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“A las personas LGBT no les gustaría que se organizara una Teletón para recoger recursos para ellas con el argumento de ‘pobrecitas’. A las personas con discapacidad, que es otra minoría, tampoco”. Foto: Abhijit Bhaduri.

5 críticas a Teletón

Mientras las redes sociales se llenan de mensaje que piden donar a Teletón, otras voces solicitan no hacerlo argumentando que las personas con discapacidad no necesitan de donaciones sino el cumplimiento de sus derechos.

Teletón es uno de esos pocos eventos al año, no relacionado con fútbol, que más convoca a los colombianos. Actores, presentadores y empresas privadas invitan a donar, mientras que durante los días del evento la gente hace fuerza para que se cumpla con la meta propuesta. La de este año es superar la cifra de 13.001.748.128 pesos.

En 1980, por iniciativa del periodista y presentador Carlos Pinzón, tuvo lugar la primera Teletón en Colombia. En su página web explican que su misión es: “ofrecer servicios de prevención, habilitación y rehabilitación con enfoque científico y de derechos dirigidos a la población con discapacidad  física o motora, promoviendo acciones que faciliten su inclusión social, apoyados en la solidaridad  del país”.

El 27 y 28 de febrero el evento se transmite a través de Caracol, RCN e Internet. A pesar de la credibilidad de la marca Teletón, cada vez son más las voces que piden no donar a esta organización. Estas son sus razones:

1. Presenta una visión estereotipada de las personas con discapacidad:

Durante las 27 horas de transmisión, Teletón presenta diferentes historias de vida de personas con discapacidad. La inconformidad radica en que, según quienes se oponen a este evento, son presentadas como merecedoras de lástima y de caridad y no como seres que tienen derechos que el Estado debe garantizarles.

“Teletón presenta estas historias con el ánimo de despertar una conciencia social, pero ha fallado en algunos enfoques”, señala Belkys Angulo, médica fisiatra, expresidenta de la Asociación Colombiana de Medicina Física y Rehabilitación.

Para ella, es importante visibilizar las necesidades de las personas con discapacidad, pero no a manera de “pobrecitas”, sino haciendo énfasis en cómo la sociedad debe facilitarles lo que requieren para ser incluidas como seres activos.

Una fuente consultada por Sentiido que prefiere mantener su nombre en reserva, asegura que el problema de las personas con discapacidad es el mismo de otras minorías: no tener acceso a sus derechos.

“Un programa que durante 27 horas promueve el mensaje de que hay que darles donaciones o limosnas, perpetúa creencias como que fueron castigadas por Dios y que son objetos de caridad, en vez de sujetos de derechos”, asegura.

Para Andrea Parra, directora del Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social (Paiis) de la facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes, sería más interesante que se aprovecharan los espacios en los medios de los que dispone Teletón, para promover los derechos de las personas con discapacidad, presentándolas como productivas y en igualdad de condiciones con las demás en términos de su valor social y de su derecho a una vida digna.

Al ser una organización privada, Teletón está en libertad de recaudar fondos y de manejar sus comunicaciones como lo considere conveniente. Pero según Andrea Parra, esto no significa que socialmente sea aceptado que una entidad utilice imágenes y contenidos que parecieran concebidos para despertar lástima.

Para Emilia Ruiz, presidenta de la Fundación Teletón Colombia, la sociedad excluye a las personas con discapacidad y un síntoma de esto es la incapacidad de reconocerlo. “Teletón hace visible la realidad de muchas familias que tienen un hijo/a, madre o padre con discapacidad”.

Teletón demuestra a través de testimonios que, a pesar de las adversidades a las que la sociedad las somete, las personas con discapacidad pueden alcanzar sus metas y salir adelante, afirma Ruiz.

2. Más que donaciones, se necesita un cambio social:

La persona que le pidió a Sentiido mantener su nombre en reserva, manifestó que ayudar a las personas con discapacidad no consiste en darles una limosna sino en que cada quien desde su entorno aporte a su inclusión. “Es más valioso que en vez de donarle 100.000 pesos a Teletón, una mamá le enseñe a sus hijos a no hacerles bullying a las personas con discapacidad o a no mirarlas como si fueran ‘raras’”.

El cambio más grande, agrega, está en la mente y en el corazón. “A las personas LGBT no les gustaría que se organizara una Teletón para recoger recursos para ellas con el argumento de que ‘pobrecitas’. A las personas con discapacidad, que es otra minoría, tampoco”.

“El Estado colombiano, así como todos/as aquellos que lo conformamos, tenemos la obligación de luchar contra los estereotipos, los prejuicios y las prácticas que reproducen o crean una imagen de la población con discapacidad como necesariamente dependiente de otros”, dice un comunicado en contra de Teletón firmado por activistas, líderes y personas con discapacidad.

Aunque hay quienes se benefician con los aportes entregados a esta organización, uno de los reclamos es que esos recursos no solucionan el problema de fondo. “Teletón perpetúa la idea de que estas personas necesitan de la caridad para vivir, mientras que el trabajo de otros líderes y organizaciones menos visibles le apunta al reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad y a lograr un cambio cultural”, le dijo esa fuente a Sentiido.

Según Carlos Parra Dussan, comisionado de Naciones Unidas para la discapacidad, la nueva Política Pública de Discapacidad (documento CONPES 166 de 2013), tiene un enfoque de derechos que no va de la mano con las jornadas de colectas públicas.

3. La rehabilitación es un derecho:

Teletón, explica Andrea Parra, hace creer que prestarles un servicio de rehabilitación a las personas con discapacidad es una obra de caridad cuando en realidad se trata de un derecho como lo estipula la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de Naciones Unidas.

“Por esto, sería más viable organizar una jornada donde diferentes entidades se comprometieran a garantizar empleos y becas a esta población de manera sostenible”, asegura Carlos Parra. Para Silvia Quan Chang, quien forma parte del comité de Naciones Unidas por los derechos de las personas con discapacidad, el Estado es el primer responsable en garantizar los derechos de estas personas.

“Es preocupante que entidades del estado colombiano apoyen una iniciativa como Teletón porque esto viola el artículo ocho de la Convención que exige desmontar los estereotipos sobre la discapacidad. Esa visión asistencialista es muy dañina para el imaginario social”, afirma Andrea Parra.

4. Legalmente Teletón es una IPS:

En Colombia, explica Andrea Parra, Teletón es una Institución Prestadora de Salud (IPS). Los servicios de rehabilitación que ofrece son cubiertos por las Empresas Promotoras de Salud (EPS), con recursos del Fondo de Solidaridad y Garantía (FOSYGA) o aquellos que reciben las aseguradoras de servicios de salud en Colombia. Por tanto, afirma, Teletón no puede verse como una fundación que no recibe recursos públicos.

En la más reciente reunión que celebró el comité de Naciones Unidas por los derechos de las personas con discapacidad, se le recomendó al estado mexicano, lo que es replicable para países como Colombia, no destinar más recursos a instituciones privadas que promueven imágenes peyorativas o de caridad de las personas con discapacidad, señala Silvia Quan Chang.

5. No representa a todas las personas con discapacidad:

La fuente anónima dijo que por la visibilidad y la tradición que tiene Teletón, se ha posicionado como la organización vocera de todas las personas con discapacidad. Pero en la práctica, solamente representa a algunas con discapacidad física o motora.

Según Carlos Parra, no debería pedirse dinero en nombre de esta población, porque no existe un consentimiento informado del sector. “Además, estos recursos no tienen un claro control social”.

Además, para Andrea Parra, Teletón no habla por las personas con discapacidad porque estas no forman parte de su junta directiva ni de quienes coordinan los servicios de la organización. “Simplemente, las personas con discapacidad que requieren rehabilitación física son usuarias de sus servicios, tal como sucede con otras tantas organizaciones”.

En un comunicado, activistas, líderes y personas con discapacidad, señalan que Teletón atenta contra su dignidad al acudir a la “piedad” para recolectar dinero a su nombre.

Sin embargo, según Emilia Ruiz, Teletón no se atribuye el derecho de representar a un sector. “Es una institución privada sin fines de lucro que presta servicios de rehabilitación y promueve una cultura de inclusión de las personas con discapacidad física o motora”. La decisión de concentrarse en una discapacidad en particular, explica, es tan legítima como la de cualquier otra entidad que desea ocuparse de una función.

¿Donar o no donar?

Algunas personas coinciden en que Teletón es una de las organizaciones que más visibilidad le ha dado a la población con discapacidad y que cada quien está en libertad de donar su dinero a la institución que lo considere conveniente.

Sin embargo, según Belkys Angulo, otra opción sería organizar una gran jornada para conseguir recursos que no solamente se dirijan a una sola institución, con un mecanismo de control público para supervisar su manejo. “Para esto, se necesita conocer muy bien el funcionamiento de muchas organizaciones porque hay unas muy serias pero otras no”.

Según Andrea Parra, así la gente dejara de donar a Teletón, esta entidad continuaría prestando sus servicios de rehabilitación porque es una IPS. “Yo promovería más bien que el dinero que una persona quiera donar a Teletón se lo haga llegar a una organización conformada y dirigida por personas con discapacidad y cuyo objetivo sea implementar los mandatos de la Convención de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad”.

“Una contribución más valiosa que donar un día al año a servicios de rehabilitación de una organización privada, es dejar de ver a las personas con discapacidad como objetos de caridad sino como sujetos que enfrentan barreras en la sociedad”, dice  Andrea Parra.

Para Emilia Ruiz, Teletón le pide a la gente que confíe en un proyecto que brinda un servicio de rehabilitación de calidad que complementa el trabajo del Estado.

La fuente anónima consultada por Sentiido asegura que hay objeciones legítimas contra Teletón. “Sin embargo, no se puede desconocer que también hay algo de rivalidad de otras organizaciones que no tienen ni su poder de convocatoria ni su visibilidad”, asegura.

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