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José Joaquin Herrera Líder LGBT Valledupar

¿Por qué asesinaron al líder LGBT José Joaquín Herrera?

Nuevamente se conoce el asesinato de un líder LGBT en Colombia. Aunque algunos medios lo presentan como un “crimen pasional”, hay muchas razones para pensar que se trata de un crimen de odio.

La página web del noticiero RP Noticias, medio de la ciudad de Valledupar, cerró la noticia del asesinato del estilista de 55 años José Joaquín Herrera Utria, ocurrida en la noche del lunes 25 de enero, con la siguiente información: “el comandante del Primer Distrito, mayor Juan Carlos Torres afirmó que los hechos son materia de investigación. Esto es intolerancia, se puede tratar de un crimen pasional‘.

Llama la atención la afirmación del comandante Torres, teniendo en cuenta la sevicia con la que se cometió el crimen y con el hecho de que Herrera había regresado a Colombia hace apenas dos meses, tras haberse exiliado por las amenazas telefónicas y panfletos que recibió dos años atrás.

Herrera trabajaba como estilista y era líder de un colectivo conocido como “La Brigada LGBT”, que organizaba eventos culturales con las personas trans de la región. Según informó la Corporación Caribe Afirmativo, el activista, conocido como Joaco, recibía protección especial de la policía de Valledupar, lo que no fue suficiente para evitar que fuera asesinado en su residencia.

El hecho no debe ser considerado como una cifra más de violencia. Herrera, que fue encontrado amarrado, semidesnudo y con múltiples heridas producidas por arma blanca, era amigo de Roberto Antonio Martínez Mojica, conocido como Tony Grecco, estilista que fue asesinado de la misma forma en agosto de 2014, también en Valledupar.

Aún más, en febrero de 2007, el asesinato del cubano Rolando Pérez en la ciudad de Cartagena ocurrió en circunstancias similares. El crimen, que sigue en la impunidad, motivó la creación de Caribe Afirmativo. Finalmente, no olvidemos que Guillermo Garzón, activista LGBT bogotano, también fue hallado en su apartamento en condiciones similares en noviembre de 2014.

En declaraciones a los medios, la policía de Valledupar afirmó que se creará un cuerpo interinstitucional con el CTI para resolver el hecho y encontrar a los culpables. Sin embargo, tal como Caribe Afirmativo lo ha señalado en repetidas ocasiones, este tipo de crímenes no suelen ser casos aislados ni “líos del corazón”. El asesino no es solo una persona, sino un sistema que se impone con violencia en la región Caribe y que se relaciona con la imposición de la intolerancia, el machismo y los prejuicios.

Estas muertes generalmente son producto de persecuciones sistemáticas por parte de individuos o grupos al margen de la ley que pretenden controlar, entre otras, el comportamiento y la vida privada de los habitantes de la región. Por supuesto, las personas LGBT están en una posición de vulnerabilidad por no estar dentro de los parámetros de “normalidad” que estas bandas pretenden imponer.

A propósito del proceso de paz que se adelanta en la Habana, es importante resaltar el papel que tienen el Estado y la sociedad civil en la reducción de la violencia. La paz no se fabrica sobre una mesa de negociación en una isla del Caribe. Es un paso, pero surge también con la promoción del respeto por la diferencia en todos los ámbitos de la vida y con la disminución de la impunidad.

Admitir que los hombres gais y las mujeres trans no se matan por “líos pasionales” con armas blancas en medio de la noche, es un paso para reconocer que existe una violencia sistemática y focalizada contra sectores sociales como el LGBT.

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