Premios Sentiido a los Oscar 2014

Ella (Her)

Por: Juliana Martínez

Director: Spike Jonze
Idioma original: Inglés
País: Estados Unidos
Duración: 126 minutos
Protagonistas: Joaquin Phoenix , Scarlett Johansson, Amy Adams
Calificación:

Ella cuenta la insólita historia de amor entre Theodore Twombly (Joaquin Phoenix) —un hombre solitario pero romántico cuyo trabajo consiste en escribir cartas de amor aunque su propia vida sentimental sea un desastre— y “Samantha”, el nombre que recibe la voz de un novedoso sistema operativo súper inteligente (Scarlet Johnasson).

Twombly se ha divorciado hace más de un año pero aún es incapaz de aceptar el fracaso de su relación y su responsabilidad en éste. La voz de su computadora se presenta entonces como la pareja ideal: ejecuta a la perfección todas las tareas que le pide, obedece todas sus órdenes, es seductora, juguetona y se encuentra enteramente dedicada a satisfacer las necesidades de su “amo” de la manera más eficiente posible.

La película —supongo— intenta ser un comentario sobre la desconexión entre los seres humanos en un mundo dominado por la tecnología, y entrar en honduras filosóficas explorando preguntas como ¿qué es el amor?, ¿dónde está la línea entre lo humano y lo que no lo es? y, por supuesto, ¿qué es lo “real”? Sin embargo, estas complejidades son resueltas narrativamente de manera simplista y hasta incoherente. Cinco minutos antes de que se acabe la película, Samantha, y todos los demás sistemas operativos súper inteligentes del mundo, se marchan a un lugar no identificado a hacer no se sabe qué ni tampoco muy bien por qué razón, dejando a los humanos solos con su miseria.

El final tendría su gracia. El hecho de que hasta la computadora abandone a un hombre obsesionado con la producción de historias que idealizan el amor, habría podido ser merecedor de muchos Sentiidos. Pero la película no muestra ni un ápice de ironía y se supone que el espectador se debe identificar con el corazón eternamente roto del héroe.

Al dirigir nuestra simpatía a la situación de Twombly e invitarnos a ser seducidos por la voz de Scarlet Johansson, la película nos hace añorar la mujer ideal perdida que es, básica y literalmente, una secretaria virtual. La historia de amor ideal, aquella que rompe el corazón del “héroe” y de los espectadores, es una en la que la mujer está constantemente al servicio del hombre, siempre riéndose, siempre dispuesta.

Una historia donde a pesar de que es ella la que tiene una inteligencia infinitamente superior, es él quien asume la posición de “enseñarle” el mundo, él es quien la guía por un erotismo donde el cuerpo femenino ha sido literalmente borrado de la escena.

Este gesto no está libre de una considerable violencia simbólica. Históricamente el placer femenino ha sido ignorado y las mujeres han sido tildadas de frígidas ante la falta de interés o capacidad de sus parejas sexuales por tomarse el tiempo de conocer su cuerpo e indagar sobre su deseo.

Ella elimina este problema al hacer que el cuerpo femenino desaparezca. Con esto se equipara el orgasmo con el orgasmo masculino, y se deja de lado el tema del placer femenino. Los gemidos cibernéticos de la Johnasson reafirman la masculinidad de Twombly —y quizás de millones de espectadores— hechizados ante la ficción de una sexualidad y un amor que no necesitan el cuerpo o la autonomía del otro.

Más aún, las pocas mujeres de carne y hueso que aparecen en la película y que están de alguna manera romántica o eróticamente involucradas con el protagonista, representan caricaturas temidas por los hombres: la depravada sexual que quiere que la “ahoguen con un gato muerto” mientras tiene sexo telefónico; la chica súper inteligente y guapa que está desesperada por casarse; y la exesposa exitosa que no obstante está medicada pues es incapaz de controlar sus emociones.

La película nos lleva entonces a tener simpatía por el único personaje femenino que no es una “mujer”, mientras ridiculiza a la gran mayoría de mujeres “reales” en la vida del protagonista.

Por favorecer una noción ideal del amor en el que los intereses, las emociones y la sexualidad del hombre son los únicos que importan, y mirar con nostalgia de paraíso perdido la posibilidad de que una “súper mujer” esté completamente dedicada a satisfacerlos, Ella recibe un solo Sentiido.