A propósito de la circular que emitió la Superintendencia de Salud para garantizar el derecho a la salud de las personas trans en Colombia, las familias de adolescencias e infancias trans se pronuncian mediante un comunicado.
Foto: Erick Morales para Sentiido.
El pasado 20 de septiembre, la Superintendencia Nacional de salud emitió una circular que imparte instrucciones de inspección, vigilancia y control para garantizar el derecho a la salud de las personas trans en Colombia. (Ver: Dr. Mario Angulo: Las infancias trans están expresando quiénes son).
Esta circular generó un despliegue de desinformación en medios de comunicación, principalmente en lo referente con la atención en salud a menores de edad. (Ver: Las infancias trans siempre han existido y existirán).
Como mamás, papás y cuidadores de infancias y adolescencias trans, comunicamos lo siguiente:
1. La diversidad de género es inherente a la vida misma. Las infancias y adolescencias trans forman parte de la sociedad y de los escenarios de la vida cotidiana y son, por tanto, sujetos de derechos, así como las demás infancias y adolescencias tienen derecho a crecer en entornos saludables, respetuosos, sin discriminación y siendo parte activa de la comunidad. (Ver: “Dejemos de decir que no queremos hijos LGBTIQ”).
2. Desde hace más de 14 años, las familias con menores de edad con identidad de género diversa, conformamos una red de apoyo en varias partes de Colombia. Nos acompañamos de manera respetuosa y amorosa y estamos comprometidas no solamente con su cuidado y protección, sino con la eliminación del estigma, la desinformación y toda forma de violencia contra la diversidad. (Ver: “Cuando los hijos salen del clóset, los papás entran en él”).
Por nuestra vivencia, porque nos hemos informado activamente y por el acompañamiento profesional en salud al que, a pesar de las barreras, hemos tenido acceso, sabemos que la identidad de género no se decide, ni se elige. (Ver: Cristina Rodríguez: mujer orgullosamente trans).
Ser trans se reconoce en la experiencia de la vida misma, se manifiesta de forma consistente y persistente a lo largo de los años y puede evidenciarse desde edades tempranas. (Ver: Brigitte Baptiste, una navegante del género).
Sobre esta realidad existe documentación médica y científica suficiente que respalda y comprende este proceso como parte del desarrollo de la identidad de las personas. (Ver: Yusimil Carrazana, la médica dedicada a la salud de los hombres trans en Guatemala).
La identidad de género no se decide, ni se elige.
“Es nuestro deber y responsabilidad como mamás, papás y cuidadores, luchar por la garantía de los
derechos de las infancias y adolescencias trans”.
3. La Constitución colombiana, la legislación vigente y la jurisprudencia actual, garantizan los derechos de las infancias y adolescencias trans. Sin embargo, a menudo estos derechos están protegidos solamente en el papel. (Ver: La Tía Nohora y el sistema de salud para las personas trans).
Las principales barreras que enfrentamos son la falta de información de los profesionales, una implementación inadecuada de los servicios y dilaciones administrativas. (Ver: Así vivió la pandemia la juventud LGBTIQ de Colombia).
Encontramos de forma recurrente funcionarios y funcionarias que desconocen o alegan desconocer los derechos y la existencia misma de las personas trans, especialmente cuando son menores de edad, generando un estigma doloroso que impacta directamente en su experiencia de vida.
4. Es nuestro deber y responsabilidad como madres, padres y cuidadores, luchar por la garantía de los derechos de las infancias y adolescencias trans, permitiéndoles crecer en dignidad y equidad. (Ver: “Dejemos que nuestros hijos vivan su vida y no nuestros sueños”).
Insistimos en que se reconozcan las necesidades que tienen respecto a la atención en salud y la importancia de contar con acompañamiento médico y profesional que reconozca su diversidad, asegurando un desarrollo integral sin miedo a la estigmatización o la discriminación.
5. Reiteramos que las acciones de afirmación de género en edades previas a la pubertad, están enfocadas única y exclusivamente en el carácter social del proceso, llamado “tránsito social”.
No es cierto que se recurra a procedimientos quirúrgicos ni químicos para “transexualizarles o mutilarles”, como se difunde de manera desinformada y tendenciosa en medios.
Se trata de un proceso de acompañamiento y escucha respetuosa, bajo la supervisión de un equipo médico experto que ofrece una atención en salud integral y segura.
6. Las opciones de tratamiento en edades puberales, cuando son requeridas, se llevan a cabo bajo estricta supervisión médica y profesional, de forma segura y controlada, y están enmarcadas en un proceso de psicoeducación, consenso y acompañamiento al menor de edad y su familia, con suficiente información y respaldo científico sobre la efectividad, reversibilidad y riesgos asociados al tratamiento.
Los bloqueadores de pubertad son utilizados de forma segura desde hace muchos años, con fines distintos a acompañar el tránsito de género en la infancia y la adolescencia.
“No es cierto que se recurra a procedimientos quirúrgicos ni químicos para ‘transexualizarles o mutilarles’ como se difunde de manera desinformada y tendenciosa”.
7. Celebramos que la Superintendencia Nacional de Salud incluya de forma explícita a las infancias y adolescencias trans en las instrucciones de su competencia en inspección, vigilancia y control que imparte a sus vigilados.
8. Rechazamos enfáticamente, a la vez que lamentamos la tergiversación mediática que ha instrumentalizado a las infancias y adolescencias trans a conveniencia de agendas políticas que buscan a través de la desinformación, el pánico moral y los discursos de miedo, impulsar mecanismos de legislación que quitan derechos adquiridos por una población discriminada. (Ver: Los pasos de gigante de la avanzada conservadora).
9. Hacemos un llamado a los medios de comunicación, a los actores políticos y a la sociedad en general para que asuman la responsabilidad de informarse y difundir contenidos basados en la evidencia científica y el respeto por los derechos humanos. Instamos a que se fomente un diálogo honesto y empático, que ponga en el centro el bienestar de las infancias y adolescencias trans.
10. Reafirmamos nuestro compromiso de seguir acompañando y defendiendo los derechos de las personas trans en Colombia. Nos oponemos al retroceso en los avances que tanto hemos luchado por conseguir. (Ver: Papás y mamás de Colombia: sí a la educación sexual y a los derechos LGBTIQ).
Es nuestra responsabilidad garantizar que cada persona, sin importar su identidad de género, pueda crecer en un ambiente seguro, incluyente y respetuoso.
Familias de Adolescencias e Infancias Trans (FAIT).
“Hacemos un llamado a los medios de comunicación, a los actores políticos y a la sociedad para que asuman la responsabilidad de informarse y difundir contenidos basados en la evidencia científica”.
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