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¿Por qué se habla de “violencia de género” y no solamente de “violencia”?

El 25 de noviembre es el día internacional de la eliminación de todas las violencias contra las mujeres, pero ¿por qué se habla de “violencia de género” y no solamente de “violencia”?

Texto y gráficas: Lily Sweeting*

El 25 de noviembre de 1960 las hermanas Mirabal: Minerva (34 años), Patria (36 años) y María Teresa (25 años), fueron asesinadas por la policía secreta de República Dominicana por luchar por sus derechos y contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961). (Ver: Decir “no”: un privilegio de los hombres).

En 1999 la ONU estableció cada 25 de noviembre, en honor a las hermanas Mirabal, como el día internacional de la eliminación de las violencias contra las mujeres, es decir, aquellos actos de violencia física, sexual, psicológica y económica o la amenaza de dichos actos. (Ver: El reto de que la cuarentena no dispare más la violencia de género).

Sin embargo, aún algunas personas se preguntan: ¿Qué es la “violencia de género”? ¿Por qué se habla de “violencia de género” y no solamente de “violencia”? Y ¿por qué hay un día específico para profundizar en este tema? (Ver: Colombia enfrenta una emergencia de violencia machista).

Es un hecho que cualquier persona puede sufrir violencia, pero el concepto “violencia de género” o “violencia contra las mujeres” es una forma de denominar una de las violencias más comunes que enfrentan las mujeres y las personas LGBTIQ, así como la naturaleza estructural de estos actos: el machismo y las desigualdades de poder existente entre hombres y mujeres. (Ver: El género desde una perspectiva trans).

Todo esto producto de los estereotipos de género y de las expectativas sociales asociadas a hombres y mujeres de manera diferenciada, evidentes en las ideas de que las mujeres “les pertenecen” a sus parejas (“la mujer de”), de que todas las personas deben ser heterosexuales y cisgénero y en que a las mujeres se les puede acosar sin problema. (Ver: Género, estereotipos y chistes malos).

En 1993 la ONU adoptó la Declaración sobre la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres. En 1999 adoptó la Resolución 54/134, que designó oficialmente el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres.

La mayoría de violencias que sufren las mujeres las cometen sus parejas, ex, o algún integrante de sus familias. 

violencia género

Aunque los hombres sufren violencias, en la mayoría de los casos están asociadas a hurtos, riñas y conflicto armado. Las cifras ayudan a entender mejor por qué se habla de “violencia de género”: las agresiones sexuales y el acoso afectan notablemente más a las mujeres. Más del 90% de las víctimas de violación en todo el mundo son mujeres. (Ver: Ser periodista en Twitter: una investigación sobre violencia de género digital).

En 2022, la Procuraduría General de la Nación registró 47.771 casos de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar en Colombia. Es decir, 128 mujeres al día o 3 mujeres cada hora. (Ver: Feminicidio: crónica de una muerte anunciada).

Pero estas estadísticas sólo representan los casos denunciados. La mayoría, particularmente los de violencia sexual, son poco denunciados. Entre las razones para no hacerlo están el miedo a las represalias por parte del victimario, que no se les crea y el estigma que rodea los delitos de esta naturaleza. (Ver: Mónica Roa: el feminismo ayuda a tener relaciones familiares más sanas).

Ahora, factores como la edad, el estatus socioeconómico, el color de la piel, la situación migratoria, la discapacidad, la orientación sexual, la identidad de género o el hecho de vivir en zonas de conflicto, llevan a que muchas mujeres tengan un mayor riesgo de sufrir violencia de género. (Ver: ¿Qué es la interseccionalidad?).

El concepto “violencia de género” también incluye la violencia que enfrentan las personas LGBTIQ por razón de su orientación sexual, identidad o expresión de género.

Entonces, hablar de “violencia de género” o de “violencia contra las mujeres” permite tomar conciencia sobre esta situación, lo que debe traducirse en políticas claras y en esfuerzos específicos para abordar esta problemática de manera estructural. (Ver: Gloria Careaga: el feminismo transformó mi vida).

Es decir, exigirles a los gobiernos, a la sociedad civil, a las organizaciones sociales, a las instituciones educativas, a las familias, al sector privado y a los medios de comunicación que unan fuerzas para enfrentar esta pandemia. (Ver: La media naranja y otras trampas del “amor verdadero”).

A esto se suma que la violencia de género adopta muchas formas que van más allá de lo que tradicionalmente se piensa, como el abuso físico, la agresión y la explotación sexual y el matrimonio infantil. También incluye el maltrato psicológico, financiero, verbal y la privación de libertad, situaciones que a menudo dejan a las mujeres dependiendo de sus abusadores. Asimismo, las escenas de celos, los intentos por controlar la ropa o la imagen y la revisión del celular (porque ella “es mi mujer”), son violencia de género. (Ver: Los retos de apostarles a otras masculinidades).

América Latina y el Caribe son las regiones del mundo con mayores índices de esta violencia. De los 25 países con las tasas más elevadas de feminicidio -el asesinato de una mujer por identificarse como mujer- 14 se encuentran en América Latina y el Caribe. Los países con las tasas más altas de la región en 2021 fueron Honduras, República Dominicana y El Salvador. 

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Muchas veces los abusos emocionales y psicológicos provocan depresión y ansiedad.

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En algunos países, la discriminación promueve la desigualdad educativa para las mujeres, restringe sus derechos a tener sus propias cuentas bancarias, a solicitar el divorcio o a viajar solas, entre otros.

También son las regiones más peligrosas del mundo para las personas trans: 68% de los asesinatos de personas trans registrados en 2022 ocurrieron en América Latina y el Caribe. En 2022, 96 personas trans fueron asesinadas en Brasil, 56 en México y 28 en Colombia. (Ver: Cristina Rodríguez: mujer orgullosamente trans).

Hay muchas formas de prevenir la violencia de género. Un primer paso es informarse al respecto y compartir recursos sobre el tema con amigos y familiares, así como denunciar los casos que se conozcan. También es importante adoptar una postura abierta y pública contra esta violencia. 

Asimismo, es fundamental apoyar a las personas supervivientes de violencia de género escuchando sus historias, sin juzgarlas, poniéndose en sus zapatos y compartiendo recursos y servicios donde puedan obtener ayuda, como líneas telefónicas o grupos de apoyo. El objetivo es ponerle fin a uno de los más grandes problemas de derechos humanos en el mundo. 

*Estudiante de periodismo en American University, Washington D.C, practicante en Sentiido.

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