Cuando la reproducción sexual o la adopción no son una opción para ser papás y mamás, otra alternativa es la reproducción asistida. Sentiido habló con el doctor Ricardo Rueda Sáenz, ginecólogo y socio fundador de Reprotec (Centro Internacional de Fertilidad) para conocer más al respecto.
Fotos: Andrés Camilo Gómez de Productora Espectro para Sentiido.
Algunas personas LGBTIQ o sin pareja, como tantas otras en el mundo, quieren ser mamás y papás. Además de la reproducción sexual y de la adopción -cuando así se decide y es posible- hay otras alternativas para lograrlo. (Ver: Madre no hay sino dos y Matías lo sabe).
Para tal fin, Sentiido habló con el doctor Ricardo Rueda Sáenz, ginecólogo con residencia en Ginecología y Obstetricia en McGill University Health Center de Montreal (Canadá) y fellowship en Endocrinología y Medicina Reproductiva del Johns Hopkins Hospital de Baltimore (Estados Unidos), quien es socio fundador de Reprotec (Centro Internacional de Fertilidad) con más de 30 años de trayectoria en Colombia.
La idea de crear Reprotec empezó cuando él era estudiante de Medicina en Bogotá, Colombia. “En la primera semana de clases nos llevaron a un hospital donde nos mostraron lo que denominaban ‘el pabellón de sépticas’, en el departamento de ginecología y obstetricia. Allí había muchas niñas y adolescentes hospitalizadas por haber hecho una interrupción voluntaria de su embarazo en manos no experimentadas. Eso me marcó, dije: ‘esto no puede ser posible’”. (Ver: La Tía Nohora y su sobrina favorita, la doctora Gil).
A esto se sumó que, después de contemplar la idea de dedicar su carrera a la cirugía de corazón y cardiotorácica, cambió de opinión por sugerencia de su papá, quien era ginecólogo y trabajaba en derechos sexuales y reproductivos. Así, giró hacia la ginecología, la obstetricia y la medicina reproductiva. (Ver: Los argumentos que sustentan la despenalización del aborto en Colombia).
“Cuando era estudiante de medicina conocí muchas niñas y adolescentes hospitalizadas por haber hecho una interrupción voluntaria de su embarazo en manos no experimentadas. Eso me marcó”, doctor Ricardo Rueda Sáenz.
Al estudiar en Montreal (Canadá), se dio cuenta de que allí no existían los “pabellones de sépticas” y que las mujeres que, de manera autónoma, querían interrumpir su embarazo, contaban con un grupo de profesionales para hacerlo. (Ver: Aborto en Colombia: lo que se dice vs. Lo que es).
“Cuando regresé a Colombia y me vinculé a la Fundación Santa Fe, en Bogotá, encontré que este, el mejor hospital privado del país, no tenía las capacidades para trabajar de manera holística en medicina reproductiva”.
Así, el 4 de abril de 1994, nació Reprotec, que ahora tiene sedes en varias ciudades de Colombia. Por el número de pacientes que empezó a recibir, se asoció con los doctores Eduardo Castro, quien había estudiado en Alemania y Andrés Gutiérrez, en Inglaterra.
También se vinculó la doctora Lourdes López, quien posteriormente se fue a vivir a España donde creó un centro de fertilidad. Tiempo después regresó al país como socia de parte de la operación de Reprotec, principalmente de Cartagena.
Sentiido: Además de la adopción, ¿qué alternativas tienen las parejas de mujeres que quieren ser mamás?
Ricardo Rueda: Esa pareja de mujeres cisgénero (o que no son trans), necesita el gameto masculino o el espermatozoide que, por lo general, proviene de bancos de donantes. (Ver: Cisgénero es una característica, no un insulto).
Trabajamos con bancos de semen, tanto locales como extranjeros, con una normatividad muy clara que hay que cumplir. La pareja, por su parte, escoge las características del donante.
La pareja también puede traer a un hombre a quien le hacemos la misma evaluación realizada por los bancos de semen: física, médica, genética y psicológica.
A ellos se les dice: “me da una muestra de semen hoy con sus exámenes infecciosos negativos. Y dentro de seis meses vuelve para repetir sus exámenes infecciosos y verificar que no está en una ventana inmunológica o que estaba incubando una enfermedad y, en el momento que se hizo la selección, estaba negativo, pero en el curso de esos seis meses pasó a ser positivo. Entonces, en ese caso no es elegible”. (Ver: Mi historia con una infección de transmisión sexual).
Ahora, cumplir con esto, dilata el proceso, mientras que si escogen al donante del banco de semen, ellos ya han pasado todos los requerimientos.
Una opción para ellas es escoger los óvulos de una, el útero de la otra y el espermatozoide donado. Esa técnica se llama ROPA: Recepción de Óvulo de la Pareja.
O, también, se puede escoger el óvulo y el útero de una de ellas y el espermatozoide donado o hacer que el primer embarazo sea con el óvulo y el útero de una y, el segundo, si así lo quieren, con el óvulo y el útero de la otra.
Siempre se evalúa cuál de las dos tiene los mejores óvulos tanto en número como en calidad y quién el mejor útero en su estructura y funcionalidad. Y con base en esto se toman decisiones.
“El gran reto es superar los sesgos del sistema de salud que empiezan con preguntas como: ‘¿cuál de las dos es la mamá?’ ¡Pues las dos!”, doctor Ricardo Rueda Sáenz.
S: Además de la adopción, ¿qué alternativas existen para las personas trans que quieran ser papás o mamás?
R.R.: Como ginecólogos, nos atañe más el manejo de los hombres trans, quienes muchas veces ya han pasado por una serie de tratamientos médicos para masculinizarse. (Ver: El género desde una perspectiva trans).
Ahora, como estos procesos no están libres de efectos secundarios, se requiere guardar sus óvulos, idealmente antes de comenzar las terapias hormonales, para que cuando así lo consideren, sean fecundados por un espermatozoide.
Una opción para los hombres trans que no quieran estar en embarazo, es la subrogación uterina. Es decir, él aporta sus óvulos y, su pareja u otra persona, los espermatozoides y alguien más lleva ese embarazo.
En las mujeres trans se deben guardar los espermatozoides porque el testículo es vulnerable a las terapias hormonales en cuanto a su capacidad para fabricar espermatozoides. También se está estudiando el trasplante de útero. Pero es algo todavía muy en teoría.
S: Además de la adopción, ¿qué alternativas existen para las personas sin pareja que quieren ser mamás o papás?
R.R.: Hasta el momento no he sido consultado por hombres sin pareja que quieran ser papás, pero sí he tenido varios casos de mujeres que dicen: “quiero ser mamá pero no esposa”.
La alternativa es: la mujer va al banco de espermatozoides y elige el donante y se continúa con el resto del proceso.
S: ¿Cuáles son los riesgos de estos procedimientos?
R.R.: Los riesgos los dividiría entre psicosociales y físicos o médicos, como una hiperestimulación de los ovarios. Por las técnicas de predicción y prevención, ese porcentaje es bajo, menos del 5%.
También hay riesgos relacionados con el procedimiento de aspirar o de sacar los óvulos de los ovarios en cuanto a cómo pasamos una aguja de un sitio con bacterias a uno que no las tiene.
Entonces, hay riesgos de infección, de hemorragia, de lesionar órganos que están en el camino… Pero esas complicaciones son muy raras.
Alguna vez una paciente, piloto de avión, que venía a guardar sus óvulos, antes de firmar el consentimiento me dice: “¿cuáles son mis riesgos?”. Entonces, yo le pregunté: “¿usted le cuenta a sus pasajeros todos los riesgos que corren antes de montarse al avión?” Me respondió: “no”. Y le dije: “¿por qué?”. “Porque eso casi nunca pasa”, me respondió. Le dije: “Aquí es igual. No estamos libres de riesgos, pero son mínimos”.
Para los riesgos psicosociales, contamos con un equipo de psicología y de psiquiatría.
S: ¿Recuerda alguna historia de maternidad y/o paternidad de personas LGBTIQ?
R.R.: Fui el médico de la periodista Camila Chain y de su esposa Kelly Barrios. Tuve la fortuna de escribir el prólogo del libro de Camila “Mi familia arcoiris”, que resume este proceso.
Recuerdo otra pareja, ella colombiana, hija de norteamericano y colombiana y su pareja francesa, dos ejecutivas que vivían en Nueva York y quedaron embarazadas de gemelos.
Las parejas de hombres están cada vez sintiéndose más cómodas, menos juzgadas o estigmatizadas por la sociedad, para ser papás.
S: Además de la adopción, ¿qué alternativas tienen las parejas de hombres que quieren ser papás?
R.R.: Una pareja de hombres cisgénero (o que no son trans), necesita un óvulo de una donante que puede provenir del banco de óvulos que nosotros tenemos. Ellos escogen las características de la donante.
En estos casos también se requiere una gestación subrogada. Parte de las reglas de la subrogación es que la persona subrogada no aporta gametos ni material genético a ese bebé.
En este sentido, hay agencias y fundaciones nacionales e internacionales que presentan a las personas subrogadas.
En ocasiones, hay parejas que traen a una persona para esto. En Reprotec no las conseguimos, pero nos encargamos de que se cumplan todos los detalles del protocolo. Es decir, el proceso médico y las aristas psicosociales, psicológicas, físicas y jurídicas.
En Colombia, la jurisprudencia no ha regulado la subrogación, pero existen abogados y abogadas de familia que se relacionan con nuestra oficina jurídica para que ese vacío en la jurisprudencia se maneje sin incurrir en ninguna contravención a las leyes existentes.
En el certificado de nacimiento sale como madre, quien parió. Así es la ley colombiana. Entonces, los abogados de familia han estructurado un procedimiento parecido a una adopción para que todas las partes estén protegidas.
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La abogada Lina Céspedes, profesora de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, en Bogotá, se refiere en Ámbito Jurídico, a la gestación subrogada.
Los avances científicos y tecnológicos han permitido que la gestación subrogada sea una opción más para la reproducción asistida.
Es una solución para parejas o personas que tienen problemas de fertilidad o para parejas que no pueden concebir, pero también es un campo de disputa entre quienes abogan por su aceptación y regulación y quienes consideran que es una oportunidad de discriminar a personas vulnerables al ponerlas en una posición aún más vulnerable, como sería el caso de las mujeres de escasos recursos.
La gestación subrogada es una realidad, razón por la cual necesita ser regulada. En 2022, la Corte Constitucional de Colombia exhortó al Gobierno y al Congreso para regular la materia, lo que no ha sucedido, lo que no significa que su práctica sea ilegal. (Ver: Colombia: 30 años de la Constitución que abrió el camino de la igualdad).
En 2009, la Corte Constitucional determinó que era una técnica lícita, pero indicó que era indispensable que los óvulos de la mujer gestante no estuvieran involucrados. (Ver: Manuel José Cepeda: la Constitución de 1991 no se hizo para quedarse escrita sino para transformar la realidad colombiana).
“Desde 1998 han existido al menos 16 proyectos de ley para regular la gestación subrogada que no han culminado con éxito su trámite en el Congreso”, Lina Céspedes, abogada.
“Más allá de la regulación jurídica, es importante abordar los interrogantes éticos de esta técnica”, Lina Céspedes, abogada.
Ahora, este contrato no es como cualquier otro porque implica el cuerpo de una persona, tiene como resultado la gestación de un ser humano e involucra material genético distinto al de la persona gestante, de ahí que sea crucial su regulación.
En este sentido, la prohibición no es una opción porque genera prácticas que van en contra de la protección legal de las partes más vulnerables de esta ecuación: la persona gestante y el resultado de la gestación: un ser humano.
Además, la prohibición genera prácticas que se aprovechan de los vacíos. Así sucedió en India cuando, tras la prohibición, ciertas clínicas comenzaron a contratar mujeres de Kenia a quienes las llevaban a India, las inseminaban allá y, cuando estaban a punto de dar a luz, las devolvían a Kenia, lugar en el que la persona o la pareja recogía al ser humano resultado de la gestación.
Para la regulación de esta práctica es importante tener presente:
1. Las prohibiciones selectivas como decir que “la gestación subrogada solo está disponible para parejas heterosexuales o para nacionales” puede constituir una violación de Derechos Humanos y llevar a prácticas homofóbicas y nacionalistas extremas.
2. El servicio que se presta en la gestación subrogada es de alto riesgo porque si las personas gestantes, generalmente mujeres de escasos recursos, no cuentan con la atención médica adecuada, pueden sufrir complicaciones e incluso la muerte.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que para 2020, casi 800 mujeres murieron al día por complicaciones en la gestación. El DANE reportó para Colombia, en 2022, más de 400 muertes asociadas a esta causa.