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El caso Daniel Zamudio: un año después

La muerte de un joven chileno a manos de un grupo de neonazis conmovió al mundo. Demostró hasta dónde pueden llevar los prejuicios. 

El 2 de marzo de 2012 prometía ser un viernes más para Daniel Zamudio.

Otro día de trabajo como vendedor en una tienda de ropa china en Providencia, localidad de Santiago de Chile. Su objetivo: reunir el dinero suficiente para financiar sus estudios de modelaje. Quería ser famoso.

Del almacén salió a las 7 de la noche rumbo a un café Internet en donde estaría hasta las 10 pm. Cerraría el día con una noche de rumba en la discoteca Blondie.

Sin embargo, algo desvió su aparente cotidianidad. A las 5:30 de la mañana, Daniel Mauricio Zamudio Vera, de 24 años, fue encontrado inconsciente en el Parque San Borja por un guardia de seguridad. 20 minutos después ingresaría al Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP), más conocido como Posta Central.

Zamudio presentaba, entre otros, traumatismo craneoencefálico grave, fractura de tibia-peroné izquierda, neumonía, lesiones múltiples en rostro, tórax, dorso y extremidades, quemaduras de cigarrillos y cortes en forma de esvástica en pecho y espalda. Las consecuencias de seis horas de tortura por ser homosexual.

El 8 de marzo, la Policía de Carabineros capturó a los cuatro responsables: Alejandro Áxel Angulo Tapia (26 años), Patricio Iván Ahumada Garay (25 años), Raúl Alfonso López Fuentes (25 años) y Fabián Alexis Mora Mora (19 años). Tres de ellos con antecedentes de ataques, especialmente contra peruanos.

El informe sobre el caso de Daniel Zamudio presentado recientemente por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile (Movilh) revela que, en sus primeras declaraciones, uno de los atacantes, Raúl López, dijo que él “solamente le dio un par de patadas en las piernas y cabeza, mientras el muchacho sangraba por la nariz y la cara”.

Agregó que Alejandro Angulo le rompió una botella en la cabeza y que, cuando ya estaba inconsciente, Patricio Ahumada le marcó una esvástica en su cuerpo con el pico del envase.

“Angulo agarró una piedra grande y se la tiró dos veces, después la tomó de nuevo y se la tiró en la cabeza. Después, Fabián Mora la agarró y se la lanzó como 10 veces en las piernas. Cuando ya el muchacho estaba muy mal, nos fuimos”, dijo López en su relato.

Una luz al final del túnel

El mismo día de la captura de los cuatro neonazis, los médicos informaron que Daniel estaba recuperando la conciencia y que había movido una de sus extremidades. Fue tal la ilusión que esas declaraciones despertaron que su familia contempló la posibilidad de empezar a prepararle un recibimiento especial para cuando saliera de la clínica.

La esperanza de que Daniel se recuperaría era tan grande que el 15 de marzo, los integrantes de Movilh publicaron una nota en Facebook, pidiendo a las personas expresarle su apoyo, de manera que cuando él despertara se encontrara con esta sorpresa.

El 19 de marzo, a las 10:50 de la mañana, el panorama cambió: Daniel sufrió un paro cardiorrespiratorio. Cuatro días después la situación empeoró, al punto de que un médico calificó de “milagrosa” su posibilidad de sobrevivir.

Cinco días después los médicos le comunicaron a la familia que el deceso de Daniel podría ocurrir entre 24 y 48 horas. El 27 de marzo, a las 4 de la tarde se le diagnosticó muerte encefálica clínica. A las 7:45 de la noche falleció: 24 días después de la golpiza.

A los pocos minutos, Jaime Parada, en ese entonces vocero de Movilh, le dijo a los medios de comunicación: “nuestro hermano falleció. Es una víctima de la intolerancia, de la homofobia y del odio que algunos han cultivado. Pasó a ser un mártir de las minorías sexuales que no hizo nada más que tener una orientación sexual distinta. La discriminación está viva, es uno de los flagelos más grandes de este país”.

Posteriormente, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, sostuvo: “la brutal y cobarde agresión y muerte de Daniel Zamudio hieren no sólo a su familia sino también a todas las personas de buena voluntad. Su muerte no quedará impune”.

Poco a poco se fueron sumando multitudinarias reacciones de rechazo. El portavoz de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, emitió un comunicado en el que instó a Chile a aprobar la Ley Antidiscriminación y a legislar en contra de los crímenes de odio.

Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) afirmó: “la violencia contra una persona por su orientación sexual, su identidad de género o su expresión de género es condenable en toda circunstancia”. Y recordó que “la impunidad de un crimen de odio promueve la tolerancia social de este fenómeno”.

Entre los mensajes que más conmovieron a Jacqueline Vera, la mamá de Daniel, están los del cantante puertorriqueño Ricky Martin y los de la mexicana Gloria Trevi. El 11 de abril el Sindicato de Actores de Chile, junto con animadores y artistas, organizaron un acto cultural en el Teatro Caupolicán, denominado “Somos más por Daniel Zamudio”.

La otra cara

Entre los miles de comunicados y manifestaciones de repudio y solidaridad con la familia de Daniel procedentes de todo el mundo, tanto la familia de él como el equipo de Movilh, extrañaron uno: el de la Iglesia Católica chilena.

Para completar, el abogado Jorge Reyes, coordinador de la Red Por la Vida y la Familia y en ese entonces asesor del Ministerio de Salud, dijo: “hay una visión romántica respecto de lo que podría ser la tolerancia hacia los homosexuales”.

También afirmó: “El muchacho estaba en un estado etílico espantoso al momento de sufrir la golpiza y la mutilación de su cuerpo”. Fue tal el revuelo que sus declaraciones causaron que, al día siguiente, el Gobierno lo despidió de su cargo.

Los médicos y diputados Marco Antonio Núñez y Juan Luis Castro también protagonizaron otros hechos polémicos. El 19 de abril dieron a conocer públicamente un examen privado de Daniel donde se certificaba que él habría contraído la bacteria Clostridium Difficile mientras estuvo en el Hospital. Insinuaban que esto habría podido incidir en su muerte, argumento que de inmediato aprovecho la defensa de los cuatro acusados.

Sin embargo, el 28 de marzo, Medicina Legal determinó, tras realizar la autopsia y tomar las radiografías respectivas, que Daniel Zamudio falleció por traumatismo craneoencefálico provocado por las severas lesiones recibidas en su cabeza.

quién fue Daniel Zamudio, qué pasó con él
Momento en el que fue aprobada la ley antidiscriminación en Chile. Foto: Movilh.

Los grupos organizados para golpear a personas homosexuales con el propósito de hacer “limpieza social”, no pueden estar amparados en ninguna sociedad democrática.

La “Ley Zamudio”

Por ahora, mientras se acusa formalmente a los implicados, ellos están en prisión preventiva. “El juicio debe iniciar en los próximos días. La idea es lograr que se les de cadena perpetua o su equivalente a 40 años de prisión sin ningún beneficio”, le dijo a Sentiido, Oscar Rementería, actual vocero del Movilh.

Precisamente, una de las consecuencias de la muerte de Daniel fue la aceleración del trámite de la ley contra la discriminación en Chile. La norma, bautizada como “Ley Zamudio”, fue aprobada por el Congreso el 9 de mayo de 2012.

Ese proyecto, explica Rementería, estuvo archivado durante siete años. Sin embargo, en ese momento fue aprobado incluso por los sectores más conservadores y quienes tiempo atrás habrían manifestado su rechazo.

“Fue tal la conmoción nacional que el crimen de Daniel generó que se convirtió en algo políticamente incorrecto estar en contra de la ley antidiscriminación”, completa Rementería.

El 12 de julio, durante la promulgación de la ley, el presidente Piñera dijo: “no podemos olvidar que fue sólo después del cruel asesinato de Daniel Zamudio, que murió precisamente a manos de la discriminación, de la intolerancia, del odio y de los prejuicios, que Chile por fin se decidió a dar este paso fundamental”.

No obstante, es un hecho que algunos conservadores votaron a favor solamente para no ser criticados porque, en la práctica, siguen discriminando. Actualmente, por ejemplo, buena parte de ellos están en contra del acuerdo de vida en pareja o la unión civil para personas del mismo sexo”, completa Rementería.

Una vez aprobada la ley, Movilh leyó un mensaje de la familia Zamudio Vera que decía: “Nada ni nadie devolverá la vida a nuestro hijo que fue torturado y asesinado sólo por ser homosexual. Sin embargo, la ley servirá para prevenir y enfrentar discriminaciones que afecten a otros jóvenes y eso nos da cierta paz. Como familia estamos orgullosos de que esta ley viera acelerada su tramitación en memoria de nuestro hijo. Nunca más puede suceder lo que le pasó a Daniel, nunca más”.

La ley busca, fundamentalmente, castigar a quienes discriminen, aunque también obliga a los organismos del Estado a desarrollar políticas públicas antidiscriminación. “Lo malo es que no determina cuáles deben ser, cuándo deben elaborarse y cuál es el organismo encargado de revisar que se cumplan”, señala Rementería.

Según el vocero de Movilh, otro problema de esta ley es contemplar que el valor de las multas que deben pagar los sancionados vaya para el Estado. La víctima no recibe una indemnización.

Más allá de la sanción

“Lo importante, sin embargo, es que la norma ha demostrado funcionar como castigo. Hace poco, por ejemplo, un motel de Santiago de Chile le negó la entrada a una pareja de lesbianas por su orientación sexual. Este caso llegó a Movilh, se fue a juicio y finalmente los tribunales determinaron que se había cometido un acto de discriminación”, dice Rementería.

Y aunque la sanción es importante, no es suficiente esperar a que se presenten episodios de discriminación para actuar: la prioridad debe ser prevenirlos.

En Chile, por ejemplo, el bullying o matoneo escolar es sancionado. Sin embargo, no hay clases de educación sexual que hablen sobre diversidad sexual. No hay una política clara  sobre el tema. Solamente se abordan temáticas de reproducción y se necesita ir más allá si la idea es evitar el acoso escolar.

La esperanza de Jacqueline, la mamá de Daniel, es que lo que sucedido con su hijo sirva de precedente para que en el mundo entero se tomen medidas contra la discriminación. Para contribuir con este propósito, ella junto con Iván Zamudio, el papá de Daniel, crearon la Fundación Daniel Zamudio. Su objetivo: visitar colegios para orientar a docentes, alumnos y padres de familia sobre temas de diversidad sexual.

“Nunca tuve problema con el hecho de que Daniel fuera homosexual. Desde muy temprano lo intuí. Y cuando él lo dijo, a los 17 años, le manifesté que lo quería como era. Yo les digo a los padres que apoyen a sus hijos y no traten de oponerse a lo que son”, le dijo Jacqueline a Sentiido.

El 2 de marzo de 2012, Daniel Zamudio pasó a convertirse en un símbolo de la lucha por la igualdad de derechos. Logró lo que parecía imposible: unir y movilizar a todo un país para gritar “no a la discriminación” y “no a los crímenes de odio”. Visibilizó la diversidad sexual e invitó al mundo a tomar consciencia nacional sobre el respeto por la diferencia.

Ese 2 de marzo no fue un día más en la vida de Daniel. Ese viernes cambió la historia de un país y se convirtió en un ícono mundial de la lucha por la igualdad de derechos.

One thought on “El caso Daniel Zamudio: un año después

  1. ojala que todas esas personas que se creen mas q otras por discriminar el genero sexual, obesidad o cualquier defecto q tenga cada persona se den cuenta q al final todos somos iguales, y q por matar a un chico de esta edad dejaron destruida una familia…
    esto no puede seguir así espero q el gobierno siga poniéndole mano firme a todo esto.

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