Tengo que confesarlo: me gusta Modern Family, la serie de televisión de ABC que ha lanzado al estrellato estadounidense a nuestra querida Sofía Vergara.
El show, se sabe, es súper popular en los Estados Unidos y desde su debut en septiembre 23 de 2009 ha ganado 8 premios Emmy entre los que están mejor comedia y mejor guión.
Como muchos de ustedes sabrán, la serie cuenta la historia de una “familia moderna norteamericana”: Jay, el padre de todos, está casado con la joven y exuberante Gloria (Sofía Vergara) quien tiene un hijo de un padre colombiano.
Jay tiene dos hijos: Claire y Mitchell. Claire está casada con Phill, un hombre que se niega a crecer y tienen tres hijos: la chica tonta súper popular, la nerd que lucha por mejorar sus relaciones sociales y el pequeño Luke, el despistado eterno.
Mitchell, por su parte, es gay, está casado con Cam y los dos son padres de Lily a quien adoptaron en Vietnam.
Hay varias cosas de esta serie que me gustan. Me gusta, por ejemplo, que a pesar de estar en pleno horario familiar (nueve de la noche los miércoles en Estados Unidos) se le mide a mostrar cosas que hace unos años habría sido imposible.
Así, me alegra que ver a una pareja de hombres criando un bebé juntos ya no se considere un problema ni parezca estar en debate. De hecho, la serie comienza cuando los padres traen a Lily a la casa. La identidad sexual de los personajes y su derecho a formar una familia se da por sentado para todos los personajes de la serie.
Otra cosa que me gusta de la serie es cómo utiliza todos los estereotipos para subvertirlos con humor. Sé que es una comedia y no un tratado sobre inmigración o un curso de teoría queer, pero si bien por un lado la serie juega con los estereotipos del gay súper afeminado y la latina súper sexy, también utiliza los estereotipos norteamericanos (el infantilismo del padre, la neurosis de la madre, la superficialidad de la hija mayor, etc.) y enfatiza que las cosas no siempre son lo que parecen.
Así, la serie insiste en que el amor entre la “latina caliente” que exagera su acento hasta hacerlo casi incomprensible y el “viejito millonario” es real, no una relación basada en la búsqueda de dinero o pasaporte.
De la misma manera, Mitchell y Cam, dentro de los muchos clichés gay (manierismos, gusto por los musicales, etc.), son una pareja como cualquier otra, con cuentas que pagar, pañales que cambiar, peleas tontas y reconciliaciones, y no dos pervertidos que se la pasan mirando muchachitos en Internet o yendo a bares intentando saciar su incontenible sed de promiscuidad.
Sin embargo, tengo un serio problema con la serie y creo que es la misma cuestión que me preocupa en los debates alrededor del matrimonio de parejas del mismo sexo.
Por supuesto que estoy de acuerdo con el matrimonio diverso; con lo que no estoy de acuerdo es con que el matrimonio sea la única forma de afectividad y plenitud personal aceptada socialmente.
Me molesta que pese a toda su modernidad, la serie no se haya atrevido a cuestionar el modelo familiar patriarcal y que no haya ni una sola mujer que trabaje en la serie. Todos los personajes femeninos (entre los que podríamos incluir a Cam, pues así es como se lo presenta, como “la mujer” de la relación.
¿Cómo puede ser que un programa dedicado a las nuevas familias no incluya una sola mujer trabajadora, alguien divorciado o una madre o padre soltero?
Véase por ejemplo, el capítulo del “día de la madre”) son amas de casa sin trabajo y sin expectativas profesionales que se ocupan enteramente de sus hijos y de sí mismas, mientras que los hombres de sus vidas van a la oficina y ganan el pan con el sudor de su frente.
Admiro el show en muchos sentidos, pero creo que esta cuestión no debe ser pasada por alto pues el derecho a trabajar, a buscar satisfacción fuera del hogar y a la igualdad e independencia económica es uno de los aspectos más importantes de nuestras sociedades modernas y una de las luchas más difíciles que continúa librándose todos los días (hace pocas semanas casi perdemos la despenalización del aborto en Colombia a manos de hombres que siguen creyendo tener derecho sobre el cuerpo de las mujeres).
Me parece excelente que hoy en día tengamos nociones más abiertas de la familia. Pero debemos tener cuidado con no regresar a los 50, esos años de idealización de amas de casa felices y hombres bien peinados de los que tanto nos ha costado salir.
Está bien que en las nuevas familias haya diferencia de edad y de raza y que aceptemos sin escándalo que también dos personas del mismo sexo pueden conformar una. Pero si toda esta apertura está igualmente sostenida por mujeres que deben alcanzar su plenitud yendo al gimnasio, cocinando y esperando que sus maridos lleguen de la oficina para traerles mullidas pantuflas y que sus hijos regresen de la escuela para ofrecerles galletitas y ayudarles con las tareas; y si nuestro modelo social sigue insistiendo (sin que se problematice si quiera) que la familia patriarcal –con su pareja monogámica económicamente dependiente del hombre, sus niños y hasta su perro— es la única opción deseable de vida, entonces no sé muy bien de qué modernidad estamos hablando.
Hace unos meses, Tina Fey durante su sketch Weekend Update de Saturday Night Live hablaba de las perspectivas sobre las mujeres astronautas, enfatizando en que hoy no hacen noticia porque simplemente el hecho que las mujeres hagan labores que antes eran destinadas exclusivamente a los hombres es algo de lo más normal en los Estados Unidos. Supongo que para el público americano ver mujeres trabajadoras y emprendedoras no es interesante y eso se traduce en ratings mediocres. Además, las series americanas estan pobladas de mujeres guerreras… noten a las médicas del Seattle Grace en Grey’s Anatomy, Julia Braverman en Parenthood (Madre y abogada que trabaja mientras su esposo en casa cuida de la hija) … hay que llenar todos los estereotipos, incluso el de las amas de casa, que aun existen… y de eso se encarga Modern Family.
Saludos, y felicidades por el blog.
@ElCyberguenza
¡Caramba! ¡Ahora sí que me dan ganas de ver la serie!
De acuerdo contigo. Muy buen comentario a la serie, la cual como podrás suponer, también me gusta 🙂