Nuestro sitio usa cookies de terceros para permitirnos elaborar estadísticas sobre las visitas y gestionar el envío de nuestras newsletter. Más información aquí.
ACEPTAR

Esto no es un bar gay

El dueño de un bar en Chapinero, Bogotá, le dice a dos mujeres que se dan un beso en su establecimiento que ese no es un bar gay, sino “para parejas”. Así respondieron ellas.

Por: Paola Prada del Colectivo Fulanas de Tal*.

Chapinero es una localidad reconocida en Bogotá por ser respetuosa e incluyente con las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBT). No es que sea oficialmente “la localidad LGBTI” de la ciudad, pero si a usted le dicen Chapinero, usted piensa en diversidad.

Sin embargo, el pasado 13 de abril dos mujeres entraron a un bar ubicado en este sector, se tomaron un par de cervezas, hablaron y se besaron como suelen hacerlo muchas parejas. Minutos después, el dueño del lugar se les acercó y les dijo: “este no es un bar gay. No tiene la bandera afuera. Hay muchos que sí la tienen. Este es un bar para parejas”.

¿Las estaba echando del lugar, pasando por encima de sus derechos a la libre expresión y al libre desarrollo de la personalidad? ¿Dónde queda la responsabilidad de un establecimiento público de prestar un servicio por el cual ellas están pagando?

¿A qué se refería con “esto es un bar para parejas”? ¿Acaso quienes se sienten atraídos por personas del mismo sexo no pueden formar parejas?

Casos de discriminación como este nos llevan a cuestionarnos por qué aún persiste en el imaginario de las personas la idea de que deben existir lugares para heterosexuales y otros para homosexuales, cuando todas las personas deberíamos poder ser quienes somos en cualquier espacio.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Planeación, en Bogotá el 20 por ciento de las personas de los sectores LGBT son percibidas como un riesgo para la comunidad. Pese a todos los esfuerzos por enfrentar los prejuicios, infortunadamente aún muchos consideran que ser homosexual significa ir en contra de lo establecido, de la moral, las costumbres, la familia y de Dios, entre otros.

Teniendo en cuenta que los casos de discriminación en establecimientos son frecuentes en Colombia, el abogado y activista Mauricio Albarracín mencionó en una entrevista que “a ninguna pareja, ni homosexual ni heterosexual, se le puede expulsar de un establecimiento por manifestaciones de afecto. Es muy diferente que se reserven el derecho de admisión a que exista una acción discriminatoria“.

Por casos como el sucedido en Chapinero, decidimos llevar a cabo una acción afirmativa: una besatón dentro del establecimiento donde tuvo lugar la discriminación.

Era una manera de manifestar nuestra inconformidad con este tipo de agresiones y segregaciones. Buscábamos producir una reflexión frente a este tipo de actos que dividen y no aportan a una cultura de paz e igualdad.

Nota: ¿Te has quedado por fuera de un bar o discoteca? ¿Sabes por qué no entraste? Cuenta tu experiencia y únete a la campaña #‎YoEntro.http://bit.ly/1sAVri4

* Pedagoga para la paz y productora audiovisual del Colectivo Fulanas de Tal, donde lo audiovisual es el instrumento para conectarnos a través del arte, el cine y la educación.

Deja un comentario

¿Qué piensas sobre este artículo?

Newsletter Sentiido