¿Estamos realmente fuera del clóset o hemos creado un gran armario donde hacemos nuestras vidas en armonía, aceptación y comodidad?
Por: Daniel Prieto
Soy un colombiano que vive en los Estados Unidos hace mas de 11 años y que siempre estuvo en contacto con Colombia.
Salí del armario en los Estados Unidos hace diez años, cuando tenía 21, y desde ese entonces pertenezco a la vida gay.
Hoy me doy cuenta que necesité de tiempo para poco a poco aceptarme como hombre homosexual. Quizás haber crecido y haber sido criado dentro de las costumbres de la sociedad colombiana hizo más difícil mi proceso de asimilación y autoperdón para finalmente aceptarme como homosexual.
Crecer, madurar y en general vivir no tiene que ser necesariamente un proceso fácil, pero es aún más difícil si le sumamos el hecho de pertenecer a una sociedad en la que los vínculos familiares vienen acompañados de costumbres limitantes y de responsabilidades morales; donde fácilmente se puede defraudar a la familia, donde heredamos responsabilidades que nunca adquirimos por cuenta propia mas no dejan de preocuparnos.
Crecer en una sociedad tan convencida y creyente de sí misma no permite que sea más fácil para un homosexual hacerse parte de la tan común y necesaria vida social.
Cuando venía de visita a Colombia, me sorprendía de los muchos lugares y espacios gays que ofrecía una ciudad como Bogotá; de las multitudes que concurrían a estos espacios y de cómo estos hombres y mujeres relajadamente se movían en estos lugares.
Me demostraban que en Colombia la comunidad gay tenía un espacio completamente conquistado dentro de la compleja sociedad. Me sorprendía al ver cómo muchos miembros de mi familia y amigos de la niñez se acercaban a mí queriendo participar de mi vida, me incluían dentro de su círculo de personas especiales, y me comentaban de algún conocido o de alguien que sabían que era gay. Llegaba a pensar que Colombia tenía una vida gay aun más abierta que la de otros países y que la de los Estados Unidos, donde yo residía.
De regreso a la ciudad
Hace diez meses vine a vivir a Bogotá, y consciente de que tendría que hacerme a una vida nueva y que también cargaba con los compromisos de la sociedad en la que mi familia y yo nos movemos, estaba dispuesto a, sin perder mi filosofía y creencias, lograr adaptarme a esta nueva sociedad.
Después de unos meses me di cuenta que donde realmente estaba haciendo amistades y donde podía conocer más gente gay era en los espacios que públicamente eran gays, como bares y discotecas. Sin embargo, tampoco era fácil conocer gente ahí. Estaban las barreras del peligro y la inseguridad y la necesidad de usar una estrategia de conquista.
En estos lugares generalmente no hay condiciones óptimas para poder hacerse una idea certera de la persona que uno está conociendo. Sin embargo comencé a entender ese lenguaje y creo que hasta a usarlo.
Yo estaba dispuesto a jugar el juego y a encontrar un espacio en la comunidad gay de Bogotá. Pero no estaba conforme con la forma como tenía que manejar las cosas fuera de estos espacios.
No poder hablar de temas comunes con ciertos allegados a mí y a mi familia era algo que me incomodaba, porque si bien ellos están más enterados de mi vida que yo mismo, hay un tema que no se menciona y es el de mi homosexualidad.
Si bien no pretendo hablar de lo que pasa en mi cama, no considero que esté mal poder hablar de mi vida sentimental, de los lugares a los que voy y de los miles de temas que conforman mi vida sin que necesariamente hable de mi vida sexual.
Hace poco regresé como turista a la que alguna vez fue mi casa, Miami, y me encontré con mi antigua vida, con mis amigos a los que por algunas circunstancias se hicieron mi familia; me encontré con los espacios donde vivía y me di cuenta de que esos lugares estaban en todas partes: las calles, los restaurantes, los cines, los lugares donde iba con mis amigos del trabajo, sin importar si eran espacios públicamente gays o no.
No necesitaba acudir a bares o restaurantes específicamente gays para poder darme la oportunidad de ser yo o de poder hablar de mi vida sin que las personas de al lado me miraran con reservas.
Soy quien soy
De regreso a Colombia me doy cuenta de lo mucho que extraño esa vida y me surgen muchas preguntas: ¿realmente puedo decir que soy un miembro de la sociedad cuando tengo que acudir a lugares exclusivamente gays para poder ser visto como un persona (normal)?
¿Estamos ayudando a la comunidad gay y a nuestras propias vidas aceptando que nuestro lugar en la sociedad está en espacios donde tenemos que agruparnos con miembros de nuestra misma orientación sexual?
¿Por qué no poder ser quien soy las 24 horas de mi día, poder ser la misma persona en el trabajo, con los compañeros del colegio o de la universidad, ser simplemente un residente más del edificio, ser la misma persona para la sociedad en general, sin que esta se vea afectada por esto ? Pero creo que esto no es una tarea o una evolución que le corresponde a la sociedad, es una tarea que nos corresponde a cada uno de nosotros como individuos.
Es tener el valor para aceptarnos a nosotros mismos como miembros de la sociedad. Es quitarnos los diferentes tipos de máscaras que tenemos para cada ocasión. Es aceptar que nosotros tenemos una cara y que es la cara que le mostramos a todo el mundo, porque nos pertenece y tiene un lugar en la sociedad.
¿Al hacer de los lugares exclusivamente gays los lugares donde vivimos, estamos haciéndonos un espacio en la sociedad?
Creo que somos egoístas al no darnos la oportunidad de ser nosotros mismos en espacios públicos, al ingresar a lugares específicamente gays donde no tenemos temor a afectar nuestra imagen.
Preferimos encerrarnos en un pequeño mundo que al final no es más que un gran armario, un armario donde los que nos aceptan son bienvenidos , un armario donde no hacemos daño a nadie, donde no tenemos que ponernos máscaras que no nos pertenecen, un lugar que está plagado de miembros de una comunidad que no necesariamente es compatible entre ellos pero que no tienen más salida que aferrarse a lo único que tienen en común: la orientación sexual.
Yo no hago parte de ningún movimiento de la comunidad gay, no tengo ninguna bandera pegada a mi carro, no salgo a gritar y a pedir aceptación de la sociedad, yo simplemente soy un miembro más de la sociedad. Soy un hombre que dejó de pedir aceptación porque decidió aceptarse a sí mismo.
No quiero que mi mundo se limite a estar de puertas adentro, mi mundo lo quiero hacer en donde yo esté. Sigo disfrutando de los grandes lugares que hay de entretenimiento para el público gay, pero poniéndole la misma y única cara que tengo para andar por las calles. Yo he tomado la decisión de ser parte de la sociedad y de estar en la sociedad que yo quiero estar.
Muy buen articulo, deja varias ideas para reflexionar y decidir en que lado se quiere vivir
Pienso que el activismo gay y “ruidoso” (como dio a entender el autor) es necesario, pues cuando uno es uno mismo en todos los espacios y en todas las circunstancias surgen personas con sus propios traumas sociales, psicológicos y sexuales que violan nuestros derechos, desde los más desapercibidos y domésticos como atenderlo a uno indebidamente en una cafetería o supermercado, pasando por andar cogido de la mano con el/la novi@ y que todos nos discriminen verbal y pasivamente hasta que se nos nieguen derechos de vital importancia como la adopción, la afiliación del compañero sentimental a los servicios de salud, las oportunidades de empleo y el tratamiento judicial justo ante un crimen contra nosotros.
Este activismo es tan necesario como el que los negros estadounidenses tuvieron (y aún tienen) que hacer para que no se les nieguen sus derechos constitucionales y humanos. No fue precisamente con la boca callada y las reivindicaciones apagadas que esta comunidad ha logrado sus triunfos en el campo de la igualdad como ciudadanos de un Estado y como seres humanos.
Hola, que buena columna de opinion sobre este tema tan candente de la sexualidad humana!
Yo no soy Gay ni Homosexual ni voy a bares ni cantinas ni me relaciono con estas personas no porque les tenga fobia sino porque no me nace hacerlo, porque en mi condicion de Transexual a transgenero de hombre a mujer, mi criterio es: porque tendria que estar buscando sexo, prostitucion, escandalos, formas perceptibles de mostrarse y otras estravagancias frecuentando lugares no comunes buscando lo que no se nos ha pedido maxime cuando no me agradan los vicios? No, a pesar de tener una edad avanzada y de ser transgenero desde los 7 años, me case 2 veces y vivi con dos mujeres mas sin casarme y tambien tenia otras que fueron esporadicas por ahi, pues me gustan las mujeres! Lo grave de todo esto es que todas me traicionaron, me dejaron, se dedicaron al libertinaje, eran mujers malas y fui victima y no las odio! Pero lo paradogico de esto, es que siempre he sentido el deseo de ser mujer! Sin embago, ninguna de las mujeres que tuve supo jamas de mi condicion de genero, que no era solo heterosexual sino tambien transexual! Ninguna se dio cuenta que he vivido una vida de travestie en la misma casa poniendome incluso las ropas de ellas, tomandome fotos y videos y teniendo un gran archivo de todo esto; inclusive, he comprado mucha ropa femenina que guardo celosamente en maletas en la misma casa! Yo a ellas jamas las traicione mientras estuve viviendo en pareja sin embargo ellas si lo hicieron conmigo, fue doloroso! La ultima con la que me case me dejo en enero de este año y mi vida ha sido dura pero altruistamente y sin recurrir a ningun vicio, ni maldad, ni pedirle nada a nadie, ni tener amistades para disipar, ahi voy con la frente en alto, con la fe y esperanza de realizar mis anhelos! Aun no he podido hacer mi transicion porque mis prejuicios familiares, sociales, de trabajo, etc. y logicamente el miedo, ha hecho de mi una persona sola, triste y sin saber que hacer pues no confio en nada ni nadie; ademas, la falta de recursos ha hecho mella en esta ilusion, ilusion que solo la saben algunos especialistas medicos cirujanos del exterior a quienes les he pedido cotizacion de cirugias para cambiar mi rostro y otros pero el costo es muy elevado y ha sido imposible!
Para terminar, vuelvo aclarar que soy transgenero no homosexual ni gay y jamas buscare hombres para unirme asi cambie mi sexo en una operacion! Estoy segura que de lo que hago y digo y nada ni nadie me cambiara ni siquiera las hormonas femeninas que me vaya tomar en un tratamiento Psiquiatrico-ednocrinologico.
En verdad, luego del fracaso con pareja femenina, yo quiero hacer una vida de transgenero integrada a la sociedad, trabajando en lo que sea, sin hacer escandalos ni buscar lo que no se me ha perdido! con todo respeto a todos los amigos LGTBI a quienes saludo con cariño.
Como un llamda a que nos ayudemos, imitemos los creadores de esta maravillosa pagina que piden donaciones para seguir y sostenerse en esta encomiable labor, quiero recibir consejos y demas ayuda para tener una esperanza, pues confieso que si he servido y mucho al pais!
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