue posible echar a andar las uniones de hecho para las parejas del mismo sexo.

Para Diane Rodríguez, de Silueta X, una de las organizaciones que lideró el reconocimiento de la unión de hecho, la palabra matrimonio viene del catolicismo. “A pesar de que lo que se busque es el matrimonio civil, el hecho de que tenga esta palabra implica una creencia particular. Si otros activistas están dedicados a trabajar por el matrimonio, yo lo aplaudo. Pero la Constitución dice que este es entre un hombre y una mujer. Por esto, es más complicado alcanzarlo”.

Según Rodríguez, por ahora se debe hacer cumplir lo que legalmente existe como es la unión de hecho. En cuanto al reconocimiento de la identidad de género, un aspecto que resulta fundamental para las personas transgeneristas, el artículo 11 de la Constitución de Ecuador estipula que ninguna persona podrá ser discriminada por su orientación sexual e identidad de género.

“La Constitución también reconoce que el sexo es privado y el hecho de que un documento público como la cédula lo exponga, va en contravía de esto. De ahí que la propuesta sea reconocer públicamente el género (con el que la persona se identifica) y mantener el sexo en privado”, añade Rodríguez.

Por último, más allá de la unión de hecho y el matrimonio igualitario, el gran reto en materia LGBT en Ecuador, es lograr que en la práctica se cumpla lo estipulado en la Constitución respecto al derecho a una vida digna, a la integridad y al libre desarrollo de la personalidad, así como la igualdad en el acceso a la salud, la educación y al trabajo, sin discriminaciones de ningún tipo.

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