La Representante a la Cámara Gloria Stella Díaz del partido político Mira ha lanzado una propuesta para reducir los abusos e irrespetos que se presentan en Transmilenio hacia la población femenina.
La idea es, en pocas palabras, copiar el modelo mexicano, que consiste en poner en funcionamiento buses rosados (en el caso colombiano serían más discretos: fucsia) exclusivos para mujeres.
Luego de una reunión que el partido Mira sostuvo con el alcalde electo de Bogotá, Gutavo Petro, anunció que la propuesta va por buen camino puesto que, además de recibir el aval del alcalde, está sustentada en un amplio número de denuncias hechas a través del proyecto “Trasmidigno” que lidera la representante Díaz.
Y no es sólo un problema de que en horas pico, cuando hay que soportar largas esperas, empujones (indistintamente del género y la edad) buses llenos y largos trancones se reduzca el número de articulados “unisex” para incluir los de mujeres. Es una cuestión del mensaje social que se le está dando a los ciudadanos.
Muchas veces hemos oído decir (senadora Rendón, te recordamos tanto…) que cuando una mujer sufre de abuso es porque ella lo incitó o lo provocó: que la falda muy corta, que el escote muy abierto, que el busto muy pronunciado, que porque es tan coqueta, que ella lo consintió, en fin, que quién le manda.
Más allá de lo simbólico que significa meter a las mujeres en buses fucsia, nos hemos puesto a pensar en qué tan viable es esta propuesta para la ciudad.
Esta actitud denota un machismo muy arraigado que defiende la violencia y la prevalencia del abuso de hombres sobre mujeres y es una mentalidad a la que poca atención se le pone en nuestro país y que debería ser trabajada de raíz, desde las familias y los colegios, pues es ahí donde empiezan a afianzarse las ideas de inferioridad de la mujer, quien en apariencia puede ser tratada y manoseada al gusto del transeúnte.
Sin embargo, ¿es la solución separar la población para evitar este tipo de irrespetos? ¿Va a dejar de existir la agresividad, el acoso y la violación por el hecho de que las mujeres viajen sanas y salvas en buses rosaditos hasta sus hogares?
¿Qué pasa cuando una mujer viaja en Transmilenio hasta cierta estación y ahí tiene que caminar por pasajes oscuros y solitarios o tiene que tomar una buseta de servicio público? ¿Sacará su tarjeta Transmilenio fucsia de cliente frecuente para que no la acosen o irrespeten?
Y aún más, parece que no hemos tenido en cuenta a las mujeres que son el sujeto que irrespeta a hombres, mujeres y niños: aquellas que empujan, que insultan o que le rapan la silla al adulto mayor. No podemos caer en el juego de victimización del sexo femenino: algunas mujeres también hacen de las suyas ¿En qué bus habrá que montarlas?
Separar a la población es dar un mensaje de fracaso. “Señores y señoras, como no hemos podido luchar contra el machismo ni contra el abuso, es mejor que no se mezclen”.
También es un mensaje de discriminación hacia los hombres que sí respetan a las mujeres o las tratan como iguales. ¿O es que acaso TODOS los hombres violan, manosean, restriegan e irrespetan?
Sabemos bien que la estigmatización no ayuda a construir una sociedad más incluyente y respetuosa y por lo tanto creemos que aislar a las mujeres es etiquetar a los hombres como abusadores en potencia.
Imaginémonos, en el futuro, un bus que no es rosado y al que se sube una mujer. ¿Estará en peligro de ser maltratada y abusada por no haber querido tomar el articulado que le correspondía?
Propongamos entonces una Transmichiva pintada de guacamaya para los indígenas y campesinos para que no sean ignorados, un Transmigaynio (obviamente pintado de arcoiris) para que a los LGBT no los chiflen, los miren mal, se les burlen o les peguen y finalmente un Transmicanas para que todas las personas mayores tengan silla y las dejen entrar y salir sin empujarlas. Una solución para cada “minoría”.
Y mientras tanto, en las casas, a las mujeres les siguen pegando por las noches (pero, ¡qué alivio, tienen un Transmilenio fucsia que las proteja!), en las empresas siguen recibiendo menos sueldo que sus colegas hombres y en las calles les susurran palabras desagradables al oído.
Buscando imágenes para ilustrar este post encontramos casualmente una campaña que adelantó el Sistema Transmilenio con respecto a este tema. No sabemos por qué no la volvimos a ver, pero es una forma ingeniosa y masiva de educar a las personas sin necesidad de decirles que no pueden estar cerca a alguien del sexo opuesto.
No hay que seguir jugando el papel de la victimización la sociedad ya ha evolucionado, o eso espero, hay que velar es por que cada persona se responsabilice de si mismo
Absurda la propuesta de cabo a rabo, acojo las críticas del artículo, no podemos seguir fomentando la discriminación en nombre del respeto, debemos promover el respeto en todos los ámbitos, lugares y tiempos, para todas y todos.
creo que lo que se debe es tratar el problema de fondo, es el heteropatriarcado, el machismo que impera en una sociedad, donde no se valora a la mujer donde se sigue creyendo que es objeto de placer del hombre, donde el hombre se creee dueño de todo hasta del cuerpo de las mujeres, se deben implementar campañas a erradicar esto y no estoy de acuerdo con lo dividir los generos eso crearia mas exclusión de las demás ppersonas que no corresponden a los estanderes de sexo-genero, la campaña se debe enfocar ala igualdad, el respeto y la equidad entre seres humanos.
Esperemos en la sabiduría de la beligerancia soluciones para problemas que nadie se atreve a abordar; la reivindicación inicia en el auto reconocimiento, como para no crear la etiqueta desde si mismos.
nos mentimos porque andamos por la vida guiados por nuestras emociones e instintos, nos mentimos para argumentarnos.
si hay problemas que nadie asume, entonces deposita tu confianza en las mismas soluciones de siempre; quizá para seguir culpando a los demás de lo que somos incapaces.
sobre todo reconocer o reconocernos. rosado o fucsia, o verde, como el de peñalosa y mokus, depronto azul como el de los conservadores de peñalosa, aunque me caen mejor los de araujo; o amarillos, los que siguen preguntando por ese señor, o los que cansados y antes de derretirse se cambiaron de polo y progresaron. No se porque me da la impresión de que el problema ya no es de daltonismo ni reconocimiento. o dejemole la solucion al liberal que es rojo como transmilenio a ver si el zar puede revivir la figura de su padre caudillo, mientras nuestros politicos deciden llegar de la luna.
pero si la solucion no es de transmidigno, la solucion es de botas y cartera; el asunto es asi de simple, la gente tiene una moral tan conformista y mediocre que no puede reconocer, entonces el repudio aparece como la muestra moral mas ridicula.
Aquí el problema es de daltonismo y ya no se trata de humanidad, se trata de poder.
Que buenos me parecen los artículos de sentido contrario !! Es inevitable el placer que genera leerlos. De verdad, además de que me informan, me divierten mucho!!
El problema en Transmilenio es de respeto Y convivencia. La gente irrespetuosa maltrata no sólo a las mujeres. En horas pico ese sistema es un caos……. Nos faltan el respeto a todos: Los nule al robarse la plata del metro, la empresa al no poner a circular el número de buses y frecuencia necesarios para evitar las apreturas; los buses salen llenos desde los portales y a ahí comienza el maltrato hay gente que se cuela las “filas” empujan sin misericordia y se apoderan violentamente las sillas. Yo he visto algunos degenerados que manosean también a los varones, ¿qué color de bus se van a inventar para protegernos de esos trogloditas? Yo creo que la solución no es dividir a la población, sino transportarla en condiciones más dignas. Si no hay apertura los abusadores nada tienen oportunidad ni pretexto. Y una persona educada respeta desde las filas hasta el cuerpo de las demás personas. ¿ A que bus nos a subir cuando los Varones Civilizados viajemos viajemos en compañía de Novia, esposa, Madre, Hermana, Hija, Sobrina, Amiga, etc.? El sistema transmilenio ya colapso y para evitar las apreturas que son ambiente propicio para los abusadores y ladrones lo que necesitamos urgentemente aparte de gente más civilizada es un metro.
Yo quiero un Transmilenio sólo para mi, odio el roce! jajaja
(si quieren borren esto después de leerlo) 😀
Pues.. yo quiero que no se apruebe eso… por que sino me sentiré marginado y discriminado!