El domingo 26 de junio fue el día en que cientos de personas decidieron salir a marchar al centro de Bogotá, algunas para reclamar sus derechos, otros para reafirmarlos, unos para mostrarse al mundo …
Si bien hay personas que no están de acuerdo con este tipo de manifestaciones, es un hecho que la población LGBT crece cada vez más en la Marcha por la ciudadanía plena.
Bastaba sólo con mirar los ríos de personas que se veían a lo largo de la séptima y que se reunían en torno a carrozas, organizaciones (que, por cierto, estaban muy creativas -Corporación Femm, LGBT Uniandino-), comparsas o fundaciones para darse cuenta cuenta de que hay algo que se quiere decir en este día.
Si bien la marcha se desenvolvió pacíficamente, sí habrá que revisar algunos aspectos que sobresalieron en esta ocasión y que en los años anteriores poco se ha visto. Uno de ellos, la dificultad que tuvieron los manifestantes para movilizarse a lo largo de la carrera séptima, debido a que no había personas encargadas de mantener a los espectadores en el andén .
No sabemos por qué este año se dio con más intensidad una sensación de desorden, falta de liderazgo en la parte logística que impidió que la marcha saliera a las 2 en punto y que se hiciera presente la colaboración del distrito.
La alcaldesa de Chapinero Blanca Inés Durán ya lo ha manifestado en su blog : una cierta nostalgia por los años en que había más organización en el evento, que convoca a tantas personas.
Sentiido , por su parte, se encontró con algunas personas a quienes quiso preguntarles por qué valía la pena asistir a la Marcha LGBTI.Aquí están algunas de las respuestas.