Nuestro sitio usa cookies de terceros para permitirnos elaborar estadísticas sobre las visitas y gestionar el envío de nuestras newsletter. Más información aquí.
ACEPTAR
Plaza de la Aduana de Cartagena

La Marcha de la Diversidad de Cartagena y el asunto de la Aduana

La V versión de la Marcha de la Diversidad de Cartagena, ha tenido que enfrentarse a las presiones de la Alcaldía y del Reinado Nacional de Belleza por el uso de la Plaza de la Aduana.

El 13 de noviembre de 2009 se llevó a cabo la primera Marcha por la Diversidad Sexual y las identidades de género en Cartagena. Nació como homenaje a un grupo de mujeres trans y hombres gais que participaron en el Bando de Getsemaní, tradicional fiesta que conmemora el lugar donde nació la independencia de Cartagena (ocurrida el 11 de noviembre de 1811).

La Marcha por el respeto y reconocimiento de derechos de la diversidad sexual y las identidades de género forma parte de la Agenda de Revitalización de las Fiestas de Cartagena de Indias, proceso que se inició en 2004 comandado por el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPPC). Desde entonces, esta Agenda ha buscado darles más y mejores espacios a las celebraciones en torno a la independencia de esta ciudad.

Según Wilson Castañeda, director de la Corporación Caribe Afirmativo, en tres de las cinco ocasiones en que se ha llevado a cabo la Marcha por la Diversidad, el punto de cierre ha sido la Plaza de la Aduana, lugar donde está ubicada la Alcaldía de Cartagena.

En las otras dos ocasiones, hubo que cambiar el espacio de finalización por solicitud de la administración, dado que se estaban haciendo obras de restauración en el sector.

Este año, sin embargo, el Comité organizador de la V Marcha por la Diversidad Sexual se ha encontrado con la novedad de que, tanto la Alcaldía como el canal de televisión RCN, pusieron el ojo en la Plaza de la Aduana para llevar a cabo un desfile privado del Reinado Nacional de Belleza.

En su cuenta de Twitter, la Revista 4 Gatos denunció que la Plaza de la Aduana ya había sido “entregada” a RCN por la Alcaldía, quitándole así el respaldo a la Marcha de la Diversidad:

Al respecto, el Alcalde Dionisio Vélez respondió:

Y posteriormente, el gobernante hizo un “amague” cambiando el punto central de la discusión:

Por su parte, Caribe Afirmativo y el comité de organización de la Marcha publicaron en la noche del 5 de noviembre, un comunicado en el que explicaban las razones por la cuales la Alcaldía estaba presionando para que no se hiciera uso de la Plaza de la Aduana para cerrar el evento. Wilson Castañeda le contó a Sentiido, que

“El viernes 1° de noviembre, empezaron las presiones. El lunes 4 estábamos reunidos en  un encuentro habitual de Caribe Afirmativo con el equipo organizador y se presentaron personas de RCN (no sabemos quién les dio nuestros contactos). Nos dijeron que ellos  hace un mes habían solicitado la Plaza y que la Alcaldía les había dado permiso.

“Por lo tanto, ellos habían iniciado el montaje para el desfile del Reinado y que si bien es un día después de la Marcha, necesitaban cerrar desde antes el lugar. Incluso nos dijeron que si aceptábamos, nos ponían un artista internacional en la Marcha y la publicitaban. Pero también sabían que si no llegábamos a un acuerdo, la Alcaldía preferiría el evento del Reinado, por sus años de historia.”

Un gobierno al servicio de…

Dionisio Vélez, el recién posesionado alcalde de la ciudad de Cartagena, se enfrenta entonces a una situación que no es nueva en Colombia.

Por un lado, está la pretensión de darles más espacios y reconocimiento a las manifestaciones de la ciudadanía, por medio de una agenda aprobada por instancias administrativas.

Por otro, está la presión de sectores privados con notoria influencia, para que se privilegien eventos que, sin duda alguna, traen más ganancia económica para la ciudad que una marcha de un sector social.

Finalmente, está la puja por la consabida imagen de Cartagena de Indias como una ciudad sofisticada, adinerada y chic, que sirve como ventana para el turismo y la inversión extranjera, antes que la imagen de un lugar que le da prioridad a sus ciudadanos.

A aquellos que requieren atención del gobierno para acceder a los servicios públicos mínimos, para el reconocimiento pleno de sus derechos y para la construcción de espacios de participación abiertos, gratuitos y públicos.

Marcha del orgullo gay de Cartagena
Afiche promocional de la V Marcha de la Diversidad Sexual y las identidades de género de Cartagena.

Por otra parte, es irónico que el 11 de noviembre, una fecha en la que se celebra la independencia de Cartagena, se haga tan visible qué tipo de “independencia” se está festejando: la de los intereses económicos, la del incumplimiento de los acuerdos del gobierno con la ciudadanía y la del Reinado Nacional de la Belleza. Es decir, una dependencia jerárquica y burocrática bastante parecida a la de los tiempos del orden colonial.

Según Wilson Castañeda, el hecho de que la Alcaldía opte por la realización del desfile del Reinado antes que el cierre de la Marcha, que se pactó desde julio (4 meses antes que la solicitud de RCN), tiene unas implicaciones políticas y sociales importantes:

Primero: que las fiestas de la ciudad se están sacrificando a costa de intereses privados.

Segundo:  que el espacio público se entrega a particulares que hacen uso económico de él y se les niega a los procesos de sociedad civil.

Tercero: que el alcalde desconoce los alcances políticos y de movilización de la Marcha, cuando para salvar la situación dice que no se puede llegar a la Plaza por seguridad, porque según él esto es un “remate”; es decir, una simple “rumba”.

Cuarto: queda claro cómo el poder de RCN y el Reinado sacrifican procesos ciudadanos en Cartagena, pues también lograron  cambiar de lugar del homenaje a los Libertadores y el bando de ciudad, que es el evento más importante para los cartageneros. Todo ello  apropiándose de espacios públicos  donde las entradas cuestan entre 300 mil y 500 mil pesos.

Aunque aún Caribe Afirmativo y el Comité organizador no han cerrado la discusión y se reunirán con el Personero y el Defensor del pueblo, es probable que la Plaza de la Aduana sea escenario de un desfile de belleza y no de la firma de un pacto de respeto por y para las personas LGBT al final de una marcha.

Independientemente de la conclusión que se le dé a esta situación, deberá servir de precedente para años venideros. No para que se cambie de fecha la marcha, sino para que la ciudadanía ejerza mayor presión social, a tal punto que obligue a los administradores de la ciudad a cumplir con los compromisos que asumen.

Deja un comentario

¿Qué piensas sobre este artículo?

Newsletter Sentiido