La voz de la cantante Billie Holiday inmortalizó una canción revolucionaria y arriesgada para su tiempo, que criticaba crudamente las leyes y prácticas racistas de los Estados Unidos.
En estos días nos encontramos por casualidad con un enlace que anda circulando en las redes sociales, en el que cuentan cómo la cantante norteamericana de blues y Jazz Billie Holiday (1915 – 1959) interpretaba la canción “Strange Fruit”.
Se trata de una obra que Billie Holliday cantó por primera vez en 1939, en el único café “integrado” de Nueva York (al que podían entrar negros y blancos). Fue compuesta por el neoyorquino Abel Meeropol (también conocido como Lewis Allan) e inspirada por la fotografía de un linchamiento. Así Meeropol compuso un poema y posteriormente “Strange Fruit”, que trata sobre la violencia y el racismo radical que estaban viviendo las personas negras en los Estados Unidos en las primeras décadas del siglo XX (aunque faltarían aún 30 años más para que se eliminaran las leyes de segregación racial).
Los árboles del sur dan una fruta extraña,
sangre en las hojas y sangre en las raíces,
cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña,
extrañas frutas cuelgan de los álamos.
Escena pastoral del gallardo sur,
los ojos saltones y la boca torcida,
olor a magnolia dulce y fresca,
y el repentino olor a carne quemándose.
Aquí hay una fruta para que los cuervos piquen,
para que la lluvia reúna, para que el viento chupe,
para que el sol pudra, para que un árbol deje caer,
aquí hay una extraña y amarga cosecha.*
La canción se convirtió en un símbolo fundamental de la reclamación de derechos de la población negra en Estados Unidos, principalmente porque fueron músicos influyentes como Billie Holiday quienes se arriesgaron a interpretarla en lugares públicos. Además de que era un mensaje político transmitido por medio de la música en espacios donde también había personas blancas, fue la demostración de que el arte también puede iniciar o impulsar movilizaciones sociales.
Según explica el periodista de Vanity Fair David Margolik en su libro Strange Fruit. Billie Holiday, Café Society, and an Early Cry for Civil Rights, Billie Holiday asumió la bandera de interpretar esta canción conociendo los riesgos que corría. Sin embargo lo hizo porque ella misma estuvo vetada de cantar en lugares públicos por ser negra, y porque su padre murió a las puertas de un hospital “solo para blancos” en Texas, lugar que se negó a prestar los servicios que podían haberle salvado la vida.
Vale la pena ver y escuchar esta bellísima interpretación de “Strange fruit”. También recomendamos las versiones posteriores de artistas como Nina Simone, Diana Ross o Beth & Joe. Escuchen y disfruten, porque son joyas del jazz y de la memoria política y social de los Estados Unidos:
Versión de Billie Holiday, “La reina Madre”.
Canción interpretada por primera vez en 1939 en el Café Society de Nueva York. Según nos cuentan en UpWorthy, Holiday convirtió esta canción en una institución de sus presentaciones. Siempre la cantaba al final, pedía que todas las luces del establecimiento se apagaran, solo un foco la iluminara a ella y los meseros dejaran de atender a los asistentes.
Versión de Nina Simone, “La reina hija”.
En una entrevista que le hicieron a finales de los años 60, Nina Simone (1933 – 2003) habla de la importancia de que las artes reflejen la realidad: “Yo elijo reflejar la realidad en la que me encuentro. Ese es mi deber” afirmó. Además de ser una gran artista vocal, Nina Simone solía tocar el piano en la mayoría de sus presentaciones.
La compositora y cantante Beth Hart junto con el guitarrista Joe Bonamassa hicieron un ensamble de “Strange Fruit” y la incluyeron en su álbum See Saw, nominado a los Grammy en 2013. Es una interpretación que vale la pena tener en la lista de reproducción.
* Agradecemos a m_i_n_t por la traducción de la canción.