Nuestro sitio usa cookies de terceros para permitirnos elaborar estadísticas sobre las visitas y gestionar el envío de nuestras newsletter. Más información aquí.
ACEPTAR
Alexya Salvador

Mujer trans, pastora evangélica y mamá

Tras una infancia de bullying, la brasileña Alexya Salvador supo en su juventud que era una mujer trans con una gran vocación espiritual. Hoy es la primera mujer trans ordenada reverenda evangélica en América Latina, además de ser la primera mujer trans en adoptar en su país.

Alexya Salvador mide casi dos metros. Cuando niña, era la más alta del salón y a pesar de su tamaño, también era la alumna más matoneada de su escuela. Alexya sabía que algo en ella no encajaba en los patrones convencionales, pero no sabía nombrarlo y mucho menos defenderlo. (Ver: El bullying por homofobia debe salir del clóset).

Sólo sabía que sus compañeros la maltrataban y los adultos a su alrededor lo permitían, como aquella vez en la que el profesor de educación física vio cuando unos jóvenes la golpeaban en el paradero del bus y no hizo nada. “¿No dizque quieres ser maricón? Entonces te tienes que aguantar”, le dijo y se fue. (Ver: Bullying escolar LGBT: más fuerte y dañino).

Yo sufrí en la escuela cosas que ninguna persona debería padecer en su infancia y menos en el lugar que se supone debe ser un espacio seguro”, recuerda aún con dolor. Añade que en aquella época -los años ochenta- el bullying contra personas LGBTIQ era parte del día a día en las escuelas. (Ver: “La familia y la escuela, donde más se vulneran los derechos de niños y niñas”).

Alexya Salvador
Yo sufrí en la escuela lo que ninguna persona debería padecer en su infancia y menos en el lugar que se supone debe ser un espacio seguro.”

Después de un largo proceso que pasó por el rechazo de su papá, hace algún tiempo que él, por fin, la llama con naturalidad “hija”.

Poco podía imaginar esta niña trans nacida en el pequeño municipio de Mariporã en la periferia de São Paulo, que después de superar estas y muchas otras situaciones, llegaría a romper todos los moldes: convertirse en la primera mujer trans ordenada reverenda evangélica en América Latina, realizarse como madre al ser también la primera mujer trans en adoptar en Brasil, convertirse en esa profesora defensora de los derechos humanos que tanta falta le hizo a ella cuando era pequeña y sobre todo, ser reconocida como una mujer por su papá. (Ver: “Dejemos de decir que no queremos hijos LGBT).

El descubrimiento

Desde pequeña yo siempre frecuenté la Iglesia católica. Al ser la escuela un espacio muy opresor, a pesar de que me gustaba mucho el estudio, yo nunca quería estar allá. En cambio, la iglesia era el lugar en el que nadie me pegaba, allí podía estar tranquila. Pero además, eso me dio la oportunidad de sentir que había una vocación espiritual en mí”, cuenta Alexya. (Ver: “Soy un gay a imagen y semejanza de Dios”).

Fue por eso que a los 19 años Alexya ingresó al seminario, convencida de que un día sería sacerdote. Hasta ese momento ella había vivido dedicada a las actividades de la iglesia y protegida dentro de su familia, sin tener mucha vida social, sin cuestionarse demasiado su identidad de género. (Ver: Cristina Rodríguez: mujer orgullosamente trans).

No había tenido novios, escasamente tenía amigos y pensaba en secreto que era gay, pues no tenía referentes de mujeres trans. “Yo ni conocía la palabra travesti, hasta que un día regresando en la minivan del seminario pasamos por una esquina de la ciudad y vimos a varias mujeres travestis que estaban trabajando… Nunca voy a olvidar que cuando vi a esas chicas, algo dentro de mí encontró su lugar. Todo aquello sobre lo que tenía dudas, aquello para lo que no tenía respuestas se aclaró: fue ahí cuando por fin pude entender que era como ellas, ¡yo era una mujer trans!”, recuerda Alexya, quien además retoma la palabra travesti que ha sido usada peyorativamente, para volverla de uso común. (Ver: Travesti, una breve definición).

Este descubrimiento removió su mundo y el de su familia. Terminó de estudiar filosofía y a los 24 años se salió del seminario. Reunió fuerzas y por fin una noche miró a sus padres a los ojos y les dijo: “yo no soy ese hombre que ustedes creen que soy. Su mamá de inmediato supo a qué se refería, pero su papá se reveló, se enfureció y le dijo que jamás aceptaría algo así, que quizás podría llegar a tolerar que fuera gay, pero verla como una mujer, jamás. (Ver: “Dejemos que nuestros hijos vivan su vida y no nuestros sueños”).

A pesar de que tuvimos una infancia muy sufrida financieramente, mis padres siempre nos dieron mucho amor, siempre estuvieron presentes. Entonces para mí ese fue un momento muy duro… Yo tuve que reaccionar rápido y pensé, bueno, si él me acepta como gay eso ya es algo”. Su mamá le dijo que la amaría como fuera, así cambiaran su cuerpo y su nombre, pero que estaba segura de que su papá nunca daría su brazo a torcer. (Ver: Aceptar a los hijos LGBT).

Alexya Salvador
“La iglesia era el lugar en el que nadie me pegaba, allí podía estar tranquila”.
Alexya Salvador
Cuando yo vi a esas chicas alguna cosa dentro de mi encontró su lugar”.

En esa época Alexya también dejó de frecuentar la Iglesia católica, ese espacio seguro durante su infancia ahora la hacía sentir rechazada. “Yo sabía que allí yo nunca podría ser quien soy. Lo máximo a lo que habría podido aspirar era a ir a misa sentada en la última fila donde nadie me viera”. (Ver: La Biblia no discrimina pero sí las interpretaciones fuera de contexto).

A los 29 años, aun tratando de mantener la fachada de que era un hombre gay para no decepcionar más a su papá, Alexya no aguantó más e intentó quitarse la vida. “Si mi papá no me amase la vida para mí perdería sentido”. Pero un rayo de luz empezó a abrir su camino. (Ver: Sí, todo mejora).

En esa época conoció a Roberto, quien también es profesor de colegio y hoy en día es su esposo y el padre adoptivo de sus tres hijos. Enamorados, buscaron una iglesia incluyente y llegaron a la Igreja da Comunidade Metropolitana (ICM), una comunidad cristiana de vertiente protestante que forma parte la Fraternidad Universal de las Iglesias de la Comunidad Metropolitana, fundada en 1968 en Estados Unidos y con sedes en 30 países. (Ver: Hay muchas voces religiosas que no son “antiderechos”).

El renacimiento

Empezamos a ir a la iglesia y a aprender de teología queer y nos casamos en 2009 cuando el Supremo Tribunal Federal de Brasil autorizó la unión estable entre parejas del mismo sexo y luego contrajimos matrimonio civil. Ya en 2011 conseguí hacer la transición de género motivada por la propia iglesia: una iglesia que me decía que sí, que yo podía ser como soy, que Dios me hizo y me ama como soy. Eso fue un cambio radical en mi vida, y si antes yo quería morir, a partir de ahí yo quise vivir todo lo que Dios tenía para mi”, afirma. (Ver: “Cuando acepté que ser homosexual no era enfermedad ni pecado, mi vida cambió”).

Roberto también la apoyó en esa transición. “A mí no me importa cómo te vas a ver, yo te amo”, le dijo él. Pero ni siquiera entonces, cuando por fin se encontraba cómoda consigo misma, podía Alexya imaginarse que su sueño de tener hijos se haría realidad. Un día en una visita a un albergue de Mariporã, Alexya conoció a Gabriel, un niño con discapacidad.

Entonces empecé a investigar, pero no encontré nada sobre adopción por parte de mujeres trans, sin embargo, seguimos adelante y finalmente me dieron la adopción de Gabriel que acaba de cumplir 16 años”. Luego, en 2016, Alexya recibió una llamada de una jueza que había leído su historia en los periódicos. (Ver: La Corte Constitucional aprobó la adopción igualitaria, ¿por qué esta vez sí?).

La jueza me dijo que tenía un caso de una niña trans que ninguna familia quería adoptar y me preguntó si yo quería conocerla. Empezamos a conversar online y a conocernos y yo me hice el propósito de no hacer ninguna referencia a ese tema porque yo quería que ella se mostrara como quisiera. Entonces yo no hacía mención a si era niña o niño, yo le decía ‘mi ángel’ y cosas así, sin género. Era muy importante para mí dejar que ella manifestara en su momento lo que sentía y así fue. Un poco después me dijo con mucho temor y lágrimas en los ojos que ella era una niña y no un niño y me preguntó si yo la aceptaría así”. (Ver: El género desde una perspectiva trans).

Alexya Salvador
Roberto, su esposo, la apoyó en su decisión de empezar un tránsito de género: “a mí no me importa cómo te vas a ver, yo te amo”. le dijo.
Alexya Salvador

Por supuesto que Alexya, Roberto y Gabriel le dieron la bienvenida a la familia y Ana María es hoy la segunda niña trans en Brasil en tener reconocido en sus documentos oficiales su nombre e identidad de género. Un año después, la historia se repitió con otra niña trans que continuaba siendo rechazada por las familias adoptivas por el mismo motivo. Así quedó completa la familia con Dayse, que fue adoptada a los siete años de edad.

La causa

Brasil es el país con la marcha LGBTIQ más grande del mundo, que se realiza cada junio en la ciudad de São Paulo. Y es también el país donde se registra el mayor número de asesinatos de personas trans. En 2020 hubo 175 homicidios de mujeres trans. En ese entorno, Alexya es un acto político cuando va a trabajar a la escuela en la que además de dar clases ahora ejerce como coordinadora pedagógica, cuando dirige el culto en la iglesia, cuando camina con su familia por un parque, cuando se presenta a cargos de elección popular. (Ver: Brasil: arcoíris LGBTI entre nubarrones).

Todos los días me llegan amenazas de muerte, muchas veces incluso de personas que se dicen cristianas y hasta de pastores que dicen que estoy avergonzando a los evangélicos cuando la verdad es que el Evangelio es la buena nueva, no para unos cuantos sino para todas las personas”. (Ver: ¿Qué dice la Biblia realmente sobre la homosexualidad?).

Brasil tiene una de las mayores poblaciones católicas y evangélicas del mundo y aunque cada día hay más denominaciones incluyentes, hay también un fundamentalismo religioso muy marcado. “Las mujeres trans sabemos que salimos todos los días a trabajar, pero no sabemos si vamos a volver. Ahora son las ocho de la noche, yo puedo salir a la farmacia a comprar una pastilla y no volver… Antes las mujeres trans eran asesinadas en la madrugada, en un lugar escondido. Hoy vemos casos que ocurren a plena luz del día en la Avenida Paulista”, expresa. (Ver: Qué es el fundamentalismo religioso y qué implica realmente).

Además de la amenaza a la vida, hay muchos más desafíos que Alexya y su familia deben enfrentar a diario. “Todos los días nos encontramos con un mundo que no fue hecho para mí ni para mis hijas y cada día nos tenemos que reafirmar como personas, porque la sociedad brasileña, que en su gran mayoría es cristiana, termina queriendo deslegitimar hasta nuestra familia, diciendo que yo no puedo ser mamá porque no tengo un útero, como si la maternidad dependiera de eso. ¿Cuántas mujeres cisgénero adoptan porque no pueden quedar embarazadas? Entonces, la lucha pasa por varias esferas en mi vida”. (Ver: Las madres trans, otra forma de ser mamá).

Por esto, además de sus múltiples ocupaciones como mamá, profesora, vicepresidenta de la Asociación de Familias Homo Trans Afectivas, activista y reverenda ad honorem, Alexya se ha postulado dos veces a cargos de elección popular. En 2018 se lanzó como diputada estatal para São Paulo y tras realizar una campaña que costó 1.500 reales (aproximadamente 300 dólares) obtuvo cerca de 11 mil votos, sin embargo, no fue suficiente para obtener un escaño. Luego fue la primera candidata trans a la viceprefectura de São Paulo. Tampoco ganó pero dejó sentado un precedente y no descarta volver a participar en otros comicios.

Alexya Salvador

La fe

Otra de esas esferas de reivindicación en que trabaja Alexya es la religión. Como pastora -dice- “reivindico nuestro derecho a la fe cristiana, aunque dentro del propio medio LGBTIQ eso implique que también yo sea discriminada por ser evangélica, aunque entiendo el dolor que las personas LGBTIQ tienen por cuenta de lo que el cristianismo fundamentalista les ha hecho y continúa haciendo. Pero yo lucho para que todas las familias tengan su derecho garantizado a la divinidad porque la que es transfóbica es la iglesia, no Jesús”. (Ver: “Venimos a dejar el mundo mejor de como lo encontramos”).

Y es que cuando Alexya entendió que era una persona trans, a pesar de también haber descubierto que tenía una vocación espiritual, desistió de la religión por un tiempo. “La iglesia ni siquiera ordena a las mujeres, mucho menos a una travesti”.

A ella la alimentaba mucho estar en una comunidad religiosa, pero también la lastimaba cuando un obispo o el papa decían que las personas LGBTIQ no eran amadas por Dios. Por eso la gran reconciliación se dio cuando llegó a la Igreja da Comunidade Metropolitana. “Ahí Dios me dio la oportunidad de hacer mi camino, de construir mi vocación. Y haber sido ahora ordenada reverenda por una iglesia que está en más de 30 países del mundo, que es reconocida por su lucha por los derechos humanos. Ha sido maravilloso”. (Ver: Marica y religioso).

“Dios vive en mi cuerpo travesti”.

Fue un proceso de años de estudios en teología pero también un proceso hombro a hombro en el activismo, ayudando al que no tiene, al que es rechazado, al que sufre. “Para mí significa mucho ser hoy una referencia en América latina para mujeres como yo, porque nos han dicho que nosotras sólo tenemos vocación para ejercer el trabajo sexual, y no es así: hoy somos abogadas, profesoras, concejalas, médicas e incluso, reverendas”. (Ver: Brigitte Baptiste, una navegante del género).  

Hoy su fe está centrada en el activismo por los derechos humanos. “Muchas iglesias viven preocupadas con el pecado del sexo lo que en el fondo es un control de los cuerpos. Hoy en día mi fe está centrada en la inclusión, la radical autoafirmación de quienes somos y en la inspiración que nos dio Jesús de luchar por la justicia”.

Para ella, Dios vive en el cuerpo de todos los seres humanos independiente de su religión, color de piel, etnia, posición social y género. Una vez le preguntaron si en sus misiones evangélicas ella les llevaba a Jesús a los habitantes de calle o a las trabajadoras sexuales y Alexya respondió: “es al contrario, nosotros no vamos a ir a predicar la Biblia a personas que tienen hambre, que no tienen dónde dormir. El que tiene hambre tiene prisa, el que tiene sueño tiene necesidad. El que está enfermo necesita remedio. Entonces, nosotros somos los que encontramos a Jesús en ellos”.

El sueño

Durante la pandemia, los hijos de Alexya y Roberto estudiaron desde casa y para que no estuvieran todo el día pegados a los teléfonos, instalaron un gallinero para que Gabriel, Ana María y Dayse se encargaran de cuidar a las gallinas.

Fuera de eso, el día a día es agitado. Hay que salir a trabajar muy temprano: “somos pobres, vivimos en la periferia y tenemos que trabajar duro, soy una pastora sin salario”, dice. Pero más allá de lo material, Alexya se preocupa por acompañar a su hijos. “Gabriel es un muchacho de 16 años, pero tiene la mentalidad de un niño pequeño; él va a estar con nosotros siempre, será nuestro niño siempre. Pero las hijas van a crecer y van a querer abrir las alas y va a llegar un momento en el que mis propias alas no las van a poder cubrir. Entonces, quiero que cuando llegue ese día estén preparadas, porque el mundo no tiene piedad de nosotras”.

Alexya sueña que cuando Ana María y Dayse tengan su edad -40 años- puedan ser quien ellas son libremente. Que puedan salir de casa con la certeza de que van a volver. “No deseo fortuna, fama, bienes materiales… Desde el fondo de mi corazón, lo que quiero es que mis hijas -que todas las mujeres- puedan salir de casa y volver, que cuando una mujer termine una relación no sea asesinada por el excompañero; es decir, que tenga derecho a decir, ‘no soy feliz, me voy’. Sueño que las mujeres puedan tener el derecho de abortar si sienten que no pueden tener ese hijo, sueño con que todas las mujeres tengan voz, salarios dignos, que las travestis no se tengan que prostituir para sobrevivir a menos que sea su elección”.

Hoy Alexya Salvador sigue siendo la persona más alta en los lugares que frecuenta, especialmente cuando usa tacones. Pero consciente de que su presencia aún hace que las cabezas se volteen a mirarla y que los murmullos invadan como zumbidos algunos espacios, hace rato tomó la decisión de ser ella, digan lo que digan. Y no pierde la esperanza de que tal vez, un día no muy lejano, no sea tan extraño que un ser humano se atreva a ser quien es.


Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 66

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 66

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
3:02

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
0:31

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
5:57

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
3:12

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
3:54

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
6:31

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
7:13

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
5:03

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
7:01

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
7:26

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
6:24

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
1:09

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
1:08

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
1:10

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
1:04

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
1:09

Warning: Undefined variable $post_object in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115

Warning: Attempt to read property "ID" on null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/template-parts/content.php on line 115
1:15

Warning: Undefined variable $req in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 369

Warning: Undefined variable $commenter in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 370

Warning: Trying to access array offset on value of type null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 370

Warning: Undefined variable $aria_req in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 370

Warning: Undefined variable $req in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 373

Warning: Undefined variable $commenter in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 374

Warning: Trying to access array offset on value of type null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 374

Warning: Undefined variable $aria_req in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 375

Warning: Undefined variable $commenter in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 378

Warning: Trying to access array offset on value of type null in /home/sentiido/public_html/wp-content/themes/sentiido/functions.php on line 378

Deja un comentario

¿Qué piensas sobre este artículo?

Newsletter Sentiido