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Mujeres, otra Presidencia que se nos escapa

Todo apunta a que, una vez más, a las mujeres se nos escapó la posibilidad de llegar a la Presidencia de Colombia. Persiste el miedo de que desafiemos el privilegio masculino.

Por: Mónica Toledo Chavarro*

La contienda electoral para la Presidencia de la República en Colombia empezó con una apuesta interesante para las mujeres. Independientemente de sus partidos, creencias y propuestas, Claudia López, Martha Lucía Ramírez y Piedad Córdoba fueron algunos de los nombres que alimentaron esta posibilidad.

Sin embargo, la idea de llegar a este cargo parece que, de nuevo, se nos escapó. En todo caso, vale la pena resaltar que este año más mujeres se animaron, inicialmente, a postular su nombre en las listas de aspirantes a este “trono” del que no quieren desprenderse los hombres de este país.

En 1954 las mujeres logramos nuestro derecho al voto que ejercemos desde 1957. Más adelante, fueron reconocidos otros derechos civiles y políticos para garantizar nuestra ciudadanía. Al menos, eso es lo que dice el papel. (Ver: Feminismo en Colombia: una historia de triunfos y tensiones).

Sin embargo, Colombia todavía es un país gobernado por elites y partidos políticos conformados en su mayoría por hombres, algunos de los cuales acuden a las mujeres a la hora de “rellenar” sus listas como estrategia política para parecer incluyentes.

Alcanzamos a emocionarnos al ver a varias mujeres dispuestas a competir de tú a tú con los hombres por la Presidencia.

Por la derecha, las candidatas iniciales fueron Martha Lucía Ramírez, quien aspiró por firmas y terminó recibiendo el apoyo de una parte del Partido Conservador. En otras palabras, se convirtió en la candidata del expresidente conservador Andrés Pastrana y ahora se someterá a una consulta partidaria para definir un único candidato de la coalición de derecha. (Ver: Mujeres en el poder, ¿para qué?).

Al principio, entre quienes aspiraban a la Presidencia por el Centro Democrático estaban las senadoras Paloma Valencia y María del Rosario Guerra. Ninguna de las dos continúa en la contienda. Para variar, quedó un hombre: Iván Duque (Ver: Lo que dejó el debate de los manuales de convivencia).

La única, por el lado de la derecha que se mantiene en su aspiración es Viviane Morales, por el partido Somos. Es importante recordar que entre 2016 y 2017, Morales lideró el proyecto de ley que el año pasado se hundió y que buscaba evitar que las personas solteras, viudas o separadas, así como las parejas del mismo sexo, se postularan a procesos de adopción. (Ver: La estrategia electorera de estar en contra de las personas LGBT).

Por el centro, la candidata inicial fue Claudia López, de la Alianza Verde, quien desistió de su aspiración para favorecer a la Coalición Colombia y fortalecer la aspiración de un único candidato: Sergio Fajardo.

Por la izquierda estuvo Clara López quien renunció a su candidatura para sumarse como fórmula vicepresidencial a la de Humberto De La Calle, candidato por el Partido Liberal. La única que sigue firme es Piedad Córdoba por el movimiento Poder Ciudadano.

Otra contienda electoral que ha sido poco amigable con las mujeres. Algunas vivieron burlas y comentarios sexistas. ¿El motivo? Pretender desafiar el poder y el privilegio masculino. (Ver: Es feminismo: no humanismo ni “igualismo”).

Todo esto, en medio de discursos de odio que disfrazados de “preocupaciones por la familia y la infancia” se superponen a los verdaderos problemas de este país: inseguridad, desigualdad, desempleo, corrupción, cambio climático y violencia de género, entre otros.

*Politóloga @MoniToledo

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