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Mujeres y niños primero

La premisa “mujeres y niños primero” se convirtió en un mandato en muchos escenarios, entre ellos las leyes. El problema surge cuando detrás de ese afán protector, se le otorga mayor validez a la opinión del “buen padre de familia”.

Es bastante conocida la expresión que busca darle prioridad al salvamento de las mujeres y de los niños ante la inminencia de cualquier desastre. Según parece, surgió de un acto de caballerosidad, frente a un claro imprevisto.

A mediados del siglo XIX, se hundía un barco inglés frente a la costa de Sudáfrica. Con más de 600 ocupantes y con solo dos botes para atender una emergencia, el capitán al mando decidió que los dos botes serían ocupados por las mujeres y los niños. Al final, solamente se salvaron 160 personas.

Ese acto fue calificado como un gesto sublime de caballerosidad inglesa y la tradición lo convirtió en un principio a seguir no solo en los salvamentos marítimos, sino en muchos otros escenarios, entre ellos las leyes.

En éstas, suele encontrarse una clara intención paternalista, una especie de “interés protector” que busca que el más débil sea cuidado y protegido, lo que no necesariamente es malo.

El problema surge cuando ese interés de proteger y de cuidar se hace incluso a pesar de la voluntad del protegido y se reafirma en el hecho de darle mayor validez a la opinión o a los criterios de quien obra como un “buen padre de familia” –curiosamente siempre es un hombre – lo que hace que todo termine en una reafirmación del machismo.

Existían leyes laborales que, buscando proteger a las mujeres, les prohibían trabajar en jornadas nocturnas. O leyes que, queriendo proteger a niños y niñas, les impiden participar en las decisiones que les afectan directamente, dejando el peso de la decisión en otra persona: un adulto responsable, de quien se supone tiene todo el conocimiento, todo el desinterés y toda la intención de ayuda a favor del menor.

Mucho han tenido que luchar las mujeres para que ese interés protector las deje ser y ejercer como ciudadanas. No pocas veces debieron luchar contra leyes que se hicieron pensando en protegerlas, en evitarles confusiones, en cuidarlas del agobio de tener que hacer sumas o restas y tomar decisiones sobre su patrimonio o sobre su vida.

Por eso las mujeres debieron luchar para conseguirlo todo: el voto, el derecho a manejar sus bienes, el derecho a decidir con quién se querían casar, el derecho a decidir si quieren ser madres o no, el derecho a definir el número de hijos que quieren tener, el derecho a una jornada laboral justa o el derecho a recibir un salario adecuado por su trabajo.

¿Hasta qué edad?

En materia de niñez, esa intención protectora y sus consecuencias nos han alcanzado para reducir significativamente las tasas de mortalidad y aumentar las estrategias de cuidado, lo que es bueno. Pero también han servido para miles de discursos y de peroratas que a la hora de la verdad se convierten en vacío, porque no concretan un interés efectivo y constante de protección.

Me refiero a todas las declaraciones de los grupos antiderechos que insisten en que defienden la niñez, pero parecen tener unos conceptos muy relativos de qué etapas de la niñez defienden y cuáles no.

Por ejemplo, a los grupos que se oponen ferozmente al aborto, no parece preocuparles tanto el bienestar o las condiciones de crianza y cuidado en los que se vaya a desarrollar el niño o niña.

Su interés se reduce a un periodo comprendido desde la concepción hasta el nacimiento, así que abogan por la eliminación de servicios de aborto que garanticen calidad y acceso a todas las mujeres, pero no realizan la misma labor de defensa de los programas de ayuda a la primera infancia.

Esto sin contar con la evidente contradicción que se encuentra en el hecho de que les gusta denominarse a sí mismos “pro-vida”, pero generalmente no tienen ningún empacho en apoyar la pena de muerte o en anunciar y, en algunas ocasiones ejecutar, la muerte para quienes se atreven a defender el derecho de las mujeres prestando servicios seguros de aborto.

¿Niños y homosexuales?

Por supuesto, toda esa preocupación se va desvaneciendo a través del tiempo y puede convertirse en completo humo si uno de esos niños o niñas manifiesta algún tipo de expresión homosexual.

Hasta ahí les llega todo el discurso de “los niños primero”. Empieza entonces la búsqueda frenética de normalizar, de convertir al niño o niña en uno de “los suyos”, en negar cualquier posibilidad de expresión de una conducta que consideran desviada y en la que ni por asomo consideran que el niño o la niña tenga derecho de opinar.

Tampoco es ajena a esta situación la adopción por parte de homosexuales. Siempre encontramos un o una contradictora que centra su discurso de oposición en la protección que hay que darles a los niños (las niñas por lo general no existen, recuérdenlo).

Mantiene su postura en contra de la adopción aduciendo: “hay que cuidar a los niños”, “hay que protegerlos” o “no es conveniente para ellos”, pero nunca queda claro de qué hay que protegerlos.

Nunca se hace explícito cuál es ese riesgo terrible que les amenaza y que amerita todo el lobby, todas las acciones que buscan evitar que los niños estén cerca de los homosexuales (las lesbianas tampoco existimos, recuérdenlo) y toda la inversión de tiempo y recursos que ocupan cada día en evitar que haya un mínimo asomo de igualdad para la gente que se agremia bajo la sigla LGBT.

Mucho se ha avanzado en derechos de la niñez y en derechos de las mujeres, mucho se ha logrado incluso a pesar de las normas creadas para “protegerles” y es mucho el camino que falta por recorrer en la tarea de permitir que las voces de “los protegidos” sean escuchadas.

Temas como la orientación sexual, la decisión acerca de si quieren vivir con su mamá o su papá (aun sabiendo que son homosexuales) o la posibilidad de expresarse por fuera de los criterios rígidos del género, les siguen siendo ajenos, impuestos o controlados por otros.

No es menor el avance de “sálvese quien pueda” a “las mujeres y los niños primero”, pero es un hecho que mientras las mujeres han logrado hacer escuchar su voz, a pesar de todas las oposiciones. Por su parte, niños y niñas continúan seriamente sujetos a la idea de que su bienestar ocurre mientras se ajusten a la norma y mientras quienes los cuiden sean personas que hagan lo mismo.

Estos discursos que segmentan el interés y que desconocen la vida en su integralidad, permiten mantener un sistema excluyente que privilegia el cuidado heterosexual y que encuentra inaceptable la posibilidad de que una pareja de homosexuales ejerza labores de cuidado y el rol de padres o madres de sus hijos.

Experiencias de otros países en los que se ha aprobado la adopción lo han demostrado: no se pierde nada al permitir que los homosexuales ejerzan su maternidad o paternidad. Por el contrario, gana la cultura y eso no hace otra cosa que beneficiar a esos niños y niñas que aprenden un mensaje fundamental para sus vidas: el respeto por las diferencias.

One thought on “Mujeres y niños primero

  1. Pues si dicen “mujeres y niños primero” es por división sexual de trabajo y no por machismo. Lógicamente la vida de una madre vale más que un padre(ya que es quien gesta y quien amamanta mientras al hijo no Le va a extrañar al padre porque nunca lo conoció su muere antes de que nazca o siendo un bebé. Además es la madre quien cuida de los hijos). Y bueno si crees que es paternalism o y machismo aya tu, pues yo prefiero que me sobreprotejan a mi muerte. Entonces sería asi:si eres hombre tu vida no vale nada. Si eres mujer te sobreprotegen, prefieres así o al revés? Yo lo tengo muy claro. Como una mujer es quien gesta y quien amamanta a los niños, y no el hombre y el hombre es el proveedor. El cual se puede reemplazar. Pues obviamente la vida de una mujer vale más, además una mujer pobre lo necesitaría más que una rica, aunque se hace al reves(véase ley de cuidados inversos). A parte yo cuestiono eso de la teoría del hombre desechable cuando en China o la India abortan a embriones femeninos o matan a las viudas. Si tienes una tripulación, a parte del salven se quien pueda elegirás salvar a mujeres y niños, pues tu nunca sabes si esa mujer está embarazada o no. Y pierde menos con una mujer. Ahora a veces la parte afectiva y el vínculo afectan. Si por ejemplo en el barco va tu ídolo hombre pues preferirías que se salve el antes que una desconocida. O yo por ejemplo siempre dije que prefiero salvar a un primo o tío antes que a una familiar politica. O mi prima tiene una bebe y puede estar amamantando pero si tengo que elegir entre ella o mi padre, obviamente elijo a mi padre. De la misma manera están mi hijo varón y mi nuera embarazada posiblemente de mi nieto y salvo a mi hijo. Ahora si estamos el hombre que me gusta o incluso mi marido y yo y me salvo yo misma, ya que hombres encuentras a la vuelta de la esquina además yo he sufrido muchos desamores. Sin embargo por mi hijo varón si daría mi vida pero si es entre el y mi hija sabiendo que ella puede estar embarazada la salvo a ella sin dudarlo. Ahora mis dos padres si tuviera que elegir no podría. Machismo? No creo. Muchos masculinistas se quejan de ello. Pero yo creo que es algo natural. Así como la vida del hombre es “desechable” la mujer invierte mucho más en la reproducción y es más contada.. Básicamente si un hombre muere hasta hay casos de embarazos con muertos, pero a la inversa aún con el embarazo avanzado ambos pueden morir. Y no podría amamantar. Así que por defecto salvas a la mujer(es tb el derecho del no nacido) , y además si es mama la madre vale más que el padre. Ya que debería amamantar. Además de una mujer se sabe que el hijo es suyo a diferencia del hombre. El hombre es el sexo desechable, sin embargo las mujeres tenemos muchísimas más desventajas, para empezar nacen menos mujeres que hombres aunque viven más. Tienen más responsabilidades familiares y con los hijos y sufren cosas en su cuerpo como la menstruación. Y más problemas para ser autónomas o conciliar la vida laboral y familiar.. Peor en las amistades entre el mismo sexo, más rivalidad entre nosotras y menor fuerza física, ya que ellos tienen que cuidarse ellos solos. Así mismo la mujer tiene más neotenia que los hombres. Además de estar sexualmente disponible para los hombres pues así podemos tener hijos.. Además no sólo es que te salven, es que si tomas tu la decisión decides salvarte tu sola, no a otras personas. Luchas por sobrevivir que es el instinto más básico, la propia supervivencia. En cuanto a los niños, lo que me parece mal es que se Le permitan hacer cosas de adultos, como tener vida sexual activa, lo cual no sería abuso sexual infantil. Beber o fumar. O tomar decisiones medicas. Hay cosas que por edad hay que esperar y punto(generalmente hasta los 18) El aborto en sí sí me parece paternalista, pues es ver la mujer como incapaz de cuidar un hijo sola. Prestar ayuda no se debería hacer, sino informar correctamente para que decida por si misma sobre si quiere tener hijos o no. Estoy en contra del aborto y tienen obligación de proteger la vida del feto. Pues no existe un derecho a matar pero si sobre ti propio cuerpo.

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