El decreto de “pico y género”, emitido el 8 de abril por la Alcaldía de Bogotá y levantado el 11 de mayo, evidenció que aún hay mucho por aprender sobre identidad y expresión de género.
El Decreto 106 de 2020, emitido por Claudia López, alcaldesa de Bogotá, conocido como “pico y género” y promovido para contener el contagio por COVID-19, estuvo en vigencia en la ciudad entre el 8 de abril y el 11 de mayo.
No obstante, el 23 de mayo la Alcaldía estableció nuevamente esta medida para ingresar a las Plazas Distritales de Mercado para “evitar aglomeraciones”, señaló un comunicado del Instituto para la Economía Social (IPES).
El Decreto 106 señalaba que para comprar alimentos y hacer vueltas bancarias y de notaría, los días impares podían salir exclusivamente las personas de “sexo masculino” y los días pares, las de “sexo femenino”.
También estipulaba que las personas trans podían circular los días que se ajustaran a su identidad de género. Las de género fluido, no binarias o que no se identificaran ni como hombre ni como mujer, podían escoger un único día, par o impar, para salir a hacer estas vueltas.
Aunque estaba claro en el papel que ni autoridades ni personal de seguridad podían poner en duda la identidad o la expresión de género de las personas, en ciertos casos esto no fue lo que pasó. (Ver: Prejuicios y estereotipos, los problemas detrás del “pico y género”).
A pesar de que, en términos generales, la medida ya no está vigente en Bogotá (se levantó el 11 de mayo), quedó claro que los establecimientos que ofrecen servicio al cliente deben capacitar a su personal para evitar que estas situaciones se repitan, pues atentan contra la dignidad y la libertad de muchas personas.
Por esto, Sentiido, Colombia Diversa y Dejusticia compartimos este material audiovisual de gran utilidad para gerentes, personal de recursos humanos y de seguridad de supermercados, bancos y notarías, entre otros establecimientos:
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