Las feministas que no reconocen las identidades de género trans y que rechazan la participación de mujeres trans en espacios feministas, son llamadas TERF, pero ¿de dónde viene y qué significa este concepto? Primera parte.
Por Lily Sweeting*
Ilustración Sindy Elefante
Fotos Erick Morales para Sentiido.
El acrónimo “TERF” significa en inglés “Trans-Exclusionary Radical Feminist” (feminista radical trans-excluyente) y, en pocas palabras, se refiere a las feministas que sostienen que las mujeres trans no son mujeres “reales” y rechazan la idea de que las personas trans (particularmente las mujeres trans) y no binarias sean incluidas en los espacios feministas o de mujeres. (Ver: Transfeminismos latinoamericanos: sororidad, resistencia y cambio social).
Aunque el término ha cobrado fuerza en los últimos años, fue acuñado originalmente en 2008 por la activista y escritora Viv Smythe, en respuesta a lo que ella consideraba una tendencia creciente de retórica “anti-trans” en los medios de comunicación británicos. (Ver: Qué es el transfeminismo en América latina).
Sin embargo, la práctica de excluir a las mujeres trans de los movimientos feministas existe desde hace décadas y tiene su origen en el auge del feminismo radical en Estados Unidos en la década de 1970. (Ver: Feminismo: de dónde viene y para dónde va).
Pese a que el término proviene de una sigla descriptiva, no de un insulto, muchas feministas trans excluyentes lo consideran de esta manera e incluso afirman que se trata de un “discurso de odio”. (Ver: Catalina Botero: las críticas se responden con argumentos, no con censura).
Sin embargo, decir que el término TERF es un “discurso de odio” implica una manipulación del término, más cercana a las falsas acusaciones de “discriminación invertida” que a la realidad. (Ver: ¿Cómo responder a los insultos en redes contra las personas LGBTI?).
El acrónimo “TERF” significa en inglés “Trans-Exclusionary Radical Feminist” (feminista radical trans-excluyente).
Atacar los derechos de las personas constituye un discurso de odio, mientras que nombrar dichos ataques implica reconocer esta violación de derechos y repararla.
Según la ONU, un discurso de odio es “cualquier tipo de comunicación oral o escrita —o también un comportamiento— que ataca o utiliza un lenguaje peyorativo o discriminatorio hacia una persona o un grupo en función de lo que son. En otras palabras, basándose en su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otras formas de identidad”. (Ver: El feminismo busca incluir, no excluir).
Excluir y promover la discriminación contra las personas trans no es una característica innata de una persona mientras que la identidad de género sí lo es. Es decir, atacar los derechos y la vida de las personas con su discurso y acciones sería lo que constituye un discurso de odio, mientras que nombrar dichos ataques implicaría reconocer esta violación de derechos y repararla. (Ver: Miluska Luzquiños, transfeminismos por los caminos del Perú).
En este contexto, muchas feministas trans excluyentes prefieren términos como “feministas críticas de género” o “feministas esencialistas”. (Ver: La fuerza de Lola Dejavu).
Este último puede ser particularmente útil porque señala que lo que une a estas feministas es una creencia (muy poco feminista) basada en la genitalidad como marca innata e inmodificable de la identidad, las experiencias y el papel social de una persona. (Ver: “Nuestra revolución será envejecer con dignidad, respeto y amor”).
Dada la connotación negativa asociada al término “TERF”, es raro que alguien se identifique abiertamente con esta etiqueta, de ahí la preferencia por términos más “benignos” como los antes mencionados.
Es importante señalar, sin embargo, que, aunque las TERF prefieran que se las llame “feministas críticas de género” o “feministas esencialistas”, estos términos sirven para distanciar a las TERF de la naturaleza dañina de sus creencias y suavizar la imagen pública de sus ideas y acciones. (Ver: Transitar en la escuela primaria).
Dado el carácter excluyente y marginador del TERFismo, el acrónimo TERF, especialmente las dos primeras letras, son muy importantes a la hora de hablar de estas feministas porque nombran con precisión lo que une al grupo: excluir a las personas trans de su movimiento.
Aunque las TERF prefieran que se las llame “feministas críticas de género” o “feministas esencialistas”, estos conceptos suavizan la imagen pública de sus ideas y acciones.
Las TERF afirman que cualquiera que nazca con pene siempre ocupará una posición de privilegio y que las mujeres trans siempre serán “hombres” y, por tanto, las opresoras.
¿Qué dicen las TERF?
Los argumentos más utilizados por las TERF para defender su transfobia vienen de algunas facetas centrales del feminismo radical que postula que cualquier persona a la que se le haya asignado el sexo femenino al nacer está intrínsecamente oprimida por el patriarcado, y que cualquier persona a la que se le haya asignado el sexo masculino al nacer es intrínsecamente su opresor.
Basándose en esta lógica, las TERF afirman que cualquiera que nazca con pene siempre ocupará una posición de privilegio y supondrá una amenaza para cualquiera que nazca con vulva, y que, a pesar de su identidad de género, las mujeres trans siempre serán “hombres” y, por tanto, las opresoras.
Esta interpretación no sólo ignora las diferencias entre “sexo asignado al nacer” e “identidad de género”, sino que también niega la interseccionalidad de la identidad, lo que determina los distintos niveles de privilegio y opresión que se conceden a las personas y que influyen en su posición dentro de la sociedad. (Ver: ¿Qué es la interseccionalidad?).
Es decir, desconoce la diversidad dentro de la categoría “mujeres”, ignorando las diferencias que existen entre mujeres blancas, racializadas, rurales, profesionales, con o sin discapacidad, migrantes, y, también, trans y cisgénero, es decir, que no son trans. (Ver: Un feminismo sin mujeres trans, no es feminismo).
Así, una perspectiva interseccional del feminismo permite reconocer y tener en cuenta, en igualdad de condiciones, las distintas experiencias, epistemologías, estrategias, historias de resistencia y activismo, necesidades y retos de las mujeres en toda su diversidad, no solo de las más privilegiadas dentro del grupo (mujeres heterosexuales, blancas, profesionales, etc.) a las que usualmente pertenecen las TERF. (Ver: Cisgénero es una característica, no un insulto).
Una perspectiva interseccional del feminismo permite reconocer las distintas experiencias de las mujeres en toda su diversidad.
Una táctica común que utilizan las TERF para promover sus creencias es infundir miedo sobre las mujeres trans y la supuesta “amenaza” que suponen para las mujeres y niñas cisgénero.
Las mujeres trans son víctimas no victimarias
Una táctica común que utilizan las TERF para promover sus creencias es infundir miedo sobre las mujeres trans y la supuesta “amenaza” que suponen para las mujeres y niñas cisgénero.
Las TERF afirman que permitir la entrada de mujeres trans a espacios diseñados para mujeres, como baños, vestuarios y centros de acogida de mujeres víctimas de violencia de género, aumenta el riesgo de violencia o agresión sexual contra mujeres y niñas cisgénero simplemente por la presencia de alguien a quien no se le asignó sexo femenino al nacer. (Ver: Baños mixtos: una apuesta por la inclusión).
Las TERF argumentan que si se les da a las mujeres trans igualdad de acceso a estos espacios, será más habitual que los hombres heterosexuales cisgénero se disfracen de mujeres, digan que son trans y cometan actos de violencia física o sexual contra las mujeres cisgénero.
En primer lugar, este argumento carece de sustento porque las estadísticas son claras al mostrar que son las mujeres trans quienes son agredidas en los espacios exclusivos de mujeres. Así, no es cierto que las mujeres trans amenacen a las mujeres cisgénero en dichos lugares.
Además, las estadísticas también muestran de manera contundente que quienes agreden (sexual o físicamente) a las mujeres cisgénero en espacios exclusivos de mujeres son hombres heterosexuales cisgénero que en ningún caso se “hacen pasar por mujeres trans” para ingresar, sino que simplemente lo hacen irrespetando dicha separación de género.
Finalmente, este argumento castiga y discrimina a las mujeres trans, un grupo ya marginado, basándose en las supuestas acciones futuras de miembros de otro grupo.
Un escenario en el que un hombre cisgénero se disfraza de mujer para entrar en un baño de mujeres, no tiene nada que ver con las mujeres trans y no es una razón justa para excluirlas del acceso a derechos humanos básicos.
Una de las formas en que muchas mujeres han llegado a abrazar la ideología TERF es a través de una experiencia pasada de agresión o abuso sexual.
Aunque es muy importante reconocer, apoyar y sentir empatía por las mujeres que han sufrido abusos sexuales, es igualmente importante reconocer que estas experiencias no justifican la discriminación contra las mujeres trans. Esto es aún más importante si se tiene en cuenta que en estos casos, el agresor es un hombre heterosexual cisgénero, y no una mujer trans. (Ver: El feminismo busca incluir, no excluir).
Las estadísticas evidencian que quienes agreden (sexual o físicamente) a las mujeres cisgénero en espacios exclusivos de mujeres son hombres heterosexuales cisgénero.
Las personas trans representan menos del 0,5% de la población. Tienen, por tanto, una presencia limitada en cualquier espacio y no corren el riesgo de “sustituir” a nadie.
El borrado de mujeres no existe
Otra idea falsa promovida por las TERF es que al reconocer a las mujeres trans como mujeres, se están borrando las experiencias de las mujeres cisgénero y los logros del feminismo. (Ver: “Mi cuerpo es un tanque de guerra pintado de rosa”).
Las TERF creen que permitir que las mujeres trans compartan los logros del feminismo y reivindiquen la difícil situación del sexismo contra la que las mujeres cisgénero han tenido que luchar, no sólo ignoraría la discriminación continua a la que se enfrentan, sino que llevaría a que las mujeres trans “sustituyeran” a las mujeres cisgénero en sus logros y en los espacios a los que han luchado por acceder, como equipos deportivos o puestos de poder político. (Ver: Las “casas trans”, un hogar más allá de las calles).
Afirmar que las mujeres trans son en realidad “hombres” que van a “borrar” a las mujeres cisgénero y a “sustituirlas” en sus logros niega la identidad de género de las mujeres trans y la discriminación que han enfrentado. (Ver: Los súper poderes del feminismo transincluyente),
Además, ignora el hecho de que las personas trans representan menos del 0,5% de la población mundial y, por tanto, ya tienen una presencia extremadamente limitada en cualquier espacio, y no corren el riesgo de “sustituir” a nadie. (Ver: La Mocha: un bachillerato popular travesti-trans).
Parte de lo que hace que las falsas ideas utilizadas por las TERF sean tan eficaces es que infunden miedo entre las mujeres y niñas cisgénero sobre su seguridad y el futuro reconocimiento de sus derechos y logros. (Ver: Todo el mundo llega al aula con algo que aportar).
Las TERF afirman que un mundo en el que las mujeres trans sean reconocidas como mujeres es un mundo en el que las mujeres cisgénero serán más victimizadas, marginadas y excluidas dentro de una sociedad machista que seguirá valorando más a los “hombres” que a las mujeres.
Es decir, utilizando la rabia que sienten hacia el patriarcado, las TERF han creado en las mujeres trans un nuevo enemigo sobre el que proyectar ese miedo y esa rabia y fabricar un pánico infundado basado en una amenaza inexistente.
Por ejemplo, en 2022, la Universidad Nacional Autónoma de México celebró un evento titulado “Aclaraciones necesarias sobre las categorías de sexo y género“, en el que las participantes del evento, autoproclamadas “feministas”, utilizaron su plataforma para negar la existencia de las personas trans, no binarias e intersexuales y afirmaron que estaban “borrando” a las mujeres cisgénero. (Ver: “Me liberé del género”).
El grupo argumentó que un movimiento que pretende incluir a las mujeres trans como mujeres en función de su identidad de género amenaza con eliminar las protecciones jurídicas de las mujeres cisgénero.
Al afirmar que las mujeres trans son en realidad hombres y, por tanto, miembros de un grupo privilegiado que supone una amenaza para las mujeres cisgénero, las TERF ignoran los índices de violencia y discriminación a los que se enfrentan las personas trans en la sociedad y pretenden despojarlas de las pocas protecciones que tienen. (Ver: El sexo no es tan binario ni tan evidente como se cree).
*Estudiante de periodismo en American University, Washington D.C, practicante en Sentiido.
Basándose en la rabia que muchas mujeres sienten hacia el patriarcado, las TERF han creado en las mujeres trans un nuevo enemigo sobre el que proyectar esa rabia.
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Muy bueno. Me ilustro y aprendí mucho,ya que desconocía ese significado. Los felicito por estos artículos que nos enseñan y de esa forma podemos tratar y reconocer a otras y otros. Gracias.
Buenas tardes, soy hombre travest con gusto tital por los hombres, sobre el articulo creo que en cierta manera tienen razon las mujeres, pues mientras nunca seamos reconocidos como personas con pensamiento diferente sin mirar la fisiologia, siempre seremos hombres para la sociedad y es eso lo que no ayuda a que las feministas nunca van a entender, pero ya pensar que somos peligrosos por entrar a un mismo baño o almacen de ropa o cualquier otro lugar, con eso siguen demostrando y teniendo miedo y de eso no se trata el hecho de ser trans o cualquier otro no implica ser deprabado o enfermo, eso no viene como un agragado en nuestro genero o en nuestra tendencia y por ultimo por estar pensando siempre en que el hombre siempre va a oprimir no miran las personas como son de verdad. Hago una aclaracion en mi caso, soy traves me gustan los hombres me visto casi el 100 por 100 de mujer pero JAMAS he querido remplazar las mujeres de hecho es imposible HACERLO O INTENTARLO pero lo que se siente por dentro de nosotras solo so sabemos y entendemos nosotras sin intentar en infuir en los hombres y mujeres que no tienen señalamientos por nadie.
Ya para terminar me gustaria dejar un interrogante y es: se dice popularmente que las mujeres la van muy bien con los gays y traves que les cortan el cabello o las arreglan para una ocacion especial o tener un amigo especial con el cual no corran “peligro” e imagino que dentro d elas feministas hay mujeres que se encuadran en este gusto, la pregunta es o el interrogante es porque tienen miedo, nunca les vamos a quitar lo que son, no competimos con ellas el unico peligro que representamos es que siempre nos maltraten tanto los hombres como las mujeres, asi para unos seamos experiencias locas y que nadie debe saber y para otras seamos amigas lindas para que las arreglemos y pongamos lindas.
Muchas gracias