El episodio sucedido con el Ciclo Rosa Académico anunció una verdad que aunque muchas personas trataron de ocultar, era evidente que existía: el estilo de vida homosexual.
El tema no podía seguir en la sombra. El hecho de que por presiones de altos jerarcas de la Iglesia Católica, el Ciclo Rosa Académico 2013 no pueda tener como locación las instalaciones de la Universidad Javeriana, mostró una realidad oculta.
Al respecto, hay dos organizaciones que merecen especial reconocimiento: ACI Prensa y Voto Católico Colombia. Por fin dos entidades serias y con credibilidad, se atrevieron a sacar del clóset el estilo de vida homosexual.
ACI Prensa fue la primera en hacerlo mediante la publicación de un artículo titulado: “Pontificia universidad católica de jesuitas organiza evento pro gay en Colombia”. Allí escribieron: “la Universidad Javeriana de Colombia organiza para finales de agosto el llamado Ciclo Rosa Académico, un evento pro gay que promueve abiertamente el estilo de vida homosexual”.
Ya era hora de que alguna persona u organización abordara, de frente y sin miedo, este espinoso tema. Llegó el momento de quitarle la máscara al estilo de vida homosexual.
En ese texto, ACI Prensa también ventiló la existencia de uno de los mecanismos clandestinos de comunicación usados en este estilo de vida: un pasquín digital llamado “sentido”, “sentidoo” o alguna palabra similar, pero mal escrita. Los autores revelaron cómo esta “paginucha” es un soporte moral para quienes viven felices estas condenables prácticas.
Para empezar, es importante destacar que quienes lo ejercen suelen ingerir tres comidas diarias: desayuno, almuerzo y comida. Y en algunos casos, los muy degenerados, pican entre éstas. Es repugnante ver que su canasta familiar incluye productos tales como arroz, papa, carne y, en ocasiones, frutas y verduras. ¿Hay derecho?
Alejandro Bermúdez Rosell, director de ACI Prensa y, Jesús Herrera, de Voto Católico Colombia, fueron dos de los hombres que se atrevieron a poner el dedo en la llaga y hablar, de una buena vez, del macabro estilo de vida homosexual.
Se bañan y trabajan
Se rumora, aunque aún está sin confirmar, que quienes lo siguen se bañan a diario, cantan en la ducha, se lavan los dientes, trabajan en promedio ocho horas diarias y reciben un salario mensual. ¡Descarados!
Hombres valientes como Alejandro Ordóñez, procurador general de la nación, Marco Fidel Ramírez, concejal de Bogotá y Roberto Gerlein, senador de la República, ya habían dado las primeras advertencias sobre el tema. Pero como suele ocurrir en estos casos, los tildaron de retrógrados y discriminadores.
Sin embargo, gracias a ACI Prensa y a Voto Católico Colombia, quedó demostrado que ellos no estaban locos: el estilo de vida homosexual existe. ¡Es una realidad!
Y es tan peligroso que sus seguidores se valen de transporte público o de automóviles particulares para movilizarse de un lado a otro.
Lo peor es que son tan inmorales que hacen mercado y pagan impuestos y servicios públicos. ¿Podrían, por lo menos, dejar de usar medias o aunque sea zapatos?
Lo importante, ahora, es organizar una campaña para detenerlo, para evitar que siga propagándose. ¿Acaso no han visto esos avisos que algunos conductores ponen en el vidrio de atrás de sus vehículos que advierten: “si pita es gay”? Y con tanto pito que a diario se escucha…
Nada de raro tendría que los promotores de ese estilo de vida sacaran dentro de poco unos botones para ponerse en las chaquetas que dijeran: “si quiere ser gay, pregúnteme cómo”.
¿Alguien se ha imaginado cómo sería el futuro del país si se permite que los practicantes del estilo de vida homosexual continúen viendo televisión por las noches, asistiendo a cine los fines de semana y comiendo pizza de vez en cuando? ¿Alguien ha contemplado lo que puede pasar?
Ese repugnante estilo fomenta que la gente tome tinto o agua aromática mientras trabaja y que salga a la ciclovía los domingos. ¿Por qué quienes no tienen ese “gusto sexual” tienen que aguantarse que estas personas promuevan que la gente duerma por las noches? Si van a hacerlo, que por lo menos no usen almohadas. ¡Atrevidos!
Para un futuro digno de los menores de este país, un buen primer paso sería organizar movilizaciones para evitar que frecuentaran peluquerías, supermercados, bancos, universidades, colegios, calles, parques, oficinas, bares, centros comerciales, restaurantes y cualquier otro espacio público donde estas personas acostumbran pasar su tiempo.
Una vez se logre detener a sus seguidores y promotores, el siguiente paso será frenar los llamados eventos ‘pro gay’ y a todos esos ingenuos que creen que la igualdad de derechos, sin distinción de orientación sexual o identidad de género, es posible.
Qué asco de blog.