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“Todas tenemos amigas acosadas, pero nadie tiene un amigo acosador”

En alianza con Los Fifas, Sentiido presenta el podcast: “Todas tenemos amigas acosadas, pero nadie tiene un amigo acosador”, una reflexión sobre por qué a tantos hombres les cuesta ponerse límites entre sí frente a las actitudes y comentarios machistas.

Hay un dicho que dice: “todas tenemos amigas acosadas, pero nadie tiene un amigo acosador”. Porque siempre hay señales, pero siempre tratamos de mitigar, de camuflar y de poner por encima “el amor”. (Ver: La media naranja y otras trampas del “amor verdadero”).

Uy, mi hermano es Fifas, mi hermano es terrible. Es de los que dice: “no me gustan los hombres, pero si Cristiano Ronaldo me quiere dar, yo me le pongo”. Él tiene 27. Y uno con 27 no se ha podido acostumbrar a ver perder a Colombia. 

Achraf Hakimi, marroquí, es un defensa del club francés Paris Saint Germain. El 3 de marzo de 2023 fue acusado de violación. Luego de conocer los hechos, el club manifestó su apoyo al jugador y ninguno de sus compañeros, que son de los más famosos del mundo y los que jugaban con él en ese entonces: Messi, Neymar y Mbappé, dijo nada. 

Dani Alves, brasilero, es un defensa que jugó en el Barcelona, Juventus y en el Paris Saint Germain, también. En enero de 2023 fue detenido por violar a una mujer en 2022 en una discoteca en Barcelona.

En el momento de la detención, el equipo en el que jugaba, Los Pumas de México, le canceló el contrato. Sin embargo, amigos como Neymar le han dado dinero y sus compañeros tampoco se han pronunciado al respecto. 

Alves logró salir libre con una fianza y espera volver a vivir del fútbol. También está el caso de Sebastián Villa, colombiano. En 2021, la justicia argentina lo declaró culpable por violencia de género, tras las denuncias de su expareja, quien también lo había acusado por haberla amenazado de muerte luego de que ella le terminara.

También tiene denuncias de abuso sexual por otra mujer y su club, el Boca Juniors, a pesar de conocer las demandas, lo mantuvo en el equipo titular.

Hubo un día en el que Villa alcanzó a posar junto al resto del equipo antes de que comenzara un partido frente a una bandera que decía: “No más violencia de género”, horas antes de que se conociera la sentencia. Una paradoja. Más adelante fue separado del equipo y mientras tanto en Colombia se seguía discutiendo si Villa debía ser convocado a la selección.

Otra más. Robinho, brasilero, en 2017 fue condenado a nueve años de cárcel en Italia (allá jugó en el Club AC Milan), por haber participado en una violación grupal. Intentó evadir la pena, refugiándose en Brasil para evitar la extradición a Europa, pero hasta 2024 fue detenido para que cumpliera la pena.

Ninguno de los compañeros de equipo por los que pasó Robinho, como el Milan, Real Madrid, Manchester City o la selección brasileña han dicho algo.

La excepción fue la presidenta del Palmeiras, Leyla Pereira, del club de Brasil, que dijo: “nadie dice nada, pero yo como mujer al frente de la delegación, tengo que tomar una posición sobre los casos de Robinho y Daniel Alves. Esto es una bofetada para todas las mujeres, especialmente en el caso de Daniel Alves, que pagó por su libertad. Cada caso de impunidad es la semilla del próximo crimen“.

Y podríamos seguir todo este programa hablando de los casos y no los dejaría hablar a ustedes. Pero están los del ghanés Thomas Partey, del inglés Jason Greenwood, el argentino del equipo campeón del mundo, Thiago Almada, todos acusados de violaciones, violencia sexual, abuso… Y las respuestas de sus compañeros han sido nulas y las de sus clubes poco más que tibias. 

El ghanés Thomas Partey, el inglés Jason Greenwood y el argentino Thiago Almada han sido acusados de violencia sexual. Las respuestas de sus compañeros han sido nulas y las de sus clubes, tibias. 

Muchos medios abordan las noticias de abuso sexual por parte de famosos como “la nota rosa”.

Cada vez que la prensa deportiva habla de estos temas, se refieren a “la novela del futbolista en cuestión”, como si no se tratara del sufrimiento de personas, de mujeres, que han sido violadas, de crímenes que quedan en la impunidad. (Ver: ¿Por qué se habla de “violencia de género” y no solamente de “violencia”?).

Es como si no estuviéramos hablando de ídolos masivos que están transmitiendo estos comportamientos. Se refieren a estas noticias como si se tratara de la nota rosa, del chisme del momento, pero luego se ahoga entre noticias de los resultados del fútbol.

***

¡Hola! Bienvenidos a este podcast. Me alegra mucho que estemos de vuelta y sobre todo, gracias a Sentiido quien nos está apoyando en este capítulo.

Para empezar y para presentar a las personas que me acompañan hoy, arrancamos por Juliana Martínez, ex directora de Investigaciones de Sentiido, doctora en Lenguas y Literaturas Romances de la Universidad de California, profesora de Género y Sexualidad y Literatura Latinoamericana en American University, en Washington.

También es profesora asociada del Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos y del Programa de Mujeres, Género y Sexualidad. Y Juliana nos va a contar cuál es su talento inútil. Ya. Ahora.

Pues creo que con esa biografía se podrán dar cuenta que tengo muchos talentos inútiles. Pero bueno, no, quiero empezar dándoles las gracias por la invitación.

Yo nunca, jamás, esperé estar en un podcast de fútbol, así que creo que esto es bastante insólito para mi hoja de vida. Es evidentemente inútil, pero creo que es sobre todo como un talento insospechado cuando la gente sabe lo que hago profesionalmente. Y es que yo me sé la discografía completa de Diomedes Díaz hasta el 98. Toda.

Pero ¿te las sabes, las cantas o solamente sabes cuáles son los discos? No, no. Para desgracia del público, las canto. Soy una cantante con mucha, mucha pasión, pero poca armonía. Soy una de esas. Entonces. Bueno, pura actitud.

Bueno, menos mal vives en Washington, que allá no te van a reconocer eso. 

Sí. Ahí las feministas no se ponen nerviosas.

Sí, no van a decir nada.

Bueno, también nos acompaña Pipe Flores. Pipe es un sonso…Niño, son…Sonense, son… Sonita. ¿Cómo se le dice a la gente de Sonsón? Sonsoneño. Del 99. Es un sonso. Sí, suele pasar que la mayoría de personas juran que se nos dice sonsos. Pero no.

No vamos a empezar así. Pipe, lo habrán oído en el programa Incorregibles. Impresentables. Muy bien. La estamos rompiendo. Libretista también de La Luciérnaga, de Sábados Felices ¿todavía? ¿O fuiste? De Sábados felices todavía, tengo algunos humoristas. Bueno, su talento inútil, ese sí me lo contó, que dormir dónde y como sea.

Puedo dormir a voluntad, en fiestas, donde sea. Si yo estoy en una fiesta y quiero dormir, solamente es concentración y chao. Talento. Ese es un talento inútil. Ese sí es un talento inútil. Totalmente. Bueno, claro que un domingo después de una fiesta, un sábado, es un gran talento. Ah, eso sí.

Me parece un talento muy útil. Eso es un talento el hijuemadre. Y cuando hay fiestas en mi casa o cuando invito a amigos a mi casa, como que “hágale todo bien”, “quédense de rumba, que no hay problema”. Yo me voy a dormir.

Ese es un talento útil. Ese sí es un talento útil. Entonces sí termina siendo como útil a veces. O si tiene una vecina que se sabe la discografía de Diomedes Díaz también puede ser útil ahí. Y que sea santandereana. No, pero igual no hay problema porque usted las empieza a cantar y ya.

Y por último nos acompaña Camilo Triana. Bienvenido Cami, creador de contenido, influencer. Yo no sé si ese término, te gusta. ¿Te gusta que te llamen “influencer”? No me gusta, pero pues así nos llaman. Ya es una categoría. Ya toca ser influencer. Hay que meter el código en el RUT.

Creador del formato de charlas de YouTube, “chisme y make up” donde muestras un talento tuyo de maquillador y además un programa de entrevistas, ¿no? ¿y eso hace cuánto lo tienes? Lo tengo hace como tres años. ¿Y ese chisme y make up lo alternas con el podcast?

Sí, pero el podcast es un programa nuevo. Es un proyecto nuevo, apenas vamos en tres capítulos y pues chévere, nos ha ido bien. ¿Y con quién sale el nuevo? Aida Merlano. Sí, nada más y nada menos. Sí. Muy buena amiga mía. Bueno, tremendo. Arrancaste con contenido blog lifestyle, también, como pa’ que vean su canal. 

Es más que nada mostrando mi vida, no desde el punto que hacen muchos creadores de contenido que son inalcanzables mostrando sus carros y vainas. No, yo no tengo eso.

Entonces es como mi día a día que alcanza a ser lifestyle, pero no desde el punto de inalcanzable. Yo creo que un talento muy inútil que tengo es que puedo escuchar conversaciones ajenas en cualquier entorno.

Soy muy bueno haciendo eso. O sea, me sorprendí este fin de semana en un concierto. La vieja estaba peleando con el novio atrás y la música estaba a toda mierda, pero yo me concentro y supe por qué estaban peleando.

Por eso es un talento. Es un talento útil también. Pero no, es inútil, porque ¿uno qué hace con esa información? Depende. Depende de la información. Depende de los involucrados. Esa información siempre termina siendo útil.

A raíz de eso, amo el chisme y por eso nació “Chisme y Make Up. Yo empiezo a maquillar en pandemia y era como “bueno, ¿qué hago con el maquillaje?”. Es como “ya me maquillé a mí, ¿qué más hago?”.

Y me gusta el chisme. Entonces le dije a algún par de amigas de ese momento como: “venga, grabemos juntos echando chisme mientras las maquillo” y nace “Chisme y Make Up”. (Ver: Cuando nos volvamos a encontrar).

Y tú teoría conspirativa favorita es la existencia y el poder de los Illuminati o qué es lo que crees de los Illuminati. Pues los Illuminati sí existieron, ¿no? Eso sí fue un movimiento real y que supuestamente se acabó, pero yo siento que no se acabó, eso todavía está ahí. Ya.

Y siento que tanta conspiración a raíz del COVID es lo que dice: sí existen los Illuminati, los manes con plata son los que toman decisiones. Lo que está pasando ahorita ellos lo decidieron hace cuatro años, eso está clarísimo en mi mente. No tengo pruebas, pero tampoco dudas.

Y quería, antes de que siguiéramos, hacerles un test para saber qué tan FIFAS son. Entonces para eso les iba a pedir que alcen sus manos y las abran acá. Pongan los dedos.

Juli también ahí en casa y bajen un dedo cada vez que estén de acuerdo con alguna de las cosas que les voy a decir: bajen un dedo si alguna vez insultaron a un árbitro viendo un partido de fútbol en casa.

Uy, lo bajaron los tres. Los tres bajaron un dedo. Bajen un dedo si tienen en su celular alguna aplicación que les avise de resultados de partidos de fútbol. Eso existe. Qué pérdida de tiempo.

Nada. Listo. Ahí los tres se fueron en blanco. Baja un dedo si has invitado a una novia o un novio a que te vea jugar fútbol y te has esforzado por impresionarla, o ha sido la novia o el novio que ha ido a ver a una pareja. Bueno, yo sí. Una vez. Qué boleta, no me acordaba. Fui a ver a un novio. No, mentira. ¿Y te esforzaste por impresionar? Claro. Obviamente. Se hizo lo que se pudo.

Baja un dedo si has organizado tus planes en función de un partido que van a pasar por televisión o que vas a ver al estadio. Sí, todos bajaron. Juli también. Baja un dedo si has pasado una noche jugando un torneo de FIFA con tus amigos, videojuego, o has estado ahí, has participado en ese parche. Pipe bajó, Cami nada. Juli tampoco.

Qué estupidez jugar un deporte en videojuego. O sea, no tiene sentido para mí. Opinión polémica. Eso es un: “ay, estoy jugando fútbol”. ¿En serio? Estás muy cansado. No tiene sentido. No tiene sentido para mí. Después de cierta edad, evita lesiones. Uff, fuerte.

Baja un dedo si tienes o has tenido de fondo de pantalla o foto de perfil de tu celular o de alguna red social, la imagen de un futbolista o un estadio o algo alusivo al fútbol. Soy muy FIFA.

Baja un dedo si usas camisetas o has usado camisetas de equipos de fútbol como vestimenta cotidiana, no para hacer ejercicio. Yo hice parte de una sesión de fotos para la nueva camiseta del Barcelona con Karol G. Esa cuenta. Tremendo.

¿Has usado camisetas de equipos de fútbol como vestimenta cotidiana, no para hacer ejercicio?

Baja un dedo si has llorado o te has puesto de mal genio porque el equipo del que eres hincha perdió su partido. Sí, Colombia algo así, perdió Colombia. Baja un dedo si te sabes el año y lugar de al menos seis mundiales de fútbol.

Baja un dedo, si has ido a ver fútbol en alguna ciudad diferente a la que vives, como que están de viaje y van a ver fútbol. Bueno, sí, a mi pueblo. Uy, es que en mi pueblo hacen un campeonato a fin de año y el último partido es el 31 de diciembre y eso es un partido, pues, espectacular. Esa cuenta. ¿Cuál es tu pueblo? Se llama La Palma, Cundinamarca.

Bueno, entonces resultados. ¿Cuántos dedos bajó Pipe? Siete dedos. Yo bajé seis. Juli. Yo bajé dos. Bueno, entonces arranquemos. Si no bajaron ningún dedo. O sea, para la gente que nos está oyendo, saben qué es la FIFA, o saben qué es el fútbol o qué forma tiene un balón, o sea, de pronto están oyendo el podcast equivocado. Pero gracias por estar acá…

Si bajaste entre uno y tres dedos. Juli, este es tu caso: alguna vez de pronto soñaste con ser profesional o tuviste tu gen FIFA, pero apagaste esa llama pronto y te diste cuenta de que había algo más allá del fútbol.

Si bajas entre cuatro y seis dedos, Camilo, tienes el gen FIFA, pero está recesivo, ¿no? Se te sale el machito, pero nada que no se pueda controlar. Si bajaste entre siete y nueve dedos. Sí, soy. Lamentamos decírtelo: Tienes una adicción llamada fútbol y es hora de que pienses en terapia.

Y si bajaste diez dedos, tú que estás oyendo el podcast, eres un FIFAS, un FIFOTAS, un rey FIFA y bueno, tenemos mucho de qué hablar. Un caso crónico. Exacto. Sí, bueno. Hospitalización. 

¿Cómo se sienten con sus resultados? Pues es chistoso porque no me siento para nada FIFAS. Tampoco soy anti FIFAS, porque eso sería estar en contra de mi hermano. ¿Tú hermano si es FIFAS? Uy, mi hermano es terrible.

O sea, mi hermano es de los que dice: “no me gustan ni un poquito los hombres, pero si Cristiano Ronaldo me quiere dar, yo me le pongo”. O sea, él vive y muere por Cristiano Ronaldo.

Yo creo que querer uno que Cristiano Ronaldo le de un besito no aplica como homosexualidad. Es simplemente humanidad. La mitad es Cristiano, la otra mitad es Messi.

Yo quiero que me bese el protagonista de Harry Potter. Yo pienso es: “yo no soy hetero si me beso con Dua Lipa”. El problema es la edad del protagonista de Harry Potter.

¿Y tú qué le dices a tu hermano? ¿Cómo te relacionas con ese FIFAS de tu hermano? Es que mi hermano llora. De hecho hay un video de mi hermano en Internet llorando porque Colombia perdió y me acuerdo que lloraba.

Él decía jueputa, es tan difícil ganar. Me acuerdo que decía eso y yo: “Dios mío, ay hermano no llore”. ¿Cuántos años tiene tu hermano? Yo tengo 29, él tiene 27. Uy uno con 27 no se ha podido acostumbrar a ver perder a Colombia. No pierde la esperanza el hombre, está bien. Juli, tu resultado, ¿cómo lo viste? Cómo te sentiste con tu resultado. Coherente.

Siento que nunca tuve la pasión del fútbol, pero a veces no hay más remedio que ir a un partido de Colombia y tomarse unas cervezas. Pero el problema es que a mí se me olvida el partido, como que me voy a la cocina o algo y se me olvida. 

Es pretexto para farrear, para tomar.

Sí, es el parche y solo entro otra vez cuando todo el mundo grita. Entonces la gente ¡ahhh! Entonces entra uno a ver qué fue lo que pasó, pero no son dos horas de estar uno ahí mirando…

¿Y te ha pasado este tipo de escenas donde opinas sobre algo y alguien, algún man que sí sabe un resto te intenta explicar? Se burla de ti porque hiciste eso. ¿O tú te abstienes o ni siquiera te interesa opinar sobre lo que está pasando?

Ni siquiera me interesa opinar. E intento no dar papaya tan descarada de mansplaining. Intento no ponerme en esa posición. No poner la mano sobre el fuego. Sí, ahí ya sería demasiada papaya. Ver: ¿Qué es “mansplaining”?

¿Y te ha pasado este tipo de escenas donde opinas sobre algo o alguien y algún man te “intenta explicar”?

¿Por qué resulta tan difícil hablar entre hombres de las cosas por su nombre? ¿Por qué nos cuesta tanto mirar el monstruo a los ojos? ¿Por qué es tan difícil que entre hombres nos pongamos límites cuando hay una actitud sexista o machista?

Y Pipe cómo viste tus resultados. Me sorprendió mucho. Yo la verdad contaba con que más bien poquito. O sea, si he sido de jugarme los partiditos con los amigos y toda la vaina, todo bien, pero ya que diga que tengo buena relación con el fútbol, me sorprende, pero bien.

Sí, igual yo creo que todos tenemos nuestro gen FIFAS. O sea, yo no hice este test con ustedes, pero yo creo que yo bajaría por ahí unos seis o siete dedos también.

Y pues yo creo que lo que se trata este parche de los FIFAS es cómo a pensarse eso, como cuál es nuestra relación con el fútbol y qué podemos cambiar o qué podemos mantener, porque yo creo que, ya lo hablaremos ahorita, pero no todo es malo, hay cosas malas que se pueden cambiar, hay cosas buenas que hay que mantener.

Entonces, quiero empezar esta conversación de la que vamos a hablar hoy: ¿por qué resulta tan difícil hablar entre hombres de las cosas por su nombre? ¿Por qué nos cuesta tanto mirar el monstruo a los ojos? ¿Por qué es tan difícil que entre hombres nos pongamos límites cuando hay una actitud sexista o machista?

Bueno, pues yo siento que no es un problema entre hombres porque, o al menos sí en mi círculo y con mis amigos, con las personas que suelo tratar, no permitimos ningún tipo de falta de respeto entre las mujeres que nos rodean, las conozcamos o no.

O sea, podemos estar en una fiesta y si vemos que un man quiere hacerse el chistosito y el machito y pegarle a una vieja en medio de la fiesta porque sí, nosotros nos metemos. Entonces siento que es más en los círculos que puede rodear a muchos artistas.

Siento también que el problema no data en el hecho de que sean futbolistas. Siento que eso pasa muchísimo en el mundo del espectáculo en general. No importa que sean cantantes, futbolistas, basquetbolistas, lo que sea.

Entonces, siento que está más en el poder que le da la fanaticada, que no importa lo mierda que sean, no importa lo que hagan, no importa el asco de persona que sea, si cumplen dentro del rol, que jueguen en un equipo de fútbol, en la música, en lo que hagan, pues para ellos les basta.

Totalmente. Yo creo que queda muy poquito que agregar a lo que dice Camilo, pero en mi caso personal a mí me pasa algo muy, muy fuerte con el tema de las mujeres y es que digamos yo me siento mal, yo soy de esos hombres que se sienten mal inclusive de mirar a una mujer, o sea, yo estoy con vos hablando, estamos acá en la esquina y vos me decís: “mira qué mujer tan bonita“.

Y yo me siento mal, inclusive de quedarme mirándola, quedarme viéndola, porque yo digo qué pena que se voltee y vea que yo la estoy observando. 

Entonces, yo tengo un tema ahí muy fuerte con eso. Yo tengo un respeto muy fuerte hacia la mujer y siento que es más lo que dice Camilo, yo siento que no es que, como hombres, siempre pase.

Yo pienso que es ese círculo en el que ellos se mueven, esa fanaticada también que crean y que obviamente empiezan a pasar este tipo de cosas, donde tratan de ocultar lo que es visible a leguas, o lo que a leguas se está notando.

Y es que estos manes tienen un problema mental fuerte, hablábamos inclusive de violaciones grupales. O sea, imagínense a qué punto tienen que llegar estos manes o a qué punto tienen que llegar ciertos futbolistas de caer en una cosa de esas. Son enfermos, al fin y al cabo. Para mí creo que sí. 

Definitivamente tiene que ver como el desbalance de poder entre las personas que cometen esos abusos, sean futbolistas, directores de cine, actores de cine, empresarios, no, como hombres que están en posiciones de mucho poder que seguramente le producen mucho dinero a muchas personas.

Entonces hay como muchos intereses de que las cosas sigan como están, porque hay mucha gente ganando mucho dinero de esa persona, bien sea por el fútbol, por la película, por la compañía que maneja, lo que sea.

Pero yo sí creo que hay como varios temas, uno que sí es más difícil en los ambientes completamente masculinos -y esto, digamos, lo muestran los datos- que sí hay más violencia y potencial de violencia sexual y violencia de género cuando hay ambientes altamente masculinizados. (Ver: Colombia enfrenta una emergencia de violencia machista).

“Yo soy de esos hombres que se sienten mal inclusive de mirar a una mujer que me gusta por la calle”.

“Hay algo de la socialización de algunas masculinidades que hace que para un hombre sea difícil decirle a otro hombre: ‘oiga, no mire a esa mujer de esa manera o qué comentario tan pasado’”.

Es decir, cuando una mujer entra a un bar lleno de hombres, donde solo hay hombres heterosexuales, por ejemplo, la posibilidad de que haya algún tipo de violencia contra esa mujer sube, lo que no le pasa, por ejemplo, a un hombre cuando entra a un ambiente donde hay muchas mujeres.

Entonces, sí creo que hay algo de la socialización de algunas masculinidades, no de todos los hombres, que hace que para un hombre sea difícil decirle a otro hombre, en ese momento donde no hay otras mujeres: “oiga, no mire a esa mujer de esa manera o qué comentario tan pasado”.

O por ejemplo, lo que sucede en los chats, en los chats de colegios, por ejemplo, de colegios masculinos se ponen un montón de chistes súper machistas o comentarios súper inapropiados o fotos, y es muy difícil que alguien pare eso y diga: “oigan, no me parece chistoso” porque es muy posible que esa persona que está intentando parar la situación se vuelva también una víctima muy fácilmente.

Entonces, romper esos vínculos masculinos sí es difícil. Por ejemplo, en Sentiido hicimos una encuesta de bullying de jóvenes LGBTIQ en Colombia. La hicimos en 2022 sobre cómo son las experiencias de los jóvenes LGBTIQ en el colegio, en la familia, en las comunidades religiosas y en las comunidades en línea. (Ver: Así vivió la pandemia la juventud LGBTIQ de Colombia).

Y lo que vemos en el colegio, pues es lo que todo el mundo se espera, ¿no? O sea que los jóvenes LGBTIQ sufren muchísimo bullying en los colegios, por ejemplo, muchos comentarios homofóbicos vienen incluso de los profesores, no solo de los compañeros. Pero cuando vemos quiénes son las personas que paran el bullying son otros estudiantes y, en general, son estudiantes mujeres. (Ver: Bullying escolar LGBT: más fuerte y dañino).

Lo que no dicen los estudios es que quienes entran usualmente a parar situaciones de acoso escolar y matoneo son las niñas. Son quienes más paran ese tipo de acoso, porque para una niña, de alguna manera, es más fácil decirle al amigo: “oigan, ya”, que a otro hombre decirle “no se la monten por gay”, porque la respuesta inmediata va a ser: “ayyy, entonces usted también es gay”.

Entonces yo creo que sí hay un elemento de socialización masculina que se da en muchos deportes masculinos o en muchos espacios masculinos, no solo el fútbol, que sí hace que romper ese pacto, romper esa alianza, sea muy costoso socialmente, profesionalmente, para quien quiera que intente hacerlo. 

Entonces, hay muchos incentivos para callarse y muy pocos incentivos -y un costo usualmente muy alto- para hablar. Y hay unas normas y unas instituciones. Por ejemplo, probar un acoso sexual o un abuso sexual es muy difícil. (Ver: Acoso sexual: lo que se dice vs. lo que es).

Hay un dicho no sé si lo han oído: “todas tenemos amigas acosadas, pero nadie tiene un amigo acosador”. Parársele a un amigo a decirle: “man, ya, usted cada vez que se emborracha se pasa”, dejar de justificar esas conductas es muy difícil para los hombres porque el costo es muy alto.

Claro. Y yo pensaba en una cosa que a mí me parece muy bonito, esto que dice Cami, porque sí creo que generacionalmente las cosas han cambiado mucho y yo sí creo que hay muchos parches donde ahora estos comportamientos son mucho más censurados y creo, sin duda, que estamos viendo transformaciones y estamos viendo mucho menos prejuicios, por ejemplo, hacia el hecho de ser gay, de ser trans. Y esto va a seguir evolucionando hacia que eliminemos las barreras. 

Sin embargo, yo creo que de todas formas el fútbol nos sirve como un espejo de la realidad y que si bien hay, lo que dice Juli, uno lo ve mucho hacia afuera, pero cuando se pone a pensar siempre uno lo ha oído.

Y cuando uno habla con las amigas, las hermanas, las novias, todas han tenido una historia de acoso y lo que decía el otro día alguien como que no dan las cuentas, o sea, como que todas las mujeres dicen que han sido acosadas, pero ningún hombre ha acosado, entonces no da la matemática, ¿no?

“Parársele a un amigo a decirle: ‘man, ya, usted cada vez que se emborracha se pasa’, dejar de justificar esas conductas, es muy difícil para los hombres porque el costo es muy alto”.

“Es común en mucha gente, normalizar que hay un tío que se toma los tragos y abraza a todas las primas, a las tías, a las vecinas y les da picos. Dicen: ‘es que el tío está tomado’ o es que ‘el tío es así'”.

Yo entiendo mucho esta asociación y lo que dice Pipe como de estos monstruos, pero de pronto ese monstruo está mucho más cerca de uno, uno se pone a pensar y a hilar como que siempre ha estado cerca de uno de esos.

No les ha pasado que de pronto termina siendo lo que dice Juli, siempre había el borracho pasado, siempre hay el tipo agresivo, siempre está, entonces como que no sé si tengan esos recuerdos como de esas vainas, ¿no?

Claro, obviamente ahora que lo mencionas y, si todos hacemos memoria, nos vamos a encontrar con que inclusive un familiar, inclusive ese tío…

Es muy normal para la gente, inclusive normalizar esto de que hay un tío que se toma los tragos y va y abraza a todas las primas, a las tías, a las vecinas, a las que llegan y les da picos. Claro, dicen “es que el tío está tomado, es que el tío tiene los chorritos encima. Entonces todo bien. Es que el tío es así”.

“Es que el tío es así, pero es cuando toma. De resto el tío es un señor”. No. Si usted está liberando esos comportamientos es porque igual los tiene reprimidos de alguna manera.

Entonces sí, es muy cierto y admiro obviamente todo lo que acabas de decir, porque también es un llamado a eso, a que empecemos a ver que al lado de nosotros también puede haber un abusador en potencia

Hablando de esa esfera, de lo privado, de lo que ya estamos viendo, como esto sucede en el mundo exterior, no, como sucede con los famosos, sucede con los artistas, sucede con los futbolistas…

Pero digamos, estamos de acuerdo en que esto ya como que empieza a estar más en la sala de la casa, más de lo que uno cree. ¿Usted, como hombre, cuál es ese comentario o comportamiento que ustedes sienten que alguna vez han sido capaces de frenar o cuestionar?

¿O a la vez el que lamentan que en su momento, de pronto hace unos años, no fueron capaces de frenar o cuestionar, por qué, qué pasó? Que se acuerden que de pronto no…

A mí me han dado en la jeta. De hecho, yo tengo una cicatriz en el cuello porque todo empieza en una pelea con un man en el pueblo, porque se empezaron a pegar y resultaron pegándole a la novia del man y yo me metí a que no le pegaran a la novia y el man pensó que yo le estaba pegando a ella, entonces él me pegó a mí y todo acabo dos años después: él estallándome una botella en el cuello.

Todo fue un malentendido. Malentendido que se esclareció después de yo tener diez puntos en el cuello. Pero se entendió. 

Lo que yo les decía ahorita: estamos con mis amigos en el pueblo, porque normalmente eso pasa en el pueblo. Yo en Bogotá no suelo salir mucho, pero cuando vemos que un man se pone muy encarado con la novia, con la mujer, es como, nos metemos y, si hay pelea, pues hay pelea, pero ya.

Yo tengo una hermana de ocho años, en 20 años a la que le están pegando puede ser a Emma y quisiera que alguien pudiese decir como: “a ella no la tocan” o quisiera más que, en 20 años, ya no existiera la violencia de género. Pero siento que va a estar. 

Pipe, ¿a ti cómo te ha ido con eso? Yo creo que ahí comparto con Camilo, lo de ser de pueblo. Yo soy campesino, yo crecí en el campo y obviamente es normal ver ese tipo de situaciones también muy cotidianas de que salís a la cantina, entonces está el man tomando hasta tarde o amanece borracho hasta tarde y la mujer tiene que cuidar los hijos.

En fin, uno crece en medio de toda esa sociedad machista y todo eso. Pero más allá de eso, mi mamá fue víctima de maltrato. Mi mamá, cuando yo tenía ocho meses, se separa de mi papá víctima de maltrato, demasiado, y ahí hay un tipo de abuso que también, inclusive, a veces la gente normaliza y es el de que mi papá le decía: “no, pues es que usted y yo somos casados, pues tenemos que tener relaciones sexuales, si ya estamos casados”.

Claro, pero ella no quiere, pues está cansada del maltrato, de la violencia, de ver que mi papá llegaba borracho, de ver un montón de cosas. Entonces ahí hay otro tipo de abuso. Entonces, pasa conmigo que he podido frenar esas situaciones gracias al consejo de mi mamá.

“Mi mamá fue víctima de maltrato. Cuando yo tenía ocho meses, ella se separó de mi papá y había un tipo de abuso que, a veces, la gente normaliza. Mi papá le decía: ‘usted y yo estamos casados, tenemos que tener relaciones sexuales, quiera o no'”.

El consejo de mi mamá desde niño siempre fue: “si usted ve cualquier caso, no solamente de un hombre hacia una mujer, de una mujer hacia un hombre… Si usted ve cualquier caso donde quieran pasar por encima de lo que usted necesita, por encima de sus principios, por encima de lo que usted es, chao”. O sea suerte.

Entonces, he podido frenar esas situaciones, inclusive detectarlas con cierta facilidad, basado en las historias que me cuenta mi mamá en sus experiencias.

He podido tener la oportunidad de que estoy con una amiga y me dice: “no, parce, o sea, ayer llegó y no sé, estábamos en una fiesta y me hace esto, parce, o sea, me apretó y me dijo vámonos y yo chao”.

Chao porque créame que a eso hay que ponerle freno y un freno fuerte, porque si el apretón fue diciéndote “vámonos”, entonces donde no te vayas, ¿qué es?

Claro, entonces empieza a medir y a mirar, porque siempre hay pequeñas señales, o sea, siempre tratamos de mitigar, de camuflar y de meter, o sea, de ponerle por encima el amor por no aceptar. Exacto, por decir…“no es tan grave”.

Siempre llegamos al punto de decir: “no, es que eso es normal”, o sea, qué fue. No, créanme que siempre hay señales muy pequeñas y ni hablar de las psicológicas que pues obviamente son muchísimo más.

Entonces, digamos que siempre he tenido la capacidad de detectar eso y afortunadamente aconsejar a mucha gente o, incluso, aplicarlo para mí de que si veo cosas que no van conmigo o que están pasando por encima de lo que yo quiero, es como que “ya, todo bien, alejémonos”.

Siento que lo que están contando Camilo y Pipe nos pasa a muchos hombres y es como reaccionamos cuando vemos algo de violencia muy cercana, ¿no?

Lo entendemos cuando pasa, pero qué pasa con aquellas personas y con aquellos hombres, por ejemplo, que viven en unos entornos sin violencias o con las violencias súper camufladas que no se dan cuenta y no tienen esa capacidad de reaccionar, de actuar reactivamente. ¿Cómo se puede convocar a estos hombres que no tienen esta posibilidad de ver eso?

Yo creo que ahí, primero, quiero resaltar algo muy importante que estaba diciendo Felipe, que es la importancia de hablar del abuso como abuso, porque con el abuso pasa una cosa que, o se silencia, entonces las mujeres no cuentan, por ejemplo, por vergüenza de todo lo que tú estás contando, por ejemplo de otros tipos de abuso, que también es psicológico, que también hay una violencia sexual que también no solo es físico y que es gradual.

No es que el primer día una persona, un hombre, golpea a su pareja, o sea, va poco a poco porque la persona va midiendo qué tanto control tiene y hasta dónde puede llegar. 

Pero hablar de eso sin normalizarlo. O sea, creo que eso que hizo tu mamá es muy valioso y es muy valiente porque es muy difícil de hacer, o sea, como compartir eso, pero compartirlo no desde… “Pues sí, su papá me pegaba a mí, a usted también le van a pegar”.

Sí, eso es normal, acostúmbrese, que sucede mucho. Es como “ay, pues normal, los hombres se emborrachan y son así. Pero bueno. Pero él es un buen papá”. Sí, “lo que pasa es que se toma sus tragos y se pone, no, “¿usted qué le dijo? Seguro usted le hizo algo” ¿no? Hay mucha normalización. 

Entonces me parece muy, muy valioso lo que hizo tu mamá, porque sí creo que eso tiene la capacidad de romper ciclos intergeneracionales de abuso, que es muy difícil de hacer y que además ahora tú lo estás haciendo no solo en tu vida, sino con otras personas, amigos, amigas, etcétera.

Creo que eso es muy valioso. Creo que, también, una cosa que pasa es cuando el abuso, no, volviendo a lo que dices, no es tan obvio, por ejemplo, de una situación física de un hombre que está golpeando a una mujer o algo así…

“En los distintos grupos de amigos la gente siempre sabe quién es el man que se emborracha y es manos largas y hace comentarios pasados. La gente sabe quién es el man”.

En los distintos grupos de amigos la gente siempre sabe, o sea, la gente siempre sabe quién es el man que se emborracha y es manos largas y hace comentarios pasados y la gente sabe quién es el man que se la pasa poniendo videos inmundos en los chats y ya los mismos hombres se sienten incómodos y es como: “qué boleta este man compartiendo estas cosas”, pero muchas veces…

Porque, por ejemplo, yo tengo muchos amigos que me preguntan: “cómo puedo apoyar el tema de la igualdad de género. A mí me parece importantísimo. Yo quiero ser un hombre aliado, yo me quiero deconstruir, yo quiero entender cuándo soy un machirulo, qué puedo hacer distinto”… 

Y yo lo que les respondo siempre es: “mira, me parece una chimba, pero yo creo que lo más importante no es solo lo que usted haga con las mujeres, sino con los otros hombres a su alrededor”, porque muchas veces es más fácil, digamos entre comillas, decir: “bueno, listo, voy a dejar de hacer comentarios sexistas o no voy a echar el chiste“.

No, ese chiste es como pasado, a cuando un amigo lo hace, decirle: “no, pues no me parece chistoso“. O cuando un man en la oficina lo dice, cuando el tío lo dice. O incluso, o sea, todo el mundo se voltea a mirarme a mí, a ver, yo qué le voy a decir al tío. Pero los otros nueve primos hombres, ninguno dice nada. Total. Todos están esperando que yo diga algo.

Siento que también está muchísimo en aprender a interrumpir, sin importar que no sea un círculo cercano. Hay muchos videos en Internet que se viralizan de cómo una vieja le dice a un man: “pero ¿por qué me estaba tocando? ¿Por qué es tan asqueroso?“.

“¿Por qué se estaba masturbando a mi lado en el transporte público? ¡Qué puto asco!”. Y todas las demás personas alrededor quietas, hombres y mujeres de todas las edades, quietas, calladas, evitando la mirada a la persona que está pasando… 

Siento que es algo que debe pasar en algún momento y siento que hace muchísima falta campañas de concientización de ese tipo de espacios. De nada sirve que uno ataque a un amigo si a un desconocido el día de mañana no…

De nada sirve que yo le diga a mi tío como “eso no se hace, qué asco”, si el día de mañana yo veo que están manoseando a una chica, a un chico, en el transporte público, en una discoteca, en lo que sea, no hago nada por evitarlo.

No solamente nos debe importar cuando se lo hacen a alguien cercano, nos debe importar cuando se lo hacen a cualquier persona porque esa persona es la cercana de alguien más.

Y era lo que yo decía: yo evito que la maltraten a una desconocida hoy porque me gustaría que alguien evitara que maltraten o vulneren de alguna manera a mi hermana o a mi mamá o a alguna amiga mía el día de mañana cuando yo no esté.

Lo otro que quiero decir, porque estamos hablando también de violencia física, es que es muy importante intervenir, por supuesto, pero también sobre todo apoyar a esa persona que está sufriendo esa violencia por dos razones porque salir de una situación de violencia es muy difícil.

Ahí hay muchos temas, de codependencia, no es fácil dejar una situación de abuso. Y lo otro es que, de hecho, el riesgo para las mujeres aumenta exponencialmente cuando rompen una relación abusiva.

Entonces, la mayoría de feminicidios ocurren en el primer año en el que la víctima deja al abusador. Entonces, aunque uno diga: “ay, pero ¿por qué no dejan a ese tipo?” “¿Les gusta que les peguen?” ¿no?

En los chistes esos horribles de que las mujeres son como una pelota de tenis o como, muchas veces, aunque suene contraintuitivo, las mujeres son inteligentes en no dejar a esa persona porque esa persona lo más probable es que las mate una vez ellas las dejan y, como hemos visto, la policía no hace nada, las redes familiares tampoco.

Entonces, sí hay que tener cuidado en no juzgar y en no presionar a la persona para que deje una relación abusiva si no tiene una situación segura a la cual irse, entonces, eso también para que lo tengamos en cuenta.

Creo que llegamos a un punto porque me parece interesante esto que estamos hablando, ya que estamos de acuerdo en que es importante que nosotros como hombres también empecemos a pronunciarnos, pero que también esta intervención no se vuelva violencia contra  violencia.

No darle en la jeta al abusador, no putear al violento porque sino lo que estamos haciendo es violencia con violencia. Y he pensado mucho, como volviendo a este caso del fútbol, como dentro de los casos que les contaba, ¿qué pasaría, por ejemplo, si un man como Messi alza la voz?

Messi ha estado cerca a jugadores que han sido acusados de violación. Que ya sean culpables o no, pues no lo sabremos y la justicia lo dirá, cada quien verá si lo cree, o no, pero es importante hablar.

O sea, ¿qué pasaría si un Messi, si un Cristiano Ronaldo? Pues que también igual tiene sus denuncias, ¿qué pasaría si hablaran? ¿No? Entonces creo que por ahí también puede arrancar el cambio.

Y no sé a ustedes también qué más se les ocurre, que más se puede hacer que no implique, por ejemplo, porque yo estoy de acuerdo, existe este miedo no solamente a la reprobación social, sino a la violencia y que uno termine como tú, que terminas siendo cascado.

“Hay que tener cuidado en no juzgar y en no presionar a la persona para que deje una relación abusiva si no tiene una situación segura a la cual irse”.

“¿Cuántas futbolistas lesbianas conocemos y cuántos futbolistas, gais, hombres, conocemos?”.

Yo siento que también ahí, lo que estabas diciendo es muy importante, porque todo eso que tú estás diciendo de esas esas cosas que se le imponen a los hombres, eso es tóxico para los hombres. O sea, los hombres se suicidan mucho más que las mujeres.

Los hombres abusan de sustancias, mucho más que las mujeres. Los hombres no van a terapia y se mueren de enfermedades cardiovasculares mucho más que las mujeres porque no van. En Latinoamérica, las mujeres vivimos siete años más que los hombres, porque los hombres no van al médico, no se cuidan.

Entonces hay una cantidad de esas conductas que eso no solo lleva a violencia contra las mujeres y a otros hombres, sino contra sí mismos, porque la única emoción que un hombre heterosexual puede expresar sin que se le juzgue es la rabia.

Es la ira, porque no puede, es muy costoso socialmente expresar ternura, miedo, vulnerabilidad, afecto, si no está borracho, ¿no?, a otros. O si no está celebrando un gol. 

Si no está celebrando un gol o si no está en el camerino allá que todos se cogen la cola. Yo no sé, pero expresar eso… Y yo creo que esos espacios y creo que está cambiando y que hay una posibilidad de la gente más joven, donde esos espacios también de hombres reuniéndose con hombres, pueden ser espacios, precisamente, para expresarse de otra manera y para crear redes que no solo estén basadas en en el grito allá feliz o histérico de todo el mundo, sino también para generar una masculinidad que no sea, o sea que no tenga que demostrarse ante los otros. Porque por eso es que la masculinidad, los espacios masculinos, hay más riesgo de violencia para quienes no encajan. 

O sea, yo pienso en mi hermano, es gay y para mi hermano que fue a un colegio masculino, o sea, los espacios de los futbolistas eran el terror de su existencia.

Yo creo que él todavía tiene pesadillas con esos espacios porque eran de muchísima violencia para alguien como él, de violencia verbal, de violencia física, de constante acoso, de sentirse mal consigo mismo. Pero no tendrían para nada por qué serlo. O sea, ahí uno piensa: ¿cuántas futbolistas lesbianas conocemos y cuántos futbolistas, gais, hombres, conocemos? 

Ahí voy a hacer una cuña. Tenemos un post en Los FIFAS también que habla sobre eso, ¿no? Sobre por qué no vemos más futbolistas gais. Lo voy a dejar ahí en la descripción del capítulo para cuando lo vean, porque está interesante. 

Yo quería decir como, no solamente es como pedirle a los hombres porque se le pide a los hombres que se pronuncien, porque sería bueno que figuras tan grandes como Cristiano Ronaldo, Messi, Neymar, que también tiene muchísimas denuncias y demás, se lleguen a pronunciar, es como ¿se les cree? Más allá de por qué deberían hacerlo, es por qué no lo hacen.

Yo al principio, creo que sí. Yo les dije lastimosamente las personas que uno ve tan grandes son solamente una cosita de las muchas personas que están detrás de ellos, entonces ellos no lo hacen, tal vez no porque no quieran, sino porque literalmente no los dejan.

Esto no está bien porque son imagen de ciertas marcas, porque le representan tanto dinero a un equipo de fútbol y si llegan a hablar de eso van a perder plata y van a caer en acciones y se le va a ir el público encima. Y en los contratos no los dejan, muchas veces.

Entonces, es cuando uno firma un contrato con una marca es como este contrato se rompe si uno se mete en una polémica. Entonces es como: ¿qué es meterse en una polémica? O sea que si el día de mañana, Dios no quiera, pasa algo malo en mi familia, yo salgo, lo cuento, eso es una polémica y por eso me echan.

Es como la gente con poder toma decisiones que a veces uno es como: o me quedo con mi trabajo o salgo y hablo. Y es, literalmente, lo que les puede pasar a estas figuras. 

Yo siento que esto va muy arraigado con la gestión de emociones. Lo que tú dices, lo que Juli decía que los hombres no van al médico, los hombres no van a terapia, los hombres se suicidan más, los hombres consumen más sustancias psicoactivas… Estudios demuestran que es porque los hombres no saben cómo gestionar sus emociones. Los hombres no saben pedir ayuda. 

“¿Por qué entre hombres no está bien llorar, por qué no está bien decirle al amigo: ‘marica yo sé que está triste, llore, llore, que no lo voy a juzgar’. ¿Por qué uno se va a sentir juzgado por llorar? Somos humanos”.

Los hombres no se atreven a buscar a otro hombre, que normalmente los hombres están rodeados de hombres y decirles: “marica, estoy pasando por esto”.

Ey hombres, está bien decirle a su amigo: “marica quiero llorar. Yo lo escucho llorar”, “¿quiere ver películas?”, porque todo tiene que ser trago, porque todo tiene que ser conseguirse otra vieja, porque todo tiene que ser…

No sé, todo siempre se voltea hacia el lado sexual. Es: “para donde las putas, entonces” ¿por qué? Porque entonces está triste, se fuma un bareto o un pase o se sopla… Porque todo tiene que ser allá.

¿Por qué no está bien llorar, por qué no está bien decirle al amigo: “marica yo sé que está triste, llore, llore, que no lo voy a juzgar”. ¿Por qué uno se va a sentir juzgado por llorar? Somos humanos.

Entonces, ¿está bien llorar solamente cuando se muere la mamá? Me parece que hacen falta muchísimas campañas de gestión de emociones.

Pero también buscar la manera… Y yo ahí tengo una opinión, yo creo que es buscar la manera también de llegarles… Ahora usted decía que por qué Cristiano Ronaldo, Messi no hacen eso, ¿cierto?

Y creo que sí hay muchas razones de fondo, como obviamente hay plata en juego, hay campañas, capitalismo, claro, pero yo creo que aparte de eso, pasa algo y es que también hemos normalizado escuchar las campañas.

Hemos escuchado el hecho de que vamos a cualquier lado y están diciendo: “hoy hay una campaña contra el abuso sexual”, tú pasas por un centro comercial y dicen: “campaña contra el abuso sexual” y bacano, chévere, parte del paisaje.

Entonces yo pienso que salga Messi, Cristiano Ronaldo, no sé, cualquier otro jugador a hablar sobre violencia sexual, sobre todo eso que se está presentando, es como que salgan a hablar sobre el reciclaje, como que la gente los va a ver y como que… 

Entonces, van a salir y como que “uy, sí”. O sea, muy interesante lo que están diciendo, pero ya. Tristemente también hemos normalizado el hecho de escuchar que la gente hable de eso que hoy estamos hablando y dejarlo hasta ahí, ya, como dejarlo ahí muerto.

Entonces, yo creo que ahí hay algo muy de fondo y yo pues por mi mamá, o sea por lo que crecí yo digo que es muy cliché, obviamente, pero yo creo que en la casa, o sea, todo parte de ahí, yo digo que absolutamente todo parte ahí.

De ahí el hecho de usted enseñarle a alguien a cuídese, o sea, primero está usted, vaya y cuídese y luego trate de cuidar a otra persona. Pero si usted no le dan lo que se merece, aléjese. Yo creo que eso nace más que cualquier cosa en la casa.

Y ahí algo que me parece súper bonito, lo que Camilo dice. Yo también estoy de acuerdo en que las campañas, pues, pueden ser necesarias, pero también se pueden volver paisajes.

Pero me quedó una reflexión, como lo que tú decías, y es que yo creo que de pronto uno puede empezar a pensar en acciones preventivas, no siempre esperar a que todo llegue como a que hacemos cuando vemos una situación de peligro, sino empezar a construir entre hombres otras dinámicas, no, como eso que tú dices me pareció muy bello, porque creo que desde ahí uno puede empezar a anticipar para que cuando llegue lo delicado ya haya espacios de confianza para esto, ¿no? 

Como no tener que esperar a que llegue la crisis, a que llegue lo más denso, a que llegue porque va a llegar igual inevitablemente. Y pues somos humanos y estamos como en una generación donde estamos aprendiendo y nos van a pasar estas vainas y vamos a salir de acá y vamos a enfrentarnos a esto.

Sí creo que es útil, por ejemplo, que pues estas campañas son necesarias y yo creo que yo sí creo que es necesario que estas grandes voces hablen así sean en el eco, pero por lo menos que no haya silencio, pero sí que en lo mínimo, también en lo pequeño.

Quisiera que con esto empezáramos a cerrar, cómo hacer como entre hombres para empezar a tejer estos espacios, para que en el futuro, cuando se plantee una cosa como más fácil, para que no siempre sea la misma persona, porque pues finalmente estamos hablando de que las grandes estrellas no lo hacen porque pueden perder plata, están amarradas por contratos y que finalmente esto les sale caro y en el círculo pequeño no se hace porque a uno le da miedo también perder amigos, no, termina siendo, pues el molesto si no le pegan a uno, entonces termina uno siendo como “el juzgón”. 

Entonces qué se puede hacer para no llegar a estos extremos y empezar como a poner estas conversaciones en la mesa ¿no? De una manera, tampoco que sea harto.

Eso, me parece muy lindo, como tú dijiste, empezar a crear otras dinámicas también que no estén mediadas por la fiesta, que no estén mediadas por lo mismo de siempre, que no estemos acostumbrados como entre hombres, a compartir. 

Yo creo que es eso mismo. Yo creo que es igual el hecho de no esperar tampoco a que a que sea el amigo el que le diga a uno “perro estoy aburrido”, que sea usted el que también levanta el celular de vez en cuando y llame a un amigo: “¿parce, cómo va todo?” “¿Cómo está su familia?” “¿Cómo está su relación, cómo está su novia, cómo se siente?”.

Y que sea también usted el que empiece a promover eso y no esperar a que lo llame aburrido y llevado del berraco porque muchas veces ni siquiera es uno el que lo va a invitar a la fiesta, muchas veces el que lo va a llamar dice: “quiubo parce, estoy aburrido, vámonos de fiesta”.

Entonces usted ir promoviendo eso también de preguntarse porque si bien hay algo que decías ahorita de que las mujeres se apoyan mucho, las mujeres se preguntan ¿cómo estás? Las mujeres se preguntan ¿qué sientes hoy? ¿Te sientes bien o te veo, no sé, no te veo tan radiante, tan bonita como todos los días? Hoy te falta algo. 

Nosotros de hombre no lo hacemos, obviamente. Claro. Nosotros llegamos, y el parcero está aburrido y “ah qué vuelta el parcero está como aburrido”. Mejor no meterse, no preguntarle. Llegue, llegue y abrácelo.

Y lo digo porque tengo muchos amigos que son así, que todavía, inclusive amigos de cuando estuve en La Marina, todavía me llaman y me dicen cómo le está yendo, cómo se ha sentido, cómo sigue, la familia, su mamá, cómo está todo.

Y yo creo que eso hace que uno quiera hablar. Eso hace que uno se sienta libre de tener un grupo de amigos donde usted pueda hablar de cualquier cosa, incluido obviamente estos temas donde donde “termine una relación, qué hago” y que ellos también se lo digan a uno. Entonces, yo creería que eso, yo daría ese consejo como de háblense, o sea, llámense, pregúntense. 

Siento que también es como un ejercicio chévere preguntarse cuándo fue la última vez que salí con mis amigos hombres siendo hombre a un plan diferente a tomar. Cuándo fue la última vez que salí con mis amigos hombres en un plan diferente que no sea mirar viejas en el celular. Qué sé yo. No sé, “planes de hombres”, pero se me ocurre así.

Cuándo fue la última vez que salieron a cine, que salieron a caminar, que fueron a entrenar juntos y no va para pelados de 18, 19, 20 años, que lo hacen con sus amigos de la universidad, que son planes más normales cuando uno está en la universidad, ir a almorzar juntos, a cine, qué se yo, sino ya ahorita con 25, 26 años que la rumba de pronto uno empieza a trabajar y tener plata es como, en serio, ¿el único plan que me ofrece este círculo es vicio, es trago, es rumba, es conocer otras viejas, es ir a putiaderos? 

Estoy en un círculo en el que, en serio, ¿puedo ser yo? Y más allá de que con ellos la pasa uno chimba, no se trata de pasarla chimba, uno la puede pasar chimba solo, ¿estoy en un espacio seguro?

¿Estoy en un espacio en el que puedo ser, en el que me permito ser, en el que no tengo miedo a llorar, en el que no tengo miedo a sentir, en el que no tengo miedo a buscar a alguien y decir: “marica, estoy triste, estoy mal, no me siento seguro, me siento ansioso, no me gusta mi trabajo, está pasando esto en mi familia”?

“¿Estoy brindándole un lugar seguro a mis amigos? ¿Estoy siendo la persona a la que mis amigos pueden acudir cuando estén tristes?”.

Entonces, es preguntarnos: ¿estoy en un lugar en el que puedo ser? Y también, es decir, ¿estoy brindándole un lugar seguro a mis amigos? ¿Estoy siendo la persona a la que mis amigos pueden acudir cuando estén tristes?

Empieza un ejercicio desde el interior para poder exteriorizarlo y empezar a trabajar en eso. O sea, siento que los espacios seguros son un trabajo de absolutamente todos. Sí, y tenemos que empezar por nosotros mismos. Sí, bello eso. 

Yo creo que eso que están diciendo los dos es súper importante. O sea, por un lado, ese ejercicio de estar pendiente del amigo, no, pero de preguntar en serio no eso de “quiubo, qué más, qué ha hecho, qué cuenta”, si no en serio, “le he oído decir mucho que usted odia su trabajo. Hablemos, Cuénteme”.

Pero también ese modelar la vulnerabilidad que es lo que los hombres no se les permite. O sea, uno cuando está con las amigas no solo les pregunta cómo están, sino que uno cuenta todo. O sea, uno habla de todo, de todo, de lo bueno, de lo malo, de todo.

Y compartir esa vulnerabilidad es muy liberador. O sea, cuando uno dice la verdad no sé qué hacer, estoy confundida o estoy vuelta mierda y todo el mundo empieza ahí, no, y hagamos esto y no sé qué y por qué.

No importa, como que el compartir eso es muy liberador y a los hombres no se les permite hacer eso. O sea, desde muy chiquitos un hombre tiene que estar seguro de lo que va a hacer, tiene que tener el camino. No puede mostrar miedo, no puede mostrar incertidumbre. 

Entonces yo creo que eso que estabas diciendo de decir “estoy mal”, pero yo creo que es muy poderoso para un hombre, para un joven, para un niño ver a su par compartiendo esa vulnerabilidad, esa confusión, esa tristeza, porque eso es lo único que realmente le dice a uno que uno también tiene permiso de compartir. 

Total, porque si el otro siempre pregunta pero siempre es el superhéroe el que está bien, pues uno, no, es poco probable que uno se anime también a contar. Entonces yo creo que ese ejercicio de preguntar y estar ahí y cuidar sin vergüenza, no, como sin que le dé pena, pero también el dejarse cuidar y el compartir que uno sí necesita que lo que lo consientan un poquito.

Pero sí, yo creo que hay algo muy poderoso en esa conexión personal que hace que uno de pronto ya no sea capaz de ignorar ciertas cosas y empieza a pararse ante los del colegio, ante el señor de la discoteca, ante los del equipo de fútbol, ante el tío, ante el que sea. 

Y no se trata de pararse de manera agresiva, pero sí a decir: “Hmmm, esto no me parece”. O sea, ya, esto no es chistoso, como decir que no se trata de decir que la masculinidad es una cosa siempre negativa y que ser hombre es malo y que ser hombre es violento, o que todos los hombres son homofóbicos y todos los hombres son machistas y todos los hombres son violentos.

O sea, no se trata como de un regaño porque pues eso no es así. O sea, sino que pues hemos estado hablando de puntos concretos donde ciertos aspectos de la masculinidad sí están mal. Nos hacen daños a todos: a la mujeres, a las personas LGBT, a los mismos hombres heterosexuales y que son las cosas, pues, que se deben cambiar. 

Pero por supuesto que la masculinidad y los espacios masculinos tienen muchísimas cosas súper positivas. Entonces, no se trata, digamos, de crear una una dicotomía entre mujeres y personas LGBTIQ, pobrecitos y malvados hombres, porque la masculinidad mata, no.

Hay ciertas cosas de la masculinidad que hacen daño y hay un montón que son maravillosas. Y eso también es muy importante decirlo. Y hay un montón de cosas de los espacios masculinos, incluidos los deportes…

O sea, por ejemplo, el rol que tienen los deportes, el fútbol en particular en crear oportunidades de vida y en crear espacios seguros que alejan a los muchachos de las bandas criminales. O sea, en muchos espacios de mucha vulnerabilidad para los hombres, sobre todo para los muchachos jóvenes, los deportes masculinos son la tabla de salvación de miles de hombres en todo el mundo. 

“Se trata de decir: ‘esto no me parece. Esto no es chistoso”.

“Hombres: llamen a sus amigos, sean sensibles, expresen sus emociones sanamente”.

Y eso es una cosa importantísima del deporte porque el deporte crea comunidades sanas para muchos niños, muchachos y jóvenes que no tienen otros espacios sanos de socialización, entre masculinidades, entre hombres. Sus entrenadores, son figuras paternas muy importantes.

Quiero también resaltar esos aspectos para no dar una idea de que todo es malo, pero sin duda hay unas cosas que se pueden seguir trabajando para que esos impactos negativos para todas las personas, incluidos los hombres, dejemos de sufrirlos como sociedad.

Sí, y me parece muy bello que llegues a eso porque creo que esa es la finalidad de este proyecto de Los FIFAS, donde queremos celebrar eso también, eso que para algunos es más, para algunos menos, según vimos en el test de hoy de los dedos. Pero hemos estado permeados por eso. Tenemos recuerdos buenos y malos, pero eso nos ha formado y chévere, pues el fútbol no se va a acabar. 

La afición por el fútbol nunca se va a acabar, los FIFAS nunca van a morir, pero sí podemos mejorar esas cosas. Y chévere, me parece muy lindo que hemos llegado a muchas cosas.

A la gente que está oyendo esto, ojalá le hayan dejado unos mensajes muy bonitos. Llamen a sus amigos, sean sensibles, expresen sus emociones sanamente antes de que todo estalle, porque eso puede cambiar el mundo o por lo menos lo que nos rodea, que es lo único que podemos cambiar porque cualquier día la bomba nos cae. 

Entonces, por lo menos cambiemos lo que sí se puede que está ahí a nuestro alcance y pues ya llegará el día en que un Messi diga “no más” y va a ser muy poderoso. Pero mientras tanto arranquemos por acá.

Pipe, Cami, Juli, muchas gracias. Linda conversación. Me encanta que hayamos llegado a esto. A la gente que nos oye, muchas gracias. Sentiido muchas gracias por haber patrocinado este nuevo capítulo de Los FIFAS y nos oímos por ahí. Chao. 

FIFA soy, FIFA soy, FIFA soy.

“Cambiemos ya lo que ya podemos cambiar, que está a nuestro alcance”.

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