Proyectos de ley, una constituyente y nombramientos en ciertos cargos son posibilidades que en el gobierno de Iván Duque pondrían en riesgo la igualdad LGBT. A esta campaña se sumaron varios sectores conservadores religiosos que se oponen a la diversidad sexual y de género.
Hay un riesgo. El hecho de que sectores conservadores religiosos que abiertamente se oponen a la diversidad sexual y de género se hayan sumado a la entonces campaña presidencial de Iván Duque, representa una amenaza para la igualdad de derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBT).
Como lo explicaba Rodrigo Uprimny, abogado e investigador en el Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia), el plebiscito de 2016 -que buscaba aprobar o rechazar los acuerdos de paz establecidos entre el Gobierno colombiano y las FARC– unió sectores cuyas agendas no suelen ir de la mano. (Ver: Se eligió un nuevo Congreso, ¿qué pasará con los temas LGBT?).
Quienes lideraron la campaña por el “No” capturaron no solamente a las personas que estaban en contra del proceso de paz sino a sectores religiosos que se oponen a la igualdad de derechos LGBT. Los mismos que en 2016 se hicieron sentir cuando protestaron contra el Ministerio de Educación por publicar las cartillas pedagógicas “Ambientes escolares libres de discriminación”. (Ver: 5 claves para entender el enredo de los manuales de convivencia).
Hoy ese sector conservador religioso, agrega Uprimny, está con el Presidente Iván Duque apoyando no solamente una agenda crítica con el proceso de paz, sino riesgosa en cuanto a equilibrio de poderes, derechos sexuales y reproductivos e igualdad LGBT.
La oposición a la igualdad LGBT está muy presente en este Gobierno debido a que su campaña llegaron la exsenadora Viviane Morales, el exprocurador Alejandro Ordóñez y varios líderes religiosos anti LGBT. (Ver: La estrategia electorera de estar en contra de las personas LGBT).
“Es decir, al uribismo revanchista que llega al poder se suman estos sectores conservadores, pocos contrapesos institucionales, unas cortes desprestigiadas y el hecho de tener mayorías en el Congreso. Un panorama muy riesgoso en términos democráticos y de Estado de derecho”, señala Uprimny.
De la mano de expertos, Sentiido analizó algunas de las preguntas sobre igualdad LGBT en el contexto político actual:
1. En el gobierno de Iván Duque, ¿está en riesgo la igualdad LGBT?
La mayoría de avances en igualdad de derechos LGBT se ha dado a través del poder judicial (sentencias de la Corte Constitucional, entre otras). Y según el abogado y activista Mauricio Albarracín, esta es la rama con mayores posibilidades de ser reformada. “En otras palabras, las personas LGBT estaríamos dependiendo de un poder no muy fortalecido”. (Ver: La Corte Constitucional de Colombia y los derechos LGBT).
Iván Duque ha dicho que los temas de igualdad LGBT debe regularlos el Congreso de la República y, como históricamente se ha visto, en este escenario dichos proyectos no son aprobados. (Ver: Matrimonio igualitario en Colombia, paso a paso).
Lo que ha pasado en Colombia con temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo es que la Corte Constitucional ha llenado los vacíos que el Congreso ha dejado. Pero si en el gobierno de Duque el Congreso decide legislar, seguramente el matrimonio igualitario no pasaría o podría crearse otra figura.
En campaña Duque descartó una constituyente (quizás como estrategia electoral). Sin embargo, el riesgo existe.
Una posibilidad más, explica Albarracín, es convocar una constituyente limitada para la justicia, lo que implica cambios en cortes, jueces y en reglas de interpretación. “Cualquier cambio en la justicia podría afectar los derechos LGBT. Y una constituyente, en cualquier modalidad, es un riesgo alto porque están en juego los derechos adquiridos”.
Ahora, el poder reglamentario propio del presidente le permite derogar o modificar regulaciones que garantizan derechos. En ese escenario estarían en riesgo el decreto trans (que permite cambiar el sexo en los documentos de identidad) y el decreto de la política pública nacional LGBT. (Ver: El detrás de cámaras del decreto del cambio de sexo en Colombia).
Una amenaza más, añade Albarracín, son los nombramientos de Duque en ministerios como el de educación, del interior (a cargo de la política de libertad de cultos y la política LGBT) y de salud y en entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familia (ICBF) y la Superintendencia de notariado y registro.
El hecho de que en algún momento de su mandato lleguen a estos cargos figuras como Viviane Morales o Alejandro Ordóñez o algunas de sus fichas, representaría un serio riesgo para la igualdad y no discriminación de personas LGBT.
2. ¿Por qué temas como la igualdad LGBT despiertan tanta oposición y tanta pasión, incluso más que la corrupción o el desempleo?
Son temas que despiertan pasiones y fuertes debates porque enfrentan dos visiones de mundo muy distintas. Para los activistas es un tema de derechos y de democracia, para los sectores conservadores, de moral, porque va en contra de sus creencias, explica Jordi Díez, politólogo, profesor e investigador de la Universidad de Guelph (Canadá) y autor del libro “La política del matrimonio gay en América Latina: Argentina, Chile y México”.
“No son debates sobre cómo debe ser la reforma tributaria, sino que enfrentan distintas visiones de mundo sobre qué es familia, qué es pecado y cómo debe ser la sexualidad”, señala Díez. (Ver: La mezcla entre religión y política, ¿inevitable?).
La oposición a la diversidad sexual y de género, agrega Díez, tiene una tradición muy larga que abarca incluso a santo Tomás de Aquino, quien equiparó la sexualidad con la reproducción, habló del matrimonio como una unión indisoluble y se opuso a cualquier actividad sexual que no tuviera como objetivo la reproducción. Cualquier violación a estos preceptos era considerada pecado. (Ver: ¿Qué dice la Biblia realmente sobre la homosexualidad?).
3. ¿Por qué algunos sectores religiosos han ganado tanto terreno en la política?
Todos los avances liberales en América latina han tenido como respuesta una arremetida conservadora. Así se ha visto en temas como la separación entre iglesia y Estado.
“La manera en que los grupos conservadores religiosos inciden en la arena política depende del andamiaje institucional de cada país y sobre todo de lo representados que estén en los congresos o parlamentos”, señala Jordi Díez. (Ver: “Los gais no van a volver al clóset”).
Los grupos religiosos pueden buscar representar sus intereses en la política, pero los argumentos que utilicen deben ser legales, no religiosos.
En países como México y Chile han existido desde hace mucho tiempo partidos demócratas cristianos. En México está el Partido Acción Nacional (PAN) y, en Chile, el Partido Demócrata Cristiano que logró bloquear estas discusiones durante años.
Por el contrario, en países como Argentina y Uruguay que no han tenido partidos confesionales a nivel nacional, los temas de igualdad LGBT están garantizados de tiempo atrás. (Ver: Así lo logró Argentina, ¿cuándo lo hará Colombia?).
4. Brasil es un claro ejemplo de la significativa llegada de sectores religiosos a escenarios políticos, ¿por qué?
En Brasil, la estrategia de algunos sectores evangélicos para llegar al poder tomó unos 30 años, explica Evorah Cardoso, doctora en sociología jurídica e integrante de los colectivos #VoteLGBT y #MeRepresenta de este país.
Empezaron ocupando los consejos tutelares que están al tanto de los problemas cotidianos en las comunidades. Así, además del espacio ya ganado por la iglesia, ocuparon uno de cuidado que afianzó el vínculo con la gente y la expansión de sus premisas religiosas.
Según Cardoso, después de llegar a los consejos tutelares pasaron a cargos legislativos municipales y, más adelante, a cargos legislativos federales. Hoy la presencia de diputados y senadores evangélicos es fundamental para la base política de cualquier gobierno, sea de derecha o de izquierda.
“El Partido Republicano brasilero creado en 2005 por líderes evangélicos pasó en 10 años de tener un diputado federal a tener 21, de 3 diputados en las provincias a 32, de 54 alcaldes a 106, de 780 concejales municipales a 1624. Se convirtió en una fuerza política indispensable para cualquier gobierno”, añade Cardoso.
En 2014, agrega, se eligió el Congreso más conservador en la historia de Brasil. Como era de esperarse, todos los reconocimientos recientes a las personas LGBT se han dado en el poder judicial y no en el legislativo o a través de políticas públicas débiles del ejecutivo que en cualquier momento pueden modificarse.
Todo esto viene de la mano con el terreno que estos sectores religiosos han ganado en medios de comunicación. Empezaron arrendando espacios para transmitir cultos hasta llegar a comprar un canal, Record TV, que hoy es el segundo más grande de Brasil y donde las telenovelas son con personajes bíblicos.
5. ¿Conceptos como “ideología de género” representan una amenaza real para la igualdad de derechos LGBT?
“Sí. Basta con ver lo que pasó en las elecciones presidenciales en Costa Rica, una democracia de 75 años y con derechos liberales asentados, donde un líder evangélico estuvo cerca de llegar a la Presidencia fundamentando su campaña en la llamada ‘ideología de género’, a propósito de una opinión consultiva en temas LGBT de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, explica Jordi Díez. (Ver: 8 puntos clave de la opinión consultiva de la Corte Interamericana sobre derechos LGBT).
Muchos partidos conservadores y grupos religiosos usan el concepto “ideología de género” porque saben que moviliza gente.
En México, agrega Díez, donde los derechos LGBT están asentados de manera más sólida, ciertos partidos y sectores conservadores religiosos han optado por difundir la idea de que el matrimonio entre personas del mismo sexo está aún en debate cuando no es así. La Suprema Corte de Justicia ya dio la última palabra y es obligatorio casar a las parejas del mismo sexo que así lo soliciten.
6. ¿Por qué un concepto como “ideología de género” fue tan efectivo en países como Colombia, Perú y México?
Porque su mensaje es sencillo y fácil de entender para la mayoría de la gente, evidente en frases como “con mis hijos no te metas”, explica el profesor Jordi Díez.
Lejos de citar conceptos que para muchas personas no son fáciles de entender -como suele suceder con algunos activistas al hablar de “heteronormatividad”– estos sectores conservadores apelaron al miedo y a mentiras fácilmente masticables como “un peligroso lobby gay quiere acabar con la familia conformada por papá, mamá e hijos”.
“Hay una estrecha relación entre mayores niveles de educación y de desarrollo económico y apoyo a valores liberales. Entre más desarrollado un país, mayor apoyo”, Jordi Díez.
En todo caso, el concepto “ideología de género” forma parte de una estrategia global. No es exclusivo de Colombia y ni siquiera de América Latina. Es mundial y está liderado por sectores religiosos que pretenden llegar al poder. “Los discursos de odio contra las personas LGBT son la punta del iceberg de un proyecto más ambicioso”, añade Evorah Cardoso. (Ver: La tal “ideología de género”, ¿de dónde viene y para dónde va?).
Un proyecto que según Jordi Díez incluye la incidencia de sectores conservadores religiosos en la Asamblea general de la (OEA) o la Cumbre de las Américas porque han visto que parte de los avances liberales se han dado en estos escenarios. (Ver: Qué dijo la Corte Interamericana sobre los derechos de las personas LGBT).
Pero si la OEA o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no ceden a las demandas de estos sectores conservadores religiosos, de inmediato son cuestionadas por sus líderes: las señalan de estar interviniendo en asuntos de Estado o imponiendo ciertas agendas, explica Nicolás Panotto, teólogo y director del Grupo de Estudios Multidisciplinarios sobre Religión e Incidencia Pública (GEMRIP). (Ver: Estrategias de los discursos religiosos que discriminan).
7. ¿En el auge de la religión en la política influye que haya grupos religiosos llegando a lugares a donde el Estado no llega?
Sí. Muchos líderes religiosos están llegando a sectores olvidados por el Estado. “De hecho, la primera estrategia a la que le apuntaron los sectores evangélicos en Brasil para llegar al poder fue aumentar su presencia en territorios donde había un abandono por parte de la izquierda”, añade Evorah Cardoso.
Empezaron con una presencia cotidiana en todos los aspectos de la vida de estas comunidades. Fundamentados en la llamada “teología de la prosperidad”, acompañaban a la gente hasta que tuviera casa propia o empleo e intervinieron en los casos de adicción al alcohol o a las drogas creando así vínculos muy profundos con la gente.
“En sectores marginados de Costa Rica hay grupos evangélicos muy presentes ayudando a las mujeres con el cuidado de los niños, dándoles vacunas y un sentido de comunidad”, explica Díez.
Así, para estas comunidades el debate de si existe o no un Estado laico es lejano e irrelevante. Estas poblaciones votan por esos líderes religiosos porque ellos asumen parte de las tareas que al Estado le corresponden. Hay una estrecha relación entre segregación social y apoyo a líderes evangélicos. (Ver: Rodrigo Uprimny: Dios sería el primero en defender el Estado laico).
8. ¿Qué le falta al activismo LGBT para enfrentar de manera más efectiva esta oleada conservadora contra sus derechos?
Una estrategia efectiva en países como Argentina y México, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo está aprobado, fue crear redes entre el movimiento LGBT, el feminismo y otros movimientos sociales. (Ver: Es feminismo: no “igualismo” ni humanismo).
Parte del problema es la fragmentación que hay entre activistas LGBT, mientras quienes se oponen a sus derechos no ven diferencia entre ser “L”, “G”, “B”, “T”. “Para ellos todas las personas lesbianas, gais, bisexuales o trans son lo mismo. Solo ven una masa homogénea opuesta a su visión de mundo que debe ser bloqueada”, explica Díez. (Ver: El odio no se enfrenta con más odio).
También es cierto que muchos de los debates teóricos que promueve el activismo se quedan entre ellos porque para la mayoría de la gente resultan difíciles de entender.
“Citar de manera permanente a filósofos como Michel Foucault o Judith Butler no ayuda mucho a la reglamentación de políticas ni a las comunidades que se benefician del trabajo de líderes religiosos en sus territorios”, añade Díez.
“Es fundamental estructurar y desplegar argumentos fáciles de entender para la mayoría de la gente”, Jordi Díez.
Otra tarea es buscar aliados en los sectores conservadores religiosos y promover diálogos con estas personas porque buena parte de la resistencia a los avances en igualdad están sustentados en el desconocimiento.
“Poco conocen de orientación sexual e identidad de género y nunca en su vida han tratado a una persona trans. Es preguntarles cuáles son sus miedos, qué dudas tienen”, propone Díez. (Ver: Diversidad sexual y de género para dummies).
En Argentina, por ejemplo, añade, hubo grupos luteranos y de judíos que apoyaron el matrimonio igualitario, lo que produjo que la oposición no tuviera un discurso religioso dominante como sí ha ocurrido en otros países.
“Entre mejor informada esté una persona sobre derechos LGBT, aumenta el apoyo. También, cuando tiene cercanía con personas LGBT”, Jordi Díez.
Asimismo, los debates sobre igualdad LGBT resultan más favorables en la opinión pública cuando no se perciben como los intereses de una minoría sino como parte de una agenda de derechos humanos o de un Estado democrático. (Ver: “En temas LGBT todavía hay mucho por hacer”).
También es efectivo acompañar los avances legales con campañas pedagógicas para aclarar dudas. Lo importante en este caso es evitar difundir los “mitos” o las creencias equivocadas con el fin de rebatirlas porque se refuerza la idea errónea.
Nota: este artículo fue actualizado en 3 de agosto de 2018.
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