El 29 de junio muchas personas caminaron de nuevo por una cultura de paz que celebre la diversidad en Colombia y en el mundo. La marcha del “orgullo guei” de Bogotá, llenó de arco iris la Carrera Séptima.
Marchar en combo para celebrar la diversidad y la ciudadanía es una forma de habitar estos territorios y de mostrar que estamos orgullosas de lo que somos y de lo que tenemos.
Caminar así es una consigna que nos permite pisar fuerte, expresarnos, bailar y poner el cuerpo por los derechos (y por los izquierdos).
Marchar es un acto político en el que también aprovechamos para lucirnos. Y hablando de lucir, me declaro admiradora total de los takones en esta marcha. No es sólo por moda; no es sólo por la resistencia de quienes entran altivas a la Plaza de Bolívar después de horas de estar “trepadas”…
Mi admiración viene del buen gusto y la forma de llevar bien puestos los zapatos y porque creo que el takoneo es un signo de la felicidad que nos produce ser las personas que somos.
Montadas en nuestros impresionantes takos, cantamos y celebramos una cultura de paz. La marcha fue mucho más que plataformas y zapatos altos; pero esta vez quiero celebrar con estas fotos a mis heroínas trepadas, altivas y valientes.