Con ocasión del acto de homofobia por parte de un vigilante en la Biblioteca Púbica El Tintal, la red de grupos universitarios con intereses en la sexualidad, Espiral Abierto, tomó la determinación de actuar.
Por: Andrés F. Suárez, Coordinador de Activismo Círculo LGBT Uniandino.
Así, se decidió realizar una toma simbólica de la Biblioteca el domingo 29 de abril, que contó con la presencia de Laura y su novia, las jóvenes implicadas en el hecho. Queríamos replicar el acto de afecto pero a mayor escala.
Éramos un grupo de casi 20 personas, había cierta ansiedad en el ambiente, el celador de la entrada ya nos había “echado el ojo”. Primero entraron dos parejas heterosexuales y, sentadas en la sala de lectura del segundo piso, se expresaron afectuosamente su cariño, sin que nada inusual ocurriera.
Cuando parejas de hombres y de mujeres empezaron a llenar la sala nos percatamos de que no éramos los únicos: curiosamente, otra pareja de niñas estaba abrazándose en el lugar, nos acercamos y descubrimos que no sabían nada del evento.
Al preguntarles si se habían sentido discriminadas nos respondieron que no, conclusión a la que también pudimos llegar una vez finalizó el evento.
Si bien la gente miró sorprendida cómo dos hombres o dos mujeres se daban picos o leían cogidos de la mano, nadie (ni siquiera un vigilante) se acercó a hacer nada.
Nervioso, un señor titubeaba entre seguir leyendo o mirar eso que le parecía tan curioso. Una niña, inquieta, le preguntó a su mamá: “mami, ¿por qué esas dos niñas se dan besos?” apuntando a una de las parejas y esta le respondió después de dudar un poco: “porque se quieren, linda”.
Otro señor pasaba rápido mientras hacia un gesto de desaprobación: “No estoy de acuerdo con esas manifestaciones de la sociedad… estoy confundido, no sé si ser gay es una cuestión personal…yo soy católico…yo respeto…pero eso es una enfermedad de moda”, respondía un hombre de 35 años cuando le preguntamos por su opinión sobre lo ocurrido.
No fue el único que adoptó una posición de confusión. Una niña de unos 17 años, tímidamente dijo que “los gays son personas raras, me hacen sentir incomodidad… eso está mal porque eso es irrespeto a uno”.
Desde otra postura, una señora expresó que ser gay es una opción de vida, y que si bien un beso entre dos hombres causa impacto y genera preguntas en los niños, es algo que pasa en la sociedad y que hay que orientar a los pequeños.
Y un joven de alrededor de 25 años adujo que no era algo que debía estigmatizarse, reconocía un retraso en Colombia en términos de aceptación, y dijo que le parecía normal que dos mujeres o dos hombres se dieran un pico en una Biblioteca, que esa normalidad debía enseñarse a la gente desde pequeña.
El factor religioso pareció incidir a la hora de formar el juicio de uno de los entrevistados, quien no concebía dichos actos como “normales”, y más bien pensaba que era una “enfermedad de moda”. Religión aunada a ignorancia o desconocimiento conjugaron la mezcla perfecta.
La reflexión que se podría plantear es la siguiente: no porque el entrevistado no hubiera actuado en ese momento puede concluirse que no vaya a discriminar en otros espacios.
Si bien de la Biblioteca se pudo advertir un cambio notable en el trato de personas gays y lesbianas, muchos miembros de la sociedad aún tienen prejuicios construidos a partir del desconocimiento del tema y con una postura religiosa conservadora.
Para derrumbar esos prejuicios, se debe pensar en promover el debate a través de pequeños actos políticos, buscar el intercambio de argumentos confiando en que el diálogo sea una herramienta eficaz para promover el respeto por la diversidad y la desmitificación de muchos postulados falsos.
También la orientación adecuada de los más pequeños debe ser un instrumento eficaz al que se debiera apostarle, en tanto que promueve la interiorización de conductas diferentes como “normales”.
Cuando dos niños o dos niñas se besan en público saben que probablemente serán observados y es, ese acto en sí, un acto político y de libertad, máxime en un entorno homofóbico y eventualmente violento.
Curioso que sean besos entre personas del mismo sexo actos que generen dudas y preguntas en los niños; mientras la gente muriendo de hambre en la calle, las escenas de los noticieros y los periódicos, un animal herido arrastrando un carro con escombros y en sí nuestro diario vivir, no lo hagan… Curioso no, triste que se pueda vivir con cosas como esas y no con dos personas cogidas de la mano leyendo en una biblioteca, aunque sean del mismo sexo.
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ME ENCANTA, ES UNA LASTIMA QUE ESTOY EN ENTREGAS Y NO PODER IR….