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Bullying LGTB y el reto de educar a los padres

Como papás y mamás tenemos mucho para aportar en la prevención y manejo del bullying escolar LGBT. No seamos parte del problema, contribuyamos a crear escuelas seguras para nuestros hijos sin importar sus diferencias.

La primera encuesta realizada en Colombia sobre intimidación escolar (bullying) hacia estudiantes LGBT, liderada por Sentiido y la ONG Colombia Diversa, evidencia un panorama preocupante sobre el papel que desempeñamos tanto papás como responsables del cuidado de los menores, en la prevención y manejo de esta clase de violencia escolar. (Ver: Educar a nuestros hijos en respeto y equidad).

¿Nos hemos preguntado qué medidas existen en el colegio de nuestros hijos para prevenir y manejar este tipo de acoso escolar? ¿Sabemos si nuestros hijos están siendo educados sobre diversidad y respeto por las diferencias? ¿Sabemos si son víctimas, victimarios o cómplices de este acoso? (Ver: Bullying: ni inofensivo ni normal).

Como padres tenemos un papel muy importante en este tema. ¡Pongámonos las pilas! Vayamos al colegio de nuestros hijos, preguntemos y exijamos una educación que contemple la diversidad sexual y de género. (Ver: Colegios: les llegó la hora de reconocer la diversidad sexual).

Mientras veía la presentación de la encuesta realizada en la Universidad de Los Andes, vi el comentario de un joven que decía que el problema de “abrirse” en el colegio era que “después les iban con el chisme a los papás”. (Ver: ¡Listos los resultados de la primera encuesta de bullying LGBT de Colombia! 9 voces opinan).

¿Les prohibimos a nuestros hijos ser quienes son por miedo a que se burlen de ellos?

“¿Chisme?”. ¿Será que como padres queremos que nuestros hijos consideren que su sexualidad es un “chisme”? ¿Cómo es posible que seamos las últimas personas en las que ellos confían para hablar del tema?

Es realmente preocupante que los niños sientan más miedo a que sus padres se enteren de quienes son, a que lo hagan sus profesores y compañeros. Tampoco puede ser que los padres seamos obstáculos para la creación de espacios de educación sexual en las instituciones educativas. (Ver: Los niños no son propiedad de sus padres).

Existen hogares donde la posición frente a estos temas es neutral: papás que no se oponen a una educación sexual y que no son homofóbicos. Sin embargo, esto no es suficiente. Es necesario hablar abiertamente de estos temas y crear canales de comunicación al respecto.

Ahora, ¿cómo ayudamos a nuestros hijos a vencer sus miedos y a permitirles desarrollar una vida sexual saludable? El primer paso es reeducándonos nosotros mismos para entender, como papás, los nuevos retos de la educación sexual y de género. (Ver: ¿Hebillas para mi hijo?).

Educación para adultos

Así como las clases de historia han variado las lecciones, de igual manera ha sucedido con la educación sexual. Hoy se requiere una muy distinta a la contemplada –si se contemplaba– décadas atrás.

También es cierto que, como padres, nos preocupa que nuestros hijos sufran de matoneo escolar por su orientación sexual, expresión o identidad de género. Y no es nada fácil tener que pedirle a un hijo que no haga algo por miedo a que otros lo maltraten o le hagan daño. (Ver: El bullying por homofobia debe salir del clóset). 

Es justamente por ese miedo a que lo agredan que muchos padres de familia prefieren que sus hijos no sean abiertamente quienes son. Por tanto, es apresurado calificar a un padre de “homofóbico” o “transfóbico” por advertirle a su hijo que se burlarán de él si va al colegio con un tutú o le declara su amor a un compañero de su mismo sexo.

En todo caso, el camino tampoco será pedirles a nuestros hijos que no sean quienes son. Esto demuestra que, como padres, no estamos preparados para ofrecer una educación sexual integral y de calidad. Más bien, estamos permitiendo que ellos entren en contacto con estos temas por otros medios, no siempre seguros ni confiables.

No sobra aprender sobre educación sexual para contar con herramientas actuales y acordes con lo que viven nuestros hijos.

No seamos un obstáculo en la enseñanza de educación sexual sino más bien promotores de estos espacios.

El problema de fondo es que muchas veces no tenemos conocimientos suficientes en sexualidad y nos resulta difícil iniciar una conversación directa y acorde con la edad de nuestros hijos. Sin embargo, hay manuales y personas que pueden ayudarnos, solo basta con querer hacerlo bien.

Asimismo, la encuesta de bullying LGBT de Sentiido y Colombia Diversa sugiere pedirles a las directivas de los colegios la creación de talleres sobre nociones básicas de sexualidad dirigidos tanto a papás como al resto de integrantes de la comunidad educativa.

¿Cómo es posible que, según la encuesta, el colegio sea uno de los espacios donde los niños LGBT se sienten más inseguros? El 67% de los estudiantes encuestados tiene miedo de asistir a clases por temor a ser acosado por su orientación sexual, identidad o expresión de género. (Ver: El camino para decirle “no” al bullying por homofobia).

Tengamos presente que si nuestros hijos perciben la diversidad como algo negativo, podrían ser agresores o espectadores de violencia escolar.

Algo normal

Es importante que niños y jóvenes aprendan a hablar de sexualidad en sus casas, sin malicia y como algo normal. Por el contrario, si lo que ellos ven y escuchan son comentarios negativos y alusiones homofóbicas, estamos creándoles inseguridades y animándolos a ser agresores.

La falta de apoyo de los papás se refleja en la encuesta de bullying LGBT. Menos de la mitad de los familiares de las víctimas acudieron al colegio para hablar de la situación. En otras palabras: estamos dejando a los jóvenes solos, negándoles la orientación y el apoyo que necesitan.

Por lo general, son los padres de los niños LGTB quienes lideran los grupos y campañas a favor de crear espacios escolares incluyentes. (Ver: Modelos para prevenir la intimidación por homofobia en Colombia).

Sin embargo, y con mayor razón, los papás de niños y jóvenes no LGBT deberían promover una educación en respeto y diversidad sexual para evitar que sus hijos se conviertan en posibles agresores o en cómplices de este acoso escolar.

Abramos canales de comunicación con nuestros hijos, creemos espacios para educarnos sobre sexualidad y aportemos -no seamos obstáculo- para que en las instituciones educativas se imparta una educación sexual integral, permanente y de calidad.

Invito a todos los papás a formarse en inclusión y respeto por las diferencias.

Escrito por
Erika Gutiérrez
Cursó estudios de Derecho en la Universidad Javeriana en Cali y Bogotá. Ha realizado talleres sobre representaciones culturales de las sexualidades y sobre educación de la sexualidad. Defensora de la igualdad de género. Lectora tardía que quiere ponerse al día, vive de afán y es mamá de Emilio y Coral.
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