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Guía Didáctica de Educación y Diversidad Sexual.

La guía que hizo falta en el colegio de Sergio Urrego

La “Guía Didáctica Educación y Diversidad Sexual” presentada en Uruguay, es una interesante propuesta que Colombia debería replicar, sobre cómo abordar la diversidad en las instituciones educativas.

El viernes 31 de octubre se presentó en Montevideo (Uruguay) la “Guía Didáctica Educación y Diversidad Sexual” dirigida a maestros. El documento tiene como objetivo “contribuir al reconocimiento, integración y respeto de la diversidad sexual en el ámbito educativo como un derecho humano fundamental, mediante marcos teóricos y ejercicios prácticos”.

Desarrollada por una coalición de instituciones gubernamentales y el Colectivo Ovejas Negras, la guía es una muestra más del liderazgo que el gobierno uruguayo ha mostrado en materia de reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI.

Con este importante avance, Uruguay manda un claro mensaje a la comunidad educativa en general y a sus maestros en particular: la diversidad sexual y de géneros es una realidad y no abordarla en la escuela de manera responsable e informada reproduce estructuras sociales discriminatorias.

Así, a partir de ahora, los docentes tendrán más herramientas teóricas y prácticas para examinar sus propios prejuicios, informarse y trabajar estos temas con sus estudiantes con miras a la construcción de una sociedad realmente pluralista e incluyente.

Silenciar y reprimir la diversidad sexual y de géneros en las escuelas ya no es una opción para los maestros uruguayos. Finalmente, como reza el emblema del Programa de Educación Sexual Integral del Ministerio de Educación argentino: “es parte de la vida, es parte de la escuela”.

Cabe entonces preguntarse qué hubiera pasado si los maestros y la rectora del Gimnasio Castillo Campestre, hubieran tenido acceso a materiales como este. ¿Estaría Sergio Urrego celebrando su puntaje en el ICFES, preparándose para ingresar a la universidad, compartiendo con sus amigos y disfrutando del amor?

Pese a los indiscutibles avances de los últimos años, al gobierno colombiano le hace falta mostrar una voluntad política real en materia de educación en diversidad, no sólo en temas de sexualidad y géneros.

Colombia, como Uruguay, es un Estado laico, pluralista y diverso donde todas las personas tienen derecho a la educación, al libre desarrollo de la personalidad, a vivir una vida libre de violencias y a un trabajo digno, entre otros. Y como seres humanos, tenemos derecho a la felicidad, al placer y al amor.

Propuestas como la uruguaya señalan el camino. Sería ideal que pronto en Colombia también estemos anunciando el lanzamiento de un programa para formación de maestros en temas de diversidad sexual y géneros.

Ojalá los adultos dejemos de tenerle miedo a aquello que los jóvenes cada vez entienden más fácil y con mayor naturalidad: que hay muchas formas de habitar nuestros cuerpos, y que pese a lo que aún se escucha desde los púlpitos, la sexualidad, como nos lo recordó Sergio Urrego, no sólo no es un pecado, sino que por el contrario puede ser nuestro paraíso.

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