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Cursinho Popular

Todo el mundo llega al aula con algo que aportar

El Cursinho Popular de Transformação, en São Paulo (Brasil), es un espacio seguro para que las personas trans y no binarias puedan prepararse para los exámenes de estado que permiten ingresar a la universidad. Pero lejos de ser un “simple curso” es un espacio de transformación social.

Amanda Paschoal creció entre su natal São Paulo y la ciudad de Aracajú, tierra de sus padres en el nordeste de Brasil. Además de varios cambios de colegio por las mudanzas entre el sur y el nordeste del país, en su proceso educativo Amanda enfrentó las discriminaciones y prejuicios que padecen la gran mayoría de personas trans y no binarias en el sistema educativo. (Ver: Brasil: arcoíris LGBTI entre nubarrones).

Pero al crecer, encontraría un lugar en el corazón de la enorme y agitada São Paulo en el que se sentiría acogida y entendida desde el primer momento.

Ese espacio es el Cursinho Popular de Transformação (Cursito Popular de Transformación), un espacio académico en el que estudiantes trans y no binaries se preparan para presentar el examen estatal requerido para tener acceso a la educación universitaria en Brasil. (Ver: La Mocha: un bachillerato popular travesti-trans).

Fue así como Amanda obtuvo la puntuación necesaria para inscribirse en gestión de turismo y, más adelante, hacer una especialización en gestión cultural. (Ver: Brigitte Baptiste, una navegante del género).

Todo esto le abriría las puertas del mercado laboral rompiendo un círculo vicioso que afecta a la población trans: falta de acceso a la educación que desemboca en falta de empleo. (Ver: Así vivió la pandemia la juventud LGBTIQ de Colombia).

Cursinho Popular
En el Cursinho Popular de Transformação (Cursito Popular de Transformación), estudiantes trans y no binaries se preparan para el examen requerido para la educación universitaria en Brasil. Ilustraciones: EDI para Sentiido.
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Entre las metas del Cursinho están: empoderar a sus estudiantes, darles cariño, prepararles académicamente y abrirles las puertas para el mercado laboral. Ilustraciones: EDI para Sentiido.

Hoy Amanda trabaja en el equipo de la diputada Erika Hilton -una de las dos primeras mujeres trans, junto a Duda Salabert- en ser elegidas diputadas federales en Brasil. (Ver: Transfeminismos latinoamericanos: sororidad, resistencia y cambio social).

A la par de su trabajo en la asesoría de prensa de Erika Hilton, Amanda es una de las coordinadoras del Transarau, un espacio de producción y divulgación poética y artística que nació en el seno del Cursinho Popular de Transformação y que la propia Amanda ayudó a crear. (Ver: Lía García: la poesía es resistencia).

Para mí, el aporte principal del Cursinho es el ambiente seguro que nos ofrece, no tener que preocuparnos por la violencia que encontramos en otros lugares. Cuando te quitas ese estrés puedes concentrarte en aprender y en desarrollar tu sentido crítico”, expresa Amanda. (Ver: La fuerza de Lola Dejavu).

En cierta forma, la experiencia de Amanda materializó muchas de las aspiraciones que tiene el Cursinho: empoderar a sus estudiantes, bañarles de cariño, prepararles académicamente, abrirles las puertas para el mercado laboral y darles alas a sus proyectos personales. (Ver: Las “casas trans”, un hogar más allá de las calles).

Esta idea surgió en 2015, en el marco del III Curso de Formación Política LGBTIQ realizado en en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo. Allí, estudiantes de grado y maestría de diferentes universidades, propusieron la creación de un curso dirigido exclusivamente a personas trans. La idea tuvo eco y con el apoyo inicial de la Prefectura de São Paulo y el trabajo voluntario de algunos profesores, empezó a andar. (Ver: Artivismo transfeminista: el arte de la resistencia).

Como los patrocinios y voluntarios van y vienen, el Cursinho es un colectivo dinámico que se nutre de quienes van llegando y saliendo, ya sea para enseñar o para aprender.

Algunas personas permanecen y otras van rotando, debido a que profesores y personal administrativo muchas veces necesitan priorizar sus empleos remunerados, siendo el desafío económico el más grande para la sostenibilidad de esta iniciativa. (Ver: Geografía de las luchas trans en América Latina).

En la actualidad, la sede es aportada por la organización sin fines de lucro Acción Educativa y los gastos de transporte y alimentación del alumnado provienen de donaciones. (Ver: Miluska Luzquiños, transfeminismos por los caminos del Perú).

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Amanda enfrentó las discriminaciones que padece la mayoría de personas trans y no binarias en el sistema educativo. Foto: Danilo Verpa.
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Amanda logró romper el círculo vicioso que afecta a la población trans: falta de acceso a la educación que desemboca en falta de acceso a empleo. Foto: Danilo Verpa.

Aprendizaje de doble vía

Uno de los profesores del Cursinho es el escritor, educador popular y periodista digital Naná DeLuca, autor del libro de ficción “El sexo de los tiburones” y quien es editor de redes sociales del diario Folha de Sao Paulo. (Ver: El género desde una perspectiva trans).

Fue una iniciativa que me atrajo desde que la conocí en 2015, porque soy una persona trans, soy educador popular y nunca antes había visto algo de ese tipo, un curso enfocado exclusivamente en la población trans y travesti”, recuerda Naná. (Ver: Travesti, una breve definición).

A finales de 2017 Naná se pudo vincular al Cursinho como revisor y divulgador de la “Antología trans”, un compendio de poesía editado en 2017 como resultado de varios talleres realizados en el marco del Cursinho, y luego como profesor en el área de lenguajes. (Ver: “Yo no soy gay, soy marica, una loca de Montería”).

A pesar de que los profesores vienen y van, dependiendo de su situación laboral, lo que sí permanece en el tiempo son unos criterios que sirven de norte para todas las personas que llegan a integrar el Cursinho.

El Cursinho imparte una educación popular con sentido transformador de la sociedad en la que el alumnado es el protagonista. 

La idea de afirmar el Cursinho como una alianza cisgénero-trans vino cuando comenzamos a incorporar el pensamiento interseccional en nuestras prácticas. Nadie es sólo trans o sólo cis, todas las personas estamos compuestas por muchos otros marcadores que modifican nuestras trayectorias y no se puede reducir a nadie a una cosa solamente“, explica Naná. (Ver: Cis…¿Qué?).

Fue una cuestión de cambio de perspectiva, agrega, justamente para que el Cursinho no cayera en ese lugar en el que caen muchos proyectos de educación popular, de asistencialismo y elitismo.

Está esa idea, explica Naná, de que la persona cisgénero (o que no es trans) debe “salvar” a la persona trans o que la persona rica tiene más conocimientos que la persona pobre y ese tipo de abordajes verticales que se centran en que “el de arriba rescata al de abajo”.

Pero una visión de alianza horizontal es parte de la estrategia transformadora del Cursinho porque la mayoría de las personas no llegan con esta mentalidad al espacio de enseñanza. “Muchos estudiantes llegan al Cursinho con una visión de la escuela como algo opresivo y hostil“, agrega Naná. (Ver: Bullying escolar LGBT: más fuerte y dañino).

Necesitamos hacer que la persona entienda que tiene derecho de estar allí, que ese espacio es suyo y legitimar el bagaje cultural e intelectual con el que todo el mundo llega“, señala. (Ver: Así vivió la pandemia la juventud LGBTIQ de Colombia).

Como ejemplo de esto, Naná recuerda una anécdota con una alumna que un día le dijo: “yo nunca voy a ser inteligente como tú“. Esta frase le tocó profundamente como evidencia de estas dinámicas verticales de la educación.

Esa alumna era una chica ex adicta al crack. Había vivido en la ‘cracolandia’ -una zona del centro de Sao Paulo donde se consume abiertamente esta droga- y estaba recomenzando su vida en ese momento lejos de la adicción. Yo le respondí, ‘ok, yo tengo un conocimiento en literatura pero yo nunca sobreviviría a una noche en la ‘cracolandia’, esa inteligencia que tú tienes yo no la tengo’”, afirma. (Ver: Personas LGBT y consumo de alcohol, una conversación pendiente).

Es común que los estudiantes vengan con la autoestima baja, creyendo que no saben nada. Parte de nuestro papel es mostrar que todo el mundo tiene su bagaje”, expresa Naná DeLuca.

Cuando hablamos de una alianza, buscamos que las prácticas sean horizontales. Todo el mundo, sea educador  o alumno, sea cis o trans, tiene con qué contribuir al colectivo“, Naná DeLuca, educador popular.

Y es que no sólo el alumnado recibe formación en el Cursinho. También el profesorado y los facilitadores como lo cuenta Celia Amaral, actual coordinadora pedagógica. Celia dio clases de historia y sociología durante 40 años como profesora de enseñanza básica. 

Unos días después de jubilarse, vio un anuncio en Facebook que invitaba a las personas trans que quisieran prepararse para el Examen Nacional de Enseñanza Media a vincularse al Cursinho y entonces se le ocurrió enviar un email preguntando si necesitaban profesores. (Ver: Mónica Estefanía Chub, mujer trans, católica e indígena de Guatemala).

Yo había trabajado también en la formación de profesores de la prefectura de São Paulo en temas de orientación sexual y género, entonces en un primer momento pensaba que estaba muy preparada para lidiar con estos estudiantes y que podría contribuir con mi experiencia”, recuerda. 

La respuesta no se hizo esperar pero llegó con una invitación para hacer una capacitación que se les hace a todos los profesores que dan clases en el Cursinho. Se trata de la formación que les prepara para trabajar con quienes asisten como estudiantes. (Ver: Diversidad sexual y de género para dummies).

Sólo en la práctica se deconstruye la mirada hetero-normada con la que crecemos” reconoce Celia para quien la capacitación fue importante, a pesar de su familiaridad con el tema. (Ver: La obligación de ser heterosexual).

Varias cosas del Cursinho han marcado a Celia. “Por un lado, se me quedaron grabadas las palabras de una exalumna que decía que esto no era un voluntariado sino una lucha política, una lucha a través de la educación popular“.

Por otro lado, dice, estar en un espacio como este la llevó a cuestionar esa mirada de la heteronormatividad en la que vivimos inmersos. Y por último, lo que le resultó más decisivo para que se quedara en el Cursinho: la acogida del alumnado. (Ver: “Está bien salirse de la heterosexualidad obligatoria”).

Uno empieza a identificarse con esa posición de ‘viejo’ en el sentido negativo que le da la sociedad y el cariño del alumnado fue decisivo para mí”, dice Célia, quien ama el contacto cotidiano con sus estudiantes, gracias a quienes se mantiene al día en las tendencias musicales, entre otras, al punto de sorprender a su nieta con su conocimiento sobre los artistas del momento.

Cursinho Popular de Transformação, en São Paulo.

Y no es que Celia no hubiera tenido antes contacto con personas trans o no binarias, sólo que el Cursinho también la ha transformado a ella. En sus 40 años de docente siempre tuvo una relación muy positiva con los adolescentes y tuvo muchos alumnos cuyos cuerpos, como ella misma explica, eran percibidos con extrañeza dentro del aula. (Ver: Bullying y homofobia en el colegio: hablamos mucho pero hacemos poco).

Puede ser que en ese entonces no existiera un conciencia muy clara de una identidad de género diferente o que ya hubiesen pasado por una transición, pero sí eran alumnes que estaban enfrentando la marginalización no sólo a causa de sus identidades de género u orientaciones sexuales sino también debido a su posición social y económica, a la racialización, etcétera. Ahí es donde uno ve la interseccionalidad y va percibiendo como todo eso aísla a las personas”, puntualiza.

La transfobia en los espacios feministas no es nueva, o al menos no es nuevo que el feminismo integre contradicciones de este tipo“, Naná DeLuca, profesor.

¿Y el feminismo qué?

El Cursinho es en primer lugar un espacio seguro para las personas trans y no binarias. También es para sus profesores. Y más que un voluntariado, es un espacio de lucha política a través de la educación popular, porque permite luchar contra diversas exclusiones, discriminaciones y prejuicios a partir de la enseñanza.

La transfobia, por supuesto está en el centro de esas violencias incluso dentro del propio feminismo que ha sido uno de los grandes agentes transformadores de la sociedad. (Ver: Un feminismo sin mujeres trans, no es feminismo).

Si bien es, ante todo, una lucha emancipadora, los espacios feministas han sido y son muchas veces racistas y desatentos a las demandas específicas de las mujeres negras y a la violencia a la que son sometidas. (Ver: Feminismos del tercer mundo).

Cuando estudiamos la historia del pensamiento feminista, esto se vuelve vidente. Se necesitan décadas para que el antirracismo se incorpore a la teoría y a las prácticas feministas, y esto lo lograron teóricas y activistas que no se sentían contempladas por el feminismo blanco, europeo, burgués, etc. Fueron estas obras filosóficas, sociológicas, literarias y políticas las que impulsaron el feminismo. (Ver: El feminismo busca incluir, no excluir).

Lo mismo ocurre con las personas LGBTIQ. Las mujeres lesbianas, por ejemplo, no siempre fueron bienvenidas en los espacios feministas. La llamada mujer lesbiana “masculinizada” no siempre fue bien recibida. “El feminismo es una herramienta de disputa, pero también un espacio de disputa en sí mismo”, expresa Naná DeLuca. (Ver: Feminismo en Colombia: una historia de triunfos y tensiones).

En ese sentido, el Cursinho tiene como guía el gran pensamiento decolonial, es decir, el feminismo interseccional. “No podemos reducir a nadie, y mucho menos a un grupo de personas, a una sola cosa“, agrega.

Este pensamiento, continúa, sirve no solo como apoyo pedagógico sino también práctico: está en la forma en que se relacionan y construyen en equipo los proyectos del colectivo Transformação.

En esa visión transformadora de la sociedad encajan no sólo las agendas trans sino también la formación del profesorado, no solo en género, sino en capacitaciones que van desde la recuperación de la memoria del Cursinho hasta las cuestiones teóricas de la pedagogía y de la historia de la educación popular.

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