“Sin quitarme los tacones y abrazando mi bolso, me preparaba para mi primer ‘viaje’ a los Estados Unidos, sin saber lo que me aguardaba una vez viviera en la tierra del American Dream”, escribe Alexandra R. DeRuiz, después de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
Por: Lily Sweeting*
En ese momento, ella no entendía por completo el significado de pasar de un país a otro o cómo escapar de la violencia en un lado de la frontera (México), la expondría a un mundo lleno de nuevas formas de adversidades, identidades y culturas desconocidas en Estados Unidos. (Ver: Mujeres trans, migrar para descubrirse).
En su libro Crucé la frontera en tacones (Barcelona 2023), DeRuiz nos sumerge en las distintas etapas de su vida, desde antes hasta después de tomar la difícil decisión de dejar su país natal, México, a los 16 años. (Ver: Amara Moira: literatura en tránsito).
A través de una narrativa íntima y conmovedora, la autora explora las numerosas adversidades que enfrentó, al tiempo que reflexiona sobre los privilegios que ha experimentado a lo largo de su travesía. (Ver: Lía García: la poesía es resistencia).
De esta manera, invita a examinar nuestras percepciones acerca de la migración, las narrativas trans, la comunidad y la interseccionalidad. De hecho, en las primeras páginas del libro, la autora deja en claro que no quiere escribir “la típica autobiografía trans”. (Ver: ¿Qué es la interseccionalidad?).
“Muchas de estas biografías hablan de nacer en el cuerpo equivocado, de haber sido rechazada por la familia, de haber vivido como hombre parte de su vida y de haber intentado resistir los deseos de hacer la transición de hombre a mujer”. (Ver: Artivismo transfeminista: el arte de la resistencia).
Sin embargo, esta no fue su experiencia. DeRuiz escribe sobre la suerte que tuvo de contar con una madre que la quería y la aceptaba y que le permitió expresar su identidad. (Ver: Susy Shock: El abrazo de mi mamá y el de mi papá han sido vitales para mí).
Con su biografía, DeRuiz nos muestra cómo en distintos momentos la gente proyecta en ella estereotipos negativos sobre las mujeres trans, las personas que migran y las racializadas, entre otras.
A pesar de recibir el amor y la aceptación de su madre, DeRuiz escribe largo y tendido sobre sus experiencias con el odio, la violencia, el racismo y la transfobia que padeció a ambos lados de la frontera. (Ver: Mónica Estefanía Chub, mujer trans, católica e indígena de Guatemala).
Además, explica cómo emigrar de un país a otro provocó cambios significativos en su identidad que la abrieron a formas de discriminación tanto nuevas como conocidas de las que nunca ha escapado del todo. (Ver: Cuando la pandemia aprieta: Alejandra y la desatención a las vidas trans).
“Yo, una adolescente trans mexicana que escapaba a la persecución y la violencia de mi país, poco imaginé que en un país del ‘primer mundo’ me convertiría en una ‘ilegal’, una ‘mojada’, una ‘fuereña’, una persona que ‘habla con acento’, una ‘frijolera’”.
Los puntos fuertes del libro residen no sólo en su profundidad emocional, sino también en la capacidad de reflexión de la autora. DeRuiz no rehúye ahondar en sus experiencias, reconociendo tanto los retos que ha superado como las formas en que ha sido afortunada a lo largo de su viaje.
En varios momentos del libro reflexiona sobre las circunstancias de la época en que cruzó la frontera, a finales de los años setenta, y lo mucho que han cambiado las cosas desde entonces. (Ver: Los poderes transformadores del cine transfeminista).
Por ejemplo, describe que pudo obtener fácilmente su número de la Seguridad Social después de asistir a una breve entrevista, lo que le permitió empezar a trabajar legalmente en Estados Unidos.
Al reflexionar sobre sus experiencias, DeRuiz permite empatizar con sus luchas y con las implicaciones de la migración.
Como lo señala, millones de personas han arriesgado sus vidas al cruzar la frontera de México a Estados Unidos, y muchas se han tomado el tiempo de compartir sus historias de migración y exponer los retos que enfrentaron en el camino. Sin embargo, rara vez se ha contado esta historia desde la perspectiva de una mujer trans. (Ver: Transfeminismos latinoamericanos: sororidad, resistencia y cambio social).
“Yo, una adolescente trans mexicana que escapaba de la violencia de mi país, poco imaginé que en un país del ‘primer mundo’ me convertiría en una ‘ilegal’, una ‘mojada’, una ‘fuereña’, una persona que ‘habla con acento’, una ‘frijolera’”, Alexandra R. DeRuiz.
Crucé la frontera en tacones es una poderosa historia de vulnerabilidad y resistencia que arroja nuevas luces sobre la complejidad y la diversidad de las experiencias de las mujeres trans. (Ver: “Mi cuerpo es un tanque de guerra pintado de rosa”).
Pero es más que eso. Es un recorrido por décadas de cambio social, reformas migratorias y vivencias compartidas con personas migrantes de todos los géneros y orientaciones sexuales en la búsqueda común por una vida digna y plena.
Crucé la frontera en tacones es un libro que humaniza las vidas que muchas veces vemos solo en cifras o representadas desde estereotipos.
A través de su experiencia, DeRuiz ofrece una inspiradora narración que explora temas complejos de identidad, migración, comunidad e interseccionalidad, e insta a los lectores a reflexionar sobre su propia comprensión de estos temas.
- Libro: Crucé la frontera en tacones.
- Autora: Alexandra R. DeRuiz.
- Año: Barcelona, 2023.
*Periodista de American University, Washington D.C, practicante en Sentiido.
Enlaces relacionados
Amara Moira: literatura en tránsito
Lía García: la poesía es resistencia
Artivismo transfeminista: el arte de la resistencia
Geografías de las luchas trans en América Latina
Los poderes transformadores del cine transfeminista
Yo, monstruo mío
Transfeminismos latinoamericanos: sororidad, resistencia y cambio social
“Mi cuerpo es un tanque de guerra pintado de rosa”
“La ternura radical es abrazarte como persona trans”