En el poema “Yo, monstruo mío”, la escritora travesti argentina Susy Shock nos invita a mirar con amor esa parte monstruosa de nuestro ser.
En la cultura popular el monstruo representa la figura que transgrede la forma humana. Es aquello por fuera de lo normal, eso que nos resulta inquietante, repulsivo y asombroso. Los monstruos hacen parte de los mitos con los que nos asustaban en la infancia, eran concebidos como seres sin corazón, terroríficos y amargados. En el poema “Yo, monstruo mío”, la escritora travesti argentina Susy Shock, nos invita a mirar con amor esa parte de nosotres que es monstruosa, que no encaja y que merece celebrarse y visibilizarse.
Susy Shock nos enseña a ver que aquellos cuerpos que no quieren ser ni hombres ni mujeres son seres fantásticos, extraños, brillantes y peliagudos que hacen que este mundo sea más interesante y hermoso. Los cuerpos trans han sido marcados por la sociedad como monstruosos, no-humanos, pero en este poema se trastocan esas coordenadas. Somos los monstruos (las travestis, las personas trans y no binarias) los sujetos revolucionarios que traemos nuevas formas de ser y existir en el mundo. No queremos esa normalidad que nos asfixia, “no queremos ser más esta humanidad”, recalca Susy Shock.
Este monstruoso poema del año 2015 está escrito con furia travesti y es un legado para las luchas del presente. Un manifiesto amoroso para las personas LGBTIQ+, pero, ante todo, es una consigna de orgullo, un llamado a tener una “buena vida y poca vergüenza”. ¡Que vivan las monstruosidades!
Lectura del poema: Alanis Bello
Yo, monstruo mío
Yo pobre mortal,
equidistante de todo
yo D.N.I: 20.598.061
yo primer hijo de la madre que después fui
yo vieja alumna
de esta escuela de los suplicios
Amazona de mi deseo
Yo, perra en celo de mi sueño rojo
Yo reivindico mi derecho a ser un monstruo
ni varón ni mujer
ni XXY ni H2O
yo monstruo de mi deseo
carne de cada una de mis pinceladas
lienzo azul de mi cuerpo
pintora de mi andar
no quiero más títulos que cargar
no quiero más cargos ni casilleros a donde encajar
ni el nombre justo que me reserve ninguna Ciencia
Yo mariposa ajena a la modernidad
a la posmodernidad
a la normalidad
Oblicua
Bizca
Silvestre
Artesanal
Poeta de la barbarie
con el humus de mi cantar
con el arco iris de mi cantar
con mi aleteo:
Reivindico mi derecho a ser un monstruo
y que otros sean lo Normal
El Vaticano normal
El Credo en dios y la virgísima Normal
los pastores y los rebaños de lo Normal
el Honorable Congreso de las leyes de lo Normal
el viejo Larrouse de lo Normal
Yo solo llevo las prendas de mis cerillas
el rostro de mi mirar
el tacto de lo escuchado y el gesto avispa del besar
y tendré una teta obscena de la luna más perra en mi cintura
y el pene erecto de las guarritas alondras
y 7 lunares
77 lunares
qué digo: 777 lunares de mi endiablada señal de Crear
mi bella monstruosidad
mi ejercicio de inventora
de ramera de las torcazas
mi ser yo entre tanto parecido
entre tanto domesticado
entre tanto metido “de los pelos” en algo
otro nuevo título que cargar
baño de ¿Damas? o ¿Caballeros?
o nuevos rincones para inventar
Yo: trans… pirada
mojada nauseabunda germen de la aurora encantada
la que no pide más permiso
y está rabiosa de luces mayas
luces épicas
luces parias
Menstruales Marlenes Sacayanas bizarras
sin Biblias
sin tablas
sin geografías
sin nada
solo mi derecho vital a ser un monstruo
o como me llame
o como me salga
como me puedan el deseo y las fuckin ganas
mi derecho a explorarme
a reinventarme
hacer de mi mutar mi noble ejercicio
a veranearme otoñarme invernarme:
las hormonas
las ideas
las cachas
y todo el alma… amén
Amen
De: “Poemario Trans Pirado”
Buena poesia un poco extraña pero buena
¡Qué potente! ¡Amén!
«Pero si el cuerpo no es significativo realmente, ¿por qué el autor del poema ha decidido someterse a hormonas y cirugías plásticas para que se parezca al de una mujer? O sea, hay que negar la naturaleza y deconstruir la cultura. A continuación, se ofrece para los alumnos un poema que idealiza la borradura de la identidad:…»
Generación idiota, Agustín Laje