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1982 o 1983: ¿cuándo fue la primera marcha del orgullo en Colombia?

Durante mucho tiempo se dio por hecho que la primera marcha del orgullo LGBTIQ en Colombia fue en 1982, al punto de que este 2022 ya se está hablando de los 40 años de este evento. Sin embargo, otras fuentes revelen que en realidad fue en 1983. 

Por Felipe Caro Romero*

Durante muchos años se dio por hecho en Colombia que la primera marcha conmemorativa de los disturbios de Stonewall (llamada del Orgullo o marcha LGBTIQ) se realizó el 28 de junio de 1982. Por eso este año ya se está hablando de los 40 años de la primera marcha. (Ver: Marcha LGBTI de Bogotá: 50 años de orgullo).

Sin embargo, a partir de una revisión de fuentes que desarrollé, encontré que en realidad la marcha se realizó en 1983. ¿Por qué, entonces, se dice que fue en 1982? Y ¿cómo es posible que una marcha que se realizó hace relativamente poco haya pasado prácticamente desapercibida? (Ver: La importancia de las marchas LGBTI).

Una de las causas de que se diga que fue en 1982 y no en 1983 es la desaparición de las organizaciones que colaboraron en la organización de la primera marcha. El Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia (MLHC), organización que tuvo presencia nacional en varias ciudades del país con una capacidad de convocatoria relativamente alta (entre 30 y 60 personas), fue la encargada de realizar todos los preparativos necesarios para tal ocasión. (Ver: León Zuleta, uno de los pioneros del movimiento LGBT de Colombia).

El MLHC surgió en Colombia al final de la década del setenta, durante el periodo de penalización de la homosexualidad (vigente hasta enero de 1981). Por esta razón las primeras actividades de la organización fueron clandestinas, como forma de autoprotección no solo de la represión estatal sino también de la sanción social. (Ver: 9 miradas a las marchas LGBT de Colombia).

Fuentes de prensa demuestran que la primera marcha del orgullo en Colombia fue en 1983.

1982 se incrustó en el imaginario colectivo como el año de la primera marcha LGBTIQ.

A esto se suma que desde la segunda mitad de los ochenta la epidemia de VIH/SIDA azotó a las personas LGBTIQ de todo el mundo, lo que llevó a que miembros clave del movimiento como Guillermo Cortés, quien llevaba los registros de la organización en Bogotá, y Ebel Botero, quien era uno de los académicos más comprometidos con el movimiento en Medellín, murieran de complicaciones relacionadas con el virus y con ellos se perdieron sus acervos documentales en medio de disputas familiares. (Ver: Camilo Colmenares: la música me salvó la vida).

Además, al final de la década, el paramilitarismo empezó a tomar forma de la mano de escuadrones de “limpieza” que se dedicaron a eliminar “elementos indeseables” de la sociedad, incluyendo a la disidencia sexual y de género. Bajo esta nueva configuración del conflicto armado colombiano el MLHC se acabó y muchos de sus miembros renunciaron a su militancia política. Las pocas personas que siguieron en el trabajo sufrieron devastadoras consecuencias como León Zuleta que fue asesinado el 23 de agosto de 1993 y Manuel Velandia quien sufrió un atentado y tuvo que salir exiliado del país en 2007.

El final del MLHC cortó el vinculo de este activismo con las movilizaciones emergentes en la década del noventa. De esta manera, cuando a finales del siglo XX y principios del siglo XXI se empezaron a hacer sistematizaciones sobre las primeras experiencias históricas del movimiento, las limitaciones de la memoria de los sobrevivientes de esta época se impusieron estableciendo a 1982 como la fecha de la marcha. Y fue así como este año se incrustó en el imaginario colectivo llegando a replicarse tantas veces que se asumió como una verdad en la que incluso investigaciones históricas se apoyaron.

La fuente de información que se usaba era principalmente una: el relato autobiográfico de Manuel Velandia, quien en varias publicaciones ha mencionado a 1982 como la fecha de realización de la primera marcha. Es a partir de allí que se empieza a repetir esta idea. Cuando empecé a indagar por este periodo también me apoyé en dicho trabajo autobiográfico.

Por esa misma razón, al participar en el proyecto Queer Archives Institute y toparme con fotos sin fechar del día de la manifestación publicadas en el numero 197 de la revista Semana, particularmente una que tiene a León Zuleta marchando al lado de los más de 100 oficiales que el distrito despacho para tal ocasión, no me di a la tarea de cuestionar la fecha sino de reafirmarla.

En el recientemente galardonado documental Les Otres sobre la historia del movimiento LGBTI de Colombia, la activista Elizabeth Castillo ubica el año de la primera marcha en 1983. Aunque inicialmente pensé en esta fecha como simplemente un número al azar, me surgió la duda. Así, un reciente repaso por la prensa producida por el MLHC terminó por impulsarme a hacer una investigación mayor. (Ver: “Venimos a dejar el mundo mejor de como lo encontramos”).

Primero me topé con una invitación a la marcha en el número 18 de la revista Ventana Gay fechada en 1983. Podría tratarse de una reedición de la misma revista; es decir, el uso de un texto viejo en un nuevo ejemplar, algo que no era poco usual en un proceso de recursos limitados. Incluso podía significar un intento fallido de convocatoria de una segunda marcha. (Ver: Historia de los medios LGBT en Colombia).

Invitación a la marcha publicada en la edición número 18 de la revista Ventana Gay de 1983.
primera marcha
Nota publicada en el periódico El Heraldo de Barranquilla en la página 10A del 30 de junio de 1983.

Sin embargo, al revisar el periódico De ambiente encontré un artículo de balance de 8 años del MLHC que ubicaba a la primera marcha del orgullo de Colombia en 1983. Tal artículo incluía referencias a los medios de comunicación que habían registrado el evento y tras consultar esos medios me sorprendí al constatar, que efectivamente, la marcha había ocurrido en 1983 y no en 1982. (Ver: Disfrutemos la marcha LGBTI pero sin perder su esencia).

Así lo enunciaba el periódico El Heraldo de Barranquilla en la página 10A del número del 30 de junio de 1983: “Pacíficamente con los rostros medio descubiertos, portando flores y pancartas, que asustaron a más de un peatón desfilaron ayer por el centro de la capital, homosexuales latinoamericanos que se dijeron sus verdades, le cantaron otra a las autoridades y regresaron a sus bares con la satisfacción del deber cumplido”.

Igualmente, Vanguardia Liberal de Bucaramanga registró el evento en la página 8 del 29 de junio de 1983: “Homosexuales latinoamericanos realizaron ayer un desfile por las principales avenidas del centro de esta capital en la culminación de un foro que deliberó bajo la consigna ‘Basta ya de andar por la sombra’.” (Ver: Lo que pensaba y lo que ahora pienso de las marchas LGBT).

¿Qué significa el cambio de fecha?

Por un lado, significa que casi todos los trabajos de historia sobre el movimiento LGBTIQ de Colombia, incluyendo los míos, tienen un error que a primera vista no es grave. Podría excusarse con el hecho de que la diferencia es de un año y no hay mucha variación aparentemente entre las dos fechas.

Sin embargo, este punto muestra dos elementos importantes. Uno es que entre 1982 y 1983 se encuentra la diferencia respecto a la vigencia del Estatuto de Seguridad establecido por el presidente Julio César Turbay Ayala entre 1978 y 1982.

Este estatuto no solo fue usado para combatir a la insurgencia armada en Colombia (justificando numerosas violaciones de derechos humanos), sino que según testimonios recopilados por el Centro Nacional de Memoria Histórica se utilizaba como excusa por parte de oficiales para violentar a la disidencia sexual y de género después de perder el amparo de la penalización de la homosexualidad. Esto parece indicar que el inicio de la acción pública de protesta LGBTIQ en Colombia se dio solo después de la caída de este estatuto.

La otra implicación es que por más de 40 años hemos caído en lo que Chimamanda Adichie llama “el peligro de una sola historia.” Al recostar nuestra capacidad de acceso al pasado en una o dos personas hemos actuado injustamente tanto con esas personas como con la memoria de todas las otras que participaron de las luchas que queremos rescatar.

primera marcha
El periódico Vanguardia Liberal de Bucaramanga registró el evento en la página 8 del 29 de junio de 1983.

“Un acto valioso sería iniciar un proceso de corrección de la mayor cantidad posible de información producida el respecto”.

¿Qué hacer entonces?

Un acto importante sería iniciar un proceso de corrección de la mayor cantidad posible de información producida el respecto. Esto se hace no solo con el fin de acercarnos a la verdad, sino para honrar el esfuerzo de quienes se atrevieron a realizar esta gran hazaña. Un segundo paso es entrar a los archivos y a las bibliotecas.

Que esta coyuntura sea una excusa para iniciar un proceso amplio de reconstrucción del pasado disidente colombiano. Se podría incluso proponer que una parte integral de la aún no implementada política publica LGBTIQ sea el trabajo de reconstrucción histórica. Esta es una deuda pendiente que incluye el reconocimiento del Estado como partícipe de la discriminación de la mano de la penalización de la homosexualidad vigente desde 1890 y eliminada en su totalidad solo hasta 1998 con la desaparición de la homosexualidad como causal de mala conducta del Estatuto Nacional Docente.

Solo con un conocimiento amplio de la historia, podremos construir herramientas efectivas de cambio que nos permitan construir un mejor mundo para todas las personas.

* Historiador con maestría en Historia de la Universidad de los Andes. Actualmente cursa un doctorado en historia latinoamericana en la Universidad Católica de Eichstätt Inolstadt (Alemania), Se especializa en la historia del movimiento LGBTIQ+ latinoamericano: https://ku-eichstaett.academia.edu/FelipeCesarCamiloCaroRomero  

Agradezco a Juan Sebastián Avella por su ayuda en el trabajo investigativo

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