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Emma Watson ONU Mujeres

Peligroso pop

La abogada Lina Céspedes-Báez responde a la columna Poderoso pop de Catalina Ruiz-Navarro, sobre el discurso que la actriz Emma Watson pronunció durante el lanzamiento de la campaña HeForShe de ONU Mujeres.  

El discurso de la actriz Emma Watson en la ONU ha dado bastante de qué hablar.

Mientras unos la alaban por haberle dado un nuevo aliento al feminismo, otros la critican por domesticarlo, simplificarlo, caricaturizarlo, etc.

Debo confesar que a mí no me generó ningún interés hasta que leí la columna Poderoso pop de Catalina Ruiz-Navarro.

Ya les explico por qué. Poderoso pop es una interpretación más de lo que significa el discurso de Watson, pero es una de esas que me parece problemática por las siguientes razones:

1. Catalina Ruiz-Navarro nos da a entender que existe un solo feminismo y que ese es el feminismo del que Watson está hablando. Es decir, nos está diciendo que ser feminista es simplemente abogar por la igualdad de género.

Pues bueno, eso puede ser cierto, pero la cuestión se torna más complicada cuando uno explora qué tiene que decir el feminismo sobre cómo alcanzar ese deseado fin. Ahí es cuando el feminismo deja de ser uno solo y múltiples corrientes, teorías y acciones emergen en el panorama y de ese Feminismo con mayúscula, unificado, no queda sino el caparazón bajo el cual se libran luchas intestinas acerca de la mejor solución para la desigualdad de género.

Digo luchas intestinas porque el feminismo es una propuesta política y, por ello, es también una cuestión de poder. Cuando digo poder, me refiero a que el feminismo quiere definir agendas, traducir sus conquistas en derechos y obtener recursos para implementar sus ideas. Es en ese terreno donde es palpable, por ejemplo, que es diferente ser una feminista liberal a una feminista cultural.

A la primera le interesa borrar las diferencias entre hombres y mujeres, a la segunda le interesa todo lo contrario. A la primera el trabajo sexual le puede parecer un opción laboral más, mientras que a la segunda le parece el caso paradigmático de la subordinación de las mujeres por los hombres.

Traduzcan estas aspiraciones políticas feministas en leyes, políticas públicas y presupuestos para que se den cuenta de que el fin de lograr la igualdad de género puede ser el mismo, pero los medios pueden ser significativamente distintos. El diablo está en los detalles, en este caso, en los medios.

2. Poderoso pop también nos dice que el feminismo es bueno en sí mismo, que es una causa buena y justa y la revolución pacífica más exitosa del siglo XX.

El feminismo no es bueno ni malo per se, porque el feminismo no es una virtud sino una teoría más sobre el poder, como lo es el marxismo, solo para poner un ejemplo. En este sentido, el feminismo puede alcanzar fines loables dependiendo de los medios empleados, pero eso solo puede apreciarse a través de un análisis caso por caso de sus conquistas.

Aunque siempre es más placentero y políticamente más rentable fijarse en los aspectos positivos que trae la implementación de una idea o teoría, es importante mirarse también en el espejo de los efectos negativos, esperados, inesperados y a veces perversos.

Para la muestra un botón: tal y como lo ha dicho Nancy Fraser, las corrientes feministas radicales dominantes en el derecho internacional contemporáneo han contribuido, consciente o inconscientemente, a generar una idea de que la solución a la discriminación de las mujeres se encuentra en reforzar su identidad como víctimas y no en la redistribución de bienes económicos y culturales.

De ahí que la charla y discusión feminista común gire alrededor de violencia sexual, doméstica, acoso sexual, etc., y casi no toque seriamente y a profundidad temas como el mercado, el modelo económico, la estructura del Estado y la gobernabilidad trasnacional. Puede que el fin sea bueno, pero el medio, por lo menos yo, lo considero inadecuado.

Ahora, respecto de que el feminismo es la revolución pacífica más exitosa del siglo XX, quisiera que Catalina Ruiz-Navarro elaborara un poco más su concepto de violencia. Si estamos hablando de balas, bombas y golpes, puede que tenga la razón, pero ella y yo sabemos que la violencia es más que eso y que esta se puede ejercer de diversas formas. Hay violencia simbólica y hay violencia verbal.

Algunos textos feministas son violentos y no solo los hombres han sido objetivo de esa violencia simbólica y verbal, sino las mismas mujeres y también las homosexuales. Claro, son violentos porque procuran la redistribución del poder.

Pensemos en Andrea Dworkin o en Catharine Mackinnon. Hombres descritos como constantes predadores, mujeres heterosexuales presentadas como cómplices de la dominación masculina y homosexuales equiparados a las versiones masculinas y femeninas de esta teoría.

3. Finalmente, unas palabras sobre la estrategia de convencimiento que Catalina Ruiz-Navarro utiliza para mostrarnos por qué razón debemos ser feministas.

Según ella, cada vez que una mujer le dice que no es feminista, ella le pregunta “tres cosas: si usa o ha usado anticonceptivos, si tienen una cuenta de banco y si ha salido a votar.”

Considero que es una estrategia engañosa por lo siguiente: por supuesto, las feministas tuvieron mucho que ver en estas conquistas de derechos, pero el hecho de que yo les deba agradecimiento no me convierte inmediatamente en feminista.

Claro, creo que a muchas mujeres, desde las clases más humildes a las más altas, les gusta(ría) tener su cuenta y recibir un sueldo, pero eso no las convierte automáticamente, por ejemplo, en abanderadas del capitalismo.

Hacer uso de los derechos que están a la mano no me inscribe automáticamente en la corriente de pensamiento que promovió su reconocimiento. Muchas personas religiosas y no religiosas disfrutan del derecho a la libertad de cultos por diversas razones.

El hecho de que un agnóstico y un creyente respeten y aprecien ese derecho no es una prueba de que sostienen las mismas ideas y de que existe identidad entre sus apuestas políticas.

Como pueden ver, el discurso de Emma Watson ha sido más interesante en el nivel de sus interpretaciones que en el de su contenido. Comparto con Catalina Ruiz-Navarro el agradecimiento hacia las feministas de este siglo y de los anteriores, pero en lo que no puedo estar de acuerdo es en su versión de “poderoso pop”.

Su lectura de lo que es el feminismo no solo es plana, sino que lo convierte en una fe, en una virtud, en un lugar moral inevitable para ser buenos seres humanos. Nada más alejado de ello, se puede ser un buen ser humano siendo o no feminista.

El feminismo no es un bien en sí mismo, sino una teoría sobre el poder que debe ser evaluada constantemente a través de los medios que emplea para obtener sus resultados y de las consecuencias esperadas e inesperadas de sus apuestas. Ojo con el poderoso pop, porque en realidad puede ser un peligroso pop.

*Abogada y profesora universitaria.

2 thoughts on “Peligroso pop

  1. Considero que el feminismo no es una religión por tanto aqui no debe haber verdades absolutas e irrefutables y si concuerdo que lo poderoso tambien puede ser peligroso Emma esta iniciándose en el tema del feminismo su discurso no es perfecto yo me siento identificada con ella , y concuerdo plenamente con Catalina Ruiz-Navarro en que Emma es una voz que llega a renovar el feminismos y que llega a donde muchas no podemos llegar yo por ejemplo asumí la teoria del feminismo en mi vida pero no pude acogerme en todas las teorias existentes y para poder dinamizar mis vida feminista empece lo hice desde algo que denomine feminismo artesanal que para muchas personas es abominable, tibio y mediocre y yo no refuto nada porque considero que tienen derecho a pensar y sentir diferente a mi lo cierto es que si creo en el feminismo y trabajo desde lo que la teoria feministas diversa ha entregado a mi vida para afectar mi entorno social y hallar ciudades para mujeres libres . Ame los dos articulos porque los dos dejan claro que el feminismo es diverso, poderoso e incluso peligroso si no aprendemos a dinamizarlo en la realidad singular para afectar la colectividad , el feminismo es diverso porque las mujeres somos diversas y nuestras necesidades son diversas,gracias a las dos.

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