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El cantante de boleros

El ya famoso Álvaro González Alzate, el mismo que afirmó en una entrevista a la cadena radial Antena 2 de RCN que “para ser árbitro hay que ser homosexual” y “no hay nada con más posibilidades de contagiarse, no hay peor enfermedad (…) que el homosexualismo” apareció con una versión renovada de un bello bolero.

El bolero dice:

Siempre que te pregunto,
que cómo, cuándo y dónde
tú siempre me respondes
quizás, quizás, quizás
(…)

Veamos ahora cuál es la versión del dirigente de Difútbol:

Yo no aseguro que el homosexualismo sea una enfermedad
Yo digo que al parecer y en mi concepto
Respecto a comentarios que he escuchado
Y respetando el criterio que tengan las personas
Que al parecer puedan sufrirla
Considero que podría ser una enfermedad
Pero yo no he ratificado enfáticamente
que el homosexualismo sea una enfermedad

“Al parecer y en nuestro concepto”, los retruécanos de estos versos son algo más complejos de aquellos con los que Shakespeare nos ha puesto a prueba en sus obras.

Pero si tuviéramos que buscar la raíz de esta afirmación, la sabia asesoría y consejería que recibió, definitivamente pensaríamos en el bolero. Todo se resume en un “quizás, quizás, quizás”.

“Al parecer”, “en mi concepto”, “podría”. El juego de palabras no puede ser más revelador. Como González se vio en una encrucijada, atrapado en las inmediaciones de los homosexuales enfermos y los árbitros, también enfermos (puesto que son homosexuales), su consejero(a) que (alias Chimoltrufio), se sabe igual de leído e informado que González, le dijo:

– Doctor, para que no le peleen más por sus afirmaciones, diga que usté nunca dijo eso, que eso es lo que dice la gente, que eso es lo que parece, que al parecer parece que eso se dice cuando la gente dice que ser gay es una enfermedad, aunque no lo digan enfáticamente pues parece que el concepto de quienes la sufren al parecer dice que hay que ser homosexual para ser árbitro.

Y González en ese momento lo resumió todo:

– Quizás, quizás, quizás.

Ésta es la génesis de las nuevas afirmaciones de González. No hay que buscar ni preguntarse más por qué sería un buen representante de la cátedra LGBT en los colegios públicos de Bogotá.

Su claridad, su prosa melódica y llena de anáforas nos indica que González, como los mejores compositores de boleros de nuestra América, logra con sus palabras arrancar un pedazo de la intimidad de un ser humano para volverlo canción.

Acá les dejamos otra versión un poco más clásica, para que comparen los estilos.

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