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“El activismo LGBT es más efectivo cuando piensa en colectivo”

Son muchos los retos que enfrenta David Alonzo como cabeza de la Dirección de Diversidad Sexual de Bogotá. En la práctica, ¿qué pueden esperar las personas LGBT de esta entidad? Sentiido habló con él.

David Alonzo asumió la Dirección de Diversidad Sexual a finales de marzo, el primer día de la cuarentena en Bogotá. Poco después, el 8 de abril, la Alcaldía de Bogotá emitió el Decreto 106 de 2020 -conocido como “pico y género”- para reducir las cifras de contagio por COVID-19 en la ciudad. (Ver: Prejuicios y estereotipos, los problemas detrás del “pico y género”).

De inmediato, varios activistas y organizaciones trans y LGBT, inconformes con la medida, apuntaron hacia él. Esto, debido a que el decreto -que estuvo vigente hasta el 11 de mayo- dejaba en manos de la Policía Nacional y del personal de seguridad de establecimientos, verificar el cumplimiento de dicha medida, lo que permitía que las personas trans y de género fluido, no binarias o que no se identifican como hombre ni como mujer, estuvieran en mayor riesgo. (Ver: Lo que dejó el “pico y género” sobre las personas trans y no binarias).

En su momento David Alonzo explicó que, por tratarse de una coyuntura -una pandemia- en la que rápidamente debían tomarse decisiones, él no fue consultado sobre la viabilidad de la medida. “No es obligatorio que los decretos que adopte la alcaldesa sean consultados por entidades como la Dirección de Diversidad Sexual. Ella puede recibir un concepto, pero estas decisiones son de su total autonomía”, explica David. (Ver: Claudia López: sus promesas en género e igualdad).

Es conocida la larga historia de abusos que las personas LGBT, especialmente trans, han sufrido por parte de la policía.

activismo LGBT
David Alonzo es politólogo y comunicador social, bogotano, tiene 29 años y asumió la Dirección de Diversidad Sexual el primer día de la cuarentena en Bogotá..

En todo caso, dijo, su posición es que una medida como “pico y género” no es recomendable por exponer a las personas trans y a quienes se salen de las categorías “hombre” y “mujer” a violencias inaceptables. (Ver: Alanis Bello: no quiero ser un hombre ni una mujer).

Con una polémica de tal magnitud, David Alonzo se estrenó como cabeza de la Dirección de Diversidad Sexual de Bogotá. Sin embargo, este tipo de situaciones no son nuevas para él porque está en el activismo desde que era estudiante de Ciencia Política en la Universidad Nacional y de Comunicación Social en la Javeriana. (Ver: Cómo y para qué apostarle al activismo).

Estuve dos años al frente de Stonewall, el grupo de diversidad sexual y de género de la Javeriana, con el que nos uníamos a marchas sobre la educación y poníamos sobre la mesa temas como personas LGBT y discapacidad”. (Ver: “El nuestro ha sido el lenguaje del amor”).

“He intentado tomarme pausas del activismo LGBT, pero la vida vuelve y me lleva por este camino”.

“Tengo la sensación de que las nuevas generaciones son cada vez más abiertas a la diversidad sexual y de género”.

Así, el activismo LGBT pasó a ser un tema central en su vida, al punto de que primero vino un reconocimiento público como hombre gay, antes de hablar del tema con su familia. “Quizás al principio me importaba menos decirlo afuera que adentro. Pero una vez lo hablé con mi familia -tengo papás adoptivos, quienes son personas mayores, católicas y que no pasaron por una universidad- el tema fluyó porque tenemos claro que el respeto y el amor son lo primero”.

La respuesta de su mamá fue yo con Dios no peleo. Él lo hizo así. Desde entonces, su familia siempre lo ha apoyado y lo ha acompañado en marchas y eventos. Aunque esta es brevemente su historia, David Alonzo tiene muy claro que no es la de muchas personas LGBT para quienes los obstáculos en su hogar o en su entorno más cercano, les impiden un desarrollo educativo, personal y profesional.  

En todo caso, reconoce, vivió bullying escolar. “Fue muy fuerte. Hasta en la universidad lo sentí. Ese dolor que muchos vivimos en el colegio nunca se borra del todo. Es una cicatriz que queda y que a veces se abre por un comentario o un chiste. Con el tiempo, la cicatriz se abre menos, pero no deja de estar ahí”. (Ver: Bullying escolar LGBT: más fuerte y dañino).

Son varios los retos que David Alonzo asumió como director de la Dirección de Diversidad Sexual en medio de una pandemia en la que las personas LGBT más vulnerables se ven aún más afectadas. Sentiido habló con él.  

Sentiido: Si la Dirección de Diversidad Sexual no es determinante a la hora de adoptar una medida como “pico y género”, ¿cuál es su función?

David Alonzo: La Dirección de Diversidad Sexual de Bogotá nació con la política pública LGBT de la ciudad y es una dirección técnica que está dentro de la Subsecretaría de Desarrollo Socioeconómico del distrito. Esta Subsecretaría forma parte de la Secretaría de Planeación que se encarga fundamentalmente de aportar datos y de establecer metas.

Así, la misión de la Dirección de Diversidad Sexual es aportar lineamientos y asistencia técnica sobre la política pública LGBT de la ciudad a otras entidades distritales para que la incorporen en sus planes de acción. Nuestro rol no es obligar a otras dependencias a que lleven a cabo determinadas acciones, tampoco representar a la ciudadanía ante la Alcaldía de Bogotá ni mucho menos derogar decretos.

“La Dirección de Diversidad Sexual no tiene presupuesto para la ejecución de la política pública LGBT, más allá de unas actividades”.

Lo que hicimos en el caso de la medida de “pico y género” fue tratar de reducir su impacto en las personas trans y no binarias porque las denuncias y reclamos del activismo en este sentido son fundamentados.

Les apostamos a capacitaciones a personal de seguridad y a crear directrices, especificando, por ejemplo, que la policía no podía exigir documentos de identidad como una manera de probar la identidad de género de las personas y a reiterar que cualquier acto de discriminación o abuso de autoridad son delito y falta disciplinaria.

Por supuesto, sabíamos que en unas semanas no íbamos a acabar con la discriminación ni a lograr que todas las personas respeten la identidad de género de cada quien, pero aportamos en ese sentido.      

Sentiido: En la práctica, a las personas LGBT de Bogotá, ¿para qué les resulta útil una entidad como la Dirección de Diversidad Sexual?

D.A.: Nuestro rol no es representar a las personas LGBT en la Alcaldía de Bogotá, sino obtener los insumos para establecer cómo está su situación en la ciudad. Esta Dirección se encarga de dar el lineamiento técnico para que los planes y acciones que las dependencias de la Administración Distrital pongan en marcha, cumplan con la política pública LGBT de Bogotá.

Es decir, nosotros nos sentamos, por ejemplo, con la Secretaría de Salud para preguntarles qué planes tienen y les sugerimos que, en determinados temas, tengan un enfoque hacia mujeres lesbianas o trans. Y una vez esta Secretaría define qué hará, nos encargamos de darle un acompañamiento para saber qué necesitan o en qué aspectos podemos capacitarlos.

“Nuestro trabajo es preguntarles a las dependencias de la Administración Distrital qué proyectos tienen para buscar espacios para las personas LGBT”.

También tenemos actividades enfocadas en aportar al cambio cultural como apoyo a organizaciones sociales, fortalecimiento a procesos de participación de personas LGBT y realización de eventos como la semana de la igualdad y la marcha LGBT. (Ver: 9 miradas a las marchas LGBT de Colombia).

Otra área de acción es investigación y recolección de datos. Este año, por ejemplo, vamos a hacer una investigación sobre “vejez LGBT: necesidades y retos a enfrentar”. Una vez los datos estén consolidados, se la pasamos, por ejemplo, a la Secretaría de Integración Social o a cualquier otra entidad a la que esta información pueda aportarle para sus planes de acción.

Sentiido: Además de los efectos de medidas como “pico y género”, ¿cómo han visto en la Dirección la situación de las personas LGBT en estos tiempos de pandemia?

D.A.: La violencia hacia las personas LGBT ha aumentado notablemente durante el confinamiento, principalmente la violencia intrafamiliar. Por supuesto, hay un subregistro, porque es muy difícil que una persona denuncie a su propia familia y aún más en un contexto de cuarentena donde se le puede complicar irse de su casa. (Ver: Cuarentena y derechos de personas LGBT en Colombia).

“Cuando se dispuso la línea contra la discriminación se dobló el número de denuncias que normalmente se recibe”.

También se han visto casos de violencia en establecimientos comerciales, y de abuso policial. En estas situaciones, el distrito puede activar varias rutas: acompañamiento psicosocial y el que sea necesario para hacer la denuncia y poner el caso en la comisaría de familia o en casas de justicia.  (Ver: Covid-19 y personas LGBT: respuestas a preguntas frecuentes).

Sentiido: Vamos un poco más atrás, ¿cómo fue el proceso para elegir nuevo director de Diversidad Sexual?

D.A.: Cuando yo pensé en postularme para trabajar en esta administración, lo hice contemplando en enfocarme en planeación urbana o en comunicaciones y de repente las recomendaciones que la gente me hizo fueron: “¿por qué no se inclina por algo de diversidad sexual ya que usted tiene experiencia en el tema?”. Así, terminé postulándome para la Dirección de Diversidad Sexual.

En mi elección prevaleció mi experiencia en distintos espacios en los que he trabajado sobre diversidad sexual y de género. También el hecho de ser politólogo y comunicador social y de tener una maestría en planeación urbana.

Por estar la Dirección de Diversidad Sexual dentro de la Secretaría de Planeación, se busca una conexión entre diversidad sexual y políticas de población. Este cruce fue determinante para que me eligieran. También, el hecho de haber trabajado en el Congreso, en organizaciones sociales, en cooperación internacional y en el sector privado.

Sentiido: ¿Cómo maneja la Dirección de Diversidad Sexual el amplio espectro reunido en la sigla LGBTQ?

D.A.: La clave está en mantener un diálogo fluido para que la sociedad civil y las organizaciones sociales tengan claro cuáles son los alcances de esta Dirección. Yo me he encontrado con solicitudes estilo: “tiene que derogar un decreto” o “dígale a la Secretaría de Integración Social que haga tal cosa” y otras demandas que yo no puedo hacer.

En ocasiones, las personas se fijan expectativas muy altas de lo que la Dirección puede hacer porque se asume que este es un cargo de representación ciudadana y no lo es. Es una dirección técnica. Parte de los conflictos surgen de esta confusión.

Entiendo que los reclamos hacia la Dirección tengan lugar. Yo hasta hace poco estuve de este lado y más de una vez dije “por qué no hacen tal cosa o tal otra”. Y cuando uno llega a ocupar este cargo entiende que hay muchas cosas que no se hacen, no por falta de voluntad, sino porque hay un marco legal y unas competencias que así lo estipulan.

Sentiido: Si es una Dirección de Diversidad, ¿por qué solamente la han dirigido hombres gais?

D.A.: En la cabeza de la Dirección de Diversidad Sexual han estado mujeres lesbianas y  bisexuales. Lo que pasa es que antes de que yo asumiera este cargo, estaba Juan Carlos Prieto, un hombre gay que estuvo ocho años, por eso se tiende a creer que solo han estado hombres gais.

Sentiido: ¿Cómo manejar las tensiones propias del activismo? Porque siempre hay gente inconforme con medidas y proyectos.

D.A.: Yo tengo claro que no puedo llegar a una reunión para limitarme a escuchar y a decir “tienen razón” y comprometerme con todo lo que nos soliciten para después no cumplir. En algunas reuniones me he encontrado con personas que me preguntan con molestia: “¿cómo así que usted no se va a comprometer con tal cosa?”. Y mi respuesta es “no, porque no puedo cumplir”.

“Si me comprometo con algo es porque lo voy a hacer y si no lo hago, estoy listo para recibir todo el palo que quieran”.

He estado en reuniones donde líderes locales me dicen: “es el colmo que usted no saque de su sueldo para aportar unos mercados” o “es el colmo que usted no respalde que se le consignen recursos a una persona de una localidad para que esta apoye al resto”.

Puede que estas personas tengan la mejor intención, pero yo no me voy a mover del marco legal que tiene la Dirección. Yo no puedo pedirle a la ciudadanía que le consigne dinero a una persona cuando la Dirección no tiene ningún control de esos recursos.

Entregar un mercado o una camiseta no es nuestra función, sino consolidar información sólida que permita a mediano y largo plazo que las decisiones que se tomen en política pública impacten no a cinco o diez personas LGBT sino al mayor número posible.

Yo he recibidos reclamos con mucha agresividad. Me han dicho, a manera de chantaje, que si no hago tal cosa o tal otra, van a poner mensajes en mi contra en redes sociales. Yo le apuesto a la comunicación, no al chantaje, y siempre en el marco legal existente.  

Sentiido: ¿Qué retos tiene pendientes la Dirección de Diversidad Sexual de Bogotá?

D.A.: Es momento de que la Dirección se enfoque en lo técnico y en la consolidación de datos de, por ejemplo, la violencia en Bogotá. Los datos son clave a la hora de definir los patrones de criminalidad para que, en últimas, existan más sanciones y menos impunidad. De lo contrario, la violencia seguirá legitimada.

También es clave tener más datos de la situación económica de las personas LGBT y determinar las medidas necesarias para reactivar la economía y para que pueda haber emprendimientos principalmente de personas trans. Mientras se siga condenando a la pobreza a muchas personas LGBT, trans particularmente, de poco servirán las acciones simbólicas.

“No vamos a tener igualdad hasta que no se resuelvan las desigualdades económicas de fondo”.

Otro tema importante es determinar la garantía de derechos y las dinámicas de las personas LGBT en la ciudad. También, la calidad de la vivienda, lo que incluye las dificultades para arrendar y más datos del maltrato intrafamiliar, un asunto que muchas veces se fomenta por las mismas características de la vivienda.

También hay que fortalecer los datos sobre vejez LGBT y los relacionados con salud sexual y reproductiva. Hay muchas organizaciones trabajando en consolidar esto, pero tenemos información dispersa y el reto es reunirla y ponerla a disposición de la administración y de la ciudadanía.

“Las decisiones que tomemos deben estar fundamentadas en los datos”.

Un reto más es pasar de la visibilización a la garantía de derechos o lograr que las acciones de las distintas secretarías y organizaciones distritales permitan que la gente tenga mayor acceso a justicia y la prestación de servicios en salud y educación. En otras palabras: pasar del reconocimiento de la diversidad al ejercicio de derechos en la cotidianidad. También es importante apuntar esfuerzos para contribuir a crear la memoria del movimiento LGBT de Bogotá y de Colombia.

Sentiido: Una crítica recurrente a los/as funcionarios/as públicos, es que contratan a los amigos. ¿Cómo evitar que esto pase en la Dirección de Diversidad Sexual?

D.A.: El equipo de trabajo de la Dirección de Diversidad Sexual ya está contratado y no tengo opción de hacer ninguna contratación, por lo menos, por lo que queda de este año. Es un equipo conformado por 15 personas, la mayoría son de planta y llevan mucho tiempo en entidades del distrito.

“De mi parte, no trabajaré con amiguismos”.

Además, por todo lo que está pasando, el presupuesto de este año se redujo a la mitad. Lo que estaba contemplado para eventos y actividades en calle y publicidad, se destinó a la situación de pandemia que estamos viviendo. Todo cambió. Muy seguramente parte de los recursos de los próximos años estarán destinados a investigación y a consolidación de datos.

Sentiido: En 2019, cuando se cumplieron 10 años de la política pública LGBT de Bogotá, circularon especiales pagos en medios sobre esta política, pero en la vida real, ¿cuáles son los retos que enfrenta?

D.A.: Se ha avanzado. Pero falta. Por ejemplo, hay información y un montón de conocimiento que el equipo de trabajo tiene en su cabeza, en sus archivos y en sus escritorios, pero que no está en la ciudadanía ni en las otras entidades. El gran reto es tomar la información que existe, organizarla y ponerla a disposición de la gente.

Sentiido: ¿Cómo percibe el activismo LGBT en Colombia?

D.A.: El activismo surge de la empatía, pero en ocasiones, carece de esta capacidad de ponerse en los zapatos del otro. Es decir, surge de esa necesidad de justicia o de decir “me pongo en el lugar del otro”, pero en el proceso algunas personas pierden parte de esa empatía a la hora de relacionarse con otros/as activistas y organizaciones.

“No me parece estratégico que parte del activismo tenga la confrontación como uno de sus ejes de acción”.

En todo caso, me parece clave mejorar las relaciones entre organizaciones para poder expresar los desacuerdos sin que esto se tome mal. Así, tendríamos mejores resultados. Es lograr que las tensiones propias de los seres humanos no nos lleven a cerrarnos sino a trabajar en equipo.   

Sentiido: ¿Qué hace falta para que el activismo tenga mayor impacto en los sectores que se oponen a la diversidad sexual y de género?

D.A.: El lugar desde el que cada quien decida hacer activismo es válido, respetable y seguramente tendrá efecto. Pero sí creo que podríamos ser más eficientes si somos capaces de reconocer que no nos las sabemos todas, que no todo lo que yo diga como activista o a nombre de una organización es verdad absoluta y no puede ser cuestionado. Falta mucho para avanzar en objetivos colectivos concretos y no tanto en intereses propios.

“El activismo es más efectivo y estratégico cuando se piensa en colectivo”.

Hay quienes me preguntan: “¿usted cómo me va a beneficiar porque yo soy LGBT y no tengo trabajo?” O “¿qué puesto me va a dar porque yo soy el vocero LGBT de tal zona?”. También hay gente que me ha dicho: “yo voté por Claudia López y no he recibido mercado”. Yo, respetando la necesidad de cada quien, explicó que la Alcaldía está llevando mercados a los hogares en absoluta pobreza, a donde ni siquiera llega agua potable. Esos sectores son los que se están priorizando.

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