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Claudia López: sus promesas en género e igualdad

El 1 de enero Claudia López se posesionó como la primera alcaldesa de Bogotá. En su discurso resaltó lo que promete su administración en género e igualdad.

Lejos de las ceremonias tradicionales de sastre y corbata, Claudia López llegó la mañana del 1 de enero en bicicleta al Parque Simón Bolívar, lista para posesionarse como la primera alcaldesa de Bogotá. (Ver: Claudia López: ser mujer, lesbiana y alcaldesa de Bogotá).

Al fin llegó nuestro tiempo, nuestra oportunidad. Al fin una ciudadana sin cuna ni apellidos sino hecha a pulso, llegó hasta aquí. Bogotá eligió a la hija de una maestra, a la hermana mayor de seis hermanos y a la joven que con un crédito de Icetex pudo estudiar”, señaló López en su discurso.

Uno de los primeros gestos representativos del evento fue cuando la periodista Mabel Lara, quien presentaba, dijo: “quiero saludar a Claudia López Hernández, alcaldesa electa de Bogotá, y a su esposa la doctora Angélica Lozano”. (Ver: “Estoy entrenada para vivir con la diferencia”).

Aunque para muchas personas esto no es más que un saludo protocolario, para buena parte de mujeres lesbianas y hombres gais significa ver reconocida su orientación sexual públicamente y con respeto, en un acto de tanta relevancia y visibilidad. (Ver: Ser LGBT no se aprende ni se impone, se vive).

María del Carmen Hernández, la mamá de López, fue la encargada de ponerle a su hija la banda que la acredita como alcaldesa de Bogotá.

También, es una muestra para las nuevas generaciones de que ni la orientación sexual ni la identidad de género tienen por qué ocultarse y que así como siempre se presentan a las parejas de los mandatarios heterosexuales, las parejas de las personas homosexuales también deben ser reconocidas. No hay unas relaciones afectivas que pueden ser públicas y otras que deben resignarse a la “vida privada”.

Asimismo, es una muestra de que ni la orientación sexual ni la identidad de género deben ser utilizadas como impedimento para negarle un trabajo a una persona o para no votar por ella en caso de aspirar a un cargo de elección popular. (Ver: Ser LGBT en el mundo laboral).

Después del saludo vino el “prometo al pueblo cumplir fiel y lealmente la Constitución política de Colombia, las leyes de Colombia, las ordenanzas y los acuerdos. Juro cumplir las funciones y deberes que el cargo de alcaldesa mayor de Bogotá me imponen. Juro cumplir el mandato popular”.

“Este es el primero pero no será el único gobierno en Bogotá, liderado por una mujer”, Claudia López.

López empezó sus palabras señalando que se posesionaba la primera mujer -mujer diversa agregó- como alcaldesa mayor de Bogotá. “El segundo cargo de elección popular más importante del país“, afirmó.

Aunque para muchas personas no es relevante mencionar la orientación sexual de los funcionarios públicos, en casos como este sí lo es. Acá no valen los ejemplos de “cuándo se ha dicho que asume su mandato el presidente heterosexual Iván Duque” o “cuándo se habla del expresidente heterosexual Juan Manuel Santos”.

En esos casos no se menciona la orientación sexual porque la heterosexualidad nunca ha sido penalizada ni motivo de discriminación, señalamientos u obstáculo para ejercer cargos de elección popular. La homosexualidad sí.  (Ver: La obligación de ser heterosexual).

En una entrevista para el periódico El Tiempo Juliana Martínez, profesora de género y sexualidad en American University (Washington D.C.) y coordinadora de proyectos en Sentiido, lo explicó así: “cuando personas que forman parte de poblaciones históricamente marginalizadas alcanzan posiciones que les han sido prohibidas por la discriminación, esto debe resaltarse porque, además de histórico, manda un mensaje de que el mundo está cambiando”.

Claudia López fue elegida con 1.107.970 votos (el 35,2%) superando a su antecesor Enrique Peñalosa, quien en 2015 llegó a la Alcaldía con 906.000 votos. También superó a Gustavo Petro, quien en 2011 resultó elegido con 729.000 votos. Foto: Twitter @ClaudiaLopez
Claudia López es profesional en Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, tiene una maestría en Administración Pública y Política Urbana y un doctorado en Ciencia Política. Es reconocida por sus investigaciones sobre parapolítica, por su paso por el Senado de la República, por impulsar la Consulta Anticorrupción y por ser excandidata a la Vicepresidencia de Colombia. Foto: Twitter @ClaudiaLopez

La orientación sexual homosexual, señaló Martínez en dicha entrevista, se ha usado para movilizar “en contra de”, como sucedió en Colombia en el plebiscito por la paz de 2016 o durante el fallido referendo que promovió la entonces senadora Viviane Morales para prohibir la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo.

Pero en el caso de López, más de un millón de personas de la capital de un país históricamente homofóbico, consideró que ella era la persona más calificada para asumir este cargo. Se reconoció que su orientación sexual no le impide ser buena alcaldesa y que esto solo lo determinará su trabajo”, afirmó Martínez.

Durante su discurso de posesión, López dijo: “hoy llegan a la Alcaldía de Bogotá quienes reivindicamos la diversidad sexual y la igualdad no solo ante la ley sino ante la vida”. (Ver: Tener una posición).

Esas palabras fueron importantes debido a que recientemente cuando López empezó a compartir en sus redes sociales las reseñas de quienes conformarían su equipo de trabajo, incluyendo allí los nombres de los hijos de estos funcionarios o su estado civil, hubo quienes cuestionaron este hecho argumentando que López se estaba desmarcando de su homosexualidad al vincular fundamentalmente a personas heterosexuales y al presentarlas desde una perspectiva tradicional (no por sus hobbies o libros favoritos por ejemplo, sino por su estado civil o nombre de los hijos).

Posteriormente López señaló que entre las metas de su administración está aportar al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible fijados para 2030 y adoptados en 2015 por los Estados miembros de Naciones Unidas. Para tal fin, López se comprometió con:

1. Construir una ciudad libre de violencias contra las mujeres

Vamos a construir una ciudad donde haya prevención y sanción a las violencias basadas en género”, señaló. Acá es cuando normalmente algunas personas responden: “no hablemos de violencia de género sino de violencia en general porque afecta tanto a hombres como a mujeres”. (Ver: Feminismo: lo que se dice vs. Lo que es).

Sí, los hombres también sufren violencia. Pero el concepto “violencia de género”, resaltado por López, hace énfasis en que son las mujeres quienes mayoritariamente sufren situaciones de violencia en sus propios hogares y por sus parejas (en el 47% de los casos) o ex (el 29% de los casos), por creencias tan difundidas como es “mi mujer” o “porque te quiero te aporreo”.

La mayoría de violencias que sufren los hombres están asociadas a sitios públicos y a manos de desconocidos o a violencia armada. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS 2010), la violencia de género ha afectado al 74% de las mujeres colombianas.

“Implementaremos estrategias para garantizar el derecho a una vida libre de violencias a través de la autonomía económica, física y emocional de las mujeres”, Claudia López.

Claudia López llegó en bicicleta al Parque Simón Bolívar, un escenario poco usual para esta ceremonia. El evento fue a manera de picnic público en medio de un soleado día. Foto: Sentiido.

Esto obedece a que, por lo general, mujeres y hombres son educados y socializados de manera diferente, fomentando un modelo de masculinidad y uno de feminidad que tienen serias consecuencias en la cotidianidad.

Por ejemplo, desde temprana edad se enseña que las mujeres deben ser sumisas, delicadas, femeninas y dulces, mientras que los hombres deben ser fuertes, no demostrar sus sentimientos y acudir a la violencia para resolver los conflictos. (Ver: La media naranja y otras trampas del “amor verdadero”).

La violencia de género está muy ligada a ese modelo de masculinidad relacionado con la agresividad y la fuerza y con ser autoritario y dominador con las mujeres.

Es un tipo de violencia que se pretende justificar con frases como “él se puso bravo porque ella bailó con otro”, “él no puede aceptar que ella tenga otra pareja” o “ella no quiso tener relaciones sexuales con él”.

Aún es común hablar de celos y de alcoholismo como las razones detrás de las violencias contra las mujeres, ocultando así su causa estructural: la forma de ser hombre y de ser mujer que se ha enseñado, acompañado de un contexto donde predominan creencias como “los celos son amor” .

Hablar, por tanto, de prevención y sanción de la violencia de género no puede ser visto como un “tratamiento privilegiado” o un asunto menor: es un problema de seguridad ciudadana y una violación a los derechos humanos que requiere toda la atención de los gobiernos.

“Promoveremos nuevas masculinidades para erradicar el acoso callejero y la violencia por parte de parejas y ex”, Claudia López.

2. Desterrar el machismo y la homofobia

Esta fue una de las promesas de campaña que la alcaldesa recordó durante su discurso de posesión. Una de las maneras de lograrlo, dijo, es a través de una pedagogía de la igualdad.

De hecho, su programa de gobierno tiene una sección titulada “Derecho a ser felices sin importar a quien amemos”, donde menciona sus propuestas para garantizar la inclusión y la no discriminación de las personas LGBTI.

Su estrategia, dice, será trabajar en identificar, prevenir y erradicar todas las formas de discriminación y violencia contras estas personas. “Promoveremos el respeto por la diferencia y acabaremos el abuso social e institucional”, afirmó.

López ha propuesto ampliar y fortalecer los centros comunitarios, llevar a cabo procesos de sensibilización con empresas y capacitar a funcionarios públicos, del sector educativo y de salud, así como a miembros de la Fuerza Pública para evitar la estigmatización, la discriminación y la violencia por orientación sexual e identidad de género . (Ver: Centro comunitario LGBT de Chapinero: cuando Bogotá salió del clóset)

Tenemos que garantizar que la formación y la operación por parte de la Policía se ajusten a los derechos humanos”, señaló López. También aseguró que su administración continuará trabajando con enfoques de género y diferenciales para que las políticas, servicios e inversiones sociales y en salud garanticen los derechos de todas las personas.

Ahora, tal como lo expresó Juliana Martínez de Sentiido en la entrevista con El Tiempo, se espera que una persona que sabe bien qué es la discriminación por orientación sexual e identidad de género trabaje por evitarla, pero ser lesbiana no es garantía de nada. “Por eso hay hay que exigirle a López, como a cualquier persona que estuviera en ese cargo, que garantice que los derechos de las personas LGBTI sean respetados”.

En su discurso de posesión Claudia López prometió escuchar, detenerse y corregir el rumbo las veces que sea necesario. Foto: Twitter @ClaudiaLopez

“Implementaremos un sistema distrital de cuidado que releve de los hombros de las mujeres la obligación del cuidado de la familia”, Claudia López.

3. Combatir la feminización de la pobreza

La Encuesta Nacional de Calidad de Vida de 2016 del DANE evidenció que el porcentaje de hogares encabezados por mujeres en Colombia es de 41%. Esto significa que sin otro proveedor de ingresos para la familia, ellas no solamente suelen aceptar cualquier empleo sino asumir el trabajo no remunerado del hogar.

Así, las cargas domésticas asignadas socialmente a las mujeres, sumadas a su alta participación en la economía informal, han creado inequidades. Muchas veces las mujeres se ven obligadas a ejercer trabajos precarios y desprovistos de seguridad social.

Las mujeres han tenido que recorrer un largo camino para ingresar al mercado laboral, pero en muchos casos sin dejar de lado el trabajo del hogar. De ahí la importancia de hablar de la doble y triple jornada y de cómo influye la maternidad en el ámbito laboral.

Por ejemplo, muchas veces para ir a las reuniones y eventos escolares, así como a las citas médicas de los hijos y a las de los papás (cuando son adultos mayores), son ellas las que piden permiso en sus trabajos.

Según el DANE, para inicios de 2019 la tasa de desempleo fue de 12,8%, pero mientras que la tasa de hombres sin trabajo llegó al 9,8%, la de mujeres al 16,9%. Una razón de esto son las implicaciones de que no existan licencias de paternidad del mismo tiempo que las de maternidad.

Incluso, así las mujeres estén empleadas en el sector formal, las desigualdades de género son evidentes en los salarios. No son pocas las mujeres que reciben un menor salario (un 30% menos aproximadamente) que los hombres por desarrollar el mismo trabajo.

En el mundo laboral también existe “el techo de cristal” o una barrera para que las mujeres puedan llegar a los cargos directivos. Por tanto, las mujeres tienen menos niveles de participación en espacios de toma de decisiones.

“Queremos mujeres empoderadas y autónomas”, Claudia López.

“Tenemos que reconciliarnos con los animales y las plantas”, Claudia López.

Reverdecer a Bogotá

López también se comprometió a sembrar en la ciudadanía una cultura ambiental y a preservar el sistema de páramos, con sus cerros, cuencas, humedales, ríos y reservas. “Tenemos que reducir el trancón y la contaminación si la idea es ser una ciudad con calidad de vida“, señaló.

Hay mucho por cambiar en nuestros hábitos de vida: la forma en que producimos y consumimos, la manera en que usamos el agua y el aire, la forma en que manejamos los residuos y el modo en que escogemos y usamos combustibles. Promoveremos el reciclaje y el aprovechamiento de los residuos. Tenemos que proteger la biodiversidad: no es una opción, es una necesidad vital”, afirmó.

Finalmente agregó que su administración no permitirá el abuso de poder de ninguna autoridad contra la expresión ciudadana, tal como sucedió con varias de las personas que en 2019 salieron a las calles a reclamar al ritmo de cacerolas. “Bogotá acoge y protege a todo aquel que quiera expresarse”, dijo López.

La alcaldesa también reconoció que todo el proceso de la campaña le enseñó a parar, a escuchar, a aceptar sus equivocaciones y a corregir el rumbo cuando es necesario. “Aprendí a enfocar mi fuerza de manera firme pero serena y a trabajar de manera colectiva de forma más empática”.

López cerró su discurso dándole la bienvenida al siglo XXI. Ahora le corresponde a la ciudadanía y a los entes de control exigir y garantizar que así sea.

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