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Tener un cuerpo “femenino”

¿Será que cuando un hombre acepta la invitación de una mujer que le está coqueteando le da miedo que ella vaya a tocarlo? ¿Por qué cuando son ellas las que salen con un hombre en estas circunstancias temen por su seguridad?

Creo que solo me sentí mujer cuando estaba en décimo grado, en el colegio. Antes no. Y me sentí mujer porque un adolescente que se identificaba como hombre me vio así, no porque de mí hubiera surgido la iniciativa de esa interpretación.

Me sentí mujer porque yo le gusté a un adolescente heterosexual. Me sentí mujer porque cuando jugábamos “pico-botella” los niños nunca se besaban entre ellos ni las niñas entre ellas.

Así que comprendí que me habían metido ya en un cajón y eso me dio desconfianza, así que me dediqué a observar. Pero yo no sabía de cuerpos, de hormonas ni nada de eso. Había crecido en un colegio femenino y mi sexo era algo innombrable, inalcanzable, inexistente.

Empezamos a salir y a juntarnos, niños y niñas. Íbamos a tomar café y a esconder alcohol. Entonces yo le gusté a Javier y Javier me gustó a mí. Qué miedo. Yo ni siquiera sabía besar. Recuerdo que Javier y yo comenzamos a hablar. Por Internet, creo, aunque las cosas entonces no eran como ahora.

En una de nuestras conversaciones, Javier me preguntó: “¿vas mañana?” Y yo le dije: “claro, cómo no, mañana sí”. Y él me respondió: “bueno, ¿te puedes poner entonces un pantalón pegado?”

Tengo la impresión y la vaga certeza de que decidí alejarme de los niños, la fiesta y la hormona-bailable.

¡Un pantalón pegado!

Yo no tenía la capacidad de entender en ese entonces por qué el comentario me había sentado tan mal. Yo no podía explicar con palabras que me sentía como un pedazo de carne y que eso me daba miedo.

Lo peor es que por algún mecanismo de defensa no recuerdo bien nada de esa época. No estoy seguro de cómo se fue dando todo, de verdad lo olvidé.

Yo me refugié en la biblioteca, en mi grupo de filosofía con mis profesores y en mi grupo de astronomía y de física. Y cuando llegué a la universidad, claro, era virgen. Por mucho tiempo me sentí tan extraño, tan diferente. Mi inexperiencia sexual y mi miedo me pesaban y me dolían. ¿Qué podía estar mal conmigo?

Nunca comprendí que orgánicamente (pero no conscientemente) sabía que había algo mal en ese juego de “ponte un pantalón pegado”. Nunca comprendí que mi intuición era correcta y que mi miedo y el decidido aislamiento eran una acción de rechazo a este sistema.

Desde ese entonces, por supuesto, mi relación con los hombres cisgénero nunca ha sido bien fluida. Me gustaban (me gustan) sí, pero solo si son compasivos, y, como dicen los demás -no yo- “femeninos”.

Y con todo y que mis parejas han sido consideradas y amorosas, hay algo de violento en la penetración que no tolero. Algo en el mero acto de invadir mi cuerpo femenino que no puedo disfrutar con facilidad.

Sin duda alguna, prefiero los cuerpos femeninos, los cuerpos intermedios y los cuerpos trans. Aunque ya para decir lo último, lo masculino otra vez me está dando lata.

Ya pasaron tal vez quince años desde el incidente del pantalón pegado. Ya pasó que soy trans, ya pasó que soy pansexual. Y con todo, el incidente del pantalón pegado se repite cuando trato de hacer las paces con lo que pueda ser mi identidad femenina.

Ahora Javier se llama Igor. Ya no es un adolescente, sino un hombre de 43. Donde trabajamos juntos, yo soy Diana. Diana la colombiana. Aquí uso maquillaje y a veces uno que otro escote.

Entonces Diana le gusta a Igor. Bien. Diana ha sido clara en que a ella no le gusta él. Pero conversan y se ríen. Ella piensa que es bonito volver a recibir cumplidos, que es bonito sentirse admirado y atractivo.

Entonces Igor le dice a Diana, al son de una piña colada, que caminen un rato por el paseo de la playa. Y caminan. ¿Será que cuando un hombre acepta la invitación de una mujer que le está coqueteando le da miedo que le agarren las huevas? ¿Cierto que no?

En cierto sentido, no tenía otra opción si quería conseguir trabajo rápido. En otro, me daban ganas de encontrarme de nuevo con la niña, a ver cómo se siente ahora.

Entonces, ¿por qué cuando una chica sale con un hombre en estas circunstancias teme por su seguridad?, ¿por qué teme que él invada su espacio personal, que, de alguna forma, la irrespete? Porque Igor caminó conmigo y me agarró la cintura y me estrujó.

Y yo volví a ser la niña de quince años asustada. Yo, después de todo lo que he dicho y pensado en los caminos del género, me asusté, y aunque atiné a decir que me quería ir (y nos fuimos), me sentí vulnerable y me irrespetaron.

En realidad, yo no soy trans porque quiera traicionar a las mujeres, porque sea tan duro ser una mujer que prefiera optar por la otra parte.

Yo soy trans porque justamente no se me ha olvidado. Y porque de las muchas formas que hay para sobreponerse al sistema sexo/género, esta es una, la de explotar las categorías desde dentro, y es la que mejor sé hacer.

7 thoughts on “Tener un cuerpo “femenino”

  1. A mi me encanta ser mujer tener todo de ellas senos vaguina caderas redndas y mi cinturita mi voz de mujer s3ntir mis mestruaciones y lo mas hermoso sentirme embarazada que me haga sentirme mujer un hombre guapo y alto x que ellos son los que me hacen sentirme nena y yo estoy encantada facinada y deseo con toda mi alma ser mujer completa y ser muy femenina x que me gustan los vestidos las zapatillas de tacon alto mi ropa intima mi brassier mis pantaletas ligueros mis baby shower para mi ser mujer es maravilloso y estoy atrapada en el cuerpo de un hombre

  2. Mientras hacer eso te ponga muy feliz y crees q no le haces daño a nadie y tu disfrutas sentirte mujer tocada amada y muy satisfecha creeme que no haces ningun mal amar no es pecado y al ponerte tu ropita y en cada prenda que te pongas sentir hasta un orgasmo creeme q q es maravilloso

  3. Hola a mi siempre me gustó vestirme de mujer pero lo hice a escondidas nunca me dejé ver hasta que estaba acabando la Universidad conocí a una chica que atendía un salón de belleza y quería cortarme el cabello me di cuenta que no era una mujer sino un chico pero bien vestida así que converse un poco con ella y le pregunté si me podía ayudar a verme igual que ella y me dijo que si entonces me enseñó como formar un cuerpo femenino haciendo ejercicios así comenzamos hasta que le dije que ya estaba lista para salir me ofreció maquillaje y peinado pero tenía que verme vestida de mujer primero para convencerla y asi fue me vio y me dijo que tenía buen cuerpo y ademas me recomendó unas hormonas para tomar y yo le hice caso por que ella se veía bien como mujer asi comenzamos una amistad y salimos a varios sitios la mayoría discotecas en mancha desde entonces sentí que mi cuerpo se estaba formando me crecieron un poco los pechos y las caderas la cintura era lo mio y asi continuamos nuestra amistad.

    1. Buena experiencia de tu vida me gustó mucho tu forma de pensar y ese valor que tuviste contigo misma tengo 20 años y en ocasiones en mi intimidad me siento femenina pero no se como hacerlo bien esa transición oh que tomar como tu

  4. Holis! Me interesa y leo todo lo que tenga que ver con salirse de la norma! … Soy Luly una chica travesti de closet que ya pudo vencer algunas veces sus miedos e inseguridades y logró salir a la calle totalmente vestidita y toda maquillada como una hermosa nena! Las que nos animamos a salir con tacones y pollerita sabemos lo bello que se siente ser miradas y deseadas por los hombres que al menos en mi caso es lo que busco. Besitos 😘 a todas!

  5. Holis! Cómo están?… Alguna chica travesti de closet para contactar y ser amiguitas y así contarnos nuestras experiencias o consultarnos algunas dudas? … Soy Luly, toda una mujercita súper femenina y cariñosa! 👠💅💄 Besitos 😘

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