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Aborto Colombia

¿Por qué me importa el derecho al aborto?

El aborto es un procedimiento que cualquier mujer puede necesitar durante su vida reproductiva. Ninguna está exenta. Lo importante es que no es una obligación, es una opción.

Hay una mujer muy importante en mi vida que fue víctima de abuso sexual hace muchos años. A causa de este hecho quedó embarazada. Tenía solo 18 años. Por miedo, nunca denunció lo que le pasó. Solo le contó a su mamá, quien apoyó su decisión de no continuar con ese embarazo.

Ver: Aborto en Colombia: lo que se dice vs. Lo que es

En ese entonces, en Colombia abortar era un delito bajo cualquier circunstancia, lo cual no quiere decir que las mujeres no interrumpieran de manera voluntaria sus embarazos. Las mujeres siempre han abortado y lo seguirán haciendo por diferentes razones.

En este caso, mamá e hija contaron con la suerte de dar con un especialista que les dio información clara y practicó el procedimiento de manera segura. La posibilidad de abortar cambió la vida de esta mujer y significó dejar atrás —si es que es posible— las huellas que en ella dejó la violación. Fue la manera de continuar con su proyecto de vida que era ir a la universidad.

Ver: La objeción de conciencia como barrera para adoptar

Ella ahora es mamá. Hace unos días hablamos y me dijo: “Los hijos deben ser deseados y planeados. Yo hice al mío con mucho amor y ese es un sentimiento inigualable“.

Esta no es la única historia de aborto a la que he sido cercano.

Hace 10 años una amiga quedó en embarazo. No estaba entre sus planes ni en su proyecto de vida. Estaba muy angustiada y no sabía qué hacer, así que la contacté con un médico. Ella asistió a la cita con su novio, quien siempre estuvo a su lado, y tomó la decisión de interrumpir el embarazo. Hoy es una mamá feliz y se goza su vida junto a su esposo e hijos.

Ver: Los hombres y el aborto: un debate pendiente

Estas son historias reales de mujeres que contaron con la suerte de acceder a un aborto legal, seguro y digno. Son las historias de dos mujeres a las que el aborto les permitió la vida que querían, no la que les tocaba.

Pero no es la historia de millones de mujeres en Colombia quienes debido a la cantidad de barreras que el sistema les impone, y que el Estado no ha sido capaz de eliminar, se ven obligadas a recurrir a procedimientos clandestinos que ponen en peligro su salud y su vida.

Ver: Aborto en Colombia: cifras reveladoras

Tampoco es la historia de millones de mujeres que viven en países como El Salvador, Honduras, Nicaragua, Surinam, Haití y República Dominicana, en donde el aborto está completamente prohibido.

Si una mujer es violada, la obligarán a tener el hijo de su violador. Quiere decir que si una mujer tiene una emergencia obstétrica en su hogar y asiste a un centro de salud en busca de ayuda, si los médicos creen que se trata de un aborto inducido, la denunciarán e irá a parar a la cárcel.

Parece extremo, pero no lo es. En El Salvador hay mujeres víctimas de abuso sexual acusadas de homicidio agravado y condenadas a más de 30 años de cárcel. La vida de estas mujeres se ha detenido detrás de unos barrotes, mientras que sus violadores siguen en las calles.

El aborto es un procedimiento que cualquier mujer puede necesitar durante su vida reproductiva. Ninguna está exenta. Su mamá, su amiga, su novia, su esposa, su compañera de trabajo. No es una obligación, es una opción. Eso es lo bonito y lo importante de los derechos humanos: nos dan libertad de decidir.

Ver: 4 retos del aborto legal en Colombia

Esto quiere decir que si una mujer necesita un aborto para salvar su vida, la dejarán a morir.

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Mientras se siga juzgando a las mujeres y persiguiendo como si fueran criminales, ellas seguirán muriendo.

Sé que este es un tema espinoso y aunque cualquier persona puede no estar de acuerdo, no tiene derecho a obligar a una mujer a llevar a término un embarazo que no desea o, en el peor de los casos, que representa un peligro para su salud o su vida.

Abortar no debe ser un privilegio para unas pocas. No debe ser un tema moral o religioso, sino un asunto de salud pública. Mientras siga siendo un tema para esconder debajo del tapete, mientras se siga juzgando a las mujeres y mientras se les siga persiguiendo como si fueran unas criminales, ellas seguirán muriendo.

Una amenaza en Colombia:

Esta semana la Corte Constitucional de Colombia discute el caso de una mujer que enfrentó múltiples barreras para acceder a un aborto legal y que solo pudo obtener este procedimiento seis semanas después gracias a una tutela.

Algunos medios de comunicación y organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres advirtieron que el alto tribunal podría fijar un límite a las semanas para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo.

Vale la pena aclarar que en Colombia las mujeres llegan a edades gestacionales avanzadas debido a las barreras que les pone el sistema; barreras que son mayores en las zonas rurales y que afectan mayoritariamente a las mujeres que están en situación de pobreza, a las migrantes y a las que no tienen acceso a información y a servicios de calidad.

De llegar a prosperar, este sería un enorme retroceso para el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las niñas y las mujeres. ¿Qué garantías hay de que no se les impondrán obstáculos que dilaten la prestación del servicio con el ánimo de llevarlas a semanas que superen los límites gestacionales?

Ver: Las luchas del aborto en Colombia

Esperemos que la Corte Constitucional, que en muchas ocasiones ha sido garante de los derechos de las mujeres, siga trabajando por eliminar los obstáculos que aún persisten después de doce años de despenalizado el aborto en Colombia en tres circunstancias. Los derechos humanos no deberían tener retrocesos, al contrario, cada día que pasa más personas deberían beneficiarse de ellos.

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No debería haber retrocesos en temas de derechos humanos. Por el contrario, cada día que pasa más personas deberían beneficiarse de ellos.

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