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Jóvenes orgullosos

Desde hace 16 años a finales de abril se celebra en Washington DC el día del orgullo juvenil.

Durante un sábado cientos de jóvenes LGBT se reúnen con sus familias y amigos a escuchar música, recibir información de las distintas organizaciones que trabajan por la igualdad en el área, comer, bailar y celebrar quienes son.

Tanto los jóvenes como sus familias y amigos se dan cuenta de que no están solos, y bajo el canto de “gay es bueno” (gay is good), que se repite esporádica y espontáneamente durante el evento, reafirman en voz alta un aspecto de su personalidad que normalmente deben silenciar por vergüenza o temor.

El día rompe con el mito de que los espacios LGBT son ambientes oscuros e hipersexuados de perversión y que por lo tanto “no son apropiados” para las familias.

Dicha posición sexualiza a la población LGBT pues implica que, a diferencia de lo que sucede con los heterosexuales, la sexualidad diversa domina todos los aspectos de la personalidad e identidad de alguien, haciendo de ellos personas corruptas y corruptoras que deben permanecer aislados, marginados y escondidos.

El evento es un espacio de integración y visibilización de las familias diversas.

Alrededor de la hermosa fuente que domina la plaza en la que se lleva a cabo el evento varias organizaciones dan información para “chicos y grandes”.

Estoy de acuerdo con que haya actividades apropiadas para cada edad y que los jóvenes, homosexuales o no, no deban ser expuestos a situaciones que los pueden confrontar con aspectos de la sexualidad (humana, gay o no) que aún no están listos para manejar. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con afirmar que todos los espacios LGBT son así.

Las personas homosexuales y transexuales son niños, jóvenes y adultos como todos los demás. Al igual que los heterosexuales, a veces sienten deseos sexuales o quieren vestirse de manera llamativa e ir a bares y discotecas. Pero, como cualquier persona, la mayoría del tiempo están en la oficina o la escuela, viendo una película o comiendo hamburguesas con los amigos.

Asumir que todo espacio o evento LGBT está cargado de sexualidad es reducir a las personas a un solo aspecto de su vida, el aspecto del que se agarran los moralistas para deshumanizar a sus conciudadanos y negarles la felicidad y el reconocimiento pleno de sus derechos.

De ahí la importancia de eventos como éste. El sábado 27 de abril desde las 11 de la mañana lo que se ve es un espacio lleno de niños, jóvenes, adultos y hasta perros. La gente juega frisbee, hace una picnic en el parque, camina tomada de la mano y se educa.

Hay grupos de apoyo para padres cuyos hijos están saliendo de clóset, y para los jóvenes que están en ese proceso; hay centros comunitarios que responden preguntas sobre cómo conocer a otros jóvenes LGBT de forma segura, fundaciones preocupadas por promover una vida sexual sana dando información sobre cómo cuidarse sexual y emocionalmente; y también varios grupos que dan becas universitarias para jóvenes LGBT de bajos recursos.

En general, el festival es una celebración de la familia, la amistad y la vida; y creo que el discurso de Marco Jaimes, un joven orgullosamente gay y latino resume bastante bien el espíritu de este día. Ojalá también en Colombia pronto tengamos espacios como éste. Los dejo con las palabras de Marco:

Ideas de eventos para promover la diversidad en los colegios

Discurso de Marco Jaimes (27 de abril, 2012) 

Hola, me llamo Marco, soy de La Ciudad de México y he estado en “Empodérate” por un año. Soy un líder juvenil y he estado trabajando en diseño gráfico con ellos.

Crecer como un joven gay en México fue muy difícil porque muchas familias latinas no aprueban a las personas LGBT.

A mí siempre me dijeron que tenía que encontrar una buena chica, casarme con ella, tener hijos, un buen trabajo, comprar una casa (si supieran que mientras me decían eso yo me daba besos con mi primo…)

Cuando era niño me gustaban las niñas y los niños, y sin importar qué tanto me gustara un chico siempre tuve novias porque no era lo suficientemente valiente para salir con él.

Todo cambió cuando me mudé aquí (EEUU). Cuando empecé a ir al colegio en Virginia vi que algunos chicos –algunos chicos gay— actuaban de manera femenina. Eran jóvenes gay orgullosos. Siempre los admiré. Pensaba, esos tipos tienen que ser muy hombres para portarse así y atreverse a tomarle la mano a su novio en los pasillos de la escuela.

Me tomó tres largos años aprender inglés y poder tener una conversación real con alguien y no fue hasta que me cambié a otra escuela, en Alexandria, Virginia, T.C Williams para ser exacto, que realmente sentí que quería salir del clóset y tener amigos gays. Desafortunadamente tuve mucho miedo.

Cuando estaba en décimo tenía muchos amigos y por primera vez en la vida le dije a alguien que era gay. Lo único que ella me dijo fue que eso no le importaba, “eres mi amigo y te quiero tal y como eres”.

Yo pensé que todos mis amigos iban a reaccionar de la misma forma así que les dije a todos. Pero las cosas no salieron como creía. La mayoría de los que se decían mis amigos dejaron de hablarme.

A los que no les importó son esas personas a quienes todavía hoy llamo mis amigos. Uno de mis amigos me sorprendió particularmente cuando unas pocas semanas después me dijo que él también era gay. Ese día tuve mi primer mejor amigo gay.

Creo que algunas de las cuestiones que la comunidad latina de jóvenes enfrenta es que nos olvidamos o tratamos de ignorar nuestras responsabilidades con la escuela y la comunidad.

Nos enfocamos en qué tan populares queremos ser y en estar de fiesta todo el día y toda la noche. Yo era así y por eso dejé la escuela. Bueno, me echaron de la escuela… pero entonces me di cuenta que ser popular y estar de fiesta no me iba a llevar a ninguna parte así que empecé a estudiar y pronto validaré mi bachillerato.

Creo que todos debemos estudiar duro y seguir nuestros sueños. Si te gusta actuar ¡actúa!, si te gusta cocinar ¡cocina!, si te gusta la música ¡escribe canciones! Si te gustan los chicos ¡usa condón!

A mí me gusta el arte. Me gusta dibujar, pintar y decorar, me gusta usar mis manos. También estudié diseño gráfico por dos años, ahora lo hago bien, todavía estoy practicando pero hace dos días uno de los volantes que diseñé ¡fue elegido por el periódico local! Quién sabe, tal vez algún día, me den un trabajo allá.

Mi consejo para todos los jóvenes que están aquí es que estudien mucho, terminen la escuela, sean ustedes mismos, estén cómodos con quienes son y sigan sus sueños. Siempre hay problemas en la vida, pero sean fuertes, algún día alcanzarán sus sueños. Ok, ok, un último consejo, si tienen sexo usen condón y háganse exámenes de salud.

Eso es todo, gracias por escucharme.

Escrito por
Juliana Martínez
Coordinadora de proyectos en Sentiido. Doctora en Lenguas y Literaturas Romances (Universidad de California, Berkeley). Profesora de Género y Sexualidad y Literatura Latinoamericana en American University (Washington DC).
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One thought on “Jóvenes orgullosos

  1. Mi frase favorita: “[…] los espacios LGBT son ambientes oscuros e hipersexuados de perversión y que por lo tanto “no son apropiados” para las familias. Dicha posición sexualiza a la población LGBT pues implica que, a diferencia de lo que sucede con los heterosexuales, la sexualidad diversa domina todos los aspectos de la personalidad e identidad de alguien”.

    Hace varias semanas tuve una maravillosa experiencia en Barcelona. Yo iba, como usualmente lo hago, escuchando música y observando de pasada el escenario que cambiaba con cada estación del metro. En una de ellas dos jóvenes adolescentes se sentaron cerca de mí. Nada particular. Hasta que, con una ternura y una delicadeza sublimes, se tomaron de la mano, se perdieron en los ojos del otro, y acariciaron dulcemente sus mejillas. Entonces fui consciente que nunca, en todos los años que usé el transporte público en Colombia, pude ver algo tan maravilloso. Tal vez por ello aun hay quienes distinguen heterosexuales de homosexuales.

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