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terapias de conversión

La Tía Nohora en “nada que cambiar”

La Tía Nohora sabe que así la bañen con agua helada y la pongan a leer la Biblia todo el día, a ella nunca le va a gustar su amiga Margoth. Entonces, “¿por qué creer en las llamadas ‘terapias de conversión’?”, se pregunta.

De Colombia llega la Tía Nohora con un chisme buenísimo. ¿Cómo les parece que su amiga Myriam, la de la panadería, quiere llevar a su hijo Jaison a una de esas llamadas “terapias de conversión” a ver si le gustan las mujeres y se le quita lo “floripondio”? (Ver: Esto no es terapia)

Pero como dice la Tía Nohora, así la bañen con agua helada y la pongan a leer la Biblia todo el día, no va a haber forma de que a ella le guste su mejor amiga Margoth. Entonces, ¿por qué pensar que al Jaison le van a empezar a gustar las mujeres si siempre le han gustado los hombres? (Ver: Nerú, ¿un traidor de la homosexualidad?).

Hay mucha gente, como la Myriam, que sigue creyendo que las personas LGBTIQ necesitan una “cura”. En esta temporada de fin de año, celebremos el amor y la igualdad para todas las personas. (Ver: ¿Qué dice la Biblia realmente sobre la homosexualidad?).

Recuerda unirte a la petición de All Out para ponerle fin a las “terapias de conversión” en Colombia.

“¿Por qué pensar que al Jaison le van a empezar a gustar las mujeres si siempre le han gustado los hombres?”, se pregunta la Tía Nohora.

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