El otro día me antojé de comer un arroz con leche y mientras degustaba ese delicioso sabor dulce en mi boca, me acordé de la famosa canción de la infancia:
Por: L. Bustamante*
Arroz con leche
me quiero casar
con una señorita
de la Capital
que sepa coser
que sepa bordar
que sepa abrir la puerta
para ir a jugar.
Con esta sí,
con esta no,
con esta señorita
me caso yo.
Me tomé mi tiempo, más que para terminarme el postre, para digerir la canción que acababa de evocar. ¿Cómo fue posible que alguien, en su sano juicio, hubiera podido enseñarme esa ronda?
¿Por qué asumimos que a un tierno infante habrá que cantarle y hacer que repita que, cuando sea grande, tiene que ser o tiene que buscar a una niña que sepa hacer oficio?
No le basta al compositor (no sé por qué asumo que fue un hombre quien la creó) con exigir de la futura esposa que sepa pegar botones, coser dobladillos, hacer carpetas en frivolité para la mesa de la sala, sino que además tiene, entre tela y aguja, que abrir la puerta para que los demás jueguen mientras ella termina sus tareas domésticas.
Finalmente el cierre de la canción sella con broche de oro el pináculo de la educación femenina: exhíbete, lúcete y espera a que te elijan como esposa. De verdad, queridos padres de familia, ¿están pensando que ésta es una canción infantil? A mi parecer, ésta es una de las canciones más tradicionalistas, machistas y todo lo que termine es “ista” que pueda ser.
Sin embargo, la cosa no termina ahí. Le comenté a una amiga sobre esta tonada que me tenía bajo el tormento más doloroso, cuando ella sacó a relucir una canción mucho peor que “Arroz con leche” y no precisamente por que promueva otro platillo típico:
Lunes antes de almorzar
Una niña fue a jugar,
Pero no pudo jugar
Porque tenia que lavar.
Asi lavaba así, así
Asi lavaba así, así
Asi lavaba así, así
Asi lavaba que yo la vi.
Martes antes de almorzar
Una niña fue a jugar
Pero no pudo jugar
Porque tenia que planchar
Asi planchaba así, así
Asi planchaba así, así
Asi planchaba así, así
Asi planchaba que yo la vi, etc…
Y así así, se le va la semana entre barrer, bordar, coser, cocinar y tejer. Y la pobre niña, con ganas de jugar se tiene que quedar resignada mirando por la ventana cómo, seguramente, sus hermanos patean el balón y disfrutan de la tarde antes de que ella les tenga lista la comida.
Lo más triste de todo, sin duda, es que a alguien se le ocurra hacer una canción de semejante miseria y que la utilicen para que las niñas hispanohablantes den volteretas en el jardín sin saber lo que el futuro les depara si desde ya tienen estas canciones como pilares de su diversión.
Creo que después de discutir con algunas personas estas canciones entiendo mucho de nuestra realidad actual. El oficio, que lo debe desempeñar la mujer, se toma como un juego, como una bella ronda infantil que, por lo tanto, es fácil de desempeñar, así así, como una canción.
Lo único que me tranquiliza es que por lo menos “Arroz con leche” se la enseñan a las niñas, lo que quiere decir que les están permitiendo desde pequeñas pensar que querer casarse “con una señorita” no es tan malo y que el matrimonio entre parejas del mismo sexo es igual de normal a todo lo demás. Creo que esa fue la parte que me aprendí mejor…
Es cierto, todas las canciones infantiles tienen partes que uno repite sin darse cuenta de lo que significa. A mi siempre me ha impresionado la que uno cantaba mientras daba palmadas con su amiga ¨ mesu, mesu, me subo a la cama tiro la maleta, mi mamá me pega, yo le pego a ella , prendo el tocadiscos que dice así: ROCK AND ROLL¨ y en el canto más inocente había tremendo agarrón con la mamá. ¿porqué tan agresivo?
Casi todas las canciones y cuentos infantiles tradicionales tocan temas referentes a la explotación infantil (la Cenicienta, trabajando como servidora doméstica), el maltrato infantil (Hansel y Gretel, abandonados por sus padres, al igual que Pulgarcito), problemas de genero (Blanca Nieves, trabajando para siete mineros enanos que no la dejaban salir a la calle, la competitividad y explotación laboral (Charli y la fabrica de Chocolate, Donde un dueño de una fabrica de chocolate, decide cerrar su fabrica por miedo a la competencia y al espionaje industrial, solo la abre cuando cuenta con trabajadores que nunca salen de la fábrica y solo reciben chocolate como forma de pago).
Se necesita con urgencia nuevas composiciones, libres de dogmatismos peligrosos y poco educativos, para que el pobre Mambrú, que a los 18 años ya capitán general (explotación en conflictos armados) no tenga que ir a la guerra y muera.
la generación de Bert & Ernie pudo ver no solo que las canciones no eran tan bélicas y tan falta de ética, sino que ayudo a mucha gente a salir del armario, al ver como dos personajes del mismo genero y siendo tan dispares convivían en la misma habitación y tenían discusiones meramente maritales….
https://m.youtube.com/watch?v=PHTPN_nGwDI
Temazo.
Que exageración. Buscando los tres pies al gato.
EXACTAMENTE. QUE GENTE TAN AMARGADA. Corrección… Los gatos (animales) tienen patas NO pies…
si es todo lo que termine en “ista” puede ser feminista, progresista, comunista, socialista, etc
No seas tan ambigu@ por que si cometes este tipo de falacias todo tu trabajo y esfuerzo que seguro tuviste realizando este articulo se va por a borda.
Quizá L Bustamante debería empezar su artículo diciendo:
“El otro día SE ME ANTOJÓ comer un arroz con leche y mientras degustaba…”
Luego ya podrá sacar punta a los textos de los demás
No comparto la preocupación de la autora. Hay cosas más importantes que esas. ¿Por qué no se critica los mensajes de las nuevas canciones como el género urbano y otras?
Hay que entender esto en su justo contexto, la época en que se cantaba. Si se ignora una parte importante de la historia y costumbres de nuestra sociedad, de la infancia, que muchos hemos vivido, sin teléfonos móviles, play station, etc.., se corre el riesgo de entrar en la estupidez, la desesperanza, etc.
Las mujeres merecen amor departe de los hombres. Y además comprensión y respeto. Cuando no estés en condiciones de actuar como un hombre debes alejarte voluntaria o concertadamente. Pero si es tu hija protegerla más que a las otras. La violencia no resuelve nada. Pero tampoco se debe aceptar la falacia del discurso o argumento “feminista” en extremos de desequilibrio de las relaciones humanas. Finalmente, a mí me gustaba en mi infancia LA TARARA de Federico García Lorca, sobre todo cuando la interpretó MARISOL de España.