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“Queremos abrir nuestra relación”

Hemos sido educados/as con la falsa premisa de que mi pareja solo me desea a mí, pero contemplar otro tipo de relaciones puede evitar que las personas vivan preocupas por el momento en que su pareja pueda irse con otra persona. El reto está en separar el amor del deseo sexual.

Hace un año llegó a mi consultorio una pareja con un motivo muy concreto: “Queremos convertirnos en una pareja liberal pero tenemos dudas e inseguridades”. Me alegró ver cómo las personas confían cada vez más en el espacio terapéutico para mejorar su bienestar emocional. (Ver: Poliamor: mucho más que tener varias parejas).

Muchas veces pensar en salirse del modelo tradicional de relación es asociado con “lujuria” o algo prohibido. Sin embargo, cada vez más parejas adoptan una relación fundamentada en un amor en el que se ofrecen permiso mutuo para tener relaciones afectivo / sexuales con otras personas.

No creo que existan dos parejas abiertas iguales. Cada una debe negociar sus términos. Algunas pueden incluir prácticas sexuales ocasionales conjuntas con una tercera persona o permitir que las observen o mirar a otras personas mientras mantienen relaciones. O acordar, por ejemplo, que sus experiencias sexuales ocurran en presencia de ambas partes.

Una relación abierta es distinta a una swinger. En la primera sus integrantes deciden que el concepto tradicional de fidelidad no es para ellos/as y aprueban tener relaciones afectivas / sexuales con otras personas.

“Cada pareja debe definir sus límites, necesidades y prácticas de su relación”.

Una pareja swinger, por su parte, es aquella que participa en lo que tradicionalmente se conoce como “intercambio de parejas”. Es decir, comparten prácticas sexuales con otras personas, pero no vínculos afectivos, a diferencia de lo que puede suceder en una relación abierta. Cada pareja establece sus términos.

Es fácil que propuestas como estas hagan temblar los cimientos de una relación, porque toca las inseguridades de cada quien y despiertan sentimientos de celos. Por esta razón mis pacientes decidieron con ayuda profesional “prevenir antes que curar”.

En mi opinión, es importante estar emocionalmente fuertes para ver o saber que nuestras parejas mantienen relaciones sexuales / afectivas con otras personas. Especialmente, cuando hemos sido educados/as bajo la falsa premisa de “mi pareja solo me desea a mí”. Romper con esta creencia puede doler.

La comunicación y la confianza tienen que estar muy fortalecidas antes de dar este paso y es necesario que las dos partes quieran hacerlo. Hay casos en los que solamente a uno de sus integrantes le interesa el cambio y presionan a la otra persona para sumarse. Lo más probable es que acá la cosa salga mal y alguien acabe perjudicado.

¿Qué beneficios tiene una relación así?

Hablaré de lo que he observado en esta pareja: su relación se fortaleció. Ellos ya no viven preocupados porque su pareja pueda desear a otra persona y marcharse. Han conseguido separar el deseo sexual hacia otras personas del amor que sienten entre ellos.

Incluso, me contaban que sus relaciones sexuales son más frecuentes y satisfactorias. Su comunicación mejoró y se reencontraron en otros planes como las fiestas, por ejemplo. En últimas, fortalecieron su autoestima y la sensación de atractivo personal al darse cuenta de que también les atraen a otras personas.

Qué les funcionó

  • Lo primero es saber que no todo fue un camino de rosas: hubo dudas, inseguridades y miedos. También roces y momentos incómodos, pero supieron negociar.
  • Constantemente se comunicaban preguntándose cómo se estaban sintiendo cada uno/a y si algo de lo que estaban haciendo les afectaba.
  • Desde el primer momento entendieron que la clave era hacerlo juntos, convencidos/as, y no por presiones externas.
  • Ahora disfrutan su relación con encuentros con otras personas y hay momentos en que viven la experiencia por su cuenta.

Los modelos tradicionales de pareja están cambiando. Pueden parecernos mejores o peores, podemos estar o no de acuerdo, pero cada vez más personas eligen un modelo de relación diferente al tradicional. Lo cierto es que no hay un tipo de vínculo más adecuado que otro, el reto está en encontrar lo que mejor les funciona a cada una.

* Psicólogo y nutricionista: contacto@grullapsicologiaynutricion.com

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