Como es común en época de elecciones, los candidatos suelen echar mano de los denominados “grupos de interés” como las personas LGBT, las mujeres o etnias para captar votos. Santos no es la excepción.
Hace unos días nos encontramos con la sorpresa de que el actual presidente de Colombia y candidato para el período 2014-2018, Juan Manuel Santos, ha abierto una “dependencia” en su página web para recibir gustosamente los votos de las personas LGBT (también de las afro, las indígenas, las mujeres y los jóvenes).
A pesar de que en la página la única mención que se hace sobre las personas LGBT es el nombre y un par de fotos con el arco iris (porque no hay propuestas, alusiones o mensajes directos), parece ser que en su página de Facebook la campaña está moviéndose mejor: ya son más de 7.500 personas que la siguen (aunque acá tampoco hay mucho material al respecto).
Con el ánimo de desempolvar algunos recuerdos y hacer un balance de lo que Colombia ha visto hasta el momento, a Sentiido le ha dado por preguntarse cuántas veces el presidente Santos ha hecho alusión a la diversidad sexual y en qué momentos se ha manifestado a favor o en contra de los sectores LGBT. Aunque la búsqueda de respuestas fue generalmente infructuosa, algunas huellas permiten mostrar por qué las personas LGBT tienen argumentos para creer que hay más de oportunismo que de interés real por parte del candidato.
Por supuesto, la forma más sencilla es empezar por lo actual: la Fan Page y el perfil de Twitter de la campaña, ambos denominados LGBTI por la Paz. Estuvimos explorando estas redes y la página web, pero sorpresivamente no encontramos nada que hiciera referencia a la diversidad sexual dentro de sus propuestas.
Es decir, eso de “LGBTI por la Paz” es un espejismo: Santos (y sus asesores LGBT) proponen que los LGBTI que apoyan la paz, son necesariamente santistas porque, al parecer, esta se ha convertido en una marca registrada. Por lo tanto, es la paz el gancho para atraer a cualquier persona, mientras se le nombre su identidad o algo que haga alusión a ella.
Hagamos un ejercicio de cómo la campaña es bastante versátil:
LGBTI por la paz (ya está en campaña)
Indígenas por la paz (ya está en campaña)
Afro por la paz (ya está en campaña)
Jóvenes por la paz (ya está en campaña)
Personas con discapacidad por la paz (podría estar en campaña)
Vegetarianos por la paz (podría estar en campaña)
Mujeres al borde de un ataque de nervios por la paz (podría estar en campaña)
Hackers por la paz (podría estar en campaña)
…Y así sucesivamente.
Se puede argumentar que los tres pilares de la candidatura de Santos que están enfocados en la paz, la inclusión y el empleo abarcan a las personas LGBT, las afro, las mujeres y, en realidad, a todo el mundo. Es por esto que a pesar de crear una página específica para las personas LGBT, se publica información general sobre aspectos que le atañen a todos indistintamente de su identidad, raza, sexo o edad.
Los asesores de campaña pueden aducir que hay que sacar a las personas LGBT del gueto, de la famosa “comunidad” en la que muchos medios las tienen encerradas, para que hablen de temas que le atañen a todo el país: la guerra, la pobreza, la educación, la salud, el derecho al trabajo… De acuerdo.
Esto, también conocido como “interseccionalidad”, hace que las identidades no sean abstraídas de su entorno ni de su contexto. Así las cosas, la página de LGBT, Afros e indígenas de los candidatos, en el caso de Juan Manuel Santos, son una completa redundancia.
Revivamos nuestra historia reciente
En abril de 2013, mucho se habló de la aprobación del Matrimonio Igualitario en Colombia. El proyecto de ley, promovido por el senador Armando Benedetti, fue discutido en plenaria del senado y solo con escuchar las intervenciones de senadores como Édgar Espíndola, Claudia Wilches y Roberto Gerlein, bastó para saber qué tan avanzado está el tema de la diversidad sexual por los lados del Capitolio (aquello del “sexo inane” y el “sexo entre varones es sucio, asqueroso” lo demuestran).
Ese momento, que para una porción significativa de las personas LGBT era importante, habría sido una buena oportunidad para que el presidente Juan Manuel Santos se manifestara. Si bien su voz podría no haber cambiado el destino de la votación, sí habría mostrado una cara más concreta y contundente del pensamiento liberal que el presidente Santos dice tener.
Ahora, si la votación aplastante por la no aprobación del Matrimonio Igualitario no era relevante para la agenda presidencial, sí lo era la persecución que la Procurauría General, una entidad del Estado, estaba (y está) adelantando de las personas LGBT y de quienes tienen creencias políticas que no comulguen con las de su representante mayor, Alejandro Ordóñez.
Como sugerencia para los asesores LGBT de la campaña de Juan Manuel Santos y para él mismo, Sentiido les propone que, de la página de la Presidencia donde aparecen listados los discursos del mandatario, elijan aquellas intervenciones en las que se hace alusión a la diversidad sexual. Así sea en una oportunidad, de la manera más tangencial posible. Pueden hacer la búsqueda bajo términos como: “matrimonio gay”, “comunidad LGBT”, “diversidad sexual”, “inanes”, “asquerosos” y muchos términos más. ¿Será posible que la búsqueda no arroje resultados?
Un ejemplo más reciente nos muestra cómo el presidente Juan Manuel Santos evade la discusión sobre el Matrimonio Igualitario (que no es el único tema ni necesariamente el más importante para las personas LGBT). En entrevista para la emisora La FM el 10 de abril de 2014, ya a punto de terminar, se presentó el siguiente diálogo entre el candidato y la periodista Vicky Dávila (la pregunta se hace en el minuto 47:12 de la entrevista):
Independientemente de la incomodidad que le generó al candidato la pregunta, que hasta Vicky Dávila se la tuvo que responder como pidiéndole disculpas por tener que hablar de esas cosas tan “jartas”, este podría ser un buen material para promoverlo en las redes del candidato, pues eso hace alusión a uno de los tantos debates sobre la garantía de derechos de personas LGBT de quien Santos espera, voten por él el próximo 25 de mayo de 2014.
No se puede obviar que Ministerios como el del Interior han adelantado trabajos importantes con sectores LGBT en Colombia durante el mandato de Santos. También, en el marco del proceso de verdad, justicia y reparación de las víctimas del conflicto armado, se ha reconocido la existencia de sectores LGBT que han sufrido violencias específicas (aunque esto, por supuesto, no es una iniciativa del Presidente).
Sin embargo, bien sea por temor a perder votos o porque el Presidente no está enterado, esta información no se comparte ni se especifican las acciones adelantadas por los diferentes órganos gubernamentales. Es decir, la población sabe poco o nada (si es que se ha hecho) sobre lo promovido por el candidato/presidente Santos en materia de diversidad sexual y de géneros.
Los argumentos visibles para comprender por qué el candidato Juan Manuel Santos quiere invitar a que las personas LGBT voten por él son nebulosas, casi fantasmagóricas. No hay señales claras de que tenga intención de modificar en algo sus acciones para el período entrante.
Y si bien tampoco hay evidencia de que Santos haya incurrido en persecución o violación a los derechos de las personas LGBT, el silencio y la falta de contundencia sobre estos y otros temas de sectores identitarios colombianos, muestra su posición y su interés por dejar las cosas como están.
Con una foto que se tome con una persona de los sectores LGBT no basta para lanzar un mensaje sin rodeos, claro y comprometido sobre el respeto y la promoción de los derechos relacionados con la diversidad sexual y de géneros. Hace falta esforzarse más.