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Algunas corrientes buscan desterrar el machismo del lenguaje. El uso de la "@" y de la "x" son dos propuestas para esto. Foto:

Más allá de lo femenino y lo masculino: ¿cuál es el idioma de la diversidad?

Algunas organizaciones y medios de comunicación evitan usar la “@” o la “x” como alternativas para un lenguaje incluyente. Sin embargo, esto contribuye a desterrar lo masculino como sinónimo de universal.

Por: Ana Hernández*

¿Cómo se utiliza lenguaje que refleja las realidades personales del género?

Algunas organizaciones en Estados Unidos que trabajan en políticas públicas relacionadas con inmigración, salud sexual y equidad de raza y etnia, y que están conformadas por personas de origen latinoamericano, están buscando estrategias para abordar los temas de género de una manera más incluyente.

Buscan alternativas para evitar el predominio de lo masculino en el español, como sinónimo de lo universal. También intentan desterrar el machismo del lenguaje y darle visibilidad a las mujeres y a las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBT).

Una muestra de esto, son las páginas web del Instituto Nacional de Latinas para la Salud Reproductiva y de la Red Nacional Latina, Profamilias y Comunidades Saludables.

Lo más usual es acudir a la “@” para referirse, por ejemplo, a l@s “colombian@s”, así como a los pronombres femeninos y masculinos juntos. Por ejemplo: “ella/él” o “lectoras/lectores”.

El uso de la “@”, también resulta útil para incluir a quienes no se identifican ni como hombre ni como mujer. Otra opción es utilizar palabras que incluyan la identidad de género como hombre o mujer trans y transgenerista.

Aunque en los Estados Unidos no se acostumbra usar la palabra transgenerista, algunas personas LGBT también están creando nuevos términos para hablar de identidades de género que cruzan bordes entre lo femenino y masculino. Por ejemplo, “bigénero” o “bucha” (basado en el término butch en inglés).

Es común que algunos activistas también utilicen la arroba cuando se dirigen o hablan de temas referentes a las personas de origen latino. Sin embargo, hay quienes siguen buscando nuevas modalidades para nombrarse. Se acude, por ejemplo, a palabras como queer, pangénero y géneroqueer, para no tener que definirse ni como hombre ni como mujer.

También es común el uso de la “x” en palabras como: “Colombianx”, “ellxs” o “lectorxs”. De esta manera, se utiliza un género neutro y se incluye a todxs. Otra alternativa es utilizar palabras como “bigénero”, que van más allá de femenino y masculino.

Ninguna de estas propuestas es perfecta. Algunas se salen de las reglas del estilo escrito y es difícil saber cómo pronunciar la “@” o la “x” cuando se lee en voz alta un texto. Por esto, la mayoría de organizaciones, instituciones educativas y medios de comunicación, limitan estas prácticas.

Muchas personas del activismo consideran que el idioma no es neutro – sirve para reforzar normas sociales – así que no se apegan a sus reglas. En ocasiones toman una posición sumamente personal, contra un idioma que busca permanecer en un sistema de “¿eres varón o hembra?” Porque la naturaleza de esta pregunta, que tiene solo dos respuestas, causa que una identidad que fluye, cambia o transite se considere invisible o prohibida.

Sin embargo, es importante tener presente que el idioma no es neutro y que refuerza infinidad de normas sociales como la obligación de tener que definirse como hombre o como mujer. Y este hecho, de alguna manera excluye las identidades que cambian y no son estáticas.

A propósito, ¿qué palabras usas para describirte?

* Escritora, editora e investigadora de la Red Nacional Latina. Ha trabajado en temas de violencia de género. achyrf@yahoo.com

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