Los actos de discriminación en establecimientos públicos no deben quedar en el anonimato. Se conoció un nuevo caso en Bogotá en el bar Martínez & Martínez, ubicado en la zona T.
No son pocos los casos en que por la orientación sexual o la identidad de género de una persona le impiden ingresar a un bar.
En otras ocasiones, aunque “supere” el filtro de entrada, la obligan a salir del establecimiento.
¿El motivo? Darse un beso con alguien del mismo sexo, gesto que los administradores o el personal de seguridad interpretan como inmoral o incómodo para los clientes heterosexuales.
De ahí que muchas veces las personas LGBT crean que solamente les está permitido frecuentar establecimientos concebidos para ellas. Muchos son espacios clandestinos o con la bandera gay en la puerta. Sin embargo, son de público conocimiento los casos en los que ni siquiera ahí pueden estar.
Ahora el turno fue para una pareja de hombres que fue obligada a salir del bar Martínez & Martínez, ubicado en la Zona T al norte de Bogotá. ¿El motivo? Lo de siempre, un beso.
2 hombres gay violentados en Martinez y Martinez Bar de la #ZonaT están denunciando en @PoliciaColombia Cc @djdiegosanchez @guiadelocio
— Alejandro Michells (@ALEJOMICHELLS) septiembre 29, 2014
La administración, en vez de expresar que en su establecimiento no se discrimina siguiendo lo estipulado en la Constitución de Colombia, prefirió expulsar a la pareja del lugar porque a un tercero no le gustó el gesto de afecto. ¿Acaso es política del bar sacar a todas las parejas que se den un beso?
@colombiascopio pareja fue golpedq por otro cliente. Luego seguridad los saco diciéndoles que era “por gays” @JackPriga tiene toda la info
— Mauricio Albarracin (@malbarracin) septiembre 29, 2014
Es muy diciente que aún se mantenga esta segregación en establecimientos públicos: unos para LGBT y otros para homosexuales. Es importante que estos casos no queden en el anonimato y que además de las sanciones legales, se acuda a la más representativa: no frecuentarlos hasta que cambien sus políticas.
Las personas LGBT, como el resto de la población, tienen derechos como ciudadanas y consumidores y deben hacerlos respetar en el momento en que situaciones como esta se presentan. El “derecho de admisión” nunca será un argumento para impedir la entrada o sacar a una persona de un establecimiento cuando la razón de fondo es la orientación sexual o la identidad de género.
Vale la pena asesorarse sobre qué acciones emprender, pero en todo caso no dejar pasar el tema por alto. Los propietarios y administradores de estos establecimientos están en mora de tomar acciones para evitar que en sus espacios la discriminación se convierta en algo cotidiano.