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Museos incluyentes

El museo de Brooklyn en Nueva York acogió la exposición HIDE/SEEK: Difference and Desire in American Portraiture (OCULTAR/ BUSCAR: Diferencia y Deseo en el Retrato Americano) que ha sido reseñada como la primera gran exhibición en enfocarse en temas de género y sexualidad al documentar el rol que la identidad sexual juega en el quehacer artístico y destacar la contribución que artistas gays y lesbianas han hecho al arte norteamericano.

Por: Andrés Forero. @maforero

El museo de Brooklyn es el segundo espacio que exhibe la muestra después que fuera creada por la National Portrait Gallery Smithsonian Institution en Washington D.C. en octubre de 2010 y que seguirá en tour en 2012 hacia la costa oeste estadounidense, más específicamente al Tacoma Art Museum.

Como pasara hace más de dos décadas con la exhibición The Perfect Moment (El Momento Perfecto) del fotógrafo Robert Mapplethorpe (1946-1989), HIDE/SEEK: Difference and Desire in American Portraiture no pasó sin ser censurada y duramente criticada cuando fue abierta en Washington D.C. por grupos católicos y políticos conservadores.

De tal magnitud fueron las protestas que el director del museo decidió remover una corta película inacabada del artista David Wojnarowicz (1954-1992) titulada A Fire in My Belly (Un fuego en mi vientre).

En respuesta a lo sucedido en Washington D.C., el museo de Brooklyn, que incluyó de nuevo el filme, diseñó además un espacio educativo dedicado a explicar el proceso de creación de la película con una línea de tiempo y dispuso diferentes libros sobre la obra de Wojnarowicz.

Aunque la estrategia funcionó y la misma obra sirve ahora como recurso de aprendizaje, la Coalición nacional contra la censura (NCAC por sus siglas en inglés)  recuerda que «el contenido lésbico, gay, bisexual, transgenerista y queer, sea en ficción, teatro, cine o arte, es frecuentemente sujeto a esfuerzos de censura», según lo afirma en el espacio dedicado al contenido LGBT.

Es importante entonces preguntarse, cuándo la expresión de una identidad en particular puede dejar de ser censurada, excluida y marginalizada por la mayoría; por qué un museo se abstiene de incluir y validar otras voces perdiendo la oportunidad de negociar, construir y comunicar diferencias culturales; y en palabras de Judith Butler, «cuál es la relación entre cumplir las normas de género y la coerción», en este caso, ser invisibles en un espacio que sostiene y construye la memoria colectiva.

¿Cómo podría empezar esta nueva museología, que anima el espacio del museo haciéndolo diverso, incluyente y responsable con sus comunidades, a ser una realidad en Colombia?

Si bien los esfuerzos que algunas organizaciones en Berlín o San Francisco han realizado para erigir espacios museísticos netamente LGBT son muy valiosos (Schwules Museum y el GLBT History Museum respectivamente), hay otros proyectos que dan cuenta de un diálogo entre instituciones prioritariamente educativas, como universidades o bibliotecas, y comunidades que anhelan visibilizar su historia.

Y aunque de estas asociaciones socio-académicas han resultado importantes exhibiciones que rescatan memorias queer, museos en Australia, Reino Unido y Suecia han empezado ya a trabajar con sus colecciones permanentes desde un punto de vista LGBT haciéndose partícipes de las celebraciones de orgullo, abriendo líneas de investigación desde la teoría queer o diseñando exposiciones que integran comunidades que han sido excluidas del museo por mucho tiempo.

Para comenzar, y como lo propone Robert Mills, la historia queer debe ser trasladada al dominio de interés de la cultura pública en donde las exhibiciones conscientemente rechacen narrativas grandilocuentes y categorías preestablecidas.

Los museos que deseen dar cabida a la pluralidad serán aquellos que verdaderamente reconozcan a través de su interpretación de los objetos que la historia no es una sola y que la exclusión de la otra está permeada por el deseo de silenciar a una inmensa minoría.

Exposiciones museo de Brooklyn en Nueva York
El Momento perfecto. Por Robert Mapplethorpe (1989)

2 thoughts on “Museos incluyentes

  1. Para comenzar tengo un comentario sobre el uso lingüístico de la mencionada palabra “marginalizado” ya que es la conjugación errónea de la palabra “marginalise/marginalize”, término anglosajón que los diccionarios científicos como el de la RAE no la reconocen, ya que la palabra correcta para indicar que una o varias personas han sido excluidas de determinados espacios es marginar para el español, conjugado marginado, no marginalizar, ni marginalizado. Algunos diccionarios la reconocen, pero estos son de baja categoría y en ellos cabe todo.

    En cuanto al artículo considero que hace una comparación de los casos europeos y norteamericanos que le han apostado a presentar exposiciones queer y han logrado cautivar a un público que reconoce la divesidad sexual como factor humano natural, para que en algún momento pueda ser tomado como ejemplo en Colombia. Pero respecto a la pregunta final que se hace, habría que reflexionar para lograr espacios en museos y otros espacios no hegemónicos para mostrar arte, en este caso queer, sobre la falta de atención y protección de derechos, garantías y posibilidades de generar relaciones sociales que no estén basadas en un sistéma homofóbico, que no sólo censuran el arte queer, sino cualquier tema que sensibilice y cambie imaginarios relacionados a la diversidad sexual. La diferencia abismal en el tema de respeto y posicionamiento de la misma diversidad en el caso europeo y norteamericano frente al colombiano evidencia la falta de voluntad política e incidencia hecha por los sectores para poner en la esfera pública estos temas.

    Creo que allí mismo está la responsabilidad transformadora del artísta, deshomogenizar los espacios que han dominado las expresiones artísticas en Colombia, mostrar alternativas y reconocer que la diversidad sexual ha movido el arte invisiblemente en el transcurrir de la historia, por eso es necesario que además de exigencia de derechos y garantías, se exijan también movilizaciones culturales diversas que permitan el cambio de relaciones de exclusión y negación.

    No sé si sepa que en el año 2006 se presentó una exposición en el “callejón de exposiciones” del teatro Jorge Eliécer Gaitán, llamada “amor universal”, en la que mostraban fotografías, videos, libros, dibujos, comics, una línea de tiempo, entre otras cosas, relacionadas a la diversidad sexual. Aunque fue un espacio pequeño, se convirtió un lugar bastante “empoderador” para mostrar la diversidad desde el arte como nunca se había hecho, logrando cambiar la invisibilización y silenciamiento de la que se habla en el artículo, porque se reconoció a traves del arte la importancia de la expresión diversa de la sexualidad, la afectividad y el amor, del amor universal. Lamentablemente sólo duró un mes y no recuerdo haber visto algo parecido que, ahora si como dice el concejal electo, hiciera apología a la homosexualidad y el lesbianismo (y transgenerismo).

    1. ¡Gracias Manuel! Siempre será positivo recibir comentarios de la gente que lee el blog. En efecto fue muy interesante la exposición que se llevó a cabo en el ‘callejón’ y muchas otras que se han realizado en espacios universitarios y ferias alternas. Sin embargo y tal como esta sucediendo en Europa y USA, será necesario que en Colombia (y en otros países latinoamericanos) el discurso y los intentos de inclusión pasen del callejón y de lo alterno a la esfera pública nacional que además tiene la misión de representar a todos los ciudadanos.

      No esta de más decir que no se trata de marginar la exposición alterna o de priorizar la exhibición privada, sino de un encuentro entre una sección de la comunidad que hace parte de los museos (y para esto recomiendo un artículo muy relevante de Joshua G. Adair en ‘Gender, Sexuality, and Museums’) y lo que allí se representa.

      De nuevo gracias por el comentario y por estar tan atento al blog!

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