Con motivo del debate en torno a la adopción por parte de parejas del mismo sexo en Colombia, estudiantes vinculados al Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social (PAIIS) de la Universidad de los Andes estamos adelantando la campaña “Las niñas y los niños opinan”.
Por: María Harker, integrante de PAIIS*
“Las niñas y los niños opinan” es una iniciativa que pretende visibilizar la percepción de la infancia en el debate sobre la adopción por parte de parejas del mismo sexo en Colombia.
Cuando se discute sobre este tema, sale a relucir la expresión “los intereses de los menores“. Se dice por ejemplo, que la adopción no es un derecho sino una medida para protegerlos, que son ellos quienes deben estar en el centro de la discusión y que la decisión debe basarse en garantizar lo mejor para su bienestar.
Si bien hay opiniones opuestas frente a este tema, hay que estar de acuerdo en que en el debate de la adopción igualitaria en Colombia poco nos hemos detenido a escuchar lo que ellas y ellos tienen para decir.
Por esta razón decidimos pedirles a niños y niñas de entre 3 y 14 años que dibujaran o escribieran qué es lo que más les gusta de su familia. Este material sería publicado en redes sociales.
Tanto la realización del dibujo como su publicación, estuvieron sujetos a una autorización previa de sus madres y padres de familia. Adicionalmente, estos dibujos se presentaron con el nombre y la edad del menor o de manera anónima.
Sin embargo, los argumentos de quienes están a favor y en contra provienen de personas adultas. ¿Y los niños y las niñas qué?
La logística
Todo comenzó a principios de 2015, cuando la Corte Constitucional se pronunció en contra de la adopción igualitaria en Colombia. Como estudiantes, nos sentimos defraudados.
Fue un error haber creído que en la Corte se dejan de lado los supuestos morales para fallar en Derecho como se nos suele enseñar en nuestras clases. Sin embargo, este organismo aún debe pronunciarse al respecto y por tanto todavía hay esperanza.
La frustración con la decisión creció al punto que sentimos la necesidad de actuar. Entre nuestras opiniones de rechazo, ideas de movilización y argumentos de una y otra parte, encontramos que los medios, la Corte y la sociedad en general habían dejado de lado a quienes ellos consideraban los actores principales: las niñas y los niños.
La gente opinaba sobre qué era mejor para su bienestar pero pocos se habían detenido a preguntar su opinión, a indagar qué es lo importante para ellos cuando hablan de familia y qué es lo que realmente necesitan.
En nuestra campaña también queríamos mostrar que existen distintos tipos de familia igualmente válidos y que lo verdaderamente importante en este contexto no es el sexo de quienes la conforman sino otros aspectos como el amor y el apoyo mutuo.
Lo que no nos imaginamos fue que esta idea, que para nosotros era tan sencilla y se reducía a un dibujo, iba a encontrarse con múltiples barreras al explicar que era una campaña para sensibilizar a la sociedad sobre la adopción igualitaria.
Redactamos una carta dirigida a los colegios en la que explicamos nuestra campaña e incluimos un consentimiento que debía ser firmado por la madre, el padre o el representante legal del niño o la niña, para ser enviado junto con el dibujo a nuestro correo electrónico.
Decidimos, entonces, que nuestra iniciativa sería un espacio para que las niñas y los niños se manifestaran. Nos pusimos a la tarea de buscar a nuestros protagonistas.
Mandamos la carta a aproximadamente 15 instituciones educativas, de las cuales sólo una nos contestó dándonos su apoyo y mandando la carta a las familias. De ese colegio nos llegaron tres dibujos.
En ese momento entendimos que estábamos enfrentándonos a obstáculos tan grandes que parecían anular nuestra carrera hacia la meta: los prejuicios de nuestra sociedad.
Para nosotros mandar la carta era materializar nuestra iniciativa, para los colegios era quizás generar un debate en su comunidad que no estaban dispuestos a asumir.
Los padres y madres de familia tenían tal vez temor de que sus hijos e hijas pintaran su familia y que ese dibujo fuera publicado por nosotros, quienes apoyamos la adopción igualitaria. No lo sabemos.
Como quiera que sea, en nuestra calidad de estudiantes consideramos que la adopción igualitaria es un debate que nos concierne a todos. No hay que estar a favor o en contra de un tema cuando lo que se pretende es la inclusión de sujetos en nuestra sociedad.
Sin embargo, no estábamos dispuestos a rendirnos tan fácil. Abandonar la propuesta significaba que la idea de que las niñas y los niños tienen algo muy valioso que decir en este debate, quedaría reducida a una buena intención.
Como bien sabemos los estudiantes de Andrea Parra, directora de PAIIS, en escenarios de discriminación el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. Rendirse no era una opción.
Por eso decidimos conseguir los dibujos con nuestros hermanos, hermanas, primos y sobrinos. Además, por Internet también encontramos videos que consideramos interesante difundir.
Teniendo el material listo creamos una página en Facebook: Las niñas y los niños opinan. También estamos publicando los dibujos en la cuenta de Instagram paiis_uniandes. Finalmente, solicitamos el apoyo de medios como Sentiido.
En los dibujos que nos llegaron se establece que lo que realmente valoran son detalles como celebrar fechas importantes: por ejemplo el cumpleaños y la navidad.
La familia
Permitirle a las niñas y los niños participar de un debate como este es enriquecedor: revela aquello que debería tenerse en cuenta a la hora de decidir sobre su bienestar.
Además, como decía el artista y activista Keith Haring: “los niños saben algo que la mayor parte de la gente ha olvidado”. En este caso sus dibujos nos muestran el verdadero significado de la familia.
Para ellos, la familia significa felicidad, amistad, amor, cooperación, sentido del humor y consentimiento y es valiosa porque es coherente, unida y hasta “bacana”.
Lo que hace a una familia saludable no es el sexo de quienes se encargan de la crianza sino el apoyo mutuo, el desarrollo de los potenciales de cada persona, el afecto, la enseñanza de la no violencia y la convivencia pacífica.
De ello también se deriva que existen familias tan diversas como la propia humanidad. Todas ellas son igualmente válidas y deben ser protegidas si constituyen ese núcleo de amor y cariño que nos retratan los dibujos de las niñas y los niños.
Tal vez ellos saben más sobre su bienestar que quienes discutimos al respecto. Tal vez no tengan la última palabra o probablemente sí. Lo cierto es que sus opiniones deberían ser escuchadas si aquello que los adultos discuten con tanta vehemencia es su bienestar.
Invitamos a quienes quieran a participar de esta iniciativa apoyándonos en las redes sociales o comunicándose con nosotros a través de la página de Facebook.
* PAIIS es una clínica jurídica que trabaja contra la discriminación por motivos de discapacidad, vejez, orientación sexual e identidad de género. (paiis.uniandes.edu.co). PAIIS presentó intervenciones ciudadanas ante la Corte Constitucional sobre matrimonio y adopción por parte de parejas del mismo sexo. Los y las estudiantes de la clínica, de forma independiente, quisimos impulsar nuevos canales para el debate público.