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¿Qué es “mansplaining”?

Muy seguramente en alguna conversación casual o en redes sociales te has topado con el término “mansplaining”. Y, si eres mujer, es muy probable que lo hayas vivido.

Por Lily Sweeting*
Ilustración: @sebassantafe para Sentiido.

El término “mansplaining” es una combinación de las palabras “man” (hombre) y “explaining” (explicar). Se utiliza para describir situaciones en las que un hombre da una explicación de algo, de una manera condescendiente, paternalista, simplificada y a veces hasta con errores, a alguien -comúnmente a una mujer-  sin tener en cuenta -o sin importarle- que ella sabe más del tema que él o que no ha pedido explicación alguna. (Ver: ¿Qué es gaslighting?).

Es un comportamiento que se caracteriza por el desdén de quien pretende explicar hacia quien escucha, al asumir que una mujer tiene una capacidad de comprensión menor que la de un hombre, que necesita de su explicación para entender un tema o que debe ahondar en lo que ella le está diciendo a una audiencia para que el resto de personas puede entender mejor. (Ver: ¿Por qué se habla de “violencia de género” y no solamente de “violencia”?).

El “mansplaining” también incluye cuando un hombre acapara la conversación para intentar demostrar que sabe más o que lo que tiene por decir es más interesante que lo que una mujer pueda expresar. 

Como muchos otros conceptos que denuncian comportamientos problemáticos, el uso de la palabra “mansplaining” despierta confusión y reacciones negativas. Por esto, es importante entender que no cualquier situación en la que un hombre le explique algo a una mujer es automáticamente “mansplaining”. Para ser calificado de esta manera depende de las circunstancias y de la forma en que se haga dicha acción. (Ver: Es feminismo: no humanismo ni “igualismo”).

Por estereotipos muy arraigados, en el mansplaining se asume que una mujer tiene una capacidad de comprensión menor que la de un hombre o que necesita de su explicación para entender un tema.

Por ejemplo, si una mujer está trabajando en un proyecto y no está familiarizada con un concepto o tema, puede preguntarle a cualquier colega que conozca al respecto. ¡Y si la explicación que recibe viene de un hombre, no se trata, necesariamente, de mansplaining! (Ver: Hombres ¿feministas?).

Pero supongamos que una mujer y otra compañera de trabajo están discutiendo sobre un proyecto en el que ellas han estado investigando durante los últimos años. Y de repente un compañero de trabajo pasa por allí, escucha la discusión y decide intervenir para explicarles el tema. Este es un caso clásico de mansplaining

¿Por qué es problemático?

Muchas personas -sobre todo hombres- suelen tener dificultades para identificar el mansplaining o entender por qué es tan problemático. Es probable que esto se deba a que, en la mayoría de los casos, los responsables del mansplaining no ven nada de malo en su comportamiento e incluso piensan que están siendo amables y útiles al dar una explicación. Por tanto, con frecuencia se ven sorprendidos cuando se les señala de mansplaining y hasta se ponen a la defensiva. 

La razón de que el mansplaining sea tan problemático es que viene de estereotipos de género profundamente arraigados que perpetúan la idea de que los hombres son más competentes y tienen más conocimientos que las mujeres. (Ver: “Desde que las niñas son rosadas y los niños azules, estamos jodidos”).

El mansplaining no suele ser un intento deliberado de los hombres de silenciar o menospreciar a las mujeres, sino una manifestación más sutil de los prejuicios y las prácticas machistas que han hecho que las voces, opiniones y conocimientos de las mujeres sean consideradas menos valiosas que las de los hombres. (Ver: Es feminismo: no humanismo ni “igualismo”).

Y aunque a algunos hombres les pueda parecer un “tema menor” o un “error inocente”, las investigaciones demuestran que es mucho menos probable que, en una conversación, ellas hablen más alto, interrumpan o corrijan a alguien, especialmente a un hombre, y es mucho más probable que se las considere groseras o arrogantes por el hecho de hacerlo. 

El mansplaining parte de estereotipos de género arraigados que perpetúan la idea de que los hombres son más competentes y tienen más conocimientos que las mujeres.

Así muchas veces detrás del mansplaining haya “buenas intenciones”, esto no es excusa para hacerlo.

¿Cómo evitar el mansplaining?

¿Qué podemos hacer al respecto? En primer lugar, aunque pueda dar lugar a una interacción incómoda, es importante evidenciar el mansplaining. Puede ser tan sencillo como decir: “no he terminado de hablar” o “me encantaría escuchar lo que piensas cuando yo termine“.

Aunque es importante señalar que las mujeres que viven mansplaining no tienen ninguna obligación de responder amablemente ni de anteponer los sentimientos del “mansplainer” a su derecho a expresarse libremente. 

Además, es clave que todas las personas -pero sobre todo los hombres- evaluemos nuestro comportamiento y trabajemos para evitar el mansplaining. Así muchas veces este comportamiento tenga “buenas intenciones”, esto no es excusa para hacerlo.  

Para quienes tengan dudas sobre cuándo hay mansplaining, esta tabla es de gran ayuda:

*Periodista de American University, Washington D.C, practicante en Sentiido.

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