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Asamblea General OEA Medellín

Derechos LGBTI, firmes en la OEA

La 49 Asamblea General de la OEA que tuvo lugar en Medellín (Colombia) evidenció que a pesar de los esfuerzos de algunos sectores conservadores de echar para atrás en derechos humanos, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos sigue avanzando en igualdad LGBTI y en derechos sexuales y reproductivos.

Entre el 26 y el 28 de junio tuvo lugar la 49 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el encuentro del órgano supremo de la OEA en el que  participan las delegaciones de los 35 Estados miembro. En sus sesiones ordinarias la Asamblea se reúne anualmente y este año fue en Medellín (Colombia).

En materia de derechos humanos, en el contexto político actual, este evento es particularmente relevante debido al interés de sectores conservadores religiosos por lograr que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que forman parte de la OEA, favorezcan sus objetivos de restringir los derechos de las personas LGBTI y los derechos sexuales y reproductivos. (Ver: Los pasos de gigante de la avanzada conservadora).

Para la muestra, el 11 de abril los embajadores ante la OEA de Argentina, Brasil, Colombia (el exprocurador Alejandro Ordóñez), Chile y Paraguay (todos gobiernos conservadores) le hicieron llegar una declaración al secretario de la CIDH en la que señalaron la necesidad de que la Corte IDH y la CIDH respeten la autonomía de cada Estado.

Derechos LGBTI firmes en la OEA
Marcelo Ernesto Ferreyra, coordinador para América Latina y el Caribe en Synergia – iniciativas por los derechos humanos. Foto: UNFPA – Uruguay.

Esto traducido a la vida real significa que estos gobiernos buscan limitar el alcance del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) en cuanto a su rol de defensa de los derechos LGBTI y los derechos sexuales y reproductivos. Voceros de estos sectores conservadores religiosos han expresado que hay resoluciones de la OEA y de la CIDH, así como fallos de la Corte IDH, que obligan a los Estados a modificar sus leyes “en asuntos relacionados con la vida, la familia y la libertad religiosa”. (Ver: Qué dijo la Corte Interamericana sobre los derechos de las personas LGBT).

El periódico El País de España publicó una nota en la que Viviana Krsticevic, directora del Centro por el Derecho y la Justicia Internacional (CEJIL), explica que detrás de la movilización conservadora religiosa hay una agenda que incluye limpiar crímenes del pasado como denuncias de tortura, de desaparición forzada o contra la libertad de expresión en las que están involucrados los Estados. “Algunos piensan que se trata de un recorte para frenar la agenda igualitaria sobre aborto o matrimonio entre personas homosexuales pero es más que eso. Hay una agenda para impulsar amnistías militares, encubrir represión o graves violaciones en asuntos de libertad de expresión“, señaló.

Otro motivo por el que esta 49 Asamblea General era particularmente importante es debido a que se eligieron cuatro de los siete integrantes de la CIDH para el periodo 2020-2024. Resultaron reelegidas Esmeralda Arosemena (propuesta por Panamá) y Margarette May Macaulay (propuesta por Jamaica). También fueron elegidos Edgar Stuardo Ralón Orellana (Guatemala) y Julissa Mantilla Falcón (Perú). Excepto por el nombramiento de Ralón, la iniciativa de los gobiernos conservadores para reformar la Corte IDH y la CIDH fue derrotada con esta elección. De hecho, no fue escogido Everth Bustamante, el candidato del gobierno colombiano, país anfitrión.

Para analizar con más detenimiento qué pasó en la 49 Asamblea General de la OEA en cuanto a derechos LGBTI y derechos sexuales y reproductivos, Sentiido habló con Marcelo Ernesto Ferreyra, coordinador para América Latina y el Caribe en Synergia – iniciativas por los derechos humanos.

Sentiido: ¿Qué implican eventos como la Asamblea General de la OEA en cuanto a derechos LGBTI y derechos sexuales y reproductivos?

Marcelo Ferreyra: Es fundamental porque desde 2008 cada Asamblea General aprueba una resolución central contra todas las formas de discriminación, resolución que contiene secciones específicas sobre las personas LGBTI y las mujeres. Es una especie de mandato que los Estados le otorgan al Sistema Interamericano de Derechos Humanos (la Corte IDH y la CIDH) para proteger los derechos humanos de todas las personas, incluidas por supuesto las mujeres y las LGBTI.

S: ¿Qué efectos reales, en la práctica, tiene la participación de la sociedad civil en la Asamblea General de la OEA?

M.F.: Es un espacio de visibilidad importante. Hay un día dedicado a la sociedad civil donde las distintas organizaciones, conservadoras y progresistas, les presentan sus demandas a los representantes de los Estados y al secretario general de la OEA en intervenciones de tres minutos. Las organizaciones de la sociedad civil también asesoran a los Estados para que la resolución central de derechos humanos salga adelante (se aprueba por consenso) y, en caso de que la Asamblea implique elecciones de comisionados, las organizaciones asesoran a los Estados sobre la idoneidad de quienes aspiran a este cargo.

S: ¿Qué balance puede hacer de la participación de coaliciones progresistas respecto a la de coaliciones que se oponen a la igualdad LGBTI y a los derechos sexuales y reproductivos?

M.F.: Este año la Secretaría General de la OEA aprobó la participación de 33 coaliciones de las cuales cinco eran fundamentalmente en contra de las personas LGBTI y de la interrupción voluntaria del embarazo. Es un número estable desde hace tres asambleas.

S: Estos sectores conservadores pretenden hacer creer que conceptos como “provida” y “profamilia” no están sincronizados con la igualdad LGBTI ni con los derechos sexuales y reproductivos. ¿Qué opina?

M.F.: La mayoría de las organizaciones de la sociedad civil que participamos en escenarios como la Asamblea General de la OEA estamos a favor de la vida y de las familias. El problema radica cuando la vida es arbitrariamente cercenada como ocurre con muchas personas trans. Estos son casos concretos de violaciones a los derechos humanos que deben detenerse.

S: Voceros de estos sectores conservadores presentaron como éxitos de la Asamblea: 1. Su participación en los eventos previos a la Asamblea. 2. La conformación de un “bloque continental provida” y 3. La declaración de algunos jóvenes contra el aborto. ¿Esto es así?

M.F.: Estas organizaciones conservadoras religiosas tuvieron espacios de visibilidad importantes en la Asamblea General de la OEA pero hay que poner esto en contexto: los grupos progresistas también fueron visibles. Por ejemplo, esta fue la primera Asamblea donde las trabajadoras sexuales tuvieron un espacio para hablar como parte de la sociedad civil y la segunda donde organizaciones vinculadas a religiones y espiritualidades alternativas estuvieron presentes, así que lo que estos sectores conservadores presentan como triunfos es una realidad parcial a la que le falta un pedazo importante. (Ver: Hay muchas voces religiosas que no son “antiderechos”).

S: Estos sectores conservadores señalan como un triunfo que ubicaron a su gente siempre adelante y las cámaras siempre se enfocaron en ellos. ¿Fue así?

M.F.: Las cámaras no solamente enfocaron a quienes estaban en las primeras filas. En este caso, por la disposición del escenario, las cámaras estaban a los lados, no al frente. Y sí, algunas de estas organizaciones se tomaron las primeras filas, pero eso no es problema. A la coalición LGBTI, por ejemplo, no le interesaban esos puestos.

S: ¿Por qué se presentaron inconvenientes para que la sociedad civil entrara a ciertos espacios de negociación?

M.F.: Hubo una restricción del espacio destinado para la sociedad civil, algo que no tiene precedentes. Algunos sectores trataron de responsabilizar de este hecho a la Secretaría General de la OEA, pero esta secretaría ha operado muy bien en los diferentes países y contextos donde la Asamblea General ha tenido lugar. En esta ocasión la Asamblea fue particularmente restrictiva para que la sociedad civil participara de los espacios de negociación de los Estados y esto es preocupante. Yo no responsabilizaría de este hecho a la Secretaría General de la OEA porque jamás se habían visto los inconvenientes de este año. Para mí está en el país anfitrión: Colombia.

S: Estos sectores conservadores han señalado que el diálogo de la sociedad civil en la OEA fue ganado por los grupos evangélicos, como si se tratara de una competencia. ¿Qué opina?

M.F.: El diálogo con la sociedad civil en la Asamblea General de la OEA no es una competencia. Es un espacio en donde los representantes de los Estados toman nota de los reclamos de la sociedad civil y hubo Estados que abordaron cada una de las peticiones que les presentaron. La visibilidad que otorga este espacio de diálogo es una ganancia tanto para los grupos conservadores como para los progresistas.

S: Según estos grupos conservadores, ellos han mejorado sus estrategias de lobby porque cada vez se acercan más a los cancilleres y a sus contactos para entregarles documentos. ¿Qué opina?

M.F.: Todas las organizaciones que participamos en estos encuentros tenemos distintas estrategias pero hay algunas que molestan a los cancilleres. Cada colectivo decide cómo actuar pero estos son espacios para manejar con prudencia y tacto. La coalición LGBTI tenía como objetivos de esta Asamblea General lograr las menciones de los temas LGBTI en la resolución de derechos humanos y la elección de candidatos idóneos para la CIDH. A veces acosar a los representantes de los Estados puede ser contraproducente y en nuestro caso las estrategias se ven en los resultados.

S: ¿Qué resoluciones en cuanto a libertad religiosa y derechos LGBTI fueron aprobadas en la Asamblea General de la OEA?

M.F.: Fue aprobada una resolución que habla de violencia institucional hacia las personas LGBTI y una más amplia sobre el respeto por los derechos humanos. Las dos están enmarcadas en la resolución macro sobre derechos humanos que también aborda la libertad religiosa. Estas resoluciones siguen marcando el ritmo del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Existe, por ejemplo, una relatoría LGBTI en la CIDH y en 2017 la Corte IDH presentó la opinión consultiva número 24 que establece que todos los países vinculados a la Convención Americana sobre Derechos Humanos tienen la obligación de respetar a las parejas del mismo sexo y la identidad de género de cada quien. (Ver: 8 puntos clave de la opinión consultiva de la Corte Interamericana sobre derechos LGBT).

No son resoluciones vinculantes (de obligatorio cumplimiento para los Estados), pero la Convención Americana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia aprobada por la Asamblea General en 2013 y la Convención Interamericana sobre la protección de los derechos humanos de los adultos mayores, aprobada en 2015, consideran como categorías protegidas la orientación sexual, la identidad y la expresión de género. Esto no hubiera sido posible sin las resoluciones que demuestran un interés de que los países y sus instituciones se ocupen de estos temas.

S: ¿No resulta preocupante que la resolución de “libertad religiosa” provenga de un gobierno conservador como el de Trump?

M.F.: Esta resolución es importante porque pone la libertad religiosa en un marco de derechos humanos. Muchas veces este concepto se utiliza para justificar comportamientos discriminatorios. Aunque la resolución fue promovida por Estados Unidos, fue apoyada por consenso por todos los países. Era fundamental poner este tema sobre la mesa para establecer las reglas del juego al respecto.

S: Estos sectores conservadores buscan organizar una coalición entre países con gobiernos conservadores como Estados Unidos y Brasil. ¿No sería esto una amenaza para los derechos humanos?

M.F.: Varios países tienen elecciones este año y el siguiente y este tipo de coaliciones cambian según los gobiernos de turno. Los contextos cambian. De la coalición LGBTI que se creó en 2016 forman parte países cuyos gobiernos han cambiado y sus políticas al respecto también. En todo caso pareciera que hay una línea base de preservar la idoneidad del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Una muestra de esto fue que Esmeralda Arosemena, comisionada de la CIDH que se postuló para ser reelegida, tuvo una campaña en contra muy fuerte por parte de sectores conservadores religiosos y, sin embargo, fue la comisionada elegida con más votos en esta Asamblea General. Esto demuestra que hay cierto compromiso de los países con mantener la idoneidad del sistema.

S: Estos sectores conservadores también buscan, según sus palabras, “poner gente en Washington DC en los debates de elaboración de los resolutivos”. ¿Por qué es tan importante este escenario?

M.F.: Todas las resoluciones que llegan a la Asamblea General de la OEA se han discutido previamente en reuniones precedentes en Washington DC en el Consejo Permanente, el corazón de las discusiones de las distintas delegaciones ante la OEA. Entonces, se espera que lleguen ya acordadas y cerradas a la Asamblea General para ser aprobadas por consenso por todos los países. A veces, sin embargo, no se llega a un acuerdo en Washington DC  y es necesario que la discusión continúe en la Asamblea General. En todo caso, desde hace mucho tiempo hay gente, tanto progresista como conservadora, participando en estas reuniones previas.

S: ¿Qué implica en temas LGBTI y derechos sexuales y reproductivos la llegada del abogado guatemalteco Edgar Stuardo Ralón Orellana a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?

M.F.: En estas elecciones estaban tres comisionadas altamente calificadas y dos candidatos, uno de Guatemala y otro colombiano no idóneos para llegar a este cargo. Un informe presentado por un panel independiente de cinco expertos académicos latinoamericanos que evaluó a las personas nominadas para integrar la CIDH entre 2020 y 2024, concluyó que Everth Bustamante (el colombiano que no resultó elegido) y Ralón (el abogado guatemalteca elegido) no reúnen las condiciones para integrar el organismo. Sobre este último se consideró que su trayectoria no acredita conocimientos ni experiencia en la materia. Para el panel, la independencia de Ralón también está comprometida debido a que todas sus posiciones públicas en asuntos relevantes en materia de derechos humanos se encuentran alineadas con los intereses del Gobierno que lo postuló.

S: ¿Cómo manejar la afirmación de estos sectores conservadores de que la CIDH está a favor de lo que denominan “ideología de género” o “en contra de la vida” por avanzar en igualdad LGBTI y en derechos sexuales y reproductivos?

M.F.: Todo lo que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos produce nace de los acuerdos entre los países durante las Asambleas Generales. Por eso las resoluciones son tan importantes porque crean mandatos para el sistema de la OEA. Por tanto, la labor de los comisionados de la CIDH tiene su origen en resoluciones aprobadas cada año por consenso entre todos los países que integran el Sistema Interamericano.

“Por un lado estos sectores conservadores religiosos critican y cuestiona al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, pero por otro tratan de utilizarlo”.

S: ¿A qué le atribuye el crecimiento de estos sectores conservadores religiosos en espacios de toma de decisiones?

M.F.: Hay que medir cuál es el crecimiento de estos sectores conservadores religiosos porque a veces se tiende a exagerar lo que en realidad está pasando. Normalmente en la Asamblea General de la OEA participa el mismo número de personas y la misma gente de estos sectores. Ahora, su labor hay que medirla en resultados. Ellos pueden hablar de muchos logros pero cada año los derechos de minorías avanzan. En Ecuador, por ejemplo, hace poco se aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Me parece bien que todas las voces se escuchen, pero lo importante acá son las resoluciones que los Estados aprueban.

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