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Qué hacer con las emisoras juveniles

La invitación de un programa radial a que sus oyentes reportaran a las personas como “mariquitas”, puso una vez más a las emisoras juveniles en el ojo del huracán.

El pasado 10 de septiembre a las 6 de la tarde, el tema que ocupaba las redes sociales era la polémica invitación que desde hacía algún tiempo venía promoviendo el espacio radial “La cama” de la emisora Los 40 Principales. Consistía en que los oyentes “reportaran” a las personas que consideraran “mariquitas”.

Así, se escucharon llamadas de quienes “denunciaban” a un compañero de trabajo porque le gustaba cocinar y de otros que hablaban de un vecino que se depilaba las cejas.

Después de las críticas por homofobia que el programa recibió, Héctor Contreras, director de la emisora, escribió en su cuenta de Twitter: “No fomentamos la discriminación. Lamentamos lo que pasó con el hashtag #aymarikita. Nos comprometemos a que no suceda de nuevo. #LoSentimos”.

Sin embargo, buena parte de la población LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales) y de otros sectores que rechazaron el episodio, consideraron que las excusas en las redes sociales y al aire, no fueron suficientes: optaron por organizar un plantón en la sede de Caracol Radio que tuvo lugar el pasado viernes 14 de septiembre.

Segundos después de que el oyente “echaba al agua” a su reportado, los locutores del programa decían en coro: “ayyy mariquita”.

Vuelve y juega

Lo sucedido con Los 40 Principales puso una vez más sobre el tapete las inconformidades que existen con algunas emisoras juveniles y otras enfocadas en entretenimiento.

La historia se remonta a julio de 2004 cuando el Consejo de Estado falló a favor de la Fundación “Un sueño por Colombia”. Se trataba de una acción popular que dicha entidad instauró contra el programa “El mañanero” de la emisora La Mega (de RCN Radio) argumentando que “envenenaba y corrompía a la juventud con la más variada gama de vulgaridades y patanería”.

La sentencia le ordenaba al Ministerio de Comunicaciones iniciar una investigación para determinar si se debía restringir el formato utilizado por el programa radial e imponer las funciones de inspección, control y vigilancia.

Posteriormente, y por una acción de tutela que RCN Radio interpuso señalando que revisar sus contenidos violaba la libertad de expresión, la Corte Constitucional decidió a su favor. La conclusión fue que las responsabilidades de la libertad de expresión son posteriores y no puede haber censura previa.

“Así que se tomaron los correctivos necesarios, se creó un manual de ética y desde entonces no hemos sido requeridos”, explica Blanca Luz Holguín, gerente de eventos y servicios de RCN Radio y gerente de talento musical de RCN TV.

En junio de 2011, la emisora que estuvo en el ojo del huracán fue La Cariñosa, también de RCN. ¿El motivo? Publicó en su página web una noticia titulada: “Loquitas ‘protestarón’ (con tilde incluida) por falta de reconocimiento en adjudicación de pensión”.

El texto hacía alusión a que Arturo Sanjuán, compañero del fallecido edil de Chapinero Juan Sebastián Romero, había protestado con un grupo de personas en la sede de La Previsora porque la aseguradora se negaba a pagarle un seguro de vida por el hecho de ser una pareja homosexual.

No solamente las juveniles

Una de las emisoras que de manera reciente también ha sido cuestionada es Tropicana Estéreo de Bucaramanga por su programa Tropishow. Algunas personas aseguran que aborda temas sexuales desconociendo la edad de los oyentes y, como su programación incluye reggaetón, es escuchada por niños y adolescentes.

Otras emisoras, no necesariamente juveniles, también han sido señaladas por tener como principales estrategias de rating los chistes de doble sentido, los comentarios vulgares y encasillar a los homosexuales en estereotipos como el chismoso o el superficial.

Ahora el turno fue para Los 40 Principales de Caracol Radio. Según Juan Carlos Prieto, cabeza de la Dirección de Diversidad Sexual de la Secretaría de Planeación de Bogotá, puede que los locutores se hayan inventado la sección de “ay mariquita” sin mala intención, pero en la práctica eso es discriminación.

Esta opinión la comparte Carolina Piñeros, directora ejecutiva de la organización Red PaPaz: “habría que preguntarse por qué ser mariquita es algo malo. Si la idea era denunciarlos al aire, eso de base tenía una connotación negativa”.

El abogado y activista Mauricio Albarracín va más allá y asegura que Los 40 Principales no solamente pusieron en riesgo la vida de personas LGBTI sino que promovieron estereotipos sobre los roles de hombres y mujeres y eso constituye una amenaza para quienes no encajan allí: “incitaba a que las personas fueran sacadas del clóset sin quererlo”.

Algunas cadenas radiales también manifestaron su desacuerdo. Blanca Luz Holguín, de RCN Radio, expresó que secciones como las de “ay mariquita” son el camino más rápido para conseguir sintonía pero también para acabar con el respeto y la dignidad humana. “No comparto esa forma de competir”, enfatiza.

cómo afectan emisoras juveniles como La Mega a adolescentes y niños
Tomar como motivo de chiste la orientación sexual o la identidad de género de las personas las puede llevar ser víctima de bullying o matoneo.

¿Por la vía penal?

Por este motivo, organizaciones LGBTI anunciaron demandas penales contra Los 40 Principales. El abogado Germán Humberto Rincón Perfetti sostiene que “la libertad de expresión no es un derecho absoluto.

En Colombia, los medios de comunicación deben tener en cuenta la Constitución, los derechos humanos y la legislación.

Entre ellas, la Ley 1482 de 2011, que tiene por objeto garantizar la protección de los derechos de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, que son vulnerados a través de actos de racismo o discriminación”.

Por su parte, Alba Luz Pinilla, representante a la cámara por el Polo Democrático Alternativo y autora de un proyecto de matrimonio civil para las parejas del mismo sexo, le solicitó a Eduardo Montealegre, Fiscal General de la Nación, que abriera una investigación penal del caso.

Sin embargo, Albarracín asegura que la vía penal no es la manera más efectiva de hacerle frente a los abusos de la libertad de expresión y de información: “el derecho penal no soluciona el problema. Estas situaciones deben enfrentarse con debates y argumentos para que la gente entienda por qué se están violando derechos”.

La entidad responsable de regular la radio es el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Sin embargo, la libertad de expresión es una de sus restricciones a la hora de operar en estos casos.

Este Ministerio, agrega Andrés Barrios, director de la emisora virtual de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y coordinador del programa de tecnología en producción radial de esta institución, ha sido complaciente con las cadenas radiales y son estas quienes se autorregulan, “así, las directivas de Caracol podrán decir que tienen el programa de Caracol Social donde le ponen freno a los abusos a la libertad de expresión pero hechos como este demuestra que no es así”.

“El control más efectivo es la presión social”, Carolina Piñeros.

El poder de Twitter

Fue por las presiones ejercidas a través de las redes sociales que la emisora eliminó la sección “ay mariquita” y que sus directivas pidieron disculpas públicamente. Para Karen Vinasco, vicepresidenta de la organización Radiópolis a la que pertenecen las emisoras Vibra y Candela, es tal el poder de las redes sociales que si una persona no quiere que algo se conozca, simplemente no debe hacerlo, pues de lo contrario, los usuarios de Twitter o Facebook, entre otras, se encargarán de difundirlo.

Para Gustavo Gómez, periodista de Caracol Radio, la solución a las posibles extralimitaciones radiales no es erradicar estereotipos como los del gay chismoso: “la salida está en usar la cabeza y el buen juicio. La radio juvenil tiene que entender que el mundo cambió y que una cosa es el humor y otra muy distinta y delicada, señalar y mortificar a las minorías”.

Lo que ocurrió con Los 40 Principales fue el detonante de un problema que se viene formando en la radio juvenil colombiana. “Puede haber irreverencia y tratar de llegarle a los jóvenes en su idioma, pero no olvidar que es un medio de comunicación con una responsabilidad social (manejan un bien público) y que existe un estatuto de radiodifusión al que deben ceñirse”, agrega Barrios.

Para Vanessa Arroyabe, directora de “En TIC Confío”, estrategia del Ministerio de las TIC para promover su uso responsable, es importante que las directivas de Los 40 principales identifiquen la línea que separa un chiste con el irrespeto y la violación de derechos.

Si desde el estado y lo legal es poco lo que se puede hacer, los expertos coinciden en apostarle a una sociedad más participativa. “Uno de los lineamientos a seguir es educar a las nuevas generaciones con un pensamiento más crítico”, propone Piñeros.

La universidad de la vida

Uno de los cuestionamientos que salió a relucir con este episodio es qué tan preparados están los locutores y conductores de estos espacios radiales. Según Barrios, quienes están al frente de los micrófonos son, en su mayoría, gente que carece de la preparación requerida para ese trabajo.

“No tienen que ser necesariamente egresados de una facultad de comunicación, pero sí saber que existen límites y reglas de comportamiento y que su labor genera contenidos que le dicen a la gente cómo comportarse”.

De ahí la importancia, completa Álvaro González, coordinador de programación de la emisora Radiónica, de que las directivas de las cadenas radiales aboguen por la formación de quienes allí trabajan, pues “no se puede olvidar que son personas que llegan con prejuicios y con una visión de mundo que es que la transmiten”.

Según Barrios, la radio de la década de los ochentas que fue cuando empezó este fenómeno de las emisoras juveniles, traían propuestas musicales con información, buenas voces, contenidos, producción y humor sano.

Después de su éxito en los 90, empezaron a caer en la tendencia de apostarle a la chabacanería y a la mediocridad. Barrios asegura que “sus locutores se creen lo máximo porque pueden decirlo todo sin control. Y como eso genera sintonía y ganancias, las emisoras son complacientes con ellos”.

Esta misma opinión la comparte la directora de Red PaPaz, quien asegura que las emisoras deben contar con personas capacitadas para revisar si un contenido es o no conveniente, pues “si realmente esto del ‘ay mariquita’ lo hubieran discutido bien, se habría caído antes de salir”.

cómo afectan emisoras juveniles como La Mega a adolescentes y niños

El problema de fondo para muchos es que estos programas cuentan con el respaldo y la aceptación del público.

Según González, los oyentes se indignan y protestan pero olvidan rápido y vuelven a consumirlos: “acá no solamente es responsable la persona que lanzó al aire lo del ‘ay mariquita’ sino todos los que llamaron y participaron”.

Sin embargo, lo que puede estar detrás de esto es el hecho de que la radio está perdiendo audiencia, especialmente entre los jóvenes. Se ha convertido en un elemento más de su entorno mediático, pero cada vez acuden más a los reproductores de música.

La creatividad enfocada en construir exige más, pero puede dar mejores resultados. Los expertos coinciden en que las emisoras, además de entretener, deben ser alternativas para aportarle a la vida de sus oyentes. “El día en que los locutores digan que les encantaría que sus hijos, sobrinos o hermanos escucharan los programas en los que trabajan, lo estarán haciendo bien”, concluye Carolina Piñeros.

La tendencia mundial apunta a que los medios avancen de una manera seria y responsable en la autorregulación y Colombia no puede ser la excepción. Las cadenas radiales deben saber que tienen en juego su bien más preciado: la credibilidad.

5 thoughts on “Qué hacer con las emisoras juveniles

  1. Hola, buenas noches.

    Estupendo artículo. Lo vamos a reproducir en la próxima edición de la Revista LGBT (si hay inconveniente para ello, por favor nos avisan a: editorialcreativa@gmail.com). Nuestro cierre de edición es el 22 de septiembre.

    Como representante de los medios comunitarios y alternativos impresos en la Mesa Distrital de Comunicaciones, también lo reenviaré a los 120 medios que represento para que quienes lo deseen lo reproduzcan… Realmente vale la pena porque de nuevo se pone sobre el tapete el tema de la libertad de prensa vs el respeto por la dignidad humana.

    Un cordial saludo,

    ROBERTO QUIROGA B.
    314 216 66 61
    Director Revista LGBT

    Nota: Si lo desean, por favor me envían al correo: editorialcreativa@gmail.com su dirección para hacerles llegar unos ejemplares de la revista con su artículo o yo les aviso cuándo la pueden recoger en el Centro Comunitario de Chapinero.

    GRACIAS.

  2. Dejen de joder tanto, no soy homofobico pero cosas como estas es lo que hace que el resto de la sociedad les coja fastidio. Dejen de creer que todo el mundo los persigue, uds tienen derecho a tener su orientacion y todo lo que quieran, pero aprendan a tener sentido del HUMOR y dejen de ser tan resentidos y desocupados. O que ¿Cuando Uds Dan esos espectaculos o demostraciones de amor delante de todo el mundo, (Hasta los Niños), entonces en ese caso ahi si no hay problema y todo lo que uds hacen es Bueno. Dejen de ser FASTIDIOSOS y sean reservados con sus cosas.

    1. Me referiré a lo de las demostraciones de cariño, espero que ud se refiera también a las demostraciones grotescas entre parejas heterosexuales, soy homosexual pero discrepo de muchas cosas del “gay pride”, sin embargo pienso que su opinión es sesgada y cargada de doble moral. ¿Qué acaso las demostraciones vulgares en plena calle entre hombre y mujer no son igual de escandalozas que las que se dan entre parejas del mismo sexo?

  3. No sé, me parece que el artículo describe la situación a la perfección, sin embargo creo que como usuarios (y consumidores) de radio también somos culpables, más allá de la descripción debemos saber que (como en todo) hay buenos contenidos, solamente hay que buscarlos. Esto solo puede pasar en emisoras como las que aquí mencionaron, además recuerden que este tipo de espacios radiales mediocres y de mal gusto permanecen al aire es por mediciones de rating y demás cosas omitiendo la calidad de los contenidos en cuestión. Así que los invito a que cambien su dial, dejen a un lado esa basura de 40 principales, La mega, Tropicana, Candela, La cariñosa y compañía. Es como limitarnos a decir que la TV es mala cuando solo vemos RCN y/o Caracol.

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