La Iglesia Episcopal de Estados Unidos ha aprobado la inclusión de sacerdotes transexuales, dando un gran salto hacia la consolidación de sociedades más unidas.
La primera definición de la palabra “católico” es: “1. adj. universal (que comprende o es común a todos)”, y el pasado 11 de julio se conoció la noticia de una de las pocas iglesias que realmente son merecedoras de este adjetivo, aunque no pertenezcan a esta institución: la “Iglesia Episcopal de Estados Unidos, dependiente de la Comunión Anglicana”.
El artículo menciona que en su convención 77 la cámara de obispos incluyó “identidad y expresión de género” en sus “cánones de no discriminación” y la medida fue ratificada por la cámara de diputados (conformada por sacerdotes y feligreses). De hecho, esta medida prohíbe que se le niegue el sacerdocio a una persona por ser transexual.
Tras la aprobación de esta reforma, cualquier persona que lo desee y que cumpla con los requisitos teológicos, académicos, éticos e intelectuales puede ser sacerdote o sacerdotisa de esta iglesia sin importar su género, raza, orientación sexual (esta reforma se aprobó en el 200) y, ahora, orientación de género.
Católico e incluyente
Con esto, la Iglesia Episcopal estadounidense se convierte en una de las más profundamente “católicas” pues abre sus puertas a quienes deseen acercarse a ellas, universalmente.
Impresiona entonces la radical diferencia con las posturas oficiales de la poderosa iglesia que se llama así misma católica pero prohíbe la ordenación de todo el que no cumpla con los requisitos de ser hombre soltero heterosexual; y, además, rechaza de su feligresía y condena públicamente a homosexuales, transexuales, bisexuales y, en general, a todo el que declare que tiene una sexualidad y la disfruta sin fines estrictamente reproductivos.
Además, es interesante que estas decisiones fueron tomadas también de una manera “católica”, es decir, a través del ejercicio de una democracia participativa y no como resultado de la decisión de una sola persona en cabeza de una jerarquía rígida. Fueron las dos cámaras –que se reúnen cada tres años y en las cuales participan desde obispos hasta feligreses— las que votaron a favor de estas medidas incluyentes.
Importancia de las iglesias
Esto no es una nimiedad. Las iglesias son una parte importante de nuestras sociedades. Millones de personas encuentran allí una comunidad, apoyo, hermandad y solidaridad. Las iglesias contribuyen a formar nuestros valores y nuestra percepción de lo que es correcto o incorrecto, aceptable o condenable, no sólo en nuestra relación con Dios, sino en la vida terrenal, en nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás.
Que una iglesia acoja pública y oficialmente a todos y los invite a formar parte de su estructura y jerarquía es un paso clave en la formación de una sociedad que respete y valore la diversidad que la constituye y enriquece.
Esta actitud promueve valores fundamentales para construir una sociedad pacífica que no ataque física ni psicológicamente a nadie y fomenta el valorar a cada persona como ser humano íntegro, no por un solo rasgo de su personalidad, bien sea éste su género, su color de piel o su orientación sexual.
Para finalizar quiero dejarlos con un corto video del proyecto “todo mejora” de un sacerdote jesuita de Chile. Es una bonita muestra de valor y amor por parte de un sacerdote católico en todo sentido. Ojalá su iglesia lo escuche y siga ejemplo:
Las Iglesias anglicanas conforman una de las tres vertientes del catolicismo, junto al catolicismo romano y a las Iglesias orientales calcedónicas. El ser católicas hace parte de la propia comprensión de las Iglesias anglicanas, lo que no son ni se consideran es romanas, es decir, bajo la jurisdicción episcopal del Papa de Roma, a quien sí reconocen un primado de honor, a tenor del Concilio de Nicea I.
Qué buen artículo! Me encantó! Jamás pensé que la palabra católico pudiera tener una comprensión tan distante a los postulados que defiende la, autoproclamada, Iglesia “Católica”.